En la búsqueda de la explicación de la repetición existen dos grandes estrategias que siempre han demostrado su gran capacidad para aclarar las cosas: la medición y la simplificación.
La medición consiste en anotar cuidadosamente los resultados de nuestras
observaciones hasta tener los suficientes datos para aventurar una ley
que resuma las relaciones que parecen existir entre ellos. |
Por su parte, la simplificación
consiste en desnudar a la naturaleza de todas sus propiedades salvo aquellas que
consideramos universales (como número, distancia o dirección) y utilizar el
razonamiento lógico para extraer conclusiones (teoremas). |
A la medición se le conoce por Física, mientras que a la simplificación se le llama Matemática. No son dos estrategias separadas: ambas necesitan frecuentemente la una de la otra para su progreso.
Por otra parte está nuestro sentido de la belleza y la "armonía". Simplificando mucho, nuestra mente tiende a sentirse cómoda (a veces alegre) con lo inmediatamente reconocible, ligeramente inquieta (a veces triste) cuando observa alguna leve variación en lo esperado, y por último muy inquieta (a veces enojada) cuando no consigue encajar el estímulo. Observa los siguientes tres cuadros, variaciones de un círculo.
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La repetición y la armonía son también la base de una creación humana que otorga enorme placer a sus admiradores: la música. En las páginas que siguen exploraremos la estrecha relación existente entre la música, las matemáticas y la física. Para ello, comenzaremos retrocediendo 50 siglos. ¡Buen viaje!