LAS SÁTIRAS DE HORACIO.
LIBRO PRIMERO.
, II,
III , IV , V , VI
, VII , VIII
SATIRA I, A MECENAS.
LIBRO I. SATIRA
III.
SATIRA IV.
SATIRA V.
¿ De qué nace, Mecenas ,
Que a la elección la deba ó la fortuna,
Su suerte cada cual halla importuna,
Y con envidia mira las ajenas ?
« ¡O mercader felice!»
Aqui el soldado dice,
De años y de trabajos abrumado.
« ¡Venturoso el soldado!
Allá el mercader grita,
Cuando su nave el huracán agita:
Va a la guerra, es verdad, pero al instante
Muere con gloria, ó tórnase triunfante.»
La suerte envidia del que el campo habita
El abogado, si al cantar del gallo
El litigante viene a despertarlo.
Si porque dió fianzas un villano ,
Le sacan de su casa,
Cuando a la ciudad pasa,
Solo cree feliz al ciudadano.
Pero ¿ a qué ejemplos mas de esta manía?
El charlatán de Fabio
Sin cansarse contarlos no podria.
No estés pendiente empero de mi labio,
Y oye do a parar voy : si un dios viniera
Y « vamos, les dijera,
Lo que ansiais, otorgaros he dispuesto.
Militar, desde hoy mas, mercader eres;
Labrador, tú letrado, pues lo quieres.
Al punto cada cual parta a su puesto:
¿No os marchais?» Rehusáranlo medrosos
Cuando estaba en su mano ser dichosos.
¿ Mostrar no debería
Su justa indignación Júpiter luego,
Y anunciar que ya nunca prestaría
Blando el oído a semejante ruego?
Hay mas, y no se entienda
Que me burlo, aunque nada
Decir impida la verdad burlando;
Cual porque la lección mejor aprenda.
Confites da tal vez al rapaz blando
El maestro indulgente.
Las chanzas, a pesar de esto, dejando.
Hablemos, ó Mecenas, seriamente.
El posadero pérfido, el soldado,
El que la tierra rompe con su arado,
Y el marino que audaz surca los mares,
Dicen que si trabajan y se agitan,
Es para retirarse a sus hogares,
Cuando un recurso tengan ya seguro
Con que pasar una vejez dichosa;
Cual la hormiga afanosa,
(Pues este es el ejemplo que nos citan),
Mirando a lo futuro,
Acarrea a su troje
Cuanto su boca aquí y allí recoge.
Si; mas cuando en enero
Contrista al suelo el nebuloso Acuario,
La hormiga se está quieta en su agujero,
Comiendo en fin lo que acinó prudente:
Mientras que escarcha fría, sol ardiente,
Fuego, mar, cruda guerra
En ti no apagan la pasión del oro,
En cuanto otro mas rico haya en la tierra.
Y ¿ a qué anhelar tesoro,
Que de zozobra lleno,
Has de enterrar en su profundo seno ?
Si le tocas, le juzgas destruido;
Si no le tocas, ¿qué te habrá servido?
No mas cabrá en tu vientre que en el mío,
Por grande que el montón de tu mies sea;
Ni al esclavo que panes acarrea,
Toca mas parte que al que va vacío.
¿Qué mas da que posea
Mil ó cien aranzadas el que vive,
Según naturaleza le prescribe?
—Mas siempre es un encanto
Tomar de donde hay mucho.—Y mientras puedo
De un pequeño montón tomar yo tanto,
¿ Valdrán mas que mi cesto tus paneras?
Lo mismo es así hablar, que si dijeras,
Agua para beber necesitando,
« Quiero, mejor que de esta humilde fuente,
Irla a coger al rápido torrente.»
Y ¿ qué? a la orilla con siniestro aviso,
Ansia le arrastra ingrata,
Y orilla y bebedor la onda arrebata;
Mientras quien se limita a lo preciso,
No agua bebe de cieno enrojecida,
Ni el agua pone término a su vida.
Mas deslumbradas por codicia necia,
Muchas gentes dirante:
«Nunca, nunca se tiene lo bastante:
A ninguno se aprecia
Sino en razón de aquello que posee.»
Y ¿ qué hacer con el hombre que esto cree?
Supuesto que tal dice,
En su suerte dejémosle infelice.
Cierto ateniense, rico y cicatero,
Se burlaba entre sí del pueblo entero:
aSi, rae silban, decía,
Y yo en casa retozo de alegría,
Cuando paso revista a mis doblones.*
De sed, al lado de abundosa fuente,
Tántalo se consume ¡ Qué! ¿ te ríes?
Ese eres tú con nombre diferente;
Pues sobre los montones
Yaces temblando de oro mal ganado,
Y tocarlos no puedes, cual si fuera
Un objeto sagrado,
Y cual de un cuadro gozas del dinero.
—Y ¿ qué haces tú con el? dirásme empero.
—Comprar el pan, el vino, la legumbre ,
Aquello de que yo sin pesadumbre
O sin dolor jamás carecer puedo.
¡Qué! no dormir de miedo,
Estar siempre temblando
De incendios, de ladrones,
De que se huyan, llevando
Tus esclavos consigo cuanto tienes,
¿Parécete de un hombre este el empleo?
Pues yo de tales bienes
Pobre toda mi vida ser deseo.
—Pero si me constipo, ó en la cama
Otros males me retienen prolijos,
Tendré quien me acompañe, y quien me aliente;
Quien al médico traiga prontamente,
Y a mis parientes tórneme y mis hijos.
—No, no, a ninguno tu salud desvela;
A tus hijos, vecinos, parentela,
A tus criados, y a tu misma esposa,
Es tu existencia odiosa.
Y ¿cómo ser podría de otro modo,
Cuando tú al oro lo pospones todo ?
¿De aquellos que contigo unió natura,
Conservar pretendieras la ternura,
Cuando ningún retorno esperar deben
De tu alma empedernida?
Tan vano es este intento,
Cual si el tardo jumento
Dócil hacer quisieses a la brida.
Que cese pues el anhelar liviano,
Y nadando en riqueza,
De temer deja la fatal pobreza.
Pues lo que ansiabas tienes ya en tu mano,
No afanes mas, y gózalo contento.
No imites a un Umidio (es corto el cuento)
Tan rico, que medir el oro hacia;
Mas tan ruin, que vestía,
Cual si el esclavo mas infame fuera.
Hasta su hora postrera
Temió morir del hambre a la crueza:
Pero un dia una esclava,
Mas que de Agamenón la esposa, brava,
Le partió con un hacha la cabeza.
—Mas ¿ qué quieres de mí? ¿ será por suerte
Que viva como Mevio ó Nomentano?
—De un extremo a otro pasas, hombre insano;
No cuando yo te vedo ser mezquino,
Disipador te quiero ó libertino.
Entre Tánais y el suegro de Visedio
Media un largo intervalo;
Hay en las cosas siempre un justo medio ;
Malo es pasar, y no llegar es malo.
Y volviendo a mi tema, yo pregunto,
¿Por qué al avaro cada cual semeja,
Y codiciando de otros el destino,
Se consume al mirar que del vecino
Dé mas leclie la oveja?
En vez de compararse
Con los mas pobres que él, ¿por qué se afana
En pasar hoy a aquel, a este mañana,
En anhelo incesante,
Cuando siempre ha de haber otro delante?
Tal, lanzados los carros en el circo,
Sus rápidos bridones uno agita,
Y en pos se precipita
Del que delante de él corre y se aleja,
Sin pensar en los otros que atras deja.
De aqui nace que apenas se nos cita
Quien pueda al fin decir, «feliz he sido; »
Y contento del tiempo que ha vivido,
Su último aliento exhale,
Cual de un festin el convidado sale.
Mas ya basta; no quiero que receles
Que a Crispin le he robado sus papeles.
autor se deberia desear que no hubiesen sobrevivido á
las catástrofes de tantos siglos, para dar una idea poco
ventajosa de su dulzura y de su urbanidad. Por dicha,
si en un arrebato de cólera pudo el ilustre venusino olvidarse
alguna vez de lo que se debía a si mismo, y aun
á la posteridad, en cuya memoria estaba él seguro de
vivir eternamente, las sátiras que escribió a sangre fría,
y cuando no estaba subyugado por ninguna pasión imperiosa,
son en general un archivo inagotable de chistes
ingeniosos y de sarcasmos agudos; una colección preciosa
de preceptos generales de moral y de reglas particulares
de conducta; uua galería, en fin , de cuadros divertidos
y variados, a cuya vista se cree todo hombre perspicaz
é inteligente trasladado a la antigua capital del
mundo, donde se figura estar viendo las extravagancias
de un siglo, no menos fecundo en ellas que el nuestro.
Horacio había mostrado ya en las odas Intactis opulentior,
y Delicia majorum, cuan capaz era de combatir
estas estravagancias con el acento sublime de la indignación
virtuosa, que acaso con demasiada energia, y sobre
todo con demasiada frecuencia, empleó algún tiempo
despues el virulento satírico de Aquino. Pero el que
predicando contra los vicios, se enardece y encoleriza,
malogra, con el mal ejemplo que da, el fruto que podía
sacar de sus consejos, si enunciados con suavidad,
apareciesen mas desapasionados. Por otra parte, en el
calor de la declamación se exageran las faltas que se reprenden
, y esta especie de exageración suele confundirse
con la impostura, y escitar por lo tanto la desconfianza,
en vez de asegurar ó de completar el convencimiento.
F,n fin, en las estravagancias humanas hay a veces mucho
de escusable, y aun puede en ocasiones haber algo
de plausible: por esta razón, algunas de las violencias
del amor, ó de las condescendencias de la ternura paternal,
ó de las aprehensiones de un patriotismo desconfiado
y quisquilloso, no merecen ser tratadas con la
misma dureza que otros errores ó defectos, no cohonestados
con tales motivos. Esta diferencia en los objetos
de la sátira exige que la haya también en el modo de
tratarlos; pues si contra algunos vicios se necesita emplear
la vehemencia áspera, ó la séria monotonia
de la declamación, otros se pueden corregir mejor
con el abandono y la ligereza de la sátira festiva, que
admite toda clase de locuciones, se estiende a toda especie
de objetos, se proporciona a todas las capacidades, se
adapta a todos los humores, y produce por último un
efecto constante y seguro, pues la verdad se recibe tanto
mejor, cuanto mas seductoras son las formas bajo
que se presenta; y ninguna lo es mas, que aquella que
arranca tai vez una sonrisa hasta del hombre mas melancólico.
Los griegos no conocieron esta especie de sátira, aunque
tuvieron y cultivaron por mucho tiempo el poema
satírico. En las notas a la Epístola a los Pisones manifestaré
la índole de aquella especie de poema, que nada tenia de
común con la sátira romana mas que el nombre, ó por
esplicarme mas exactamente, la semejanza del nombre.
Los griegos le llamaron sátiro, porque los singulares
personages caprípedos, a quienes dió la atígüedad el
nombre de sátiros, eran de la esencia de la composicion;
pero en Roma el nombre de sátira se tomó de
satura {harta), adjetivo que se usaba solo, aunque
refiriéndolo siempre a un sustantivo que se suplía, que
por lo común era lanx; y se entendía por lanx satura,
una fuente llena de primicias de diferentes frutos, que
se presentaba a Ceres en sus fiestas, y a la cual se daba
la calificación de satura, a copiá et saturitate rei,
como dijo el gramático Díomedes. Despues se dió el
mismo nombre a todo plato compuesto de muchos manjares,
y sucesivamente a las obras de cualquiera clase
que trataban de diversas materias De estas obras ó sátiras
se compusieron algunas, en la infancia del arte dramática,
para representarse ó cantarse, en lugar de las
groseras composiciones fesceninas, de que hablaré en las
notas a la epístola 1.a del lib. II, y que muy luego fue
necesario proscribir. Livío Andróuico, Enio y Pacuvio
hicieron sátiras, en que mezclaron, según el uso, no
solo las materias, sino varias especies de metro. Lucilio
adelantó y mejoró notablemente esta especie de composicíon,
que sin embargo se mantuvo muy desaliñada,
hasta el tiempo en que el ingenio de Horacio la elevó á
la perfección que él sabia dar a todas las especies de
poesía que cultivaba; pero aun entonces, continuó, como
lo hacia en su origen, tratando de la multitud de
objetos que habían sido siempre de su jurisdicción, y á
los cuales habia debido su nombre primitivo de satura;
que se escribía también con i , lo mismo que se escribía
optumvs y optimus, maxumxts y maximus etc.
El tratar de muchos asuntos, y pasar mas ó menos
rápidamente de unos a otros, era pues propio de la sátira;
y tan lejos está nuestro poeta de merecer la reconvención
que algunos le hicieron, de que en las suyas
se estraviaba ó distraía de su objeto, que al contrario
él fue el primero que empezó a circunscribir ó limitar esta
composicion, no saliendo del asunto a que en cada
uno de sus discursos se contraía, sino para pasar a otros
análogos, que por lo regular abandonaba despues, para
volverse al punto de donde había partido. Cuando he
llamado discursos a las sátiras, he querido traducir el
título de sermones, que les dan muchos críticos, y bajo
el cual comprenden también las epístolas, sin otra distinción
que suponer que estas últimas, aunque discursos,
se dirigen a ausentes; circunstancia que no se exigía
en los otros discursos llamados sátiras. En muchos manuscritos
y ediciones, dándose en general a los. libros de
las sátiras la denominación genérica de sermones, se
da a cada una de las piezas separadamente el nombre
de écloga.
El primer secreto de las sátiras de Horacio es, no la
originalidad de los caractéres, como dijo algún crítico,
sino la novedad con que él los coloca en el cuadro, la
exactitud con que los dibuja, y la habilidad con que los
contrasta; pero este secreto, que es un gran mérito, no
es ciertamente el único de nuestro poeta ; la ligereza con
que desflora las materias, la destreza con que abandonando
un objeto para pasar a otro, presenta a este enlazado
con aquel, cuando ya creían los lectores que los
habia abandonado a entrambos; la maestría con que de
lo particular sube a lo general, y al contrario, sacando
á veces de un ejemplo trivial uua máxima importantísima,
y fortificando a veces el precepto cou su aplicación á
algún hecho conocido; la solidez de los raciocinios, la
energía de la espresion, y otras mil especies de mérito,
que tendré ocasion de desenvolver en las notas, hacen
de las sátiras de Horacio una lectura agradable, al paso
que provechosa, una diversión, al paso que un estudio.
«No se podría dar de ellas una idea mas exacta , dice el
académico francés Dacier, que asimilándolas a las estatuas
de los Silenos, con las cuales comparaba Alcibiades
á Sócrates en un banquete, y que sin ser vistosas
por fuera, mostraban al abrirlas las figuras de todas las
divinidades. Al pronto, añade Dacier, nada se descubre
que interese en estas sátiras, que parecen mas propias
para entretener a niños, que para ocupar a hombres. Pero
cuando se levanta el velo que encubre ú oculta su
interior, y se reconoce este hasta lo hondo, se encuentran
reunidas todas las divinidades, es decir, todas las
virtudes, a cuya práctica deben aplicarse los hombres.
Hasta ahora se han limitado ellos a ver lo de fuera,
y es asombroso que composiciones tan leídas hayan sido
tan poco conocidas, ó tan mal esplicadas.... En ellas
quiere Horacio enseñarnos a combatir nuestros vicios, á
enfrenar nuestras pasiones, a oir la voz de la naturaleza
para limitar nuestros deseos; a distinguir lo verdadero
de lo falso, y las ideas que formamos, de los objetos
que nos las inspirau; a deponer los errores que nos
preocupan, a conocer bien los principios y los motivos
de todas nuestras acciones, y a preservarnos de la ridiculez
en que caen los hombres, que encaprichados con su
opinion, la sostienen obstinadamente, sin examinar si es
ó no fundada. El autor, en suma, trabaja por hacernos
dichosos, agradables y fieles para con nuestros amigos,
y complacientes, circunspectos y honrados para con todos
aquellos con quienes debemos vivir.»
Estas observaciones son tan ciertas, que a mí mismo,
que desde la edad de 20 años sabia de memoria las sátiras
de Horacio, me sucedía muchas veces desconocer
su mérito, no saborear sus gracias, no encontrar el modo
de enlazar los pensamientos, no sentir por consiguiente
el placer de las transiciones, ni ver en fin aquella
coherencia y couexion, sin las cuales de ninguna
composicion puede decirse que tiene mérito; y solo la
meditación profunda y la necesidad de desentrañarlas para
traducirlas, me hicieron conocer el mecanismo ingenioso
de estos festivos discursos, la trabazón sábia , aunque á
veces oculta de sus partes , la moral pura y sublime que
encubren bajo formas, a veces picarescas, y las demás
cualidades que las distinguen. «Cuanto en la sátira primera
se halla, dice el P. Sanadon , es muy razonable y
muy perceptible, y este es el carácter de todas. Aquellos
mismos a quienes ataca el poeta, no podrian quejarse,
pues no los irrita con invectivas exageradas; y contento
con hacerles tocar por sí mismos la ridiculez de sus sentimientos
y de su conducta, los deja corridos en su interior,
es decir, que los pone en estado de curarse á
sí mismos.«
Despues de enumerar las cualidades y circunstancias
de la buena sátira, y de presentar las de Horacio como
el mejor modelo, decia nuestro Francisco Cascales: «Es
artificio suyo (de Horacio) no ensangrentar la lanza contra
uno, sino tratando de una cosa, picar a este y al
otro de camino; de manera que parece que no hace
nada, y les da de medio a medio, como si fuera su intento
tratar particularmente de cada uno.» El caballero
de Jaucourt, que si no sabia mas que Cascales, tenia á
lo menos un gusto mas puro, decia mucho despues que
él: «Su sátira (la de Horacio) no presenta sino los sentimientos
de un filósofo culto, que ve con pesar las estravagancias
de los hombres, bien que algunas veces se
divierta con ellas: las mas de las veces presenta solo
retratos generales de la vida humana; y si de cuando en
cuando desciende a particularidades , es menos para ofender
á nadie que para amenizar el asunto, y poner la
moral en acción. Casi siempre son fingidos los nombres;
y si hay algunos verdaderos, son de personas que ya no
tenian derecho a su reputación. En suma, el genio que
animaba a Horacio no era ni maligno ni misántropo, sino
amigo delicado de lo verdadero y de lo bueno ; que veía
á los hombres como eran, y que mas frecuentemente los
juzgaba dignos de lástima ó de risa, que de odio ó de
animadversión. » El crítico mas respetable de los tiempos
modernos , Laharpe, hablando del mismo asunto , se esplicaba
asi: « La moral de Horacio es al mismo tiempo dulce
y pura, y nada tiene de exagerado, de fastuoso ni de
feroz. Ningún poeta conoció mejor el lenguage que conviene
á la razón: sin predicar la virtud, la hace sentir:
sin mandar que se tenga prudencia, la hace amar: conociendo
lo peligroso que es el papel de censor, halla medio
de preservarse de sus escollos: nadie puede quejarse
de que a él solo le reprende, pues siempre habla con
todos, y es demasiado festivo para que nadie le llame
regañón: por último, Horacio hace cuanto puede para
evitar el fastidio, que es el mayor inconveniente de la
moral, empleando una variedad de tonos inagotable, episodios
de mil clases, diálogos, ficciones, apólogos y
pinturas de caractéres, y usando hábil y atinadamente de
la forma dramática, tan feliz y oportuna donde quiera
que puede entrar.» En fin, el vigoroso traductor francés
de Juvenal, el académico Dusaulx , que ensalzando al cielo
la austeridad varonil del tronador satírico de Aquino, no
podia menos de ser poco favorable al de Venusia, decia
asi a su pesar: «El cliente de Mecenas reunía prendas
eminentes y sólidas a talentos agradables; y no menos
filósofo que poeta, dictaba con igual desembarazo los
preceptos de la vida y los de las artes.»
Esto en cuanto a las sátiras de Horacio en general.
En cuanto a la primera de este libro, es una composicíon preciosa, en que por
entre el desaliño, quizá estudiado, de los giros, el abandono de la versificación,
y
el acinamiento de las comparaciones, se descubre el pincel delicado de un poeta
fácil, el tacto fino de un cortesano hábil, y las inspiraciones felices de una
filosofía indulgente y generalmente practicable. En las notas procuraré
hacer perceptible esta verdad; pero entre tanto creo que no sentirán mis lectores
que les presente aquí un objeto de comparación en la traducción que de esta
pieza hizo pocos años há D. Tomás triarte, que goza de justareputación como
literato. Héla aquí-
¿Por qué será que nadie bien hallado
Vive, ó Mecenas, con aquel estado,
Qué tal vez el acaso le destina,
O a que por elección tal vez se inclina,
Y ha de tener cualquiera
Por feliz al que sigue otra carrera?
«¡Dichoso el mercader!» dice el soldado,
De años y de fatigas quebrantado.
Oh! clama el mercader por otra parte,
Cuando su nave sufre adverso viento:
«Mas vale, s í , la profesion de Marte.
¿A qué está reducido? En un momento
La pelea se traba,
Y en pronta muerte acaba,
O en festivo y glorioso vencimiento.»
El abogado con envidia alaba
Al labrador, si antes que el gallo cante
Llamando está a su puerta el litigante:
Y al mismo labrador cuando abandona
Sus haciendas, y en Roma comparece,
Porque de su persona
Un fiador responde, le parece
Que solo el ciudadano es envidiable.
De esto hay tantos ejemplos cada dia,
Que aun Fabio, el hablador infatigable ,
Si los fuera a citar, se cansaría.
Y por no entretenerte mas prolijo,
Oye a qué fin mi plática dirijo.
Si les dijera un Dios: «vaya en buen hora;
Que a contentaros vengo: t ú , soldado,
Has de ser mercader; y t ú , abogado,
En labrador te has de volver ahora:
Trocad vuestros papeles: idos : ¡ ea!
