Alzheimer
Es una enfermedad actualmente incurable.
Gran número de situaciones y enfermedades en las personas mayores pueden parecerse a los síntomas de la enfermedad de Alzheimer, es preciso descartar todas las enfermedades tratables, y nunca se debe asumir que una persona de edad que se va haciendo olvidadiza tiene un Alzheimer.
Es el tipo de demencia más frecuente, entre un 50 % y 80 % del total de las demencias en los ancianos.
Suele aparecer después de los 50 años, olvidando cosas importantes, y más adelante con confusión sobre la propia identidad, el tiempo y el espacio, problemas de comprensión del lenguaje, y olvido de la higiene personal. En unos casos se produce una evolución muy lenta durante varios años, para otros progresa rápidamente (menos de un año).
Es causada por una perdida de células cerebrales, probablemente relacionada con el depósito anómalo de sustancias proteicas (beta –amiloide) y alteraciones en las sustancias neurotransmisoras en el cerebro. Se altera la personalidad y el comportamiento, pero no se suele acompañar de síntomas neurológicos del tipo alteraciones en la marcha, o en los reflejos.
Aunque se está avanzando rápidamente en el tratamiento de esta enfermedad y existen ya algunas drogas con efectos modestos en algunos pacientes, no hay todavía un tratamiento eficaz para todos los casos, y todos los esfuerzos se dirigen al tratamiento sintomático que alivie los problemas que van surgiendo (depresión, insomnio, trastornos en la conducta)
Tan importante como el tratamiento farmacológico del paciente es el orientar esfuerzos a apoyar a los familiares que conviven con él, ya que la evolución de la enfermedad en la mayoría de los casos es muy larga y su cuidado se hace progresivamente más duro y difícil; información, grupos de apoyo, descansos intermitentes (con apoyo de otros cuidadores ó centros de día) para romper la rutina y recargar la energía se proponen como medidas de apoyo al cuidador.