La vida de
Lucas van Leyden , pintor,
grabador, y vidriero
Biografía desde
De tales personas, que aparecen maravillosamente desde la naturaleza, como
predilectos, elegidos entre muchos, para
superar a todos, por su intelecto especial, con hechos y pruebas
loables, a menudo, se anuncian al mundo. Por la experiencia, en las
historias escritas, y en los poemas, estos dicen, que muchas veces temprano, por
medio de grandes principios , que indicaban claramente lo que se esperaba de
ellos, y que por su respuesta, se les permitía entrar en
los consejos romanos.
Otros, adornados de los poetas, tienen fuerza
en la cuna para estrangular serpientes, y para demostrar audacia.
Dice el proverbio: aquello que será ortiga, pica desde el comienzo.
Entre los muchos espíritus nobles y diestros,
que desde la juventud de sus vidas lo fueron, y de los que hemos
hablado ya antes, no conozco a nadie que tuviera las cualidades innatas tan
altas como Lucas van Leyden, que parece que nació en su mano, con
el pincel y el buril.
Es asombroso escuchar, de las personas que
saben, que desde los nueve años imprimía grabados en cobre,
de su invención, muy pulcros, finamente realizados. Muchos sin fecha, pero
desde los que tienen una fecha, se puede adivinar y
calcular, la edad del autor: porque nació en Leyden, en el año 1494, a
finales de Mayo o principios de Junio.
Su padre se llamaba Hugo Jacobsz, también un destacado pintor en su época.
Lucas, maestro desde la cuna, fue aprendiz de su padre, y luego de Cornelis Engelbrechtsn.
Llevado por su naturaleza , y por su amor al arte, se aplicaba muchas
noches empalmando con la mañana: sus cuartillas, carboncillos, lápices,
pinceles y buriles, fueron sus juguetes. Eligiendo además como amigos, a
pintores jóvenes, vidrieros y orfebres.
Su madre hizo
todo lo posible porque durmiera por la noche, no por el
costo de la luz, sino temiendo que pudiera dañar su joven cuerpo y mente,
con tanta vigilia, rompiéndose la cabeza, o ser un obstáculo en su frágil
constitución, porque no dejaba de dibujar del natural,
todas las cosas de la vida: manos, pies, casas, paisajes y
paños de tela, en los que se había complacido mucho.
Cuando era un niño de doce años, pintó
un lienzo al temple, con la historia de San Huberto, que fue una cosa muy sorprendente, y le
dio mucha reputación. El señor
de Lockhorst , se lo quedó, y le pagó tantos florines de oro como años tenía
el pintor.
Cuando tenía 14
años, hizo el grabado de Mahomet borracho matando a un monje
#, según consta en la fecha,
1508.
Un año después,
es decir, en el año 1509, a los 15 años, grabó varias cosas, entre otras a
la manera de los vidrieros, 9, en redondo:
Cristo en el huerto de los olivos ,
El prendimiento de
Jesús,
Cristo ante el profeta Hanán,
Cristo Burlado,
La
Flagelación,
la coronación de espinas ,
Ecce
Homo,
cristo con la cruz a cuestas, y
crucificado: son
buenas piezas, muy bien dispuestas.
También una
tentación de San Antonio.
Allí una mujer hermosa bien vestida aparece ante él. Muy bien realizada, tanto
las
imágenes, como el fondo.
En ese
mismo año,
la conversión de San Pablo, maravillosamente bien ordenada,
donde el apóstol ciego, es llevado a Damasco. Escena circunstancial
donde todo está bien representado.
En éste, y en todos sus otros grabados,
hay mucha variedad de ropa a la
antigua, sombreros, gorros y calzados, la mayoría de los cuales no se
parecen a los otros,
Grandes maestros de nuestro tiempo en
Italia, han sabido arreglárselas, tomando prestadas y adaptando sus cosas en sus
obras.
Ésta conversión de san Pablo también la narra Vasari
(En la edc. giuntina, en la vida de Marco Antonio
Raimondi #), y lo alaba en
varias partes por encima de Alberto Durero, diciendo:
"Las obras de
Lucas, son bastante para situarlo entre los que mejor usaron el buril. La
amalgama ordenada de sus historias, en muy original. La concepción de las imágenes,
son expresivas, ciertamente sin confusión ni torpeza alguna, que parece hoy, que no
debería ser de otra manera.
Sus cosas están tratadas con más esmero y atención, y
están más acordes con las reglas del arte, que las de Alberto Durero.