¡Qué! ¿Esperáis todavía?»
No quisieran ceder de su porfía;
Y eso que cada cual tiene en su mano
El ser ya tan feliz como desea.
Yo no sé por que Jove soberano
No les muestra un semblante
Ceñudo (pues lo tienen merecido),
Negándose a prestar en adelante
A tales ruegos favorable oído.
Pero el asunto es sério, y antes pide
Veras que burlas; bien que nadie impide
#
Se diga la verdad asi burlando,
Como a los niños dan de cuando en cuando
Los maestros uu bollo, una rosquilla,
Porque mejor aprendan la cartilla.
Dejemos pues aquí chanzas a un lado.
Quien la pesada tierra
Koinpe con duro arado,
El infiel tabernero,
El que sigue la guerra,
Y el audaz marinero
Que por diversos mares se aventura,
Toleran (según dicen) tantas penas,
Mirando siempre a la vejez futura,
Y ofreciendo que apenas
Logren para comer renta segura,
Buscarán un retiro sin faenas,
A imitación de la industriosa hormiga,
Que sufre en chico cuerpo gran fatiga,
Y en el monton que acrecentar procura,
Tan sagaz como pródiga, coloca
Todo lo que acarrea con la boca.
Pero ella, cuando aspecto diferente
El año toma, y la tristeza siente
Que le infunde el Acuario,
No deja su mansión; goza paciente
De lo que ha recogido; y al contrario,
Tú, ni por los calores del estío,
Ni por el fuego, el mar, el hierro, el frió,
En usuras y logros te contienes;
Ni perdonas afan, con tal que evites
Que otro llegue a tener mas que tú tienes.
¿De qué te sirve, di, que deposites
En la cavada tierra con secreto,
Y con temor inquieto
Una gran cantidad de plata ú oro?
Piensas que con llegar a aquel tesoro
Se te ha de convertir al punto en nada;
Pero, por otra parte, si avariento
Nunca llegas a é l , ¿ qué lucimiento
Tiene un monten de plata arrinconado?
Millares de fanegas en tus eras
Cada cosecha trillarás: ¿y esperas
Que por eso en tu vientre
Mas que en el mió acaso quepa y entre ?
Serás como el esclavo, que aunque carga
El talego del pan que le ha tocado,
No logra se le dé ración mas larga
Que a los esclavos que no llevan carga.
Dime, pues, ¿qué cuidado
Tendrá el hombre que vive
Dentro de aquellos límites prudentes
Que la naturaleza le prescribe,
De que las aranzadas
De sus tierras aradas
Por centenares ó por miles cuentes?
Dirás que es mucho gusto
Sacar de un monton grande; y yo replico
Que si tú me consientes
Otro tanto sacar de un monton chico,
No hallo motivo justo
Para alabar tus trojes mas que el cesto
En que yo de mi pan tengo el repuesto.
Lo mismo es, que si acaso
Algún cántaro de agua, ó bien un vaso
Solo necesitaras, y dijeras:
Al rio voy por ella , y no a la fuente.
Asi, cuando se lleva las riberas
El ímpetu del Aufido, igualmente
Al codicioso arrastra y precipita,
Que inútil redundancia solicita:
Pero quien se contenta, como debe,
Con lo que necesita,
Ni turbia con el cieno el agua bebe,
Ni se espone a que el rio se le lleve.
Con todo una gran parte de los hombres,
Que engañada se envicia
En la tenaz codicia,
La suele disfrazar con falsos nombres.
Que nunca tiene lo bastante, dice,
Porque al que tiene mas, mas se le aprecia.
¿Qué hemos de hacer con esta gente necia?
La dejaremos ser siempre infelice,
Ya que de serlo asi gusta y se precia.
Esto me hace acordar de un avariento,
Hombre muy opulento,
Habitante de Atenas, que decia ,
Despreciando la grita de la plebe:
« El vulgacho se atreve
» A silbarme, es verdad; pero a fé mia
» Que en llegando a mi casa,
» A solas me complazco y congratulo,
» Cuando atenta repasa
» Mi vista los dineros que acumulo.»
Tántalo apenas toca
Con el labio sediento
El agua que va huyendo de su boca....
¿De esto te ries? Pues aplica el cuento,
Que si el nombre de Tántalo se muda,
Te viene bien la fábula sin duda.
Cuando, por todas partes rodeado
De acinados talegos de dinero,
Te acuestas, oh insaciable cicatero,
Te ves a no tocarlos precisado,
Cual si fuera un depósito sagrado,
O a gozarlos del modo
Que se suele gozar una pintura.
¿No sabes el valor y el uso todo
Del caudal? Compra pan, vino, verdura,
Y algunas otras cosas sin las cuales
Viven incomodados los mortales.
Pero en vela pasar noches y dias
Entre continuos sustos y agonías,
Poniéndote en cuidado
Ya ladrones, ya incendios, ya un criado
QÜe te robe y se ausente,
¡Muy buena diversión es ciertamente!
Jamás el cielo quiera
Que sea rico yo de esta manera.
Mas dirás que si un recio constipado,
U otra cualquier especie de accidente
Te postra en cama, sabes que a tu lado
Siendo hombre de dinero, tendrás gente
Que remedios te aplique ,
Y al médico suplique
Te vuelva la salud, que tanto importa
A tus hijos y amada parentela.
Bien al contrario: tu muger no anhela
Sino que tengas una vida corta,
Y lo propio tus hijos: te aborrecen
Vecinos, conocidos, mozos, mozas:
Y cuando preferibles te parecen
Las riquezas que gozas
A todo lo demás, ¿ acaso estrañas
No hallar entre el concurso que te asiste
Un afecto que nunca mereciste ?
Sabe, pues, que te engañas
Si, no poniendo cosa de tu parte,
Piensas en conservar y asegurarte
La amistad y fineza
De deudos que te dio naturaleza.
Tu tiempo perderás, como el ginete
Que en el campo de Marte
Pretenda que un borrico se sujete
Al mando de la rienda,
Y el galopar del picadero aprenda.
Basta de atesorar: más no desees;
Y al paso que ha crecido tu riqueza,
Ve temiendo ya meuos la pobreza;
Que pues al fin posees
Aquello a que aspiraban tus anhelos,
Razón es descansar de esos desvelos.
No te suceda un dia
Lo que le sucedió (breve es el cuento)
A un tal Umidio. Fué tan opulento
Que a celemines su caudal media;
Tan mísero f que trage mas decente
No solia gastar que el de un sirviente.
Ilasta el último punto de su vida
El desdichado recelando estaba
Que moriria de hambre sin remedio;
Pero, mas esforzada y atrevida
Que las hijas de Tíndaro, una esclava
Le partió con un hacha medio a medio....
« Pero, en fin, ¿qué he de hacer? qué me aconsejas?
» Ya que ser avariento no me dejas,
» ¿Pretenderás que como Menio viva,
» O como Nomentano"?....» No por cierto:
También es estremada y escesiva
La conducta contraria; y si te advierto
No incurras en el vicio
De vil ahorrativa,
No por eso te exhorto al desperdicio
De un disoluto pródigo y sin juicio.
Tañáis en verdad se diferencia
Del suegro de Viselio; y bien se sabe
Que un cierto medio en todas cosas cabe.
Límites fijos puso la prudencia :
Entre ellos la virtud tiene su asiento;
Y lograrla no puede
Quien de ellos ó bien dista, ó bien se escede.
Ahora, pues (volviendo a nuestro intento
De que ya demasiado me separo),
¿ Es posible que nadie esté contento ,
(Y mucho menos el ansioso avaro)
Con su fortuna actual ? Que 'envidien todos
A los que viven de otros varios modos?
Que se consuman si la cabra agena
Tiene la teta de mas leche llena?
¿Jamás ha de haber uno que repare
Que en mas copioso número se cuentan
Los que mayor pobreza esperimentan;
Que alguna vez con ellos se compare,
Y que siempre no anhele
Ser mas que este y que el otro ? Como suele
En los públicos juegos, al instante
Que desde la barrera
Los carros parten con veloz carrera,
Aguijar sus caballos cada uno
Para pasar a los que van delante,
Sin que el carro que atrás queda distante
Le dé cuidado alguno:
Asi, quien en ser rico mas se afana ,
Siempre halla otro mas rico que le gana.
De aqui nace que apenas hay sugeto
Que diga haber vivido felizmente;
Y que al fin, cuando el plazo vé completo
De sus años, con ellos se contente,
Saliendo de esta vida ,
Como aquel convidado que repleto
Sale de alguna espléndida comida.
Pero basta, Mecenas: ya no añado
Ni una sola palabra, temeroso
De que pienses, al verme tan pesado,
Que del autor Crispino el legañoso
Los largos cartapacios he robado.
V. 1. Qul Jit?... Al ver el disgusto, y a veces el
horror con que casi todos los hombres miran su ofició ó
profesión, y la especie de entusiasmo que manifiestan
por el oficio ó profesion agena: al escudriñar el origen
de estos sentimientos, que parecen ser generales ó comunes
á clases y categorías, pero que en realidad no son
mas que modificaciones parciales ó aisladas del egoísmo
de los individuos, en cuyos corazones se desarrollan
constantemente bajo una ú otra forma los gérmenes
fecundos de la envidia: al observar cómo cambia de
objetos el deseo, cómo muda de colores la esperanza,
cómo se subordinan a inspiraciones efímeras intereses
permanentes, y cómo se sacrifica el anhelo justo de un
fin loable al placer equívoco de un medio reprensible; al
reflexionar en fin sobre la multitud de fenómenos que
presenta el estudio de la moral y de la ideología , no se
puede menos de pensar que deben ser de una índole
muy estraña, ó combinarse de un modo muy singular
ios elementos que entran en la composiciou de ese indefinible
animal que se llama hombre. Curioso y útil seria
sin duda descubrir el mecanismo con que se labra sin
cesar la infelicidad de la inmensa mayoría de los individuos
de esta especie, a pesar de tener cada cual dentro
de sí una fuente inagotable de ventura, en la estension
y en la perspicacia de su razón, emanación preciosa de
la inteligencia divina, y prenda de la predilección celestial
en favor de la raza humana. Pero si no nos es dado
arrebatar a la naturaleza este pasmoso secreto, que ella
oculta, como otros muchos, entre el esplendor de la
magestad con que se rodea, nos es permitido a lo menos
consultar los oráculos de la dulce, de la consoladora
filosofía, para hallar el modo de precaver y de curar las
dolencias morales, de que los desventurados humanos
parecen condenados a ser siempre juguetes ó víctimas. No
podrían sin embargo todos los infelices buscar en las
obras de los filósofos el alivio ó el consuelo de que
necesitan: arredraríalos a menudo el aparato de la ciencia
, la austeridad de los métodos científicos, la severidad
de los preceptos, y sobre todo la falta de tiempo para
emprender un estudio seguido, al cual solo pueden entregarse
con fruto los hombres poco ocupados; y aun
cuando estos motivos no bastasen a retraerlos de aquel
trabajo, los mas de los que lo emprendiesen hallarían
solo cansancio y fastidio, donde iban a buscar distracción
y recreo. La poesía era la única arte que podia generalizar
los consuelos de la filosofía, y colocar la utilidad al
lado del deleite; la poesía aspiró pues a este objeto, y
cultivada por hábiles poetas, lo consiguió mas ó menos
completamente.
Cualquiera que sabiendo sentir lea el principio de la
sátira que me ha sugerido estas reflexiones, no podrá
menos de admirar el arte con que Horacio consuela al
paso que reconviene, halaga al paso que corrige, enseña
al paso que divierte, é interesa por último, ya sea que
reprenda, ó que escuse. Abren la escena diferentes individuos
, que ejercen varias profesiones, descontentas de
sí mismas y envidiosas de las otras, y que forman una
especie de congreso de disgustados, compuesto de militares,
comerciantes, ahogados y labradores. En él introduce
el poeta a Júpiter, manifestando acceder a los deseos de
aquellas clases representadas por un miembro de cada
una; pero cuando debia creerse que todos ellos se apresurasen
á aceptar el trueque que parecían anhelar, y en
que la bondad del dios de los dioses se dignaba consentir,
todos lo rehusan, y resisten aquel mismo bien en cuya
posesión afectaban creer que consistia su felicidad. Esta
renuncia unánime equivale a una confesion ó reconocimiento
formal de que en todas las situaciones de la vida
hay males y disgustos, que anejos a la humana condición,
nadie podria evitar, aun cuando cambiase de
profesión todos los dias: recuerdo importante, útil,
precioso, que debe hacer a los hombres mas circunspectos,
mas resignados, y mas dignos en fin de los altos
destinos a que los llama la índole privilegiada de su
especie. En esta escena ingeniosa resplandece aquella
moral sublime, que amiga y maestra de los hombres,
les muestra siempre al recelo siguiendo de cerca a la
ventura, y a la esperanza caminando ufana sobre las
huellas de la adversidad.
V. 2. Seu ratio dederit... No hay otro medio de
poseer algo en el mundo, que la elección ó el acaso. El
fenómeno del descontento general es mas notable cuando
la profesion de que se está disgustado ha sido elegida espontáneamente,
y no por efecto de algunas de las
combinaciones del acaso, de las cuales no seria estraño
que no estuviesen satisfechos muchos hombres.
V. 4. Gravis annis... Armis propuso leer un comentador,
y a la verdad que no seria mala lección, por
poco que estuviese autorizada.
V 8 Cita mors venit... Esto está superiormente pintado.
A todos los hombres les parecen siempre pequeños
los inconvenientes de las profesiones que envidian: el
mercader, codiciando la suerte del soldado, no podia disimularse
que este tenia que ir a la guerra, y que era
muy fácil morir en ella; pero «¿qué tenemos? dice, ó
muere ó triunfa en un momento, y todo se ha acabado.»
El deseo nos impide descubrir los inconvenientes de lo
que apetecemos ó envidiamos, y por eso el mercader no
ve en la profesion militar, mas que la alternativa de
la muerte ó de la victoria, cuando hubiera debido ver
la de la fatiga, que es un penosísimo estado habitual,
muy distinto del triunfo y de la muerte.
V. 10. Sub galli cantum... Los abogados tenian desde
muy temprano abiertas sus puertas.
V. 11. yadibus... A los fiadores que respondían por
otros se les dió, según Acron, el nombre de vades,
porque los que daban esta fianza tenian la facultad de
marcharse, vadendi.
Extractus... La incomodidad en efecto era terrible,
y
la palabra extractus la denota suficientemente. Obsérvese
con qué propiedad presenta Horacio en la escena al campesino
, al cual no le hace codiciar las riquezas, ni el
lujo de los habitantes de Roma , sino la proporcion que
estos disfrutaban de que, para comparecer ante un juez,
no necesitaban abandonar sus casas, como tenia que hacerlo
un aldeano.
V. 13 y 14. Loquacem Fabium... Acron y Porfirio
dicen que este Fabio era un caballero de Narbona, que
habia escrito sobre la filosofía estoica, y que habia disputado
muchas veces con Horacio. Sin duda en alguna de
estas disputas no habia quedado el poetó muy satisfecho
del filósofo.
V. 18. Matates partibus. Cambiados los papeles...
Todavia se usa entre nosotros esta locucion en el teatro,
en que aun se llaman partes los actores y los papeles:
partes de por medio se denominan todavia hoy los actores
subalternos; y fulano desempeña la parte de galan,
equivale a decir que hace el primer papel. Seria curioso
averiguar de qué manera ó por qué medios se ha trasmitido
á nosotros esta denominación de partes, tomada del
teatro latino, sin embargo de haber debido desaparecer
todos los usos de las artes escénicas en el largo periodo
de siglos que medió entre su ruina y su restablecimiento.
V. 19. Licet esse beatis... Los primeros autores lati-
TOMO III. 3
nos usaron indiferentemente en esta frase del dativo v
del acusativo.
V. 2t. Buceas inflet... Propter iracundiam , dice
Acron , quod est indignationis signum.
V. 23. Prxterea... i Qué feliz idea la de un erudito,
que imaginó sustituir a este parásito é ininteligible adverbio,
el verbo prxtereo, que sin otra variación que la
de la letra final, baoe un hermosísimo sentido f Si no
me hubiera propuesto desechar sin distinción toda variante
no autorizada, me apresuraría a admitir esta, persuadido.
como lo estoy, de que es imposible esplicar de
un modo satisfactorio los paréntesis que es menester aci
nar si se ha de conservar el adverbio. Leyendo prxtereo
en el original, se leería la traducción como se halla,
hasta
blando el oido a semejante ruego,
y despues seguiría de esta manera:
Mas ¿por qué yo mezclarme en tal contienda?
No es tan grave cuestión para tratada
De fiesta ó de chacota, si bien nada
Decir impide la verdad burlando, etc.
Esta idea es mucho mas clara que la que, forzado por
el adverbio prxterea, dejo espresada en la otra traducción.
V. 25. Crustula... Pastelillos, tortas, ú otras golosinas
de esta clase.
V. 28. lile gravem... No creo que nadie haya observado
el enlace de este trozo de la sátira con el anterior,
del cual se ha creido siempre desunido, con tanta mas
razón, cuanto que al fin de la pieza se dice terminantemente
, Illuc, unde abii, redeo ; de donde parece inferirse
que por confesion del poeta mismo, su largo diálogo con
el avaro no ha sido mas que una digresión A pesar de
esto, yo veo en las dos partes de la sátira un ensamble,
que se reconocerá sin dificultad, cuando se recapacite un
moineuto. Despues de la escena primera, se supone que
dice el poeta : «¿ Veis como a pesar de ese descontento de
todos los que ejercen cualquiera profesion, no quieren
cambiarla? Pues rpparad ahora en otra cosa, y ved como
, aunque ejerciéndola cada uno por un motivo diferente
, todos ellos vociferan no tener otro objeto que el
de asegurarse algún descanso para su vejez, y recuerdan
la conducta de la hormiga, que encierra en el verano las
provisiones con que ha de mantenerse el invierno. Este
pretesto, añade el poeta, es falso sin embargo muchas
veces, como es ridículo el disgusto con que muestran estos
ó los otros mirar su ejercicio, puesto que hay hombres
á quienes ni los soles del verano, ni los yelos del
invierno, ni niuguu otro contratiempo, los retraen de su
propósito de acinar, no lo que necesitan para su vejez,
sino cuanto pueda medio contentar una ambición que con
nada se satisface.» Con esta esplicacion aparecen enlazadas
las dos partes de la sátira, que hasta ahora se habían
manifestado desunidas. Es verdad que Horacio diciendo
despues, que volvía al punto de donde había partido,
reconoció haberse alejado de él; pero con esto no quiso
decir sin duda, sino que habiendo contraído por largo
tiempo sus reflexiones a la avaricia , era hora de generalizarlas
de nuevo, según que lo había hecho al principio,
y esto no es reconocer haberse estraviado.
V. 33. Parvula... La antítesis de parvula y magni
del original, es aqui de un pobre efecto. La hormiga no
necesitaba de la calificación que le da el poeta, pues al
nombre de aquel insecto va esencialmente unida la idea de
su pequcñez.
V. 36. Inversum contristat Aquarius annum... Itiversum
annum significa «el año que vuelve a empezar,»
el mes de enero, durante el cual entra el sol en el signo
de Acuario.
V. 38. Sapiens... Otros leen patiens, mucho menos
exactamente. Para gastar lo ahorrado no es paciencia
lo que se necesita, sino prudencia.
V. 43. Vilem ad assern .. Como si dijera , a un ochavo.
V. 45. Millia frumenti centum... Esto es, centum
millia modiorum frumenti. El modio era una
medida,
que conteuia veinte libras de trigo.
V. 47. Reticulum pañis... Aunque ha habido comentadores
que han calificado de justísima la comparación de
que se sirve Horacio, suponiendo que los ricos encargados
de la provision de los otros, tienen su parte, y nada
mas, se podría observar que el esclavo que llevaba el pa»
á sus compañeros, estaba sujeto a la misma ración que
ellos; mientras que los ricos, encargados de la provision
de los pobres, no dejan a estos sino una parte bien
tenue, en comparación de la que ellos se reservan. El
pensamiento de Horacio seria pues falso ó inexacto, si la
comparación que él establece pudiera tener el sentido que
le dan dichos comentadores. El poeta sabia muy bien
que no están todas las necesidades reducidas a comer; y
por eso, después de haber manifestado que no cabe mas
en el vientre de un rico que en el de un pobre, añade
que importa muy poco labrar mil aranzadas de tierra ó
ciento, cuando se prescinde de las necesidades artificiales,
es decir, de las que no son obra de la naturaleza, y
esto es lo que significa el intrá naturse fines viventi. Por
lo demás, el pan se llevaba en unos sacos de red; eu
los viages conducía un esclavo esta provision, de que se
repartía dos veces al día la porcion correspondiente a cada
individuo.
V. 51. At suave est... Que «es mejor tomar de un mouton grande,» es la
cantinela ordinaria , tanto de los avaros, como de los pródigos; los primeros
piden mucho para guardarlo, los segundos para gastarlo; para unos y otros, es
una especie de proverbio destinado a cohonestar sus vicios respectivos La respuesta
del poeta es perentoria y urgente: «con tal que yo tenga lo que necesite, dice,
¿qué mas me da que el monton de donde lo saque, sea grande ó pequeño?» Con argumentos
de esta especie se deben confundir y pulverizar los pretestos especiosos en
que se pretende apoyar los vicios.
V. 53. Cumeris... Llamábase cumera la cesta de palma,
junco ó mimbre, en que los pobres tenían su pequeña
provision: también se daba este nombre a ciertas
orzas ó tinajas.
V. 55. Ut tibi si sit opus... Esta comparación completa
el convencimiento de la verdad proclamada antes.
Por lo demás, la urna equivalía a l a mitad déla ampliora,
y contenia un peso de cuarenta libras de agua;, el
cyathus era un vasito, casi de la cabida de una copa
de licor.
