llamada cáñamo o popularmente Marihuana, Mariguana, la yerba asesina,..
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Cannabis es el nombre taxonómico de la planta que
también conocemos como cáñamo o marihuana. "sativa, índica y ruderalis" son las
principales estirpes de la especie. Este nombre taxonómico suele emplearse en
contextos medicinales y legislativos como sinónimo de la marihuana. En el ámbito
asociativo, el término cannabis conserva su significado científico para embarcar
todos los miembros de la família taxonómica sin distinciones por causa de su uso
posterior.
Cáñamo es la denominación que usamos para definir aquellas variedades del
Cannabis cuyo fin es industrial, alimenticio o para otros fines no psicoactivos.
De bajo contenido de THC para cumplir con los requisitos legales para
su cultivo, siendo apreciadas las plantas por la longitud de las fibras del
tallo que se usan en la fabricación de tejidos y papel.
Vive una media de seis meses tras los cuales muere y deja sus semillas. Posee un
tallo y una raíz central del que salen hojas dentadas y divididas en cinco y
hasta siete segmentos. La planta puede llegar a crecer hasta ocho metros,
La resina de la planta es una grasa vegetal rica en una
sustancia llamada cannabinol. Existen muchos derivados químicos naturales de ese
cannabinol, el que nos interesa por sus efectos psiquicos, pues todos los demás
son inactivos, es el tetrahidroxicannabinol, (THC), en una proporción ínfima con
respecto a los demás cannabinoles, La proporción de THC de una planta
puede oscilar hasta en 50 veces (0,1%-4,8%).
Para las nauseas y vómitos
asociados a la quimioterapia contra el cáncer, anorexia y caquexia en el
VIH/SIDA, espasticidad en la esclerosis múltiple y lesiones medulares hay gran
evidencia de su beneficio como medicamento, para otras muchas indicaciones como
la epilepsia, enfermedades del movimiento y depresión hay menos datos
disponibles.
Un estimulante del apetito como
efecto del THC cuando se ha administrado en forma fraccionada una dosis total de
5 mg. al día. Cuando es necesario, la dosis diaria se puede incrementar hasta 20
mg. En un estudio a largo plazo con 94 pacientes de SIDA el efecto estimulante
del apetito del THC continuó durante varios meses, confirmándose los beneficios
obtenidos en un estudio corto de 6 semanas de duración. El THC aumentó el
apetito al doble en una escala analógica visual en comparación con el placebo y
los pacientes tendían a mantener el peso corporal a partir de los siete meses.
También se han obtenidos datos satisfactorios en cuanto a ganancia de peso en un
estudio con 15 pacientes de Alzheimer's que se habían negado a comer.
En un pequeño estudio clínico con
delta-9-tetrahydrocannabinol, nabilona y cannabis, se observó un efecto
beneficioso en cuanto a la espasticidad causada por esclerosis múltiple o
lesiones de médula espinal, así como una mejoría del dolor, la parestesia, los
temblores y la ataxia, y en la medicina popular hay referencias de mejoría del
control de esfínteres. También hay algunas evidencias anecdóticas de beneficio
de la marihuana en la espasticidad causada por lesiones cerebrales.
Dolor
El cannabis ha sido utilizado
con éxito en la medicina popular para multitud de situaciones dolorosas, como la
migraña y otros tipos de dolores de cabeza, en enfermedades musculoesqueléticas,
artritis, neuralgias, neuropatías, dismenorrea, colitis ulcerosa y enfermedad de
Crohn, entre otras. THC por vía oral produjo beneficios para el dolor
neoplásico a dosis de 15 y 20 mg., sin embargo algunos pacientes experimentaron
efectos secundarios intolerantes. En un estudio a doble ciego y único, un
paciente con Fiebre Familiar Mediterránea redujo notablemente su necesidad de
opiáceos mientras era tratado con THC en comparación con el placebo.
Reduce la presión intraocular. En
pacientes de glaucoma, se observa que la marihuana desciende la presión
intraocular en un rango de 25-30%, llegando ocasionalmente hasta un 50%. Algunos
cannabinoides no psicoactivos, y en menor medida, algunos constituyentes no
cannabinoides de la planta de cáñamo también decrecen la presión intraocular.
Una de las
indicaciones terapéuticas clásicas del cannabis. Experimentos con animales
han evidenciado el efecto antiepiléptico de algunos cannabinoides, y la
actividad anticonvulsionante de la fenitoína y del diacepam se ven potenciados
con el THC. algunos (pocos casos) epilépticos han sido capaces de controlar
totalmente los síntomas. El cannabis puede, ocasionalmente, precipitar la
convulsion.
