La vida de Pieter Aertsen , pintor de Ámsterdam

Biografía desde

Karel van Mander , Schilder-boeck

 

Es una cosa maravillosa e inexplicable, la forma en que la Naturaleza insta a los jóvenes a que se dediquen, a espaldas de sus padres o a pesar ellos, al estudio de un arte o una ciencia, resultando para mayor bien de muchos de estos mismos jóvenes.
Así fue con Pieter Aertsen, el famoso pintor de Ámsterdam, cuya alta estatura le valió el apodo de "el Largo". Y habiendo llevado su fama a lo largo y ancho, los italianos lo apodaron Pietro Lungo, que también significa Pietro el Longo, esta palabra larga no debe tomarse como un apellido.
Nació en Ámsterdam en 1519. Sus padres, que eran de del distrito de Purmer-Land, vivían en Ámsterdam. El padre quería que su hijo siguiera el oficio paterno, es decir el de calcetero, mientras que la madre quería que él satisficiera su inclinación por el arte, diciendo: "Mientras gane dinero con mi rueca, él será pintor".
Así que fue aprendiz de Alart Claessen, uno de los mejores pintores de Ámsterdam, y de los que aún quedan, en locales de las cofradías de esta ciudad, numerosos retratos. Pieter pronto tuvo una forma vigorosa y larga, de acercarse a todo libremente y se hizo una gran reputación por su arte.
A la edad de diecisiete a dieciocho años, en la época en que el castillo de Boussu, en  Henegouw  estaba en todo su esplendor, se puso en marcha para ver las hermosas pinturas que allí se reunieron, provistos de una carta del oyente de Ámsterdam. De allí se fue a Amberes, y se quedó allí con cierto Jan Mandijn, un valón. Creo, sin embargo, que hubo otro artista de este nombre, originario de Haarlem, que hizo muy hermosas tablas a la manera de Hieronymus Bosch, y recibió una pensión de la ciudad de Amberes.

Pieter se casó  en Amberes (Con Catherina Beuckelaer, también pintora), y entró en el gremio de pintores en 1533.
Empezó a pintar cocinas surtidas de todo tipo de provisiones, tan bien hechas del natural, que uno hubiera dicho del natural mismo.
Por la práctica constante de este tipo, se convirtió en el pintor más hábil que jamás haya existido en el uso de los colores, y esta habilidad se ha conservado en su familia.
Se despreocupó de sí mismo, y tuvo un toque más rústico, por el que nadie hubiera sospechado que era un gran artista, si sus obras no lo hubieran atestiguado con elocuencia.
Había de él un interior de cocina, luego comprado por Ravaert de Ámsterdam y donde su segundo hijo estaba pintado del natural, el entonces niño, Aert Pietersz, que aún vive. En esta cocina vemos, entre otras cosas, una cabeza de buey desollada como estaría en la carnicería del mercado,
(# ,Al menos hay un réplica más #, y además, el espíritu insuflado en el sobrino político #).
Fue esta obra la que le valió al pintor el encargo de la pintura del altar mayor de la Iglesia Vieja, o iglesia de Notre-Dame, en Ámsterdam.
Aconteció, que Pieter habiendo ido al lugar, donde se habían de encontrar los miembros de la obra para tratar con él, y sentándose cerca de la chimenea, le preguntaron si no vendría, sin saber que era él. Allí estaba entre otros, el burgomaestre Joos Buyck, un personaje importante, el mismo que recibió en nombre de la ciudad, el juramento del rey Felipe de España, quien habiéndolo interrogado, supo que era el pintor esperado, y el hijo de Aert Pietersz, el zapatero.

"Entonces", dijo, "si eres tan buen pintor, como lo fue tu padre calcetero, eres un gran artista. Porque desde la muerte de tu padre, no he encontrado a nadie que me satisfaga como él."
La tabla central del cuadro representaba la Muerte de la Virgen, y las puertas interiores completaron la composición. En el exterior representó, la Adoración de los Reyes Magos, grande y excelsa creación, de una tez cálida y un hermoso color.
Vasari dice, que por este trabajo obtuvo dos mil coronas.