V. 56. EÓ fit... Al punto la moralidad: el que saca
agua de una tiuaja la coge limpia, y no corre el riesgo
de ahogarse; el que juzgando pequeña una tinaja, sin
embargo de que el no necesita mas que un vaso , prefiere
ir a buscar el agua al rio, la coge turbia, y a veces se
resbala, y perece por efecto de su ansiar desmedido.
Tales comparaciones, tales ejemplos, tales raciocinios, y
tal tono de naturalidad , de verdad y de franqueza, deben
emplear los satíricos que deseen ser leídos con ínteres
, sacar fruto de sus consejos, y corregir, en vez de
irritar. El hombre que no halle deleite en la lectura de
composiciones de esta clase, esté seguro de haber debido
á la naturaleza una mala índole, ó una escasísima razón.
V. 58. Aufidus... Del Aufldo ú Ofanto, rio de la Pulla,
empleado aqui por cualquier rio, hablé ya en las
notas a la oda treinta del libro tercero.
V. 61. Atbonapars hominum... El poeta se hace á
sí mismo la réplica que podía hacerle cualquiera otro.
«Una gran parte de los hombres, dice, vive en el error
de que nadie vale sino en razón de lo que tiene; es necesario
pues tener, para valer, ó ser estimado.» A esta
última reflexión no había que responder, sino insistiendo
sobre los sinsabores y las desgracias que acarrea el ansia
de acinar tesoros a cualquiera costa. «Sean infelices, dice
el poeta, pues lo quieren.» No hay mas que decir.
V. 63. Miserum esse... Aqui se debe colocar la coma,
que generalmente se pone despues del libenter, y
referir este adverbio a quatenus id facit.
V. 64. Ut quídam... De todos los intérpretes que he
consultado, ninguno me parece haber entendido este pasage
mas que Mr. Dacier. Este célebre erudito observa sobre
el verso sesenta y uno, que los que creen deber juntar
riquezas para ser estimados, son engañados por la avaricia
, que se fortifica en sus corazones bajo otro nombre,
y a la cual, encubierta con el disfraz de la «loria, de la
reputación, ú otro cualquiera, llama el pueta cupidinem
falsum: y en su nota al verso sesenta y seis añade:
«Ved
ahí a ese avaro, que se goza y se fortiüca en su vicio, y
que lejos de procurar corregirse , se consuela de los silbidos
del pueblo con mirar y remirar su tesoro. No es
pues el deseo de gloria ó de reputación el que le domina,
pues está viendo que sus riquezas no le preservan de
la
befa general, sino la avaricia etc.» Esta observaciones
ingeniosa , porque contiene una nueva respuesta del poeta
á la reflexión de que la estimación que gozan los hombres
es proporcionada a lo que poseen, y porque ademas
enlaza perfectamente el ejemplo con el raciocinio , y fija
y aclara la comparación.
V. 68. Tantalus... Las tradiciones poéticas varían sobre
la naturaleza del suplicio de Tántalo; la opinion mas
común es que consistía este suplicio en una sed rabiosa,
que aumentaba a cada momento la presencia, y aun la
proximidad del agua, a la cual no le era permitido llegar.
V. 74. Sextarius... Dábase este nombre a uua medida
que contenia doce cyathos, ó la sexta parte del coiigio,
lo que equivalía como a cuartillo y medio de la
medida castellana.
V. 81. Affixit... Esta lección me parece mucho
mejor que la de aflixit. En los manuscritos y ediciones
se lee ya la una, ya la otra de estas palabras; pero afligere,
dice Bentiei, sequente dativo, vim et impetum in
illidendo signifícate at qui xgroti lecto decumbunt, non
illiduntur.
V. 88. At, si cognatos... Este pasage ha sido, a pesar
de su claridad, objeto de disputas acaloradas. Los
versos ochenta y seis y ochenta y siete no dejan la menor
duda sobre el sentido de los que le siguen hasta el
noventa y uno, como se puede ver en mi traducción. El
orden es pues, at, si cognatos quos natura Ubi dat,
retiñere velis nullo labore, etc. Contra esta esplicacion
objeta Bentiei: «¿Qué trabajo perderá el avaro, cuando
no ha dado ninguno? si nullum laborem impendat,
nullam operara perdet. » Para desvanecer esta objecion,
fe
que parece mas fuerte de lo que es en realidad , bastará
reflexionar que en el lenguaje familiar usamos frecuente,
mente la locucion de trabajo perdido, no solo para denotar
que se lia malogrado el fruto de algunas diligencias
ó esfuerzos, sino tamhien para espresar que se ha frustrado
algún deseo ó alguna esperanza. F.1 operara perdas
del original puede equivaler a «pierdes el tiempo que
gastas en pensar ó en imaginar eso; es necio, es temerario
ese intento, es un trabajo perdido»; mientras que
el nullo labore designa el ningún cuidado que pone el
avaro en estrechar por medio de una buena correspondencia
los lazos que le unen con sus parientes. Este hombre
, que nada hace ó trabaja para conseguir este fin,
se engaña mucho, pierde el tiempo cuando cree que
conservará sin hacer ningún sacrificio ó esfuerzo por su
parte, la amistad de sus deudos; se engaña ó pierde
el
tiempo, lo mismo que si lo gastase en enseñar a un
asno a hacer lo qne un caballo. Tal es el sentido evidente
de este pasage.
V. 94. Ne facías... Otros escriben nec.
V. 95. Umidius... Unidius, Vinidíus, Numidius, y
Ummidius, escriben otros. Cualquiera que fuese el nombre
verdadero de aquel hombre , es absolutamente desconocido.
V. tOO. Fortissima Tyndaridarum... Esta última palabra
ha sido el tormento de los gramáticos, pues haciéndola
masculina, como genitivo de Tijndarides, el
pensamiento no se comprende, y haciéndola femenina,
como genitivo de Tyndarida, se falta visiblemente a la
analogía. Bentiei, siguiendo una indicación de Lainbino,
quiere que el genitivo empleado por Horacio sea del género
masculino, y que comprenda por consiguiente a los
hijos de Tíndaro de ambos sexos. Aquella liberta de
Umidio, añade, era otra Clitemnestra, la mas fuerte
de todos los hijos de Tíndaro.
V. 101. Meevius... Otros Neenius y Nxvius. Acron
asegura que este era el nombre de un individuo muy tacaño.
En cuanto a Nomentano, el mismo escoliador dice
que se llamaba Casio , y que el sobrenombre de Nomentano
le tomó acaso del pueblo de donde era natural; y
añade que disipo sextertiuni septuagies, (suma que equivalía
á mas de dos millones de reales), y que tuvo un
cocinero, que despues lo ajustó Salustio Crispo en centenis
millibus xris, sobre 80,000 reales.
V. 104. Vappam jubeo ac nebulonem... Vappa se
.llamaba propiamente el vino torcido ó avinagrado, y por
metáfora se empleó esta palabra para designar a un hombre
corrompido, disipador, etc. Nebulo se sacó de nebulis
, como tenebrio de tenebris, para designar
a los libertinos
que huiau del dia, y preferían la noche para
sus torpezas.
V. 105. Est ínter Tanaim... Acron. que podia saberlo,
asegura que Tánais era un eunuco, liberto de Mecenas,
y que el suegro de Vitelio tenia una hernia. Aunque
esto fuese a s i , no creo que podian tomarse como
términos distantes de comparación el eunuco y el potroso,
y me parece mas natural que el poeta aludiese aqui á
las circunstancias morales de ambos personages, que sin
duda debian ser muy poco parecidas.
V. 106. Est modus in rebus... No creo necesario decir
que estos dos versos se han hecho proverbiales; lo
que sí observaré es , que solo se dispensa este honor á
los versos en que, a la verdad y a la oportunidad de la
sentencia, se une la exactitud y la pureza de la espresion.
Esta observación no debe ser inútil para los que aspiren
á ganar nombre en cualquiera especie de poesia.
V. 108. Illuc, unde abii redeo... Dacier nota la destreza
con que Horacio vuelve a su primer propósito fingiendo
maravillarse de que todos los hombres se parezcan
al avaro , y añade el crítico francés: «Pues como el avaro
encuentra siempre mas gordo que el suyo el ganado
de su vecino, lo mismo el inconstante cree mejor que la
suya la suerte de los demás. » Esto es exacto, y prueba
que la digresión no es tan inoportuua como algunos
«reyeron,
V. t i l . Ñeque se majar i , etc... ¿Por qué se comparan
todos con los que son mas que ellos, en vez de compararse
con los que son menos?» pregunta el poeta; «porque
tal es la tendencia que la naturaleza lia dado al corazón
humano,» respondo yo; y añado que esta tendencia
es útilísima en general para los progresos de la razón,
y por consiguiente para los de la prosperidad común.
No es esto decir que el precepto del poeta no sea oportuno;
pero confesando su oportunidad para contener en
límites justos el anhelo de ser mas, que es uno de los
primeros móviles de las acciones humanas, no puedo menos
de advertir que seria peligroso dar al tal precepto
demasiada latitud; pues en tal caso autorizaría la pereza,
y haría desaparecer el estímulo que guia a todo lo bueno
y lo útil, como a lo vicioso y perjudicial. Repitamos con
nuestro poeta: est modus in rebus.
V. 114. Ut cum carceribus... Llamábanse cárceres
unos como toriles 6 jaulas, en que estaban colocados los
carros mientras se daba la señal de correr. Esta comparación
es magnífica, y digna de la epopeya: los grandes
poetas usan siempre de este y de otros recursos semejant
e s , cuando quieren ya cambiar, ya fortificar la disposición
en que presumen a sus lectores.
V. 119. Uti conviva satur... Felicísima comparación.
V. 120. Crispini scrinia lippi... Según Acron este
Crispino era un filósofo estoico muy hablador, que habia
puesto en versos la doctrina de su escuela. El epíteto
lippus, (legañoso) que le da el poeta, alude a sus facultades
intelectuales, mas bien que al estado de sus ojos.
Scrinia eran los estantes, capsx in quibus libri continentur,
como dice el escoliador citado. También se daba el mismo nombre a las carteras
ó bolsas de papeles.
SATIRA. II.
De parásitos, músicos, danzantes ,
Droguistas, y otras clases de tunantes,
Anda mustia y mohina la bandada
Porque Tigelio ha muerto ;
Y espléndido el cantor era por cierto.
De ser llamado pródigo otro huye,
Y no habrá caso en que a un amigo ofrezca
Con que del hambre ó frió se guarezca.
Si a otro pregunto yo por qué destruye
Su pingue herencia en bromas y banquetes,
Y para renovarlos el dinero
Toma a gruesa usura,
Dice : o tacaño parecer no quiero ; »
Y uno lo alaba, y otro lo murmura.
Rico es Fufidio en tierras y billetes ,
Todo todo le sobra;
Mas de disipador teme la fama:
Cinco por ciento al mes de Ínteres lleva,
Que adelantados cobra:
En el mas arruinado mas se ceba;
Y anda siempre tras jóvenes novicios,
A quienes para vicios
Su caudal padres duros no prodigan.
Al oir esto mil habrá que digan:
— ¡Santo Dios! mas siquiera
Gastara en proporcion de lo que gana.
— i Qué ! no puedes creer cuanto se afana
El viejo de Terencio , apesarado
Del hijo por la huida,
No se dió peor vida
Que se da este usurero desdichado.
Si alguien pregunta ¿á qué viene ese cuento?
Responderé al momento;
Cuando un eceso evita hombre sin seso,
Se precipita en el contrario eceso.
Paséase Maltino con mesura
La túnica arrastrando, y hay alguno
Que la lleva cogida a la cintura ;
Huele Rufilo a almizcle, otro a chotuno;
En el medio jamas se está ninguno.
A uno agrada tan solo la matrona,
Cuyo vestido franja orla de grana;
A otro del lupanar la cortesana,
Y el viejo dicho de Catón pregona,
Que a cierto caballero viendo un dia
Que de un burdel salia,
a Eso e s , le dijo , sí, cuando repares
Que el incendio de amor arde en tus venas,
Es muy mejor bajar a esos lugares,
Que las mugeres corromper agenas. d
a Pues yo, Cupicnio dice,
Que la alta estirpe estima sobre todo,
No quiero que me alaben de ese modo, o
A los que no desean
Al adúltero un hora de bonanza,
Los riesgos diré yo que le rodean ,
Y como con perpétua malandanza
Compra el placer que rara vez alcanza.
Este tuvo que echarse del tejado,
Aquel hasta morir fue apaleado,
Uno al huir dio en manos de ladrones,
Otro se rescató con sus doblones,
De los unos criados abusaron,
Esos otros mutilados escaparon;
Y del castigo se reian todos,
Escepto Galba que le bailaba duro.
Con las otras el lance es mas seguro,
Con las de menos clase decir quiero:
El buen Salustio empero
Tal por ellas se inflama,
Cual esotro por una ilustre dama.
Si él obrára con seso,
Y" fuera generoso sin esceso ,
Su opinion no arruinára y su fortuna;
Pero en decir complácese : « a ninguna
Matrona jamas toco, a
También Marseo el loco
Todo cuanto tenia
Gastando con su cómica, decia,
«Nada, señores, nada;
No se me hable de muger casada. »
Muy bien; mas por actrices y rameras
El mísero enloquece,
Y mas la fama que el caudal padece.
¿Piensas que es la persona la dañosa?
Pues no, no es la persona, que es la cosa.
Siempre malo se entienda
La honra perder ó malgastar la hacienda,
Malo en todo lugar y a toda hora,
Y sea con criada ó con señora.
Del esplendor del nombre seducido,
Por amar Vilio a Fausta, hija de Sila,
Llevó su merecido ;
Y mientras muy tranquila
Ella se estaba allá con Longareno ,
De la casa espelido,
Se fue él de golpes y de heridas lleno.
¡ Cómo, si cierta parte hablar pudiera,
A aquel en tal apuro le dijera;
«¿ Por ventura reclamo
La hija de un cónsul yo cuando me inflamo ?
¿ Que es lo que entonces respondiera el hombre?
a ¡Era del padre tan ilustre el nombre!...»
¡ Cuán de otro modo en caso tal se esplica
Naturaleza con sus bienes rica!
No confundas, si oir su voz blasonas,
Lo que amar ó huir debes, ni atribuyas
A las cosas las culpas que son tuyas.
De seguir deja pues a las matronas,
Si de ello arrepentirte al fin no quieres,
Que mas disgustos causan que placeres.
Si muestran de costosa pedreria
El cuello y dedos llenos,
Entre esta de que gustas pompa vana,
Su interior muchas veces vale menos,
O Cerinto, que el de una cortesana:
Esta su mercancía
Sin disfraces ostenta donde quiera;
Lo que de venta está de mostrar trata,
Lo que tiene de bueno no pondera,
Lo que tiene de malo no recata.
Y no de otra manera
Hace un rico señor; para compra líos,
Descubre bien, registra los caballos;
Y aunque se haya prendado
Del cuello levantado,
El anca airosa y la cabeza chica,
A examinar los pies también se apüca.
Y tú las perfecciones de tu amada
Mas perspicaz descubres que Linceo,
Y luego de lo feo,
Muy mas que Hipsea ciego, no ves nada.
«¡Qué brazos, cielos, qué garganta! dices;»
Y hundida es de caderas, corto el talle,
Largos los pies, y largas las narices.
En las matronas todo se te escapa,
TOMO I I I . 4
50 LIBER I.
Y nada puedes ver sino la cara;
Y a no ser una Cacia, que es muy rara,
Lo demás el vestido se lo tapa.
Pues supongamos ya que a mas anhelas,
¡Qué embarazos, qué penas tan amargas!
Amigas, centinelas,
Modistas importunas,
Literas, sayas largas,
Mil cosas que te dejan en ayunas.
Con las otras la cosa es diferente;
A favor del diáfano vestido
Ves si la pierna es buena, el pie pulido,
Y calculas el talle fácilmente.
¿Querrás que la tapada se te ria,
Y pagarla sin ver la mercancía?
—« De la liebre medrosa
Veloz el cazador sigue la huella;
En el plato despues la halla sabrosa,
Y si otro la mató, no llega a ella:
Asi es mi amor, lo fácil lo desdeña,
Y en pos de lo difícil se despeña.»
— Tal dice la canción; mas ¿con canciones
Pretendes tú calmar tu inquietud dura?
Un límite natura
Señaló a tus deseos y aficiones.
Estudiando, prudente,
Lo que hacer veda y lo que hacer consiente,
Podrás con buen aviso
Lo inútil discernir de lo preciso.
Cuando sed te consume violenta,
¿Se te ocurre pedir vaso dorado?
¿Pavo real, rodaballo delicado
Si el hambre te atormenta?
¿Y cuando amor aguíjate tirano,
Que te devore sufrirás su llama,
Porque una gran señora no haya a mano?
Yo de esos no soy, no, yo quiero dama
Dispuesta y fácil en cualquier estremo;
Y como dice el sabio Filodemo,
Aquella que se venga con, «mas tarde,»
«Cuando salga mi esposo;»
a Pues bien, dame algo mas, o esa se guarde
Para hombre a quien amor nunca moleste.
La que poco me cueste,
La que llamada se presente al punto, í,sainirtcu ct
Limpia, blanca, bien hecha, buen conjunto.
La que tal se me muestre como sea,
Esa es la que me halaga y me recrea.
Uia, Egeria la llamo,
Y mil nombres la doy cuando me inflamo;
Sin temor de que venga su marido;
La puerta a golpes hunda;
Ladre el perro; entre el ruido y barahunda,
Del lecho sin sentido
La señora se arroje macilenta,
Y esclame : «¡ay infeliz! ni la confidenta;
Aquella tiemble de perder su dote,
Aquesta su cogote,
Y yo que huir las faldas
Tenga, porque no paguen mis espaldas,
O mi hacienda ó mi honor no sufra agravio ,
Descalzo y desceñido.
Es tristísima cosa ser cogido,
Tristísima; pregúntenselo a Fabio.
ú otra de las de Horacio, y sobre todo si en la designación
que se me obligase a hacer, se exigiese de mí que
prefiriese aquellas en que mas fuesen respetadas las costumbres;
pero tampoco se piense por eso que en mi opinion
tengan razón Jos críticos que creyeron ver en ella
un ataque contra la moral y la decencia pública. Este
cargo fue articulado por personas que no meditaron bien
sobre el carácter de la pieza, ni compararon los medios
empleados por el poeta con el objeto que verosímilmente
se propuso. Nadie desconoció mas completamente este
objeto que Mr. Dacier, que suponiendo que el primer
esceso que Horacio condenaba era el adulterio, y el segundo
el amor de las cortesanas, pretendió que el poeta
babia querido señalar entre estos dos escesos «el medio de
la naturaleza,» pero que al hacerlo había incurrido en el
defecto que reprendía; y esta absurda suposición sirvió
de texto al académico francés para un sermón larguísimo,
cuyos defectos menores son la trivialidad, la inoportunidad
y la pesadez.
Sobre el tema de que
Cuando un exceso evita hombre sin seso,
Se precipita en el contrario exceso.
.:,bnndM«(l v ulutra )& .rtíaSÉeu^fr&fcMHi,
discurre el poeta, enumerando todos los inconvenientes
de prendarse de mugeres casadas: medio muy propio sin
duda para retraer a los que a ellas se inclinaban. Al cuadro
de los riesgos que corren los que prefieren el amor de
las matronas, y sobre todo el de las matronas de gerarquía,
opone en seguida el poeta la facilidad de las mugeres
públicas, y pertenecientes a la clase común; pero
sin dejar de observar que el que aun con esta clase de
mugeres se abandona a escesos y prodigalidades como
Salustio y Marseo, es tan reprensible, y aventura tanto,
como el que por cortejar a una hija de Sila, se espone á
que le apaleen, y a los demás contratiempos que se enumeran
desde el verso 41 al 46. No es fácil encontrar sobre
esto en ningún libro de moral, preceptos mas juiciosos
que los que se hallan en los versos desde el 60 al 63, en
los cuales se trata con toda la dureza posible a los que por
evitar el vicio que antes se ha censurado, creen poder incurrir
en el opuesto.
To.do el que medite sobre la contextura de esta sátira,
verá que desde el verso 64 se empiezan a repetir
con mas ó menos variedad las ideas enunciadas hasta
allí. Desde el verso 37 Horacio se propone contar los
reveses de los cortejantes de señoras, de los cuales
Uno tuvo que echarse del tejado
Otro hasta perecer fue apaleado, etc.
- ' - • i • •
En el verso 64, cuando ya parecía estar concluido
aquel cuadro, y cuando a él se había opuesto el de los
amantes de cómicas y de rameras, se presenta el ejemplo de
Vilio, que prueba menos que los anteriores, pues que
en su aventura escapó mejor que muchos. de aquellos; é
inculcándose de nuevo el precepto de dejar en paz a las
matronas, se vuelve a hacer una enumeración de las ventajas
de la clase común y libre, enumeración que equivale
a una tercera reseña de los riesgos que corren los
que gustan mas de mugeres casadas.
La religión y la moral de acuerdo han dictado reglas
seguras de conducta en esta parte, en la cual estamos
infinitamente mas adelantados que los antiguos; pero
tanto la religión como la moral reconocen también de
acuerdo, que el vicio que en esta sátira reprende Horacio
con mas fuerza, y cuyos perjuicios pondera y repite, es
mas funesto y peligroso que aquel que le opone ó con que
le contrasta; y bajo este punto de vista la sátira era tan
moral como podia serlo, supuestas las costumbres del
tiempo y del pais en que se escribió. Estas, como he
dicho en otra ocasion, sufrían que se designasen por sus
nombres ciertas cosas que los progresos de la civilización
no permiten designar entre nosotros sino por medio de
perífrasis y de rodeos; y de aquí el uso que en todas las
composiciones antiguas de esta especie se hace de palabras
que el pudor reprueba hoy, y de que por tanto debe
abstenerse un traductor.