Por encima de esa
visión suya, hay una mente sabia en el grabado. Para mejorarlo, en todas sus
obras se desvanecen o se remarcan, según los objetos se alejen, se debilitan
y suavizan. Al igual que en la naturaleza, las cosas alejadas pierden
nitidez. Y así hace las cosas
más enriquecedoras, no hay otra manera de hacerlas con ayuda de los colores,
porque no hay manera de proceder mejor. Ha abierto los ojos a muchos
pintores. "
Esto es lo que dice Vasari de Lucas
de Holanda, (como él le llama). Es acertada su opinión de lo bien que
componía, y que uno ve en
sus cosas esa percepción natural del alejamiento, que no se ven en los
mejores grabados de Durero, que no aparece en los paisajes,
ni siquiera en sus piezas más célebres como
San Huberto , y otras.
Es
cierto sin embargo, en su lugar narró Vasari su opinión, que Lucas no
tenía tanto talento dibujando como Alberto, pero remarca, que en muchas
obras lo iguala con el buril.
También se ve en Lucas una
belleza muy diferente de planos lisos y sólidos en sus paisajes, con un
grabado más uniforme, más suave, y por el manejo del buril en las ropas y
vestidos. Los expertos no estarán en desacuerdo conmigo.
Al año siguiente,
1510, cuando tenía 16 años, grabó el prodigioso
Ecce
Homo, algo que asombra sobremanera, por su ingenio colocando la luz siendo
tan joven, así como la composición, y la variedad de la ropa de varios tipos
de personas de diferentes orígenes, como también la gloriosa arquitectura
moderna, toda en perspectiva.
En este mismo año Lucas
también grabó, de una manera maravillosa y delicada, un campesino y una
lechera con tres vacas
#.
Ella en su actitud, se levanta del ordeño, cansada de la postura, muy
logrado, obra muy querida por los coleccionistas.
En el mismo año también grabó un
Adán y Eva, donde
se les puede ver vagando desde su pecado. Adán con una piel en el cuerpo, y una
azada en el hombro, y Eva, con Caín, su primer hijo en sus
brazos. Una hermosa plancha pequeña.
En este año también
graba otra pequeña, con
una mujer desnuda, que limpia a un perro las pulgas, sentado en sus
rodillas
#.
Quería contar cronológicamente
estas piezas, para probar, y se tenga en cuenta con gran asombro, qué frutos
tan perfectos ha producido tales brotes verdes. Pero me sería imposible
relacionar todas sus obras, lo que pintó, grabó y trazó en vidrio.
De esto
sabemos que fue diligente, para dejar su delicadeza y hermosura aplicando
los colores. Por ser grabador, manejaba el pincel, con mucho
cuidado, ya se ve en sus impresiones, que nunca dejaba que salieran con
defectos o manchas.
Sus planchas en su época tenían
un valor alto. Sus mejores obras, como la danza de Magdalena
#, la
más hermosa, el Crucifijo
¿#?, Ecce Homo, La adoración de los magos
# y similares,
valían un florín de oro.
También supe, que su hija quemó gran cantidad
de pruebas, que estaban mal impresas.
Nunca viajó fuera del país
para aprender su arte, aunque Vasari escribe lo contrario. Ya que piensa,
que todo pintor famoso de los Países Bajos, ha extraído su arte de
Italia, formándose con italianos. Pero se equivoca, además de otras cosas,
se ha informado mal.
Lucas se
casó, con una hija noble de los descendientes de Boshuysen. Perdió mucho
tiempo en banquetes, poniendo buena cara, como acostumbran los ricos y la Nobleza.
Por alguna razón se dijo que Alberto Durero y él, se desafiaron y
compitieron por superarse, y que Lucas tiene algunas grandes historias
tomadas de Alberto. Lo cierto es, ambos
seguían sus trabajos con interés, y Alberto Durero fue a los Países Bajos,
y al encontrarse en Leyden con Lucas en su casa, se hicieron sus
retratos correspondientes
#, en un pequeño panel, y se divirtieron con
amabilidad.
(Las traducciones
consultadas, tendemos a verificar lo dicho en la
vida de Durero, es decir, no creemos
que pintaran sus retratos en un panel, sino cada uno al otro en un panel
diferente)
Lucas era bajo de estatura y
débil cuerpo. Hay un retrato, con una figura más o
menos de la mitad, o un poco más, que grabó el mismo, joven, sin barba, con un gorro grande con plumas, que tiene
en el escote del vestido hacia el pecho, una calavera
#.