Luego recibió el encargo de pintar el altar mayor de la Iglesia Nueva de Ámsterdam, que se ofreció por primera vez a Michel Coxcie, de Mechelen, quien habiendo visto el hábil trabajo que acabamos de describir, y al enterarse de la pequeña suma que había costado, quedó asombrado y dijo: "Él que ha podido hacer ésto, también hará bien el otro tablero”, y se retiró.
El cuadro de la Iglesia Nueva, representaba una Natividad, con cuatro paneles que tenían en el interior la Anunciación, la Circuncisión, y la Adoración de los Reyes Magos, etc. en el exterior, la Degollación de Santa Catalina. El cartón de este cuadro, tan grande como el original, existe todavía en Ámsterdam.
Fue un trabajo magistral y varonilmente tocado, los desnudos, etc., muy trabajados, según el dibujo, y con tanto cuidado, que desde la distancia como debía ser, el efecto era grandioso. Yo no no creo que sea posible ver, una ejecución o una pincelada más varonil.
Este recuerdo tan memorable de un gran maestro, fue aniquilado por manos brutales
(Iconoclastas), con gran daño del arte, con muchas otras obras de su autor, en particular un gran y bello retablo con postigos.

En el convento de los cartujos de Delft, hay una  Crucifixión de Pieter Aertsen, llevando dentro, una Natividad, una Adoración de Los reyes magos, Ecce Homo, y otros temas análogos.

Hay otras pinturas religiosas de su pincel en varias ciudades de Lovaina, en Diest, y en otros lugares, de los cuales todavía existen numerosos cartones, veinticinco como mínimo.

En Ámsterdam se pueden ver algunas de sus obras. En cierta casa de Jacques Walraven, hay una Marta, de figuras grandes
(El "figuras grandes", Jesús Marta, María #, descarta las otras variantes que menciona luego).

En la corte de Holanda, en la casa del Maestro Claes, los Discípulos en Emaus, también de figuras grandes muy bien pintadas
(Por lo dicho en la nota anterior, descarto las siguientes #,# , donde la escena está al fondo)
En casa de Jean Pietersz Reael, hay cuadros que representan la Historia de José
¿#?, etc.

Incluso en Harlem, en casa de Corneille Corneliszoon, pintor, hay una Marta
(Podría ser ¿#,#? , incluso el ya dicho espíritu insuflado en el sobrino político #),   y en la de Bakenisse Gracht una Kermesse (fiesta ¿#?).

En obras de pequeñas dimensiones, su superioridad fue menor, pero en las grandes, donde radica el verdadero valor artístico, fue un maestro de capital.
Se entienden bien sus arquitecturas, sus perspectivas, y animaba sus cuadros, según la naturaleza de los temas, introduciendo animales, disfraces, etc.
Frecuentemente regalaba sus obras a bajo precio, y las más notables fueron adquiridas por Jacques Raeuwaert.
En Holanda del Norte, en Warmenhuisen, también hubo un gran retablo, un Crucifijo, donde, en particular, se veía un hombre que rompe las piernas del ladrón con un hacha. Está tratado con gran efecto. Las contraventanas exteriores completaban la composición.
En 1566 el populacho descarriado destruyó esta obra a golpes de hacha, aunque la señora de Sonneveldt de Alkmaar había ofrecido cien libras.  Pero cuando el cuadro salió de la iglesia para ser entregado a esta dama, los rústicos cayeron sobre ella como furiosos, y destruyeron esta hermosa obra.
Pieter lamentaba a menudo, que las obras que había esperado legar a la posteridad, fueran así destruidas. A veces se dejaba ir en este sentido, y usaba un lenguaje muy violento, exponiéndose a peligros.
Murió en Ámsterdam el año 1573, el 2 de junio, a la edad de sesenta y seis años.

Dejó tres hijos, que también abrazaron la carrera artística.

Pieter Pietersz, que era muy buen maestro, adoptó la forma de su padre, de quien fue alumno; sin embargo se aplicó mucho al retrato, por la razón de que, en su tiempo, se producían pocos grandes cuadros. Sin embargo, pintó el Horno Ardiendo # , para los panaderos de Harlem, obra de una ordenanza sumamente feliz.
Si él hubiera querido dedicarse a ello, habría creado obras sorprendentes. Murió en Ámsterdam en 1603, a la edad de sesenta y dos años. Era un hombre reservado en el hablar, de gran sentido y conocimiento.

El segundo hijo, Aert Pietersz, de unos cincuenta y cuatro años, también fue temprano un artista hábil, distraído por el retrato, (un género en el que sobresale), en la pintura de historia, su disposicion lo hace particularmente adecuado para este género.

Theodor (Dirk) Pietersz, el menor de los hijos, tenía ocho años cuando era cadete de su hermano Alart. También fue pintor y alumno de su padre. El vivió Fontainebleau, en Francia, y en el momento de la última guerra allí lamentablemente pereció.

Pieter Pietersz, el mayor de los hijos antes mencionados, dejó a su vez, un hijo que lleva su nombre, y que sigue dignamente como pintor las huellas paternas.


 

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