Por lo demás, en esta sátira como en todas las obras
de Horacio, hay versos y espresiones que se han hecho
proverbiales, como
• .aR-fnSíte-i aVíioionul oh
Dum vitant stulti vitia in contraria curruut
bonam deperdere famam ,
Rem patris oblimare, malum est ubicumque....
Deprendí uiiserum est etc.
V. 1. Ambubaiarum... Según unos críticos, los vagos
que andaban cantando y haciendo títeres por los lugares
se llamaron Ambubaix , por ser Bayas, célebre
pueblo
de Campania, su punto de reunión común y general.
Según otros ambubaix vino de ambire, puesto por
clrcumire,
porque aquellos holgazanes andaban siempre al
rededor de los pueblos mas concurridos, a ver lo que
podian ganar. Según otros en fin, esta palabra se formó de
otra siriaca que significaba flauta, instrumento que
según
se dice, tocaban muy bienios sirios. En Roma hubo algún
tiempo compañías de mugeres dedicadas a esta profesion.
Collegia... Los hombres instruidos saben que en buen
latin no puede usarse sola esta palabra , como nosotros
lo hacemos, aplicándola a los establecimientos de educación.
Collegium significaba compañía, sociedad, gremio
de personas de una profesion.
Pharmacopolx... Estos equivalían verosímilmente á
unos vendedores de agua de Colonia, de polvos para los
dientes, ó de otras drogas de esta clase, que en Francia
y en los demás países donde hay ferias muy concurridas
, andan especulando sobre la credulidad agena, y engañando
á todos con su charlatanería. Los tales ungüéntanos,
como se les llamaba en Roma, pertenecían a la
canalla enumerada en estos versos primeros.
V. 2. Mendici... Alcahuetes, rufianes, anunciadores
de buena ventura, y demás gentes de esta laya. Todos
ellos iban con sus alforjas al hombro en ademan de
mendigos, por cuya razón sin duda los mas de los intérpretes
comprendieron también en la calificación de mendici
á los sacerdotes de Isis y a los de Cibeles. Sin embargo,
no creo permitido suponer que Horacio hablase
aqui de ellos, pues no debe creerse que faese lícito
tratar con tan poco miramiento a hombres encargados
de funciones religiosas.
Mimx... Titiriteros, jugadores de manos, representantes
de pasillos de comedias.
Balatrones... üacier pretende que del griego ballein
bailar, hicieron los latinos bailare, y de este verbo el
sustantivo balatro, que él interpreta bailarín,
cuya
asociación con los titiriteros y músicos justifica con un
pasage de Vopisco. Antes habia pretendido probar Torrencio
que con la palabra balatro se designaba a los hombres
mas viles déla sociedad, pues según Festo se daba el
nombre de blatex y balatrones a los lodos que se
quedaban
pegados a los zapatos. Otros críticos señalan diferente
etimología a la misma palabra; pero todos convienen en
que con ella no designó Horacio sino una especie de
tunantes, de aquellos que en todo tiempo se alimentan
con los despiltarros de la gente, a quien cuesta poco
trabajo ganar su caudal.
V. „. Tigel/l... Los intérpretes no están de acuerdo
sobre quien era este Tigelio, pretendiendo unos que
era el sardo de quien se habla en la sátira siguiente, y
otros que era un personage distinto. Para nosotros basta
saber que el tal Tigelio fue un gran cantor, que adulando
a César, cantando a Cleopatra, y divirtiendo con
sus chistes v habilidades a los hombres mas ricos de su
tiempo, ganó sumas inmensas, que disipó con truhanes,
cómicos y bailarinas, en términos que solo de aquellas
geutes fue llorado. Ya iudiqué en la vida de Horacio,
como fue celebrada la audacia con que el poeta hablando
de la muerte de aquel cantor, se lanzó a las invectivas
picantes que tanta gloria le valieron desde luego.
V. 6. Depellere. Otros propeUere.
V. 8. Ingrata stringaf... Ingratá por damnosá:
stringat
por inminuat.
V. 12 Fufidius... Otros Fvfitius, grande usurero
de
aquel tiempo.
V. 14. Quinas hic capí ti mercedes execat... Caput
es, como observaron muchos intérpretes, el capital; tuerces
el interés. El verbo execat dicen Dacier y Sanadon
que denota la acción de cobrar anticipado el interés, sin
embargo de que la costumbre era pagarlo por meses. La
ley lo había fijado a 12 por 100 al año, pero muy frecuentemente
se contentabun con otro mucho menor los banqueros
honrados.
V. 16. Nomina sectalur etc... Las leyes prohibían
prestar a los menores, y los usureros Ies exigían un
interés tanto mayor, cuanto mas grave era el riesgo que
corrían de perder el capital. De la toga viril he hablado
en las notas a las odas. A los jóvenes que acababan de
tomar la toga viril, se les daba la calificación de tirones
; pues, como han observado los comentadores sobre
este pasage, entonces se les llevaba al foro, y el día
primero que en él entraban, se llamaba dies tirocinii.
V. 20. Pater ille... Menedemo, que era como se
llamaba este padre de la comedia de Terencio, intitulada
Heautontimorumenos, se daba un trato cruelísimo, por
castigarse de la dureza que había usado con su hijo
Clinias.
V. 25. Dum vitant slulti... Este es el tema de la
sátira, probado ya con los ejemplos contrarios de Tigelio
y de Fufidio, y que se va a probar de nuevo con los de
Rufilo y Gergonio, con los de Salustio y Vilio etc. Es
menester no perder de vista que el poeta solo cita estremos,
y que solo citándolos, podia dar a la sentencia
contenida en este verso todo el aire de evidencia que la
ha convertido en un proverbio.
V. 25. Malthinus... No se sabe quién era este personage,
en el cual creyeron algunos comentadores ver á
Mecenas, que en efecto era afeminadísimo. Yo he dicho
en otras partes que el llevar la toga suelta ó larga era
señal de afeminación.
Est qui... Al punto el contraste. Otros llevaban la
tosa remangada. La regla era llevar la túnica en términos,
que por delante llegase un poco mas abajo de la
rodilla, y por detras a media pierna. «Mas larga, dice
Quintiliano, es cosa de mugeres; mas corta, de militares.
» La toga se llevaba por delante un poco mas larga
que la túnica, y por detras un poco mas alta; pero este
uso no empezó hasta Augusto, pues antes, la toga debia
llegar a los talones.
V. 27. Rufillus... Sobre este Rulilo y este Gorgonio
nada se sabe mas que lo que aqui dice el poeta. Pastillas
es un diminutivo de pañis, porque sin duda las
esencias ó pomadas secas tenían la figura de un panecito.
V. 28. Nil médium est... Era imposible preparar
mejor la transición para llegar al objeto principal de la
sátira, que es la cuestión sobre si en el amor merecen la
preferencia las casadas ó las solteras, las señoras ó las
mugeres comunes. « Uno lleva arrastrando la toga, otro
remangada hasta las ingles; uno huele a esencias, otro á
porquería; uno no quiere mas que matronas, otro no
mas que rameras. » Estas observaciones es necesario hacerlas,
si se ha de percibir la coherencia de todas las
partes de la pieza.
V. 29. Subsuta talos tegat instila oeste... Instita se
llamaba una cenefa ó faja de púrpura, cosida ó pegada
á la estremidad inferior del vestido. La construcción es
quorum talos tegat instita, subsuta veste.
V. 31 y 32. Macte virtu/e esto... Dacier, hablando
de este dicho de Catón el Censor, recuerda que si bien
aquel severo magistrado manifestó disculpar la conducta
de un hombre que quería mas ir a un burdel, que
seducir a una muger casada, cuando supo que el tal
sujeto iba allí a menudo, le dijo: Ego
te laudavi quód
interdum huc venires, non quód híc habitares.
V. 35. Permolere... Piolare, polluere,
affectare,
appetere, subagitare, dice el antiguo
escoliador. Cruquio
dice molere vetus verbum est, pro adulterare, subagitare.
Por lo demás, las frases injlavitvenas
tetra libido,
alienas permolere uxores, y mirator
cunni albi son de
aquellas que solo pueden usarse eu un tiempo de tanta
corrupción como el eu que escribía Horacio. ,
V. 36. Cupiennius .. L. Cupienio Libo, muy amigo
de Augusto. ¿Se creerá que hubo eruditos que escribieron
disertaciones sobre el significado del cunni mirator albi
de este verso? Yo, sin tomar en cuenta las observaciones
que Ferrario, Gesner, Baxter y otros hicieron sobre un
pasage que no debia ser comentado, me he limitado á
traducir la intención del poeta, prescindiendo de la espresiou;
y designándose por ella en todas las interpretaciones
una inuger de alta clase, traduje:
Que la alta estirpe estima sobre todo.
Albi... Alude al color del vestido de las matronas,
que era blanco; el de las cortesanas era de color.
V. 41. Hic se preecipitem... No se piense que en
esta enumeración de los castigos impuestos frecuentemente
á los adúlteros, hay exageración. Las obras de los
antiguos están llenas de particularidades de esta especie,
v Torrencio cita sobre este lugar un pasage de Valerio
Máximo, en que se cuentan varios casos de adúlteros
cogidos in fraganti, y a quienes se castigó atrozmente
Entre ellos fueron célebres Garbo Atíeno y M. Poncio, castrados
por sus aprebensores Bibieno y P. Cervio; y lo
fué el humillado Furio Brocho, a quien Cneo que le cogió,
familix stuprandum objecit.
V. 44. Calones... En latín antiguo se llamaba cala
la
leña, y de ahí el nombre de calones, dado primero á
los que la partían, y despues a todo criado que se ocupaba
en faenas pesadas.
V. 46. Galba negabat... Hay varias opiniones sobre
quién era este Galba: la mas común es que Horacio
designó aqui a Servio Sulpicio Galba , que al paso que
gran jurisconsulto, fué célebre por sus aventuras amorosas;
y el cuales claro que ni como jurisconsulto, ni como
enamorado, debía aprobar que se tratase tan bárbaramente
á los adúlteros, de cuyos contratiempos v reveses se
reian todos en general.
V. 47. in classe secunda... Esto es, en la de libertas,
pues hay en Marcial un epigrama en que se habla
de las clases de ingénuas, libertas y esclavas.
V. 48. Sallustius... Los que pensaron que Horacio
designaba aquí al Gayo Crispo Salustio, ilustre
historiador
de Yugurta y de Catilina, se engañaron evidentemente.
No hay quien ignore su aventura con Milon, que
habiéndole sorprendido en relaciones amorosas con su
muger Fausta, a quien hicieron mas famosa aun sus
liviandades que su cualidad de hija de Sila, le exigió un
rescate tan enorme, que le dejó arruinado. Los odios
políticos envenenaron luego esta aventura, hasta hacerla
servir de pretesto para espulsar del Senado al elocuente
Salustio, y sacrificarlo al brutal é interesado Milon. Los
hombres versados en la historia de una época tan fecunda
en graves peripecias, saben las consecuencias que produjeron
aquellos sucesos, y hasta qué punto la parte que
tomó Salustio en muchos de los que en breve sobrevinieron
, dejó establecida la fama de un desliz amoroso,
que por de pronto le costó tan caro. Y ¿puede suponerse
que se aludiese a un hombre conocido por tan ruidosa
aventura, al hablar de quien se arruinaba por sus prodigalidades
con las cómicas? Sintiendo sin duda la fuerza
de este argumento, hubo quien creyó que el Salustio
aqui nombrado fué aquel nieto de la hermana del historiador
, a quien dirigió Horacio la oda segunda del
segundo libro. Pero ya en las notas a la citada pieza
dije de aquel personage lo bastante, para que nadie crea
que contra él pudieron articularse los cargos que hace
aqui el poeta al individuo a quien zahiere. Su comedimiento
y su escelente y honrosa conducta le ponían al
abrigo de toda censura, tanto como la elevada posicion
que ocupaba, y el respeto con que era mirado su tio y
padre adoptivo. Parece, pues, fuera de duda que Horacio
habló en el pasage que comento, de otro Salustio,
conocido
solo por su aturdimiento y sus vicios.
V. 55. Marsxus, amator Originis... Sobre este lugar
hacen mención los intérpretes de tres célebres rameras
romanas, que vivieron hasta los tiempos de Horacio,
llamadas Origo, Licoris y Arbúscula. Marseo no es
conocido
V. 58. Verum est cura mimis... El fondo de moralidad
no puede desconocerse: este verso y los que siguen
hasta el sesenta y tres contienen documentos preciosísimos.
V. 63. Togatá... Las mugeres romanas usaban vestidos
de diferentes clases según su estado y condicion.
Las matronas distinguidas llevaban una especie de túnica,
que se llamaba stola, y que se terminaba con la cenefa
ó faja de púrpura, de que he hablado en las notas a la
oda veinte y nueve. Encima de la túnica llevaban un
manto, que se llamaba palla. Las mugeres del vulgo
usaban una toga, que se diferenciaba poco de la de los
hombres, y este era igualmente el trage de las inugeres
públicas, que pertenecían siempre a la clase inferior. Las
matronas sorprendidas en adulterio perdían el derecho de
llevar la stola, y eran condenadas a salir con una
toga,
que no se diferenciaba de la de las mugeres públicas mas
que en el color, que era blanco, mientras el de las de
estas era negro.
V. 64. Mlius in Faustá Syllx gener... La familia
filia era una de las mas distinguidas de Roma. Fausta,
hija del dictador Sila, fué célebre por sus liviandades. La
locucion in Faustá Syllx gener ha dado lugar a que
algunos no creyesen que se trataba aquí de un galan de
Fausta; pero Bentlei demostró ser esta una locucion elegante,
y no hay por otra parte quien ignore que el
marido de Fausta fué ftlilon, y que por consiguiente Vilio
no podia ser sino uuo de sus galanes.
V. 67. Longarenus... Algunos intérpretes creyeron que
Longareno era un sobrenombre de ftlilon, marido de
Fausta, y que en este pasage aludia el poeta a la lección
que el dicho ftlilon dió a Salustio cuando le sorprendió
con su muger; pero los mas juzgan que esta escena de
Longareno y Vilio nada tiene que ver con la de Salustio
y Milon, y que los dos primeros no fueron sino dos de
los muchos amantes que tuvo la hija del dictador.
V. 68. Videnti... Esta es la lección de las ediciones
antiguas, la de todos los códices de Bentlei, la de siete
de los de Torrencio y la de casi todos los demás. Badio
Ascensio leia también de la misma manera, pues esplicaba
asi el pasage: Si animus diceret Villio,
videnti, id est,
consideranti tanta mala etc. La
construcción es pues:
Si animus diceret, ver bis mutonis, id est, membri
virilis, huic Villio, videnti tanta mala, scilicet, se
pugnis cxsum , jerro petitum etc.
v . 71. Velatumque stolá... Véase la nota al verso
sesenta y tres.
V. 73. At (juantó meliora monet... Los comentadores
embrollaron este pasage con sofismas y cavilaciones de
una estravagancia increíble. La reflexión que hace aquí
el poeta es justa y obvia. «¿No es ridículo, dice, que un
hombre, respondiendo a la reconvención urgente que se
le ha hecho verbis mutonis, pretenda legitimar sus
arrehatos
con la alcurnia de la dama que era objeto de ellos?
Cuando la naturaleza es por sí tan rica, cuando hay
tanto en ella que agrade, que contente, que satisfaga,
¿no es vergonzoso que los hombres se obstinen en desear
cosas que ella no puede dar? ¿No es injusto atribuir á
ella las culpas del capricho propio? ¿No PS ridículo
mezclar las cosas de que se debe huir, con aquellas á
que se tiene derecho de aspirar?- Yo no concibo cómo se
ha pretendido oscurecer este pasage.
V. 81. Sit licet hoc, Cerinthe, tuum... Todavía concibo
menos cómo se han podido escribir tantas cosas
fuera de propósito para interpretar una frase de tan fácil
inteligencia como la que es objeto de esta nota. El orden
natural del periodo es: Nec huic (stolatx)
magis tenerum
est Jemur aut crus rectius, inter niveos viridesque
lapillos; licet hoc sit tuum, {id est, quamvis tibi, o
Cerinthe, gemmarum placeat splendor) imó vero, persxpe
crus aut Jemur togatx melius est. Es
decir, «no
porque estén cargadas de piedras verdes y blancas, que es
cosa que a tí te gusta mucho, Cerinto, tienen las matronas
mas derechas las piernas, ó mas suaves los muslos,
y a veces los tienen mucho peores que las cortesanas. » El
paréntesis de sit licét hoc, Cerinthe, tuum, que tanto
ha embarazado a los comentadores, se habría esplicado
fácilmente con recordar otra locucion igual de la oda
veinte y nueve del libro tercero. Non EST MEUM, se
dice allí, ad miseras preces recurrere. ¿Por qué no se
diria aqui TUUM EST unionum decipi Julgore? Por lo
demás, el tal Cerinto era, según los antiguos intérpretes,
un joven precioso muy querido de las damas.
V. 86. Apertos... Es estraño que muchos lean aqni
opertos, y mas aun , que haya otros que pretendan justificar
esta lección. La série del discurso, la congruencia,
lodo exige que se lea apertos , esto es, descubiertos,
que
es como el poeta dice que se presenta una cortesana,
pené videre est ut nudam, a diferencia de una matrona,
de quien níl prxter faciem cernere possis. Si es pues
una ventaja el que una gasa sutilísima descubra completamente
el cuerpo de una muger; si es una desventaja
que las sayas largas impidan puré apparere rem,
¿ no es evidente que para que la comparación de los caballos
pruebe en favor de la idea que se pretende inculcar, deben
los tales caballos comprarse descubiertos, y no
tapados?
Asi es que lia habido intérprete que leyendo
opertos
en el testo, sin duda por ser esta la
lección mas común,
tradujo «es costumbre en los príncipes examinar
descubiertos los caballos que compran. » Por lo demás
las dos lecciones de apertos y de opertos son
igualmente
autorizadas; asi, la preferencia no podia ser dudosa.
V. 90. Lynceis oculis... Otros Lyncei. Linceo fue
un
argonauta que debió su nombre a la agudeza de su vista,
comparable con la del lince, y aun superior a ella.
Los antiguos cuentan hechos muy notables para probar
hasta qué punto llegaba la del tal Linceo: yo, por no
citar algunos mas evidentemente fabulosos, me contentaré
con reproducir el testimonio de Varron, según el cual
alcanzaba la vista del dicho argonauta a 130.000 pasos,
ó seis y media de nuestras leguas. El que quiera ver reunido
casi todo lo que se ha escrito sobre este personage, consulte
su artículo en el diccionario de Facciolati.
V. 91. Hypsxa cxcior... Dacier sospecha no sin razón
que esta frase podia ser proverbial, y que la ceguera
de Hipsea (dama por otra parte desconocida) era mas bien
obcecación, desalumbramiento etc.
V. 95. Catia... Acron dice que esta Cacia era una
matrona muy descarada, que llevaba la ropa como las
cortesanas, y que fue sorprendida en adulterio con Valerio
Sículo, tribuno del pueblo, en el templo de Venus
teatina.
V. 98. Lectica... Torrencio hace sobre este pasage una
observación preciosa, y es que no se trata aqui de las si
lias de manos en que salian las señoras, sino de una silia
fija, que era una especie de gabinetito cerrado con
vidrios, en donde recibían sus visitas. Esto es mas que
verosímil, pues todos los demás inconvenientes que en
estos versos se enumeran , son domésticos, y entre ellos
no podia contarse ciertamente la silla de manos, que no
se usaba sino para la calle.
Ciniflones... Los peluqueros ó criados que rizaban
el pelo.
V. 99. Stola demissa... Ya he dicho
antes que la estola
era el trage de las matronas; y ahora añadiré que
era tan larga como los vestidos que usan hoy las mugeres.
Este vestido era el ordinario de casa; para la calle
se ponian el manto, que antes dije llamarse palla. Varron
dice que se le dió este nombre porque palam est.
V. 100. Plurirna... En unas ediciones está separado este
adjetivo del sustantivo palla, y en otras está unido; una
y otra lección es buena, pues se puede muy bien decir
pallá plurimá, porque en efecto el manto era bastante
ancho y largo; y se puede suponer igualmente que en el
plurirna se comprenden otras cosas que el poeta no enumera
, y que impiden que se vea lo que se desea ver. Yo
he preferido esta interpretación, porque me parece qne la
idea del poeta adquiere tanta mayor fuerza, cuanto mas
son las dificultades que se supone deber vencerse para
llegar al fin.
V. 101. Cois tibi pené... Altera qux prostat, dice
Porfirio, lucida veste utitur, ita ut
velat nuda conspici
possit. Estos trages, que se hacían en
la isla de
Cos, eran de una gasa tan trasparente, que era lo mismo
ir con ellos que no llevar puesto nada. Plinio dice
que aquella sutilísima gasa habia sido inventada por una
muger de dicha isla, llamada Pánlila : Varron llamaba
aquellos vestidos, vitreas togas, (togas de vidrio) y
Publio Siró ventum textilem (viento tejido).
V. 105. Leporem venator... Acron esplicó perfectamente
este pasage, y sin embargo muchos críticos se han engañado
despues en su inteligencia: Inducit, dice aquel
gramático , quasi canticum amatoris
matronx ; est autem
canticum hoc: «venator persequitur leporem etc.y
TOMO III. 5
V. 106. Positum tic... Ad comedendum paratum,
dice el mismo Acron. Si la traducción DO contuviese
estas esplicaciones, seria tan ininteligible como el original.
V. 107. Apponit... Addid.it ad cantum.
V. 109. Hiscene versiculis... Estas palabras prueban
que Gerinto respondía a los argumentos de Horacio con
el texto de una canción. « Pero ¿qué valen las canciones,
le replica el poeta, contra las indicaciones de la naturaleza
?»
