n general, un obstáculo no impide el avance de una onda sonora.
La onda rodea los obstáculos, pues cada molécula del aire se comporta como una nueva fuente de sonido. Esto permite oír aunque no veamos la fuente sonora original. A esta propiedad de las ondas se le llama difracción.
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Imagina una habitación con la puerta abierta. En la habitación un equipo reproduce música. El sonido fuera de una habitación varía de intensidad dependiendo de dónde estés. Directamente frente a la puerta abierta, la intensidad es máxima.
Además, las ondas de distinta frecuencia tienden a separarse pues llevan distintas velocidades (recuerda que la velocidad depende de la frecuencia). Esto se conoce como dispersión.