La vida de
Rogier van der Weyden
, pintor de
Bruselas
Biografía desde
Bajo la fama que
perdura en el tiempo ilustrando la pintura, hay que tener presente, y no ser
olvidado, al extrovertido Rogier van der Weyden, que muy pronto empezó a
brillar en Flandes, entre los padres flamencos en Bruselas, durante nuestros
oscuros días anteriores en el arte.
La luz de ingenio, que la naturaleza había compartido en su noble
espíritu, encendió un gran asombro y beneficio en los artistas de su tiempo,
pues ha mejorado en mucho nuestro arte, mostrando con sus inventos y acciones una
ejecución más
completa, por lo tanto, en actitudes, como la ordenación, con la expresión
de los deseos internos, reflejando,
si están tristes, enojados o alegres, según las exigencias del trabajo.
De él, para memoria eterna, se puede ver en Bruselas en
el ayuntamiento, cuatro piezas muy famosas,
(Perdidas en el bombardeo francés de 1695, queda
un tapiz que reproduce la escena
#)
con historias, relacionadas con la justicia. Hay
presumiblemente una obra soberbia y piadosa, donde un padre viejo se apresta
a cortar el cuello a a su hijo que yace en
su cama, donde se ve
claramente la expresión del padre, que se muerde los dientes, con manos
impías, aplicando los rigores de la ley.
Además, está el Padre y el
hijo, que para guardar el derecho en el honor, les sacan un ojo, y otras
cosas más ejemplares, que son maravillosas de ver, impactantes a la vista.
Como a Lampsonio que no podía apartar sus ojos de ellas, cuando en la
misma sala redactaba para satisfacción de los Países Bajos la
Pacificación de Gante, mientras esto le interrumpía su trabajo, que pedía la
cosa estar concentrado, decía para él, ¡Ay Rogier, que gran Maestro fuiste!
Rogier también hizo en Lovaina, en la iglesia llamada Notre-Dame-des-Murs , un
descendimiento de la cruz
#, donde dos hombres subidos a una escalera están dejando que el cuerpo
de Jesucristo se deslice, bajando con una sábana blanca, debajo está José de Arimatea, y otros que lo reciben,
y las santas marías llorando. Donde la Virgen María, como desmayada, la
sujeta San Juan, que está detrás de ella, al pie.
Esta pieza principal
del Maestro Roger, fue enviada al rey de España. De camino el barco naufragó, pero
el cuadro fue salvado flotando, porque estaba bien embalado, no estaba estropeada
la pintura, solo despegada ligeramente, sin nada más.
Y en lugar de esta
obra, en Lovaina dejaron una copia de Michiel Coxie
# , después de esto, habría que pensar que fue una gran pérdida.
Cobraba una renta en trigo por un retrato de una reina, o una gran
personaje, por lo que logró una
gran riqueza, dejando a los pobres muchas limosnas, y murió en el momento de
la dulce enfermedad, que venía con sudores, y que
arrasó por todo el país, y se llevó a muchas personas, lo llamaban el "mal
ingles". Esto fue en
el año 1529 durante el otoño.
Lampsonius hablando de Rogier dice lo
siguiente:
No te bastará, ¡oh Roger!, con
la alabanza, porque has pintado, iluminando el tiempo anterior, con muchas cosas
hermosas. Tus obras continúan admirando, y los pintores en otros días más
brillantes han de volver, si tienen conocimiento, incidiendo con sus
estudios.
Esto es lo que nos muestra la obra, que alecciona a los
alcaldes de Bruselas para no desviarse en el camino de la justicia.
¿Se
olvidará el recuerdo de tu testamento y la gran riqueza que obtuviste con tu
pincel, dedicada a los más necesitados?
Los bienes perecerán en la
tierra con el tiempo pero tus buenas obras brillarán en el cielo.