V. 111. Nonne cupidinibus... La construcción es,
Nonne quxrere plus proderit modum quetn natura statú
U cupidinibus; quid illa tolerare possit si denegetur,•
quid negatum non possit sustinere; et discernere utile
ab inutili ?
V. 113. Soldo... Por sólido; lo vacío y lo
lleno, la
necesidad y el capricho. Cuando hay hambre, comer
es
lo necesario, lo sólido; comer faisan es lo caprichoso,
lo inane.
V. 116. Prxter panonem... El pavo real, dice Dacier,
se tuvo por un bocado regalado desde que el orador Hortensio
le presentó en un banquete magnífico, que dio
cuando fue hecho augur. Despues crió M. Aufidio Lurco
muchas piaras, y en poco tiempo se pusieron carísimos.
Varron asegura que una manada de cien pavos reales
podia dar a su amo una renta de doce mil reales al año.
Y. 121. Gallis... «A los sacerdotes de Cibeles,» que
como castrados, podían no irritarse con tales dificultades.
En este sentido he dicho yo « para hombre a quien no
moleste el amor,» pues si hubiera dicho «para los sacerdotes
de Cibeles.» nadie hubiera entendido el pasage. Por lo
demás, en todas las ediciones este está puntuado como
sigue:
Illam, post paulo; sed plurís; si exieritvir;
GalUs hanc Philodemus a i t ; sibi etc.
Bentlei fué, según creo, el primero que restableció la verdadera
puntuación.
Philodemus... Sobre este Fitodemo hieieron los intérpretes
conjeturas que no tienen el menor fundamento.
Dacier sospecha con razón que era un gran libertino de
tiempo de Horacio.
V. 126. Illia et JEgeria est... Es decir, lo mas
respetable
que habia en Roma. Illa fue hija de Numitor,
Rey de Alba, vestal en quien tuvo Marte a los gemelos
Rómulo y Remo. Egeria fue la esposa ó la manceba de Numa
Pompilio, segundo Rey de Roma, ó bien, la ninfa de
quien decia recibir sus inspiraciones.
V. 129. Vepallida... Por valde pallida.
V. 130. Conscia... La confideuta.
V. 131. Doti deprensa... Torrencio observa con qué
oportunidad señala el poeta en cada uno de los actores
de esta escena el efecto de su miedo; la criaduela teme
que su amo le rompa las piernas; la muger que le confisquen
su dote; v el amante perder su reputación, pagar
una fuerte suma de dinero, y ó llevar una gran paliza , ó ser
entregado a discreción de los criados; pues esto último
puede significar también el pyga del verso ciento treinta
y tres, que recuerda el perminxerunt calones del cuarenta
y cuatro. Por lo demás, Nicolás Heinsio, observando
que en el verso ciento treinta y uuo está confundida
la criada cruribus metuens, y su ama doti deprensa,
y
que en muchas ediciones no se separaban estas dos personas
ni auu por una sola coma, leia asi:
Curibus hajcmetuat, doti hxc deprensa.
Bentlei adoptó esta lección , manifestando* ser necesario el
pronombre, pues el deprensa no debe signifiear solo a la
señora, cuando también fueron cogidos la criada y el
galán.
V. 134. Fabio vel judice... Parece que este Fabio era
un letrado célebre, que sorprendido en adulterio, fue maltratado
terriblemente.
Es de todo cantor vieja manía,
Si le ruegan cantar, no abrir la boca,
Ni cerrarla si nadie le provoca.
Esto al sardo Tigelio sucedía;
Y César mismo nada alcanzaría ,
Aunque por la amistad se lo rogára,
Con que su padre y él siempre le honrára.
Mas si ganas le entraban al bellaco,
Y a entonar empezaba el Salve Baco,
Seguía hasta acabado ya el banquete,
Ora por bajo, y ora por falsete.
Desigual siempre, ó daba una carrera
Cual si de un enemigo armado huyera,
O iba con paso lento,
Cual si de Juno en fiesta,
Llevase en procesion la sacra cesta.
Con diez esclavos ora, ora con ciento,
De reyes ora ó príncipes hablando;
O ya el tono bajando,
a Humilde mesa es el anhelo mió ,
Decia, y una concha por salero,
Y un vestido grosero,
Con que me pueda guarecer del frío. »
Mas si a este, que con poco se fingía
Satisfecho y aun harto.
Le dieses un millón, al otro dia
No le quedara en la gaveta un cuarto.
Hasta el amanecer no se acostaba ,
Y los días durmiendo los pasaba.
Nunca en fin hubo, entre rareza y canto ,
Quien de sí mismo difiriese tanto.
Al oir esto, acaso dirá alguno,
« Y ¡qué! ¿no tienes tú vicio ninguno? »
— « Sí, pero de otra especie diferente. »
Hablaba Menio mal de Novio ausente,
Y uno le dijo, a y tú ¿no te conoces?
O ¿piensas deslumbrarnos con tus voces,
Cual si ya no supiéramos tu tono ? »
— «Pero yo mi locura,
Dijo Menio, a mí mismo me perdono, o
¡Fàtua indulgencia, digna de censura!
¡Qué! ¿para ver tus faltas serás ciego ,
Y las de tus amigos verás luego,
Con ojos cual de un águila ó serpiente ?
Y bien, ¿ la demás gente
No imitará tu traza,
Y tus defectos sacará a la plaza ? , 1
«Aquel, dices no gusta de burlones,
De cólera tal vez tiene arrebatos ;
Suelta la toga , es una risa vello,
Mal cortado el cabello,
Caérsele de grandes los zapatos. »
Sí; pero es honradísimo, es tu amigo,
Y aunque muy poco a acicalarse atento,
Es hombre de saber y de talento :
Y tu, si lo repasas bien contigo,
En ti hallarás ó vicios naturales,
O vicios de costumbre ;
Que campos eriales
Dan solo helechos, buenos para lumbre.
A imitarle el amante nos convida,
Que las faltas no ve de su querida,
Si no es que en ellas se deleita fino,
Qual de su Agna el tumor place a Balbino.
A un error de esta clase,
Si de este modo la amistad errase,
72 LIBER I.
Errori nomen virtus posuisset honestuin.
At, pater ut nati, sic nos debemus, amici
Si quod sit vitium, non fastidire. Strabonem
Appellai paetum pater, etpullum, malè parvus
Si cui Alius e s t , ut abortivus fuit olim
Sisyphus; hunc varum, distortis cruribus; ilium
Balbutii scaurum, pravis fultum malè tabs.
Parciùs hie vivit; frugi dicatur. Ineptus
Et jactantior hie paulo est; concinnus amicis
Postulat ut videatur. At est truculentior, atque
Plus aequo über; simplex, fortisque habeatur.
Caldior est; acres inter numeretur. Opinor
Haac res et jungit, et junctos servat amicos.
At nos virtutes ipsas invertimus, atque
Sincerum cupimus vas incrustare. Probus quis
Nobiscum vivit, multùm demissus homo; illi
Tardo, cognomen pingui damus. Hie fugit omnes
Insidias, nullique malo latus obdit apertum,
Cum genus hoc inter vitse versetur, ubi acris
Invidia, atque vigent ubi crimina; pro bene sano
Ac non incauto, fictum astutumque vocamus.
Simplicior quis, et est qualem me saepe libenter
Obtulerim, tibi, Maecenas, ut for tè legentem
Aut taciturn impellat quovis sermone molestus;
LIBRO I.
Un nombre honroso la virtud daria;
O hacer con sus amigos debería
Cada cual, como el padre con sus hijos.
El padre dice de uno que es bisojo,
« Ladea un poco el ojo;»
De otro que es como Sisifo de enano,
Dice que es un pollito;
Al patituerto llama estevadito,
Y entre dientes, del que anda a rempujones,
Dice, «gruesos tiene los talones.»
De un tacaño cubriendo asi el oprobio,
Di que es frugal y sobrio;
Al vano fanfarrón, llama festivo,
Al iracundo, vivo,
Y al duro, y libre mas que convenia,
Yeraz, sencillo y franco en demasía.
Esto, si bien se observa,
Es lo que la amistad traba y conserva.
Mas nuestro juicio escaso
Convierte en vicio la virtud mas pura,
Y mancha y desfigura
Con un feo barniz el limpio vaso.
Al hombre mas honrado y mas modesto,
Mazacote llamárnosle y molesto :
Al otro que sospecha
Que el crimen y la envidia vil le acecha,
Y prudente, por ello
Cuida que nadie pueda sorprendello,
En vez de precavido ó de juicioso,
Le llamamos falaz ó artificioso.
Si al que lee ó medita llega alguno,
Sencillo ó importuno,
A interrumpir con una frusleria,
Cual yo lo hago contigo cada dia,
O Mecenas querido,
LIBER I.
Communi sensu plané caret, inquimus. Ehcu !
Quàm temere in nosmet legem sancimus iniquaui !
Nam vitiis nemo sine nascituf; optimus ille est,
Qui minimis urgetur. Amicus dulcis, ut aequum est.
Cum mea compenset vitiis bona, pluribus hisce 70
(Si modo plura mihi bona sunt) inclinet, amari
Si volet : M e lege in trutinâ ponetur eûdem. 1 (tfHMt M ìm.
Qui ne tuberibus propriis offendat amicum
Postulat, ignoscet verrucis illius. îEquum est
Peccatis veniam poscentem reddere rursus. 75
Denique quatenus excidi penitus vitium irae,
Cfetera item nequeunt stultis liaerentia; cur non
Ponderibus modulisque suis ratio utitur? ac, res
Ut quaeque est, ita suppliciis delicta coërcet?
Si quis eum servum, patinam qui tollere jussus, 80
Semesos pisces tepidumque ligurierit jus,
In cruce suffigat, Labeone insanior inter
Sanos dicatur. Quanto hoc furiosius, atque
Majus peccatimi est? Paulùm deliquit amicus ;
( Quod nisi concédas, habeare insuavis, acerbus ) 85
Odisti et fugis, ut Rusonem debitor aeris;
Qui nisi cum tristes misero venere Kalendoe,
Mercedem aut nummos unde extricat, amaras
Decimos que es un hombre sin sentido;
Sin reparar que cuando asi fallamos,
Terrible ley contra nosotros damos,
Pues sin vicios ninguno al mundo viene,
Y aquel es el mejor que menos tiene.
Pese el leal amigo, como es justo,
Mis faltas y mis prendas a su gusto,
Y cuando a aquellas estas sobrepujen ,
Inclínese a mi lado,
Si es que de mí pretende ser amado,
Y que con igual vara yo le mida ;
Que el que indulgencia pida
Con sus tachas , Mecenas,
Debe indulgente ser con las agenas,
Y el favor que alcanzar de uno se piense
Es justo que a él también se le dispense.
Mas pues de los humanos corazones
Los arraigados vicios y pasiones
Es imposible descuajar del todo,
Cierto término y modo
Debe el hombre emplear de razón buena
Y a cada crimen señalar su pena.
Si a su esclavo a la muerte uno destina ,
Porque al llevar un plato a la cocina,
Del pescado ó la salsa prueba un poco,
Reputarále un cuerdo por mas loco
Que al mismo Labeon. Pues ahora digo,
Mas crimen es que si faltó un amigo
En una cosa leve ,
(Pues tal su falta reputarla debe
Quien de cruel no quiera se le arguya)
Se le aborrezca y huya,
Cual huye de Ruson el deudor triste,
Que si asomando la calenda aciaga.
El capital ó el interés no paga,
105
Debe sufrir como menguado siervo ,
Del usurero el denostar acerbo.
Si a otro, porque la cama en que comía ,
Manchó enraedio de un báquico arrebato,
O derribó algún plato,
En que el cincel de Evandro relucía ,
O se comió una polla regalada
Para raí destinada,
¿ Estimaréle en menos ? Pues ¿ qué hiciera
Yo mas si él me robara ,
Si una palabra dada no cumpliera,
O si un secreto mió revelara?
Entrando en discusión, veranse estrechos
Los que todo delito i^ual reputan;
Pues su opiraon refutan
El buen sentido, el hábito del mundo,
Y basta la utilidad, que es las mas veces
De la justicia el manantial fecundo.
Cuando del suelo por la vez primera
La raza pululó de los humanos ,
Sustento y madriguera
Mudos, cual muda fiera,
Disputaron con uñas y con manos.
Con palos pelearon en seguida,
Y armas mas tarde usó su enojo ciego,
Que la necesidad fabricó luego:
En un lenguage al fin convino el hombre,
Y a cada objeto señaló su nombre.
Cesó entonces la guerra encarnizada;
Los pueblos mal seguros
Se rodearon de elevados muros,
Y la ley acatada
A adúltero y ladrón señaló
pena:
Pues mucho antes que naciese Helena,
De guerra atroz y dura
il
78 LIBER 1.
Causa; sed ignoti* perierunt mortibus illi,
Quos venerein incertaui rapientes, more ferarum,
Viribus editior caedebat, ut in grege taurus. 110
Jura inventa metu injusti fateare necesse est,
Tempora si fastosque velis evolvere mundi.
Nec natura potest justo secernere iniquum,
Dividit ut bona diversis, fugienda petendis.
Nec vincet ratio hoc, tantumdem ut peccet idemque, 115
Qui teneros caules alieni fregerit horti,
Et qui nocturnus sacra Divùm legerit. Adsit
Regula, peccatis quae poenas irroget aequas ;
Ne scuticà dignum horribili sectere flagello:
Nam, ut ferulà caedas meritum majora subire 120
Verbera, non vereor ; cum dicas esse pares res
Furta latrociniis, et magnis parva mineris
Falce recisurum simili te, si tibi regnum
Permittant homines. Si dives, qui sapiens est,
Et sutor bonus, et solus formosus, et est rex ; 125
Cur optas quod habes? Non nosti quid p a t e r , inquis,
Chrysippus dicat : sapiens crepidas sibi nunquam
Nec soleas fecit ; sutor tamen est sapiens. Quo?
Ut quamvis tacet Hermogenes, cantor tamen, atque
Optimus est modulator : ut Alfenus vafer, omni 130
Abjecto instrumento artis, clausàque tabcrn.1,
Fue causa amor, y fuelo la hermosura;
Si bien a aquel que como bruto andaba,
Y en pos la vaga Venus se lanzaba,
Rival de mas valor daba la muerte,
Cual mata al toro débil toro fuerte.
Que para reprimir toda violencia
Se inventaron las leyes,
De los siglos pasados la esperiencia
Lo prueba, y de los fastos la lectura;
Pues si basta natura
Lo útil a discernir de lo dañoso,
No de lo justo asi lo criminoso.
Ni la razón persuadirá por cierto,
Que sea acreedor a igual reproche
El que las berzas destrozó de un huerto,
Que aquel que un templo saqueó en la noche.
Debe pues una regla existir fija,
Que el crimen siempre en proporcion corrija:
Si no, despedazáras
Por levísimas faltas a cualquiera;
Pues que menor castigo tú ordenáras
A. alguno que mayor le mereciera,
No es de esperar de quien, cual tú, asegura
Que es lo mismo un gran robo que una usura,
Y que a ser rey, trataras igualmente
Al grande y al pequeño delincuente.
En fin, si el sabio es siempre poderoso,
Sobresaliente artista, único hermoso,
Y rey, y todo en fin, según tú crees,
¿A que pides aquello que posees?
Mas dirásme quizá : «Bien lo examina,
No es esa de Crisipo la doctrina.
Que el sabio hace zapatos no se entienda ,
Mas con ser sabio, es zapatero, y bueno;
Y a la manera que el sutil Alfeno
Es zapatero, aunque cerró su tienda,
Y aunque no sin cesar esté cantando,
Hermógenes es siempre un cantor blando,
El sabio en todas artes es maestro,
Y rey también en el dictamen nuestro. »
—Muy bien, mas con corona y con reinado,
A t í , rey de los reyes elevado,
Atrevidos mozuelos
De la barba descuájante los pelos,
Y si el garrote a huir no los obliga,
Cada cual te fatiga,
Con burlas y matracas,
Provocando tus gritos y alharacas.
En fin, mientras que rey, envilecido
Por un ochavo vayas a bañarte,
Del imbécil Crispin solo seguido;
Mientras de mis amigos por su parte
Las faltas disimule la indulgencia,
Y yo las suyas sufra con prudencia,
De mas feliz mi oscuridad blasona,
Que tú con tu quimérica corona.
que desacreditaban la virtud, haciéndola impracticable,
y a cuya clase pertenecía, entre otros, el de que todos
los delitos eran iguales, dogma que Zenou, fundador de
la secta, había tomado de las bárbaras leyes de Dracon,
escritas, según se ha dicho muchas veces, con sangre
en vez de tinta. Este principio, igualmente que otros del
mismo patriarca del estoicismo, habían sido, como sucede
ordinariamente, exagerados por sus discípulos ; resultando
de aqui que a los errores de Zenon se habian agregado
otros, que no eran suyos a la verdad, pero cuya responsabilidad
recaía necesariamente sóbrela escuela toda, pues
eran pocos los que sabían distinguir los dogmas primitivos
de ella, de los que sucesivamente se les agregaron.
TOMO ra. 6
Asi, la escuela de Zenon, en que se formaron un día
tantos hombres insignes, cuya constancia é impasibilidad
serán admiradas basta el fin de los siglos, llegó con el
tiempo a suministrar argumentos a la sátira, que debia
combatir las exageraciones pueriles, y los principios
perjudiciales
al orden y la ventura social.
Pero ridiculizar con fruto les estravíos de Crisipo,
pervertidor principal de la doctrina de Zenon, era obra
nada menos que de un Horacio, y menester era toda su
delicadeza para sacar partido de este argumento. Para
ello empieza el poeta describiendo el carácter de un músico
raro, caprichoso é inconsecuente, de lo que toma
ocasion para hablar en general de los defectos de
los hombres, y probar que con ellos debe ejercitarse
la indulgencia de los amigos, los cuales deben escudarse
y tolerarse recíprocamente sus errores ó sus estravíos.
En este trozo de la sátira resplandece aquella filosoiia
celestial, que consuela a los hombres enmedio de las
desgracias , que les impide engreírse enmedio de la prosperidad
, que los habilita y proporciona para sufrir las
lujusticias agenas, y que en fin, practicada generalmente,
uniria por los lazos de una indulgencia mutua a los habitantes
de este suelo infeliz, condenados a ser juguete
de los iutereses privados que los dividen, y de las pasiones
tumultuosas que los agitan. Horacio, haciéndose cargo
de que es imposible que estas pasiones y estos intereses
dejen de separar mas ó menos a los hombres, é
inGriendo de aqui que es indispensable que haya vicios,
injusticias y crímenes, establece la necesidad de que estos
se castiguen en proporcion del daño que hagan, ó de la
ofensa que irroguen; y oponiendo estos principios, que
amplifica y desenvuelve mas de lo que él acostumbra, a la
doctrina de los estoicos sobre este punto, prueba que es
errónea y funesta, en términos de convencer a sus mas
ardientes partidarios. Para completar la convicción, Horacio
refuta otro dogma de la misma escuela, que justo
en su origen, se habia hecho ridículo por la latitud que
se le habia querido dar, y consistía en suponer que el
sabio era rey, artista , y todo cuanto habia que ser en
el mundo; y esto, por haberse exagerado el principio de
Zenon, que decia con mucha verdad, que el sabio llevaba
ventajas inmensas a los hombres mas sobresalientes de
todas las profesiones, y aun a los monarcas mismos.
Esta última parte de la sátira tiene una soltura , una
facilidad, una gracia, que es capaz de desarrugar la frente
mas austéra; pero como la concisión enérgica del original
hiciese muy trabajosa su inteligencia, me he visto obligado
á añadir en este trozo varias espresiones aclaratorias, v
sobre todo a hacer mas perceptible el diálogo entre el
poeta y el estoico, que el original se contenta con indicar.
Las notas que siguen darán una idea mas completa
aun de esta pieza, cuya lectura debe hacerse con mucha
atención, si se han de saborear todas sus gracias.
V. 4. Tigellius... Véase la nota al verso tercero de la
sátira anterior.
V. 5. Patris... Ya he dicho en otra ocasion que Julio
César adoptó a Octaviano, y que desde entonces juntó
éste a su nombre el de su padre adoptivo. Julio César
habia hecho muchos beneficios a Tigelio.
V. 6 y 7. Ab ovo usque ad mala... «De la sopa a los
postres.» La comida empezaba entre los antiguos con
huevos, y acababa con frutas.
V. 7. Citaret... Algunos críticos observaron la
inexactitud
de e?te verbo, usado por recitaret.
lo Bacche... Este era verosímilmente
el principio de
la canción que entonaba Tigelio. Los gramáticos observan
que a estas canciones báquicas daban los griegos los
nombres de lo Bacchus, v Bacchebaccus.
V. 7 y 8. Modo summá voce etc... El autor de una
disertación dirigida al padre Sanadon, y que se halla
en el tomo sétimo de la traducción francesa de Horacio,
hecha por aquel docto jesuíta, quitó a este pasage la oscuridad
en que hasta entonces habia estado envuelto.
Según él, Tigelio tomaba casi en el mismo momento, ya
el tono propio y natural de la cuerda aita del teíracordio,
y ya el de la baja. La construcción será, pues,
Modo
summá voce, id est, illa qux summa ex choráis quatuor
resonat, modó imá, id est, hác qux ima ex eisdem
choráis resonat. El mismo autor prueba
que habia
dos cuerdas en el tetracordio, llamadas summa é ima.
Como estos pormenores no podían entrar en la traducción,
yo he creido deber emplear el giro de que he
usado, para dar una idea clara del pensamiento del autor,
sin necesidad de tomar un largo rodeo.