Los estudios sobre los efectos anti-asmáticos
del THC o del cannabis y son
rigurosos. Los efectos de un cigarro de marihuana (2% de THC) o de THC oral (15
mg) respectivamente, corresponden aproximadamente con el beneficio que se
obtiene con la dosis terapéutica de un broncodilatador habitual (salbutamol,
isoprenalina). Inconvenientes: pueden
irritar la superficie de las mucosas, para la administración sistemática junto a
la vía oral deben desarrollarse otras alternativas. Algunos pacientes
experimentan broncoconstricción tras la inhalación de THC.
Es un buen remedio para combatir el síndrome de
abstinencia causado por la dependencia a benzodiacepinas, opiáceos y alcohol.
Por esta razón, algunos han hecho referencia a ella como la puerta de salida de
las drogas. Puede ser útil tanto en la reducción de los síntomas físicos como del estrés que
ocurre tras abandonar la droga de abuso.
Se ha observado una mejoría en el humor en la
depresión reactiva en algunos estudios con THC y hay también recogido además
casos de beneficio con cannabinoides en otros síntomas y enfermedades psíquicas,
como trastornos del sueño, ansiedad, enfermedad bipolar y distimia. Distintos
autores han expresado diferentes puntos de vista en cuanto a los síndromes
psiquiátricos y el cannabis, mientras unos enfatizan el problema causado por el
cannabis otros promueven sus posibilidades terapéuticas. Muy posiblemente los
productos del cannabis pueden ser beneficiosos o peligrosos, dependiendo del
caso particular. Tanto el médico como el paciente deberían estar alertados y
preparados para un reconocimiento sincero de ambas posibilidades.
En síndromes dolorosos secundarios a procesos inflamatorios (colitis ulcerosa y la artritis), los productos del cannabis pueden actuar no solo como analgésicos sino además con un efecto anti-inflamatorio. Algunos pacientes que utilizan cannabis manifiestan necesitar menos esteroides y otros antiinflamatorios no esteroideos. Hay algunos casos registrados de beneficio en pacientes con diversos trastornos alérgicos que se han automedicado con cannabis. Aún no está claro el mecanismo por el cual los productos del cannabis benefician determinadas enfermedades autoinmunes.
Hay algunos informes anecdóticos acerca del beneficio terapéutico del cannabis en el síndrome de Tourette's, en la distonía y la disquinesia tardía. El uso en el síndrome de Tourette's está actualmente empezándose a investigar en estudios clínicos y mientras muchos pacientes sólo muestran una mínima mejoría, algunos consiguen una respuesta considerable o el control total de los síntomas. En pacientes de esclerosis múltiple se ha observado beneficio en la reducción de la ataxia y los temblores tras la administración de THC. A pesar de haber casos anecdóticos publicados de mejoría en el parkinsonismo y en la enfermedad de Huntington, no se han podido objetivizar dichos datos. Sin embargo, los productos derivados del cannabis pueden ser útiles en la disquinesia inducida por el tratamiento con levodopa en la enfermedad de Parkinson sin que se produzca un empeoramiento de los síntomas principales.
El tratamiento para los efectos secundarios asociados a la terapia anti neoplásica ha sido una de las indicaciones terapéuticas más documentadas, con alrededor de 40 estudios (con THC, nabilona, otros análogos al THC, marihuana) y la mayoría de los estudios se llevaron a cabo en los 80. El THC administrado de forma aislada necesita dosis relativamente altas, por lo que comparativamente es más frecuente la aparición de efectos secundarios. En un estudio el THC se mostró menos eficaz que altas dosis de metoclopramida. No hay hechas evaluaciones que comparen al THC con los modernos antagonistas serotoninérgicos. Mientras, el dronabinol ha demostrado una aceptable disminución de los efectos secundarios de la quimioterapia y se está usando popularmente en otras causas de nauseas incluidas el SIDA y la hepatitis.
Hay una serie de informes de pacientes que manifiestan efectos beneficiosos en distintas situaciones clínicas que no se pueden catalogar bien, como el tinnitus, el síndrome de fatiga crónica, el síndrome del miembro fantasma y otros. Han sido descritas por diferentes autores posibles indicaciones más para el cannabis y el THC. Los productos del cannabis muestran buenos resultados en enfermedades con síntomas múltiples que entran dentro del espectro terapéutico del THC, como por ejemplo, en situaciones dolorosas de origen inflamatorio (como en la artritis), o que acompañan a espasmos musculares (como en los espasmos menstruales o en lesiones de la medula espinal) o en enfermedades en las que coinciden nauseas y anorexia con dolor, ansiedad y depresión (por ejemplo en SIDA, cáncer, hepatitis C).
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