La vida de
Aldegraef , pintor
y grabador
de
Soest
Biografía desde
Habría,
hace mucho tiempo, dado lugar en mi libro a Aldegraef, si no hubiera sido
por la demora ocasionada por la vana espera de información que pregunté por
él en Westfalia, de donde creo que era, y donde ciertamente vivió durante
mucho tiempo, particularmente en Soest, una ciudad importante a ocho millas
de Münster.
En varios iglesias de esta ciudad se ven sus obras, en
particular en la antigua iglesia, donde se encuentra un hermoso retablo de
la Natividad.
Para una iglesia en Núremberg completó, en dos
partes, una pintura de Alberto Durero, (Solo
el
tríptico de Paumgartner, tiene como origen una
iglesia en Núremberg, y no parece que la tocara otra mano)
y sus pinturas aún se encuentran en
otros lugares.
Sus grabados son muy buscados, ya que era un hábil
grabador, e hizo con un cincel, varios retratos notables de príncipes,
eruditos, etc.
También dejó retratos de sí mismo, en los que tiene,
creo, anotada su edad, o por lo menos la fecha de su nacimiento
#.
Grabó, además, finísimos retratos de
Jan van Leyden, el efímero e
ilegítimo Rey de Munster, y de
Knipperdolling.
De él tenemos una serie de grabados con la historia de Susana, en cuatro
pequeñas piezas
#,#,#, varias
mujeres desnudas en el mismo formato, la Historia con los trabajos de
Hércules
(#,#,#,#,#,#,#,#,#,#,#,#), 12 grandes danzantes, más otra serie de 8 danzantes más pequeñas,
(Algunos de la danza de la muerte )#,#,#,#,#,# obras
datadas entre 1538 y de 1551,
que es el período en el que estuvo trabajando.
Estas planchas no menos notables,
en relación con las formas,
composición y vestuario, como por la ejecución material, son
justamente buscadas. Es lamentable sin embargo, que este autor, no pudo evitar, construir sus
ropajes, creando confusión, resultado del demasiado número de pliegues y roturas. Esto no impide, que
fuera un buen maestro, y uno de aquellos cuyo nombre es digno de pasar a la
posteridad.
Murió en Soest, y recibió un
entierro deshonroso
Un pintor de Münster, su compañero de viaje,
llegando por saber y no encontrándolo con vida , le puso una lápida en
su tumba con su nombre, y el
monograma que tenía costumbre de inscribir en sus planchas.