V. 11. Junonis sacra... Sabido es que los símbolos
de los atributos de cada divinidad se llevaban en las
procesiones en canastos ó en bandejas. También lo es
que el paso de las procesiones era entonces como ahora,
pausado y lento.
V. 13. Mensa tripes... Las mesas de la gente pobre
eran de tres pies, las de los ricos de uno.
V. 15. Decies centena... Hay que saplir milita.
Este
millón de sestercios correspondía poco mas ó menos á
ochocientos mil reales, pues cada sestercío valia de
veinte y siete a veinte y ocho maravedises, de nuestra
moneda actual.
V. 16. Quinqué diebus... Esta frase proverbial latina
equivale a la nuestra en cuatro días. Seria un error
entender
materialmente ninguna de las dos frases, que
corresponden rigorosamente a esta otra,
en muy poco
tiempo.
V. 20. Et fortasse... Esta es la lección de todos los
manuscritos y ediciones antiguas. En casi todas las modernas
se lee haud, que dificulta ó contraria el sentido.
V. 21. Mxnius... Véase, por lo tocante a Menio, la nota
al verso ciento uno de la sátira primera. Por lo que hace
á la inteligencia del pasage, observaré que esta transición
es demasiado rápida en el original. Las transiciones no
preparadas, la concision a veces anfibológica de nuestro
autor, fueron sin duda las que hicieron al célebre Malte-
Brun calificar a Horacio de seco, raro
y enérgico en
sus sátiras.
Absentem Novium... Hubo dos hermanos
de este
nombre, ambos libertos, y ambos elevados, a pesar de
esta circunstancia , a los primeros destinos.
V. 25. Pervideas... En mi primera edición leí yo
•prxvideas, sin notar que hacia asi desaparecer la antítesis
de lippus videos. Esta es semejante a la empleada en
la sátira anterior,
o :in un olí .1,1 1 , WlUglft ¿ iiVtiiir,'
Hypsxa, caecior illa
Qux mala sunt spectas,
y a la de la oda sétima del libro tercero,
Scopulis surdior ¡cari,
Voces audit.
Donde se ven las frases surdior audit, cxcior spectas,
análogas a la de lippus videos.
V. 27. Serpens Epidaurius... En Epidauro, ciudad
del Peloponeso, se adoraba a Esculapio, dios de la medicina
, a quien estaban consagradas las serpientes.
V. 29. Iracunáior est paulo... Aqui empieza una série
de observaciones, tan llenas de verdad como de equidad
é indulgencia, y sobre las cuales creo deber llamar
de nuevo la atención de mis lectores. ¿ Cuál de ellos no
seDtirá que es una gran falta mordiscar ó zaherir a hombres
llenos de escelentes cualidades, a título, ó bajo pretesto
de que tienen este ó aquel pequeño defecto? El poeta
aconseja que no se hable de ellos, ó que al hacerlo se
atenúen ó se disfracen, como lo hacen los amantes con
las faltas de sus queridas, los padres con las de sus
hijos etc.
Acutis naribus... Véase la nota al verso quinto de la
sátira sesta.
V. 31. Rusticiüs tonso toga defluit... Los intérpretes
que creyeron que Horacio aludió a Mecenas, cuando censuró
en el verso veinte y cinco de la sátira segunda, un
defecto análogo al que aqui se señala, pudieron haber
depuesto su error, recapacitando que no era natural
que un poeta cortesano echase en cara aquel defecto con
tanta frecuencia, al hombre a quien habia debido favores.
V. 38. Illuc prxvertamur... El padre Sanadon hace
sobre este pasage una observación que honra su sagacidad.
«La transición, dice, es rápida, y no de las mas
claras; pero es suficiente para un poeta, que arrastrado
por los pensamientos, deja a otros el cuidado de suplir
lo que debe enlazarlos. Prxvertere significa coger la
delantera
á alguno, tomando un camino mas corto; y pedir
á muchas personas que traten de conocerse a fondo
que examinen el origen de sus defectos, que distingan
los que proceden de la naturaleza ó del hábito, de la
índole ó de la educación, es meterlas en un camino largo
y difícil. Hay pues, dice el poeta, uno. mas corto y
mas fácil , que es el de ver lo que hacen los demás, y
aprovecharse de sus faltas, procurando hacer por razón, lo
que otros por un esceso vicioso.»
V. 40 Balbinum polypus Agnx... Hagnx pretende
Bentlei que debe escribirse para evitar anfibologías, y
apoya la corrección en la autoridad de algunos manuscritos.
El Balbino y la Agna, a quienes da el poeta de paso
esta dentellada, no son conocidos.
V. 41. fellem in amicitiá... El poeta que enuncia
estos delicados sentimientos, que los presenta como regla
de conducta, y como objeto de sus deseos, y que los
desenvuelve y amplifica con tanta satisfacción, debia ser
sin duda un amigo bien complaciente, y por consecuencia
bien apreciable.
V. 44. Strabonem... Strabo y pxtus, igualmente que
las demás calificaciones que en este pasage emplea el
autor, designan un mismo género de imperfección en diferentes
grados. El cariño de un padre hácia sus hijos raya
pocas veces en la estravagaucia de negar los defectos
visibles que estos tienen, y se contenta por lo común
con engañar y aun engañarse, dando a dichos defectos el
nombre de otros que son menores en la misma línea , y
aun endulzando los mismos nombres al pronunciarlos.
Este es un ejemplo hermoso, frecuente, fácil, que el indulgente
Horacio propone a la imitación de los que quieran
merecer la calificación de 3migos. Ovidio dio también
este precepto a los amantes, cuando en su
Arte de
amar decia , Nominibus mollire
licet mala etc.
V. 45. Malé parvus... Por valde par cus.
V. 46. Sisyphus... A un enano que tenia Marco Antonio,
cuya talla no pasaba dedos pies, se le había dado
el nombre de Sisifo, porque, como el de la fábula,
era muy astuto y ladino.
V. 48. Scaurum... Obsérvese que estos nombres
Strabo,
Pxtus, Pullus, Varus y Scaurus ,
que designan diferentes
defectos corporales, eran sobrenombres de algunas
familias ilustres, a las cuales, en los tiempos groseros de
la república romana, se les dieron sin duda como apodos,
cual lo hace ordinariamente entre nosotros la gente mal
criada, y aun la gente simplemente rústica. El bisojo, el
chiquitín, el patituerto, son nombres que se dan hoy
todavia en los pueblos pequeños a los que tienen estos defectos
, sin que no obstante sea de esperar que se conviertan
como en Roma, en sobrenombres gloriosos de varias
familias. Esto sucederia solo, cuando los que tuviesen
estas faltas las ennobleciesen en cierta manera con acciones
brillantes, de cuya gloria recayese una gran parte
sobre su patria.
V. 58. Tardo cognomcn.. Asi se lee en los manuscritos
y ediciones. Bentlei imaginó añadir un ac despues
del tardo, cosa que a ser autorizada, quitaría la
dificultad
al pasage. En todo caso probus y demissus deben
oponerse a tardus y pinguis, pues a no ser asi,
seria
menester ver entre estos dos adjetivos una oposicion de
virtud y vicio, cosa que no habrá quien sostenga, pues
tan defectuoso es lo lardo como lo embotado.
Bentlei cita
un pasage de Cicerón en que probus y demissus se
hallan
opuestos a acer, pertinax, litigiosus y acerbus.
V. 65. Impellat... Otros appellet é impediat, sin
autoridad.
V. 68. Aam viliis
nemo... He aqui otra sentencia
oportunamente aplicada, y felizmente desenvuelta. Mas abajo
se lee
Jiquum est
Peccatis veniam poscentem reddere rursus.
Estas máximas indulgentes y conciliadoras, enunciadas
en términos tan sencillos, y presentadas mas bien como
corolarios que como premisas, hacen un efecto admirable.
V. 76. Denique quatenus... En el juicio de la sátira
he indicado el mérito de esta transición, que es tan oportuna
como juiciosa. Ei poeta querría que se encubriesen ó
se cohonestasen ios defectos de los amigos; pero reconociendo
que hay algunos que son menos susceptibles de escusa
, y muchos que es sumamente difícil cohonestar, desea
que a lo menos se establezca entre todos los vicios y
faltas de los hombres una escala justa, y que no se confuuda
el aturdimiento de un convidado que derriba un
plato de la mesa, ó la golosina de un esclavo que prueba
la salsa de un guisado de que ya todos han comido,
con el sacrilegio de uno que roba un templo, ó la maldad
del que comete otro gran delito. Por lo demás, en
este verso empieza la segunda parte de la sátira, contraída
á refutar la exageración de la doctrina de los estoicos.
Es muy delicado el modo con que el poeta viene
á caer sobre este asunto.
V. 82. Labeone insanior... Sospecho que se engañaron
los intérpretes que creyeron que el Labeon de quien aqui
se habla era Marco Antistio Labeon, jurisconsulto céleb
r e , senador etc , pues no es verosímil que Horacio
tratase de indisponerse con un hombre de esta clase, á
quien Augusto mismo daba frecuentemente pruebas de deferencia
y de consideración.
V. 85. Habeare insuavis... En ediciones y manuscritos
se cierra el paréntesis en acerbus. Bentlei fue el
primero
qne puso fuera de él este último adjetivo, que asi
colocado haria un hermoso sentido. Non
concedere et
condonare, dice con razón,
insuavis est; at odisse el
fugere, acerbi. i
V. 86. Rusonem... Otros Drusonem,
Rufonem, Rissonem
etc.
V. 89. Historias... Los intérpretes han esplicado
diferentemente
esta palabra; según unos, el usurero Ruson
condenaba a sus deudores que al principio del mes no le
habían pagado sus cuentas, a oírle recitar historias que
él había escrito, y que en dictamen de los que adoptan
esta interpretación, eran malísimas. Otros creen que este
historias equivale a convicia, minas etc., y bien
pensado,
esto es lo único que parece verosímil. Si con oir una
historia escrita por el usurero Ruson, hubieran sabdo del
paso sus deudores, no tenían por qué sentir tanto la
entrada del mes, pues con un rato ó varios de fastidio
habrían cumplido; y ello es cierto, que por no pagar,
sufrirían la lectura de todas las historias que se han escrito
desde Herodoto hasta Anquetil, muchos de los deudores
del dia, que verosímilmente se parecerán tanto a
los del tiempo de Augusto, como los usureros de hoy á
los de entonces. Bien sé que Filostrato habla de un rico
usurero, que imponía a sus deudores en sus contratos la
obligación de oirle declamar; pero esto es bueno para
que se diga por chiste, y no para que se crea. El tormento
de oir leer malos libros, no lo es por otra parte
para hombres que no entienden la materia. Si se tratase
de obligar a un poela eminente a que oyese sin chistar
porcion de versos detestables, se le daría ciertamente una
incomodidad ; pero fuera de este caso ú otro semejante,
¿cuántos son en el mundo los que pueden distinguir si es
mala ó buena una composicion que oyen?
V. 90. Comminxit lectum potus... Sabido es que los
antiguos comían tendidos. Obsérvese la concisión enérgica
de las tres palabras que hacen el objeto de esta nota.
Para traducirlas es menester decir,
manchó, de resultas de
haberse embriagado, la cama en, que comía.
V. 91. Evandri manibus tritum... Este Evandro era,
según los comentadores antiguos, un escultor ateniense,
que llevó Marco Antonio a Alejandria, y que de alli pasó
á Roma , donde se distinguió por su habilidad. Tritum
significa
aqui perfectum, ó fabricatum.
V. 92. Aut positum... «Esto alude, dice Mr. Dacier,
á que los estoicos habían dado reglas prolijas para todos
los actos de la vida civil, y exagerado las de la mesa,
con mas severidad que prudencia , llegando hasta mirar
como un gran delito el que uno tocase a la parte de otro,
ó el que tomase para sí la parte mejor, por suponer que
con esto se faltaba a la equidad y a los derechos agenos,
que son los fundamentos de la sociedad. Epicteto,
qne corrigió despues en muchas cosas lo que tenia de mas
duro el estoicismo, endulzó también los preceptos de la
mesa.» El crítico francés cita en efecto dos pasages del
ilustre filósofo griego, que contienen reglas sobre esta
materia, propias de todos los tiempos.
v. 95. Fide... Por fidei.
V. 96. Queis paria esse... Para conocer con cuanta
justicia criticaba Horacio el error de los estoicos en orden
á la igualdad de los pecados, conviene saber la razón en
que este se fundaba. « Como nada hay, decían, mejor que
lo mejor, nada hay mas vergonzoso que lo vergonzoso:
y como cuando en una lira, anadian, hay una cuerda
que no está en armonía con o t r a , todas resultan
destempladas,
asi los pecados, siendo propiamente disonancias,
discuerdan todos igualmente, y por consiguiente son
iguales, v Ya se ve que es bien fácil por una parte, y
por otra bien útil reducir a su verdadero valor estos sofismas
ridículos.
V. 98. Propé... Los latinos empleaban el /eré y el
propé en lugar de semper, cuando querían afirmar mas
modesta ó menos decisivamente. El poeta debia tomar esta
precaución al proclamar que la utilidad era el origen de
la justicia. Yo, respetando su intención, he traducido el
prope por las mas veces.
V. 99. Cum prorepserunt... Varios comentadores han
notado la propiedad con que Horacio usa aqui de este
verbo, que da una idea justa del modo con que los
hombres salieron de las matrices, en que con arreglo al
sistema de Epicuro, yacieron como embriones hasta que
vieron la l u z ; pero-ninguno de los mismos comentadores ha
notado con qué exactitud, con qué concision describe Horacio
el principio de las sociedades, en los términos que
despues lo han hecho los publicistas en largos, y a veces
prolijos capítulos.
V. 197. Nam fuit etc... Aristóteles probó la falsedad
de la opinion de varios de aquellos estravagantes a quienes
se solia dar en Grecia el nombre de filósofos, y que
querían que se llamasen todas las cosas por sus nombres,
pretendiendo que en esto nada bahía de reprensible, puesto
que cualesquiera que luesen los térmiuos que se empleasen,
siempre se destinaban a espresar la misma idea. En Roma
según la observación del erudito Dacier, las gentes de
buenas costumbres no pronunciaban palabra alguna que
pudiese dar lugar a un equívoco obsceno, y asi no decían
cum nobis, sino nobiscum, y evitaban decir
cum notis
hominibus , cum nos hoc faceremus etc.
Pero en general
no se usaba esta circunspección; y la relajación de las
costumbres, consecuencia necesaria de las discordias civiles,
autorizaba hasta cierto punto el cinismo del lenguage.
Horacio no le habria empleado ciertamente, si no
supiese que nadie lo reprobaria.
V. 113. Nec natura potest etc... Admirablemente dicho.
La razón natural basta a la verdad para distinguir lo que
nos favorece y lo que nos daña; pero no siempre para
distinguir lo justo de lo injusto.
V. 117. Sacra Divúm tegerit... Tal es la lección legítima
y autorizada. Divíim sacra se lee sin embargo en
todas los ediciones posteriores a Aldo Manucio. Legere
está por furari. De sacra y legere se
compuso la palabra
sacrilegus, que entre nosotros designa al
profanador de
las cosas sagradas.
V. 119. Ne scutícá dignum... Dábase el nombre de
scutica a las correas que usaban los maestros de escuela
para zurrar a los muchachos; y el de Jlagellum a otras
correas, también de cuero como las primeras, pero terriblemente
duras, pues con ellas se azotaba a los que los
magistrados sentenciaban a esta pena.
V. 190. Nam ut... Este ut equivale aqui a
quomodo.
V. 126. Cur optas quod habes?... Esta es la parte mas
divertida de la sátira. A un estoico que decia que si fuera
rey, castigaría lo mismo las faltas grandes que las pequeñas,
le reconviene el poeta con su misma doctrina,
diciéndole: «¿Pues no eres rey, cuando según la opinion
de tu escuela, todo el que sigue sus preceptos es rey, es
artista consumado, y es todo lo que hay que ser?» Este
argumento no podia hacerse, según he observado en el
juicio de esta sátira, sino contra la latitud dada por
Crisipo a la doctrina de Zenon sobre este punto. La distinción
que mas abajo se pone en boca del discípulo
de Crisipo, hace sentir toda la ridiculez de su opinion.
Y. 128. Quó... Esta sola palabra latina equivale
aqui
á esta otra frase castellana. ¿ De que modo? pregúntasme,
pues se debe suponer que continúa hablando el estoico.
Esta concision fatigante (lo repetiré mil veces) hace que
sean pocos los que puedan hallar placer en la lectura del
original que traduzco.
V. 129. Hermógenes... Este era el nombre de un
sobresaliente
músico de Augusto.
V. 130. Alfenus vafer... Alfeno, despues de haber sido
zapatero ó barbero en Cremona, pasó a Roma, estudió
el derecho en la escuela del jurisconsulto Sulpicio, é hizo
tales progresos, que llegó a ser uno de los primeros
hombres de su tiempo. El epíteto vafer que le da el poet
a , es alusivo a su ingenio y habilidad. Algunos editores,
creyendo sobre el testimonio de Acrou que Alfeno era
barbero, leen tonsor en el verso ciento treinta y dos, en
lugar de sutor.
SATYRA IV.
Eupolis, atque Cratinus, Aristophanesque poetas 7
Atque alii, quorum comcedia prisca virorum est,
Si quis erat dignus describí, quöd malus ac f u r ,
Quod mcechus f o r e t , ant sicarius, aut alioqui
Famosus, multó cum übertäte notabant. 5
Hinc omnis pendet Lucilius, hosce sequutus,
Mutatis tantüm pedibus numerisque; facetus,
Emundse naris: durus componere versus,
(Nam fuit hoc vitiosus) in horä seepe ducentos,
Ut magnum, versus dictabat stans pede in uno. 10
Cum flueret lutulentus, erat quod tollere velles,
V. 137. Du.m tu quadrante lavatum... La gente baja
era la única en Roma que se bañaba en los baños públicos,
pues los ricos lo hacían en sus casas. El precio por
que se bañaban los pobres era un cuadrante, ó la cuarta
parte de un as, lo que equivalía poco mas o menos
á un maravedí nuestro.
V. 139. Crispinum... Véase la nota al verso ciento y
veinte de la sátira primera.
V. 140. Peccavero... Otros peccaro.
V. 142. Privatus... Esta conclusión es hermosísima:
con ser tratado de mis amigos con la misma indulgencia
con que yo los trato, soy mas feliz que tú con las
necias sofisterías con que pretendes darte importancia.
Tal es el pensamiento, en el cual casi se recapitula el
asünto de que se ha tratado con tanta estension en la
pieza.
Eupolis, Aristófanes, Cratino,
Y otros antiguos cómicos de nombre,
Al tropezar con hombre
Barragan, ó ratero, ó asesino ,
O célebre por cosa semejante,
Al teatro sacábanle al instante.
Bien que empleando metro diferente,
Siguió Lucilio a aquella antigua gente,
Siempre agudo y chistoso,
Pero desaliñado en demasía,
Y este era el gran defecto que tenia.
En una hora, sin tomar reposo,
Versos dictaba hasta contar doscientos,
Y con esto creia hacer portentos.
Arrastraba tal vez algo de bueno
á esta otra frase castellana. ¿ De que modo? pregúntasme,
pues se debe suponer que continúa hablando el estoico.
Esta concision fatigante (lo repetiré mil veces) hace que
sean pocos los que puedan hallar placer en la lectura del
original que traduzco.
V. 129. Hermógenes... Este era el nombre de un
sobresaliente
músico de Augusto.
V. 130. Alfenus vafer... Alfeno, despues de haber sido
zapatero ó barbero en Cremona, pasó a Roma, estudió
el derecho en la escuela del jurisconsulto Sulpicio, é hizo
tales progresos, que llegó a ser uno de los primeros
hombres de su tiempo. El epíteto vafer que le da el poet
a , es alusivo a su ingenio y habilidad. Algunos editores,
creyendo sobre el testimonio de Acrou que Alfeno era
barbero, leen tonsor en el verso ciento treinta y dos, en
lugar de sutor.
SATYRA IV.
Eupolis, atque Cratinus, Aristophanesque poetas 7
Atque alii, quorum comcedia prisca virorum est,
Si quis erat dignus describí, quód malus ac f u r ,
Quod mcechus f o r e t , aut sicarius, aut alioqui
Famosus, multó cum übertäte notabant. 5
Hinc omnis pendet Luciüus, hosce sequutus,
Mutatis tantüm pedibus numerisque; facetus,
Emundse naris: durus componere versus,
(Nam fuit hoc vitiosus) in horä seepe ducentos,
Ut magnum, versus dictabat stans pede in uno. 10
Cum flueret lutulentus, erat quod tollere velles,
V. 137. Dum tu quadrante lavatum... La gente baja
era la única en Roma que se bañaba en los baños públicos,
pues los ricos lo hacían en sus casas. El precio por
que se bañaban los pobres era un cuadrante, ó la cuarta
parte de un as, lo que equivalía poco mas o menos
á un maravedí nuestro.
V. 139. Crispinum... Véase la nota al verso ciento y
veinte de la sátira primera.
V. 140. Peccavero... Otros peccaro.
V. 142. Privatus... Esta conclusión es hermosísima:
con ser tratado de mis amigos con la misma indulgencia
con que yo los trato, soy mas feliz que tú con las
necias sofisterías con que pretendes darte importancia.
Tal es el pensamiento, en el cual casi se recapitula el
asünto de que se ha tratado con tanta estension en la
pieza.
SATIRA IV.
Eupoüs, Aristófanes, Cratino,
Y otros antiguos cómicos de nombre,
Al tropezar con hombre
Barragan, ó ratero, ó asesino ,
O célebre por cosa semejante,
Al teatro sacábanle al instante.
Bien que empleando metro diferente,
Siguió Lucilio a aquella antigua gente,
Siempre agudo y chistoso,
Pero desaliñado en demasía,
Y este era el gran defecto que tenia.