Las pinturas que de él se exhiben, o que se pueden ver
hoy, no son muchas, pero son muy hermosas, absolutamente asombrosas y muy
agradables, con un no
sé qué seductor.
De entre lo que se
puede ver de él, hay un mueble de dos puertas, muy hermoso, y ahora
está en posesión de Goltzius, el célebre artista en Haarlem, que lo adquirió
en Leyden en el año 1602, por un alto precio, a su vez con gran alegría de
tener obras de Lucas, a quien tenía gran admiración.
Es la historia de la
curación del
ciego de Jericó, Bartimeo hijo de Timeo, que recupera la vista
según el Evangelio de san Marcos en su capítulo diez, y Lucas en el dieciocho.
Todo luce bello, y como fresco por dentro, maravillosamente suelto, pulcro, bien arreglado, y pintado. Las hojas de las puertas por
dentro, también participan de las imágenes de la Historia.
Abundante de
figuras, en varias acciones, que muestran un gran asombro por el milagro en
el centro, donde el ciego recupera la vista.
Los rostros y las
encarnaciones son variadas, encantadores y resplandecientes: cada imagen es
diferente en el vestido, y las cabezas están cubiertas con diferentes y
maravillosos gorros, turbantes y capirotes.
Cristo está representado con una
amabilidad natural, y una sencillez sincera, con modestia y dulzura, otorga
al ciego la vista. El ciego, que es llevado por su hijo, se le ve
extendiendo los brazos para moverse a tientas.
Los
fondos están limpios y resplandecientes, detrás se ven árboles, y bosques
bien pintados que no los hay igual en otro pintor, el natural de los
campos parecen reales.
De vuelta en segundo plano, (como continuación de la
historia), en un bosquejo, está cristo en la higuera estéril buscando frutos.
Además, en el
paisaje también es muy impresionante, con algunas casas y edificios en la
lejanía.
La siguiente alabanza de alguien, es en honor de ésta obra tan
singular, nacida de mano tan diestra.
Soneto:
Como el ciego Bartimeo,
de la luz vio la luz,
desde Marcos, y Lucas, el pincel de Lucas
ha
imitado esta
bella escena en un tríptico,
Las imágenes dulces del Cordero, nos muestra
la piedad para los ciegos, que parece ayudarse con las manos.
En los alrededores parecen asombrados al ver el
milagro.
Y quien contempla esta obra de la que cada parte
es una
maravilla del arte, experimenta sensaciones profundas.
Porque este ciego
atrae hacia sí todos los ojos y todos los corazones.
Pero sin corazón y
sin ojo aquí no llegará nadie,
Incluso cuando los rayos ardientes y sus
deseos lo solicitan.
El ciego recibió la luz de la luna misma.
Y por
este ciego, también, Lucas da la vista
con el pincel ciego de los
pintores a los que traza el camino.
Este cuadro fue realizado, como
prueba la fecha inscrita en el reverso de los postigos, en 1531, pues en el
exterior vemos dos figuras, un hombre y una mujer, que sostienen escudos muy
anchos y muy hábilmente pintados. Es también la última, o una de las últimas
obras al óleo que ejecutó este célebre pintor, y se diría que con ella quiso
legar al mundo, la medida de su saber para inmortalizar su nombre, pues sólo
sobrevivió a esta creación durante dos años. Quería citar primero esta
eminente obra por su valor.
Luego hay una pieza muy fina de Lucas en
el ayuntamiento de Leyden, colocada en este lugar público por el magistrado
y muy estimada. Es un
Juicio Final, considerado como una excelente obra. Vemos una gran
cantidad de figuras desnudas de hombres y mujeres, que prueban que estudió
mucho la naturaleza, especialmente los cuerpos de mujeres, que son de piel
más delicada. Como era entonces costumbre de los pintores, los contornos
están remarcados y en contraste.
En el exterior vemos dos grandes
figuras sedentes de
San Pedro y San Pablo, uno en cada contrapuerta, mucho
mejor pintadas que el interior, por estar mejor coloreadas y más sencillas,
no menos las cabezas que los desnudos, los ropajes y los fondos. En
definitiva, la obra es de tal valor, que poderosos monarcas han hecho
gestiones para obtenerla, lo que fue cortésmente declinado por el
magistrado, invocando el motivo de que no quería desprenderse de tan
gloriosa obra de un conciudadano, cualquiera que fuera el precio que
ofreciesen. Acto, que enaltece el noble arte de pintar.