En una hora, sin tomar reposo,
Versos dictaba hasta contar doscientos,
Y con esto creia hacer portentos.
Arrastraba tal vez algo de bueno
Entre un raudal de cieno;
Pero verboso asaz, e r a , escribiendo,
De la tarea de escribir avaro;
De escribir bien, entiendo,
Pues lo mucho, no es cosa en que reparo.
Mira a Crispin, que allí con ufanía
A componer también me desafia:
« Tomemos papel, dice, señalemos
Hora, sitio y testigos, y veremos
Quien a quien aventaja en este alarde. »
Yo a quien el cielo dió tímida vena,
Y que hablo poco, y aun de tarde en tarde,
Le digo, « al fuelle imita enhorabuena,
Que sopla sin sosiego,
Hasta que al duro hierro ablanda el fuego. »
Feliz Fannio se cree,
Viendo al templo de Apolo trasladadas
Sus obras y su busto;
Las mias nadie lee,
Y yo a muy pocos recitarlas gusto,
Porque a pocos agrada su lectura,
Pues cada cual ve en ellas su censura.
De entre mil saca un hombre a cualquier hora,
Y ambición ó avaricia le devora.
A las matronas uno ama furioso,
A otro cautiva el rapazuelo hermoso;
A este del oro la afición aqueja;
A aquel deslumbra una alhajuela vieja.
De peligro en peligro revolando,
Cual el polvo en el raudo remolino,
Trafica el otro en afanar con tino,
Porque en aumento su fortuna vaya,
De donde se hunde el sol adonde raya.
Todos estos la sátira aborrecen,
Y al que la escribe temen y escarnecen.
«Que embiste, dicen, huye a ese enemigo;
Solo piensa en r e i r , y para ello
Jamás perdona a su mejor amigo;
Y cuando lo que ha escrito
No tieue a quien leello,
Lo hace a una vieja ó joven inocente,
Que retornan del horno ó de la fuente. »
Contra eso una palabra oiga el que quiera.
Primeramente niego me competa
El título glorioso de poeta ;
Niego que este se adquiera
Con ajustar un verso a la medida,
O escribir una cosa parecida,
Como lo son mis versos, a la prosa.
Solo merece nota tan honrosa
Aquel mortal, que ingenio peregrino
Y estro mas que divino,
Une con espresion noble y grandiosa.
Por esta causa la cuestión se agita
De si es una comedia ó no poema,
Puesto que en el estilo ni en el tema
Elevación ni vehemencia admita,
Y solo por la métrica cadencia
Del lenguaje común se diferencia.
Cierto es que apesarado
Un padre a su hijo alguna vez denuesta,
Al ver que una ramera
Prefiere a una muger rica y honesta,
Y se infama, beodo
Corriendo el pueblo todo
Con mil hachones antes que el sol muera.
Mas si su padre a respirar volviera,
¿Hablaría a Pomponio de otro modo?
No es suficiente pues el hacer versos
Muy castizos y tersos,
TOMO III. 7
98 LIBER I.
Quem si dissoivas, quivis stomachetur codem 55
Quo personalis pacto pater. Iiis ego quae nunc,
Olim quae scripsit Lucilius, eripias si
Tempora certi modosque, et quod prius ordine
verbum est,
Posterius facias , praeponens ultima primis ;
Non ut si solvas, Postquam Discordia tetra 60
Belli ferratos postes portasque refregit,
Invenias etiarn disjecti membra poetae.
llactenus haec: alias justum sit necne poema.
Nunc illud tantum quferam, meritòne tibi sit
Suspectum genus hoc scribendi. Sulcius acer 65
Ambulai et Caprius, ranci malè, cumque libellis;
Magnus utcrque timor latronibus : at bene si quis
Et puris vivat manibus, contemnat utrumque.
Ut sis tu similis Caeli Birrìque latronum,
Non ego sim Capri neque Sulci; cur metuas me? 70
Nulla taberna meos habeat nc.que pila libellos,
Queis manus insudet vulgi, Uermogenisque Tigelli:
Nec recitem cuiquam nisi amicis, idque coactus ;
Non ubivis, corainve quibuslibet. In medio qui
Scripta foro recitent, sunt multi, quique lavantes: 75
Suave locus voci resonat conclusus. Inanes
Hoc juvat, baud illud quaerentes, num sine sensu.
Si a prosa reducidos, no mas queda
Que lo que un padre airado decir pueda.
Si el número a mis sátiras tú quitas,
O a las que el buen Lucilio dejó escritas,
Si las postreras voces antepones,
Y las primeras al remate pones,
Fragmentos de poeta hallar no esperes ;
Los encontrarás si, cuando leyeres,
« Despues que de la guerra
Quebrantó la Discordia fulminante
Las puertas de diamante.... »
Mas dejando indagar para otro dia
Si en suma la comedia es poesía,
Hoy veamos si injusto al fin confiesas
El odio que a la sátira profesas.
Apenas con sus tablas Sulcio asoma,
O Caprio, de gritar enronquecido,
No hay ladrón que no tiemble en toda Roma ;
Pero aquel que jamás tocó a lo ageno,
De ambos a dos se burla muy sereno.
Asi, no siendo yo Sulcio ni Caprio,
¿ Por qué, di, me temieras,
Aun cuando mas ladrón que Birro fueras,
O mas que el mismo Celio ?
En venta nada está de cuanto he escrito ,
Ni Hermógenes Tigelio
Ni otro ninguno lo ha manoseado;
Y si yo algo recito,
No es a un cualquiera, ni en cualquiera pai te,
Sino a amigos, y aun eso, coartado.
En la plaza importuno
Este sus obras lee, otro en el baño,
Porque mejor alii la voz resuena,
Sin reparar ninguno
Si el sitio es propio, ó la ocasion es buena.
100 LIRER I.
Tempore nuin facia nt alieno. Lredere gaudes ,
Inquis , et hoc studio pravus faeis. Unde petitum
Hoc in me jacis? Est auctor quis denique eorum 80
Vixi cum quibus? Absentem qui rodit amicum;
Qui nori defendit alio colpante; solutos
Qui captat risus hominum, famamque dicacis ;
Fingere qui non visa potest; commissa tacere
Qui nequit, hie niger est; hunc tu, Romane,
cave to. 85
Saepe tribus lectis videas cienare (juaternos,
E quibus unus avet quavis aspergere cunctos ,
Praeter eum qui probet aquam : post, hunc quoque
potus,
Condita cum verax aperit pracordia Liber.
Ilic tibi comis et urbanus, liberque videtur, 90
Infesto nigris: ego si r i s i , quöd ineptus
Pastillos Rufillus olet, Gorgonius hircum,
Lividus et mordax videor tibi. Meutio si qua
De Capitolini furtis iujecta Petilli ,
Te coram fuerit, defendas, ut tuus est mos. 95
Me Capitolinus convictore usus auiicoque
A puero est, causäque meä peruiulta rogatus
Fecit, et incolumis laetor quöd vivit in urbe:
Sed tarnen admiror, quo pacto judicium illud
Dices que en murmurar yo me recreo,
Y que versos apaño
Solo por contentar este deseo.
Mas ¿de dónde lo sabes? ¿lo has oido
De alguno con quien haya yo vivido ?
Quien de un amigo ausente, infiel murmura,
El que no le defiende
Cuando alguno le ofende,
El que a su costa hacer reir procura,
Y asi ganar de agudo fama intenta,
El que lo que no vió finge ó inventa :
Quien violó el respeto
Del ageno secreto,
A ese la nota de malvado alcance,
De ese se debe huir a todo trance.
Tal vez en una cena
De convidados ves una docena.
Uno de ellos tal vez el tiempo pasa
En mordiscar a todos,
Esceptuando al dueño de la casa ;
Y aun a este, cuando el vino
Los secretos del pecho al labio asoma,
También pellizca enmedio de la broma.
Tú, la murmuración aborreciendo,
A aquel llamas urbano, franco, fino ;
Y a mí, que en broma dije que iba oliendo
Rufilo a almizcle, Gorgono a chotuno,
Me llamas envidioso é importuno.
Si estafas de Petilio alguno cuenta ,
Por defenderle tu amistad revienta.
«¡Ah! Petiüo es mi amigo,
Educóse conmigo,
Nunca en mi obsequio perdonó fatiga,
Y celebro que nadie le persiga :
Mas que no basto a comprender confieso
102 LIBER I.
Fugerit. Hie nigra succus loliginis; haec est 100
yfirugo mera: quod vitium procul abfore chartis,
Atque animo prius, ut si quid promittere de me
Possum aliud, verö promitto. Liberias si
Dixero quid, si forte jocosius, hoc mihi juris
Cum veniä dabis. Insuevit pater optimus hoc me, 105
Ut fugerem exemplis vitiorum quaeque notando.
Cum me liortaretur, parce, frugaliter, atque
Viverem uti contentus eo quod mi ipse parasset:
Nonne vides, Albi ut ma!6 vivat filius, utque
Barus inops? Magnum documentum, ne patriam
rem 110
Perdere quis veUt. A turpi meretricis amore
Cum deterreret: Sectani dissimilis sis.
Ne sequerer moechas, concessit cum venere uti
Possem; deprensi non bella est fama Treboni,
Aiebat. Sapiens, vitatu quidque petit« 115
Sit melius, causas reddat tibi: mi satis est, si
Traditum ab antiquis morem servare, tuamque,
Dum custodis eges, vitain famamque tueri
Incolumem possum. Simul ac duraverit aetas
Membra animumque tuuni, nabis sine cortice. Sic
me t2o
Cómo pudo salir de aquel proceso. »
Esto sí que es en suma
A manos llenas derramar venenos;
Esto lo que jamás se vió en mi pluma,
Y en mi corazon limpio mucho menos,
Y lo que, si a jurar yo me aventuro,
Que nunca se verá prometo y juro.
Si pues libre ó festivo hablo de un hecho,
Debes dejarme usar de este derecho.
Asi, con los ejemplos que citaba,
Mi padre a huir los vicios me exhortaba.
Para inducirme a ser frugal y sobrio,
Y con su escaso haber vivir contento,
Escarmienta, decia, en el oprobio
Del hijo de Albio tú, y en Baro hambriento.
¡Precioso documento
Para que no se estienda
El que lo observe, a disipar su hacienda!»
Si preservarme del amor insano
Pretendía tal vez de vil ramera,
Me citaba el ejemplo de Escetano.
Porque tras las matronas no corriera,
Cuando lícito amor gozar podia,
« De Trebonio, decia ,
Mira el honor perdido,
Porque fué en adulterio sorprendido.
Esplíquete algún sábio
Por qué es buena una acción, ó por qué es mala;
En cuanto a mí, me basta si mi lábio
Las antiguas costumbres te señala,
Y si puedo constante,
Mientras tu tierna edad guardinn reclama,
Por tu vida mirar y por tu fama.
Pues cuando ya otra edad mas adelante,
Robustezca tus miembros y tu mente,
104 LIBER I.
Formabat pueruui dictis: et sive jubebat
(Jt facerem quid; babes auctorem, quo facias hoc;
Unam ex judicibus selectis objiciebat:
Sive vetabat; an hoc inhonestum et inutile factu
Necne sit, addubites, flagret rumore malo cuiu 125
Hie atque ille? Avidus vicinum funus ut negros
Exanimat, mortisque metu sibi parcere cogit:
Sic teneros ánimos abena opprobria saepe
Absterrent vitiis. Ex hoc ego sanus ab illis
Perniciem quaecumque ferunt; mediocribus, et
queis 130
Ignoscas, vitiis teneor. Fortassis et isthinc
Largiter abstulerit longa aetas, liber amicus,
Consilium proprium : neque enim, cum lectulus,
aut me
Porticus excepit, desum mihi. Rectius hoc est;
Hoc faciens vivam melius; sic dulcis amicis 135
Ocurram; hoc quidam non bellé; numquid ego illi
Imprudens ohm faciam simile? Haec ego mecum
Compressis agito labris. Ubi quid datur oti,
Illudo chartis: hoc est mediocribus illis
Tú podrás gobernarte fácilmente. »
Blando, asi mi niiiez él dirigía;
Y me escitaba, al prescribirme algo,
De algún gran juez con el ejemplo hidalgo.
Si me lo prohibía, «¿cómo aquesto
Puedes dudar que te será funesto,
Decíame, si haberlo ejecutado
A este, a esotro ó a aquel ha deshonrado?
Cual de un enfermo comedor la muerte
A otro, gloton también, de espanto llena,
Que temiendo igual suerte,
Su apetito refrena;
El triste ejemplo de la mengua agena
Los infantiles pechos
Retrae asi de criminales hechos, o
Asi, de todo vergonzoso esceso
Limpia mantuvo siempre mi conciencia,
Y si tengo otras faltas, que confieso,
Dignas son de indulgencia.
Acaso, cual lo espero,
Desaparezcan con la edad madura,
De un amigo sincero
Con las exhortaciones fratenales,
O con la reflexión y la cordura;
Pues cuando me paseo en los portales,
O en la cama tal vez me estoy despierto,
Siempre con este asunto me divierto,
o Esto es mejor, me digo :
Obrando así, yo viviré felice,
O me estimará mas cualquier amigo.
Poco cuerdo fulano anduvo un dia:
Pues ¿cómo yo a imitarle me expondría?»
De ello a mis solas trato ;
Y si de ocio tal vez me queda un rato,
En hacer mis versitos me entretengo,
106 LI BER I.
E vitiis unum ; cui si concedere nolis, 140
Multa poetarum vcniet manus, ausilio qufe
Sit mihi (nam multò plures sumus) ac veluti te
Judaei, cogemus in hanc concedere turbain.
NOTAS.
Generalmente se reputa odiosa la ocupacion de escribir
s a t i r a s , y se forma una opinion poco favorable de la
bondad del corazon de los que a ella se dedican. Esta
opinion está fundada en el conocimiento que se adquiere con
el hábito de la sociedad, de que todos los que gustan
hacer reír a costa agena, están ordinariamente, por mas
que se cubran con el interés de la virtud, roídos por la
envidia, ó estraviados por un orgullo desmedido, ó dotados
de una índole maligna. Pero si esta idea es cierta
en general, no lo es con respecto a los poetas satíricos,
que se limitan a criticar vicios,sin contraerse a determinados
individuos, ó a lo menos sin nombrarlos ó designarlos
de una manera inequívocable; en cuyo caso puede
ser muy provechosa la sátira, ya para contener ó enfrenar
á los que se hallan dispuestos a seguir un mal camino,
ya para dar una idea de los usos, costumbres y
ridiculeces de ciertas épocas, que siempre es útil y curioso
conocer. La carrera de la sátira es sin embargo
muy resbaladiza: las generalidades suelen no interesar al
mayor número de lectores, que rara vez hallan deleite
en todo lo que no zahiere ó lastima; y de aqui la propension
que desde luego mostraron los satíricos a no
perdonar ni a los sugetos mas bien quistos y respetables,
pues la malignidad se complace tanto mas en ver maltratada
á una persona, cuanto mas sólida y mas geueral
es la reputación de que goza. De aqui también el concepto
de que un poeta satírico es un enemigo temible
" < • ' i • * * V
Que esta una falta es de las que tengo.
Si tú no la respetas,
Vendrá en mi auxilio hueste de poetas,
Y a alistarte en sus filas sin tardanza
Te obligarán, a la judia usanza.
que a nadie respeta , y a quien nada importón las
consideraciones
de mas peso, con tal que él haga reír a los
que le leen. Esta idea, estendida y fortificada por la necesidad
de combatir con las mismas armas a los que
tienen por oficio desacreditar a otros, es la que Horacio
trata de impugnar en la sátira cuarta.
Yo no me atreveré a decir si son oportunos ó adecuados
en su generalidad los medios que para ello emplea; pero
sí diré que habría podido usarse mas franqueza en el
modo de enunciar la cuestión, y que haciéndolo a s i , se
habría presentado esta bajo un punto de vista mas conveniente.
Horacio empieza hablando de los escritores de
la comedia antigua, es decir, de los poetas que sacaban
al teatro con sus nombres a los individuos a quienes
querían zaherir; y el modo con que habla de aquellos
autores equivale, no solo a una aprobación tácita de su
conducta, sino a una justificación completa de ella , puesto
que presenta la censura de los cómicos antiguos, como
ejercida oclusivamente sobre delitos ó escesos que la
merecían; lo cual no es sin embargo exacto, como lo
Ijrobaré en las notas al Arte poética. En seguida recae
el poeta sobre las sátiras de Lucilio, de quien dice que
imitó a los escritores de la comedia llamada antigua; y
sin hablar tampoco de su malignidad, culpa solo lo desaliñado
y duro de sus versos, y otros defectos que nada
tienen que ver con la cuestión. Cuando despues de varias
digresiones se llega por G11 a ella en el verso sesenta y
cinco, empieza el autor pretendiendo probar la inocencia
de la ocupacion de escribir sátiras , con la comparados
de que nada tiene que temer de la justicia el que obr
conforme a las leyes. Kste argumento tendría fuerza sin duda,
si los poetas satíricos ejerciesen su profesion desinteresada y
circunspectamente, como los magistrados admíoistrau la
justicia. La índole de las funciones de la magistratura, la
calidad de las personas que la ejercen, su dependencia
de la autoridad del gobierno y de la opinion pública, su
influjo en la totalidad de las relaciones sociales , son otras
tantas garantías de que los magistrados no abusarán en
daño de la inocencia, de la autoridad que se les lia confiado.
Y ¿sucede por ventura lo mismo a los poetas satíricos?
¿De qué modo usaron ellos casi siempre de ese
derecho de censura , común a los ciudadanos de todo pais
bien gobernado? Díganlo los autores de la comedia antigua,
que cita Horacio; díganlo Pericles, Sócrates y otros
grandes hombres calumniados por ruines detractores; dígalo
el mismo Horacio cuando se espresa asi en el
Arte
poética.
Sed in vitium libertas excidit, et vim
Dignam lege regi: lex est accepta; chorusque
Turpiter obticuit, subíalo jure nocendi.
Y ¿como pretendiendo justifcar la ocupacion de escribij
satiras, se puede citar sin una desaprobación decidida, el
ejemplo de individuos que abrieron una vasta carrera de
difamacion? No es buen camino para defender a los escritores
satíricos, alegar el ejemplo de algunos de los mismos
escritores, que hicieron caer sobre su profesion la
mala opinion que de ella se tieue. El medio oportuno es
manifestar que la sátira debe destinarse a corregir sin
ofender, y que el poeta que lo haga asi, merecerá tanto
aprecio, como merecen execración los malvados que hicieron
de un medio de corrección un instrumento de venganza.
A Horacio no podia dejar de ocurrírsele esta idea,
puesto que no la perdió de vista en la composicion de
sus sátiras; y asi es que la desenvuelve despues, cuando
trata de rebatir la acusación de malignidad que algunos
k hacían como autor de dicha clase de composiciones.
Esta parte de la sátira cuarta es admirable : en ella establece
el autor los principios consoladores de una moral
suave y filantrópica; da admirables preceptos para conducirse
uno mismo, y para juzgar a los demás; recuerda
luego las preciosas lecciones que dice que le dió su
padre, y que valen tanto como un curso de moral entero
; hace una pintura delicada de su conducta y de sus
sentimientos; y volviendo de repente a tomar el tono burlón
que conviene a la sátira, termina la suya con
un rasgo festivo, que sirve como para endulzar las máximas
austeras que acaba de establecer. Este trozo que empieza
en el Lxdere gaudes del verso setenta y ocho, es
digno de ser meditado, y aun aprendido de memoria. El
prueba que en toda especie de composiciones, aun en las
al parecer mas ligeras é insignificantes, se pueden derramar
á manos llenas los consuelos de la filosofía y las
luces de la esperiencia.
V. 1. Eupolis... Eupolis, Aristófanes y Cratino, fueron
los tres autores principales de la comedia antigua. Eupolis,
ateniense, florecía por los años de 435 antes de
J. C., y desde muy joven empezó a escribir comedias.
De las diez y siete que hizo , nueve según unos, y
siete según otros, obtuvieron el honor del triunfo. Suidas
cuenta que se ahogó en el Helesponto, durante la guerra
de los lacedemonios; y que de resultas, se hizo una
ley en Atenas, eximiendo a los poetas del servicio militar.
Otros atribuyen la muerte de Eupolis al resentimiento
de algunos a quienes habia criticado en sus comedias;
y esto es mas verosímil, pues el tal cómico era cruelmente
cáustico y mordaz; y hombres de esta clase no es
raro que mueran a manos de aquellos a quienes ofendieron.
De Cratino dice el escoliador de Aristófanes , que
nada igualaba a la audacia y a la violencia de sus sarcasmos,
de que no se libertó el mismo Pericles: compuso
veinte y una comedias, de que solo quedan cortos fragmentos.
De Aristófanes, ateniense también, tenemos
algunas mas noticias que de sus contemporáneos Eupolis
y Cratino, y consta que no fue menos audaz ni maligno
que ellos. Cleon , Agaton , Eurípides , Sócrates, todo
i 10 libro 1.
cuanto existia de poderoso y apelable en Atenas,
fue atacado en sus comedias , en alguna de las cuales
hubo él de desempeñar papeles de los que ningún actor quiso
encargarse. No contento con escarnecer personas, se burló
a veces de las instituciones, y ni aun a los dioses
respetó, pues coutra Baco, Hércules y Júpiter mismo, lanzó
en diferentes ocasiones mas ó menos punzantes sarcasmos.
La plebe supersticiosa y fanática perdonaba los chistes impíos
del poeta, porque todos los dias sacaba este al
teatro a los hombres que ella miraba con envidia o con
aversión ; y es un medio seguro de hacerse el ídolo de la
multitud, el de esponer a su befa en los circos, lo que
las leyes mandan respetar en la sociedad. Al hombre que
a costa de los que valen mas, hace reir a los que valen
menos, le adulan siempre estos, porque los consuela de
su inferioridad propia, humillando la superioridad ajena.