Había en el castillo del señor Frans Hooghstraet, no lejos de
Leyden, un pequeño díptico delicioso, donde se veía a la Virgen de medio
cuerpo, la parte inferior aparecía cubierta con una piedra: el niño Jesús
era encantador, y sostenía un racimo de uvas, la vid colgando hasta la base del
cuadro, como para recordarnos que Cristo es la vid verdadera. Al otro lado estaba una mujer arrodillada, con una Magdalena detrás de
ella mostrándole al Niño Jesús en el regazo de la Virgen. El fondo era un
paisaje extraordinariamente bien tratado.(Se
parece en algo todavía a la descripción
#, eran 2 paneles semicirculares, reconvertido en uno, muy
intervenido)
En el exterior se pintó la
Anunciación de la Virgen en figuras enteras
(Con la misma
procedencia también en Altes museum en Munich
#),
muy bonita en composición y drapeado. Este cuadro se encuentra ahora con el emperador Rodolfo, el
mayor amante del arte que existe. La hermosa obrita
(Actualmente 50x67 ctm) llevaba la fecha de
1522 y la firma ordinaria de Lucas, una L.
Conozco una pieza
excelente, un pequeño retablo de Lucas, en Amsterdam, en Calverstraat. Es la
historia de
los hijos de Israel danzando alrededor del Becerro de Oro, y
festejando, según el texto de la Biblia donde dice: “Se sentó el pueblo a
comer y a beber, y se levantó a jugar". Este banquete muestra de manera
llamativa, la licencia de la gente y la lujuria, que se pinta en sus miradas.
La tabla desafortunadamente se maltrató por manos toscas, que lo
cubrió con un barniz asqueroso.
Todavía
queda un hermoso lienzo pintado al temple por Lucas, en Leyden, en casa de un buen hombre llamado van Sonneveldt, o
en la de
Sr. Knotter, amante del arte y pintor. Es una bella obra, que representa a
Rebeca y al siervo de Abraham, a quien ella da de beber cerca de la fuente.
Hay encantadoras figuras de mujeres y niñas ocupadas de diversas maneras,
sacando agua, etc., en un hermoso paisaje.
También vi en Delft, en
una cervecería o maltería, lienzos pintados al temple con la
Historia de José, y que son muy bonitos en composición y diseño, con
hermosos ropajes, particularmente los del escanciador y el panadero en el
calabozo. Es muy de lamentar que los estragos del tiempo y la humedad de las
paredes, cosa lamentable en nuestra Holanda, las hayan dañado tan
gravemente.
Encontramos buenos retratos de nuestro artista, género
para el que tenía una notable aptitud. Hay, en particular, en casa de un
burgomaestre de Leiden, llamado Nicolas Ariaensz, una cabeza casi del vivo y de lo más natural. El aficionado Barthélémy Ferreris, de
Leyden, que también es pintor, tiene a su lado una preciosa Virgencita.
Dije arriba, lo inteligente que era Lucas al traducir los estados
anímicos, lo que vemos particularmente en una estampa donde el rey Saúl, con el
rostro contrariado y con todos los caracteres de desconcierto, quiere
golpear a David que está tocando el arpa frente a él
#.
Efectos del mismo tipo se pueden observar en varias obras del artista,
especialmente en una pequeña plancha que Vasari elogia, y donde un campesino
parece sufrir mucho por un diente que un
charlatán le saca, y que no se da cuenta de que durante la operación, una mujer está
vaciando su cartera
#.
En otro grabado del mismo tamaño, vemos una
inteligente representación de dos ancianos, un hombre y una mujer, que, de
una manera muy natural, hacen música al unísono
#. Podría tomarse como
ilustración del pasaje donde Plutarco
(Deberes
del Matrimonio 11), al tratar de las leyes del
matrimonio, dice que, en este estado, es la palabra del marido la que debe
dominar, como las cuerdas más gruesas deben hacer el sonido más profundo,
porque el artista ha puesto en las manos del marido el instrumento más
grande.
Su grabado más logrado es un retrato del
emperador
Maximiliano, ejecutado en el momento en que este emperador llegó a Leyden
para ser allí proclamado. Es la cabeza grabada más grande y excelente que se
conoce de él, y está tratada con extraordinaria firmeza.
¡Hombre raro!,
No sé si elogiarlo más como pintor, como grabador, o como pintor de vidrios.
Según el conocimiento común, habría aprendido a manejar el buril, de un
grabador que decoraba armaduras con la ayuda del aguafuerte, y su aprendizaje
se habría completado con un orfebre. También hizo unas bonitas láminas
grabadas y talladas al aguafuerte, y algunas en madera, que están notablemente ejecutadas.
También hay algunas de sus obras en vidrio, cosas que vale la pena
conservar. Hay, entre otras, en casa de Goltzius, muy aficionado a sus obras, un
pequeño cuadro de este tipo: el Baile de las jóvenes que van al encuentro de
David, que está extraordinariamente bien tratado. Jean Saenredam hizo un
buen grabado.
A la edad de unos treinta y tres años, Lucas se apoderó
del deseo de visitar a los pintores de Zelanda, Flandes y Brabante, y partió
como un personaje, al parecer en su propio barco, bien equipado con todo lo
necesario.
Al llegar a Middelburg, se deleitó en ver las obras del hábil
Jan de Mabuse, que vivía allí y había pintado allí varios cuadros.
Lucas
van Leyden ofreció a Mabuse y a otros artistas un banquete de sesenta
florines, e hizo lo mismo en Gante, Malinas, Amberes, donde en cada ocasión
gastó para los pintores al menos sesenta florines.
A todas partes lo
acompañaba el ya mencionado Jean de Mabuse, quien se comportó como un gran
señor, yendo vestido con un manto de paño dorado, y el mismo Lucas vestía un
fino abrigo camelote amarillo, que brillaba al sol como el oro.
Pero como
Mabuse se impuso por el esplendor del traje, algunos afirman que Lucas
habría tenido que sufrir el desdén, o habría sido menos considerado por los
artistas.
Pero la relación del arte y sus seguidores, no siempre es lo
que se espera. Se afirma que Lucas habría deplorado a menudo su viaje,
pensando que un colega celoso le habría administrado un veneno, porque a
partir de ese momento sólo languideció.
Ya sea con razón o sin ella,
esta idea lo poseyó, siempre, durante los seis años que transcurrieron hasta
su muerte, a menudo estaba postrado en cama. No sé si tenía dolor en el
pecho u otra cosa, pero ciertamente su idea lo obsesionó.
Y sin embargo,
acostado como estaba, pasó poco tiempo sin manejar el cincel o el pincel,
pues había pedido su material especialmente para este propósito y parecía
estar más apasionado por su arte.
Un ejemplo frecuente entre los grandes
maestros, a quienes el ejercicio de su noble profesión, les da día a día un mayor
apego al trabajo.
Cuando su salud y sus fuerzas habían ido decayendo
constantemente, cuando la ciencia se había vuelto impotente para aliviarlo,
y cuando sintió que se acercaba su fin, quiso contemplar por última vez la
bóveda del cielo, obra del Señor, y, para cumplir su propósito, su doncella lo
llevó fuera. Fue su último viaje. Murió dos días después, a los treinta y
nueve años, en 1533.
El día anterior a su muerte, fue un día que ha
quedado en la memoria de los ancianos bajo el nombre de, "el día de la
calurosa procesión de Leyden", pues, en esta procesión, varias personas
se desmayaron y perecieron a consecuencia del calor
(Jan Jansz Orlers - Beschrijvinghe van de stadt
Leyden, pag.269, quizás la fuente del curioso dato).
La última placa que
grabó es una pequeña
Palas
(No está firmado), y se dice que fue encontrada terminada en su
lecho de muerte, como para indicar que había querido, y ejercido hasta el fin,
su noble e inteligente profesión.
Dejó una hija única, que, nueve
días antes de la muerte de su padre, dio a luz a un hijo.
Cuando
volvieron del bautismo, preguntó el nombre de su nieto, y habiendo observado
alguien que después de él seguiría habiendo un Lucas van Leyden, no lo tomó a
mal, como si hubieran querido decir que lo queríamos muerto.
Este
nieto, Lucas Damessen, murió en Utrecht en 1604, a la edad de
setenta y un años. Era un pintor bastante bueno, como sigue siendo su
hermano Jean de Hoey, pintor del rey de Francia.
Lampsonius compuso en elogio de Lucas van Leyden un poema latino concebido
más o menos en estos términos, que encuentro insuficientemente elogioso.
Tú también Lucas, no igual a Durero,
Pero cerca de él, ya sea
variando tus métodos
Haces pinturas o grabados.
Los
muestras, o confías tu cobre
Al frágil papel, cosa digna de
admiración.
Acérquese (si lo desea,
o tu honor) y permítanos
en estos versos
Asociar tu gloria con la de Leyden, tu patria.