Aristófanes compuso mas de cincuenta comedias, de las
cuales aun quedan once, de las que se han hecho muchas
ediciones: murió unos treinta años después de Cratiuo.
V. 2. Comedia prisca... Hubo tres especies de comedia;
antigua, media y nueva. En la antigua los ciudadanos
que incurrían en la animadversión de un poeta
cómico, salian con sus nombres, y aun con sus fisonomías,
pues los actores las imitaban en sus caretas, a
ser objeto de la befa pública en el teatro. La media no
osó señalar por sus nombres a los individuos que atacaba
, y los representó bajo nombres supuestos. Mas como
los magistrados viesen que, aunque con rebozo ó disfraz,
se continuaba atacando en ella individualmente a sujetos
conocidos, prohibieron estas designaciones; v entonces
nació la comedia nueva, en que eran de invención del
poeta los hechos y los nombres, y que se limitó, cual
debia, a la pintura general de las costumbres. En tiempo
de Aristófanes empezó la comedia media, a consecuencia
de un edicto del general Lamaco, para que a nadie se
designase por su nombre en el teatro.
Véase la nota sobre el verso doscientos ochenta y uno de la Epístola de los Pisones.
V. 3. Malus ac fur... Tal es la lección de los tnaou»-
eritos; malut es epíteto de fur. Formtaare malos
fur es,
dijo con el mismo epiteto Horacio en la sátira primera.
Por lo demás, los poetas de la comedia antigua no censuraban
solo, como he dicho antes, a los ladrones y
asesinos, sino a los primeros magistrados, a los generales
mas ilustres y a los filosófos mas sabios.
V. 6, Lucilius... Cayo I.ucilio, de una ilustre familia
romana, nació en Suesa, ciudad de los Auruncos,
en el año de 605 de Roma, y murió en el de 660, despues
de haber mejorado algo la sátira , antes grosera é
informe entre los romanos Este poeta imito a los autores
de la antigua comedia griega; pero sus sátiras, no destinadas
para el teatro, hicieron menos daño, y produjeron
menos inconvenientes que las comedias de Eupolis,
Aristófanes etc. Lucilio empleó los exámetros en sus sátiras,
y los griegos habían empleado los yámbicos. Por
eso dice Horacio: Mulalis numeris. Veanse las notas á
la sátira décima del primer libro, y a la primera del
segundo.
V. 8. Durus componere ver sus... Muchos de los mas
ilustres romanos no pensaron como Horacio en orden al
carácter de las sátiras do Lucilio. Quintiliano alabó la
erudición, la libertad, la vehemencia y la sal de aquel
satírico, y Cicerón la urbanidad y el buen tono. Véanse
las notas a la sátira diez.
V. 10. Stans pede in uno... Frase metafórica y proverbial
, equivalente a en menos de nada, en
poco
tiempo.
V. 14. Mínimo me provocat... Se entiende dígito.
Acron diee • Mínimo autem dígito solent
provocare qui
volunt ostendere plus esse virium in suo
mínimo, quárn
in alterius toto corpore; y esta misma
esplicacion da
el antiguo escoliador. No satisfizo ella sin embargo a todos
los eruditos, pues Nicolás Heinsio propuso sustituir
mimo a mínimo, y Bentlei nummo. Adoptada la
lección
de Heinsio, Horacio diría provocat me mimo, esto es,
haciéndome gestos, y siguiendo la de Bentlei, diría
provocat
me nummo, esto es, me apuesta un
cuarto. Ya
se vfr que estas arbitrariedades no merecen ser refutadas.
V. 15. Accipe jam... Esta lección, que es la de las
ediciones de Loscher, de Torrencio y otras muchas, y la
de gran número de manuscritos ¿ es mas elegante que la
de accipiam de la edición de Veuecia. La repetición del
accipe muestra la prisa y la confianza del provocador,
mucho mejor que el accipiam.
V. 19. At tu conclusas... La comparación es justísima
entre un fuelle que siempre está dispuesto a soplar, y un
poeta que siempre está listo para componer.
V. 21. Fannius... Fannio Cuadrato, un mal poeta del
tiempo de Horacio.
V. 22. Ultro delatis capsis... Las obras de los poetas
estimados se colocaban con sus retratos ó sus bustos en
las bibliotecas públicas, y sobre todo en el templo de Apolo
Palatino, donde habia una magnífica. Este honor aparecía
á veces dispensado a personas que no lo solicitaban;
pero no dejaban ellas de moverse en secreto para que se
les dispensase, y casi todos los intrigantes lo lograban.
Capsx era el nombre que se daba a la especie de cajoncitos
en que se ponían los libros.
V. 2G. Ob avariliam... Esta es la lección general. En
algunas ediciones se lee ab avaritia. En el mismo verso
leen otros miser, en vez de miserá, lo cual es
indiferente.
V. 34. Fcenum habet incornu... Esta metáfora es tomada
de la costumbre de los labradores, de atar heno á
los cuernos de los bueyes que embestían, para que nadié
se arrimase a ellos. Las leyes señalaban penas a los dueños
de bueyes, que con esta ú otra precaución no advertían
á los pasageros del riesgo que corrían en semejantes
casos.
V. 40. Ñeque enim concludere versum... La idea contenida
en estos versos debiera difundirse, a fin de desvanecer
otra que es común, y en virtud de la cual se
llama poeta a todo el que escribe periodos con cierta medida.
Con nada se podía desacreditar mas cruelmente que
con esta idea la honrosa calificación de poeta. Véase la
disertación que precede a las notas sobre el Arte poética.
V. 43. Mens divinior... Leyendo mi traducción-, no
<
faltará quien tache de exagerada la espresion,
estro mas
que divino. Yo habría podido
fácilmente suprimir la
partícula comparativa , sabiendo que nada hay superior á
lo divino, y que todo el que quiera encarecer la idea
que encierra este adjetivo, la hará falsa ; pero he debido
traducir el comparativo divinior, con el cual quiso
Horacio
sin duda manifestar la escelencia y perfección de las
cualidades del que hubiese de merecer el título de poeta.
V. 45. Comcedia necne poema... JNo hay quien dude
que la comedía pertenece a la poesia, asi como la sát
i r a , la fábula y otras especies de composición, en las
cuales no se nota el acer spiritus ac vis, de que habla
aqui Horacio. El entusiasmo , la grandilocuencia son sin
duda las primeras cualidades de un poeta épico ó lírico;
pero sin estas cualidades se puede ser poeta, como lo
fueron ciertamente los bucólicos, los eróticos, los satíricos
y los cómicos de ia antigüedad, con tal que a cada una
de estas especies de poesia se dé el estilo que le conviene
, y que esceptuando el de la comedia , debe ser siempre
distinto del de la prosa. La razón de esta diferencia
consiste en que la comedia contrahace ó imita el estilo
de la conversación familiar, y en las demás especies de
poesia habla muchas veces el poeta. Horacio no enuncia
aqui su opinion sobre si la comedia pertenece ó no a la
poesia; dice solo que algunos dudaban de ello, lo cuaj
es de tal manera cierto, que Cicerón dice terminantemente,
que habia muchos que creían deber con mas razón
llamarse poemas los discursos de Platón y de Demóstenes,
que las comedias.
V. 47. Ni si quod pede certo... Por este pasage se ve
que era de ley entre los antiguos que la comedia fuese
escrita en verso; y de los teatros de Grecia y Roma no
nos queda en efecto pieza ni fragmento, que no pruebe
que los dramáticos de ambos países se sometieron siempre
á esta ley. Hoy, no solo se duda de su conveniencia
sino que se pretende qiie la prosa es mas a propósito qué
el verso para dar soltura y facilidad al diálogo cómico.
En mi opinion este es un error. Nuestros dramáticos del
siglo XVII, y particularmente Lope de Vega, hacían a sus
TOMO ID. 8
interlocutores espresar en verso las ideas, de la misma
manera, y a veces en los mismos términos, que habrían
empleado para espresarlas en prosa. Una vez que se sepa
y se pueda hacer esto, nadie negará que la versificación
será siempre una gala mas, y que por ella resultará aumentado
el deleite producido por la verdad de las situaciones
y la exactitud de la espresion. No creo que el que
haga sin gran trabajo buenos versos, pretiera emplear la
prosa en las composiciones dramáticas; y nada prueba
contra la verdad de este aserto el que Moratin escribiese
en prosa La comedia nueva, v El si de las niñas.
Moratin
era ciertamente capaz de haberlas escrito en verso,
pero todos los que le conocieron saben, que por una parte
era algo perezoso, y que por otra mostraba tener una
idea demasiado severa de la índole del diálogo cómico,
cuando sostenía que la rima le perjudicaba.
V. 48. At pater ardens... El viejo Demeo en los
Adelphi de Terencio.
V. 52. Numquid Pomponius... F.sta observación se dirige
á probar que el tono en que se esplica l>emea en
»os Adelfos, es el mismo que emplearía todo padre
irritado
con las locuras de su hijo; que es el tono de la
conversación, y que por consiguiente nada hay en él de
verdaderamente poético, fin las notas a la
epístola d los
Pisones se verá que
Interdum tamen et vocem comoedia tollit,
v esplicando este verso, procuraré fijar el punto hasta el
cual puede estenderse la autorización que él contiene.
V. 56. Personatus patei\.. El que hace el papel de
padre en la comedia. Personatus, enmascarado.
V. 60. Non ut si soleas... En efecto, en los versos
de Enio que cita Horacio, quedará siempre magestad y
grandeza, aunque se reduzcan a prosa; y eso mismo debe
suceder cuando se descompongan todos los versos épicos
ó líricos. No sucederá en verdad otro tanto, cuando se
haga igual ©peracion con los que se empleen en las varias
especies de poesía, que no exigen, ni aun admiten
sublimidad; pero esto no impide que la colocacron de las
8 t .til OMOT
palabras ó la construcción de las frases deba siempre distinguir
del de la prosa el ienguage de la poesía.
V. 63. Alias... No se sabe que Horacio cumpliese despues
la promesa que aquí hizo, de discutir este punto en
otra ocasion.
V. 65. Sulcius... Sulcio, Caprio, Celio, Birro y
Hermógenes
son personages absolutamente desconocidos.
Rauci
malé, por valde. Litelli se
llamaban las delaciones
escritas y firmadas por los delatores para ser presentadas
al pretor.
V. 71. Taberna... «Las tiendas de los libreros, dice
Dacier, estaban por lo comuu al rededor de los soportales
de los edificios públicos, por lo cual se juntaba a menudo
la voz taberna con la de pila... Horacio, continua
luego Dacier, las separa aqui sin embargo, y entiende
por taberna toda suerte de tiendas, en que se reunían
los ociosos para charlar, y saber uotícias; y por pila
las
tiendas de los libreros, donde dice que no habia ninguna
de sus sátiras, porque aun no las habia publicado.» Estos
versos y los que siguen dan idea de cómo se publicaban eu
Roma los libros, de los medios que empleaban los autores
para que sus obras fuesen conocidas, y de otras particularidades
que podrían suministrar materia a largos
comentarios.
V. 81. Vixi cum quibus... Este argumento es perentorio.
«Podrán asegurarlo, dice el poeta, los que no me
conozcan; pero no lo dirá ciertamente ninguno de aquellos
que hayan vivido conmigo, ninguuo de los que me
hayan tratado.» Con esta réplica prepara Horacio la maguífica
invectiva que sigue contra la perfidia de algunos
que se llaman amigos, contra la indiferencia de otros,
contra el hábito de muchos de querer mostrarse decidores
y chistosos a costa agena, y contra la malignidad con
que algunos meten el puñal hasta la guarnición en las
entrañas de personas, de las cuales fingen hablar bien , y
se suponen amigos. Desde este verso hasta el fin de la
sátira hay un trozo, que es seguramente de lo mejor que
la antigüedad nos ha dejado en su. clase.
V. 82 y 83. Solutos risus... Carcajadas.
V. 85. ¡lie niger... Muchos intérpretes observan
sobr este lugar que el color blanco entre los antiguos denotaba por lo común una cosa buena, y el negro una mala.
V. 8&. Tribus lectis videas coenare quaternos... Al
rededor de las mesas de los antiguos se ponían, en vez
de sillas, camillas para los convidados. Lo común era
que en cada una de dichas camillas comiesen tres; pero
no era raro ver cuatro y cinco. Véanse las notas sobre la
sátira última del libro segundo.
V. 87. Avet... Otros amet.
Quavis aspergere cunctos... Modo de
hablar proverbial,
por escarnecer, mordiscar. Frigidam suffundere
dijo en el mismo sentido Plauto.
V. 88. Qui prxbet aquam... Designábase con esta espresion
al dueño de la casa, ó al que daba el banquete.
Alguna vez se bañaban antes en la misma casa los convidados
, pero yo creo que la frase latina no alude a este
uso, que sin duda no era frecuente, como dispendioso y
complicado, sino al de suministrar el agua para lavarse
antes y despues de comer.
V. 94. Capitolini furtis... Petilli... Porfirio y el
antiguo
escoliador dicen que Petilio, encargado de la custodia
del Capitolio, robó la corona de Júpiter, y que fué
absuelto de este delito por la protección de Augusto. Ef
sobrenombre de Capitolino era común a las familias de
los Manlios , Quintios, Sextios etc.
V. 100. Nigrse succus loliginis... xrugo... Literalmente
quiere decir: Esto si que es Unta de
calamar;
esto si que es cardenillo: frases
proverbiales, que se usaban para denotar la perfidia hipócrita con que algunos despedazaban a sus amigos fingiendo alabarlos. Según
Torrencio, Horacio dió el nombre de xrugo a este vicio,
porque perjudica tanto a la amistad como el cardenillo al cobre, ó al hierro el orin.
V. 101. Abfore... Otros afore.
V. 105. lloc me... Este hoc es un ablativo, al
cual
se puede juntar supliéndolo, el sustantivo documento. La
construcción es: «Insuevit pater hoc documento,
ut fugerem
quxque vitiorum, notando illa in exemplit.»
Quxque vitiorum por singula vitia.
Por lo demás, el
método que el padre de Horacio empleaba para mantener
á su hijo en el buen camino, honra tanto a aquel, como
á este el recuerdo de los preceptos que recibió, y deque
hace aqui una enumeración tan útil.
V. 109. Malé... Por xgre. Algunos intérpretes han
creido que este hijo de Albio, de quien habla aqui Horacio
, era el poeta Tibulo, a quien podia con cierta
apariencia de razón reconvenirse de prodigalidad y de
disipación; pero Horacio era mayor que Tibulo, y por
consiguiente no se hallaba éste en estado de hacer tan
reparables escesos, cuando aquel todavía niño recibía las
útiles lecciones de su padre.
V. 110. Barus... Otros Barrus, Bartus, Varus y
Baius. Esta diferencia de lecciones, que impide reconocer
al individuo de quien aqui se trata, hizo a Bentlei sustituir
Ut qui pañis inops, a Utque Barus inops. Sanadon
lo hizo mejor, pues a pañis sustituyó farris, que
tiene mas analogía con el nombre propio suprimido.
V. n i . Sectani... Scetani es la lección casi unánime de
los manuscritos. Este Sectano ó Escetano es tan desconocido
como Trebonio, Baro etc.
V. 120. Nabis sine cortice... No
necesitarás de corcho
para nadar, es una frase proverbial
equivalente a estas
otras, no necesitarás de director;
podrás gobernarte
por ti mismo etc.
V. 123. Ex judicibus selectis... La casualidad de
llamarse
judices selecti unos asesores que escogía cada año
el pretor, hizo que muchos comentadores creyesen que á
Horacio le citaba su padre el ejemplo de alguno de estos
jueces. Otros pensaron que las palabras judices selecti
designaban a los senadores mas distinguidos. Yo por mi
parte creo que el padre de nuestro poeta le citaría ejemplos
ilustres, sin escogerlos precisamente en esta ó aquella
clase, y así pienso que se podrían interpretar sin violencia
las palabras judices selecti.
V. 129. Ex hoc... Esto e s , ex his prxceptis.
V. 134. Porticus excepit... Estos soportales, que servían
de paseos, estaban llenos de tiendas. En tiempo de
Augusto se contaban cinco pórticos ó galerías públicas,
que se llamaban de Pompeyo, de Apolo Palatino, de
Livia, de Octavia y de Agripa.
V. 139. ¡Iludo chartis... Por
ludo in chartís, juego,
me divierto cou el papel. Adviértase
que esto era cuando
no había que hacer, ubi quid dabatur oti.
V. 140. Cui si co/icedere nolis... Saaadou dice sobre
este lugar: «Esto es divertido. Horacio cuenta entre sus
defectos el hacer versos en los momentos de ocio; y aunque
espera que el tiempo, los consejos de sus amigos y
SATYRA V.
Egressum magni me excepit Ari eia Roma
Hospitio modico : rhetor comes Heliodorus,
Graecorum longò doctissimus: inde Forum Appi,
Differtum nautis, cauponibus atque malignis.
Hoc iter ignavi divisimus, altiùs ac nos 5
Praecinctis unum : minus est gravis Appia tardis.
Hic ego, propter aquam, quòd erat deterrima, ventri
indico helium, ccenantes baud animo aequo
Expectans comites. Jam nox inducere terris
Umbras, et ccelo diffundere signa parabat : lo
Tum pueri nautis, pueris convicia nautae
Ingerere. Hue appelle : trecentos inseris : Obe !
Jam satis est. Dum exigitur, duin mula bgatur,
sus propias reflexiones le corregirán de todos los otros,
se reserva continuar con éste, no habla de renunciar á
é l , y aun exige que se le sufra. ¡Lástima habría sido
que se curase de esta falta!»
V. 143. Judxi... Es célebre la perseverancia que los
judíos empleaban en hacer prosélitos. El poeta no puede
manifestar de un modo mas irrevocable su resolución de
continuar siendo poeta, que amenazando emplear todo el
zelo judaico para convertir en poetas también a cuantos
escarnecían esta profesión.
Dejé de la gran Roma la morada
Con el griego doctísimo, Heliodoro,
Y en Aricia encontré pobre posada.
Desde allí proseguimos de Apio al foro,
Solo de marineros
Poblado y de ladinos posaderos.
El viajante listo y no rebacio,
Anda las dos jornadas en un día;
En dos nosotros, que al que va despacio
Se hace menos pesada la Apia via.
El agua, que es fatal en la tal tierra.
Me hizo a mi vientre declarar la guerra,
Y hube de resignarme, no sin pena,
A presenciar de los demás la cena.
Ya empezaba la noche
De sombras tristes a cubrir el suelo,
Y de astros mil a tachonar el cielo,
Cuando entre marineros y criados
Empiezan furibundos altercados.
—Entrate aquí— Trescientos ahí embutes:
No tienes suficiente por ahora ?
Augusto se contaban cinco pórticos ó galerías públicas,
que se llamaban de Pompeyo, de Apolo Palatino, de
Livia, de Octavia y de Agripa.
V. 139. ¡Iludo chartis... Por
ludo in chartís, juego,
me divierto con el papel. Adviértase
que esto era cuando
no había que hacer, ubi quid dabatur oti.
V. 140. Cui si co/icedere nolis... Sauadou dice sobre
este lugar: «Esto es divertido. Horacio cuenta entre sus
defectos el hacer versos eu los momentos de ocio; y aunque
espera que el tiempo, los consejos de sus amigos y
SATYRA V.
Egressum magni me excepit Ari eia Roma
Hospitio modico : rhetor comes Heliodorus,
Graecorum longè doctissimus: inde Forum Appi,
Differtum nautis, cauponibus atque malignis.
Hoc iter ignavi divisimus, altiùs ac nos 5
Praecinctis unum : minus est gravis Appia tardis.
Hìc ego, propter aquam, quòd erat deterrima, ventri
indico bellum, ccenantes haud animo aequo
Expectans comites. Jam nox inducere terris
Umbras, et ccelo diffundere signa parabat : io
Tum pueri nautis, pueris convicia nautae
Ingerere. Hue appelle : trecentos inseris : Ohe !
Jam satis est. Dum exigitur, dum mula ligatur,
sus propias reflexiones le corregirán de todos los otros,
se reserva continuar con éste, no habla de renunciar á
é l , y aun exige que se le sufra. ¡Lástima habría sido
que se curase de esta falta!»
V. 143. Judxi... Es célebre la perseverancia que los
judíos empleaban en hacer prosélitos. El poeta no puede
manifestar de un modo mas irrevocable su resolución de
continuar siendo poeta, que amenazando emplear todo el
zelo judáico para convertir en poetas también a cuantos
escarnecían esta profesion.
SATIRA V.
Dejé de la gran Roma la morada
Con el griego doctísimo, Heliodoro,
Y en Aricia encontré pobre posada.
Desde allí proseguimos de Apio al foro,
Solo de marineros
Poblado y de ladinos posaderos.
El viajante listo y no rehacio,
Anda las dos jornadas en un dia;
En dos nosotros, que al que va despacio
Se hace menos pesada la Apia via.
El agua, que es fatal en la tal tierra.
Me hizo a mi vientre declarar la guerra,
Y hube de resignarme, no sin pena,
A presenciar de los demás la cena.
Ya empezaba la noche
De sombras tristes a cubrir el suelo,
Y de astros mil a tachonar el cielo,
Cuando entre marineros y criados
Empiezan furibundos altercados.
—Entrate aquí— Trescientos ahí embutes:
No tienes suficiente por ahora ?
120 LIBRO I
Y en cobrar y enganchar se va una hora.
Dormir impiden ranas y mosquitos;
Pero sus amoríos el marino
Canta, atufado del vapor del vino,
Y el viajero alterna en este empeño,
Hasta que en fin a todos rinde el sueño.
Flojo el patrón, al prado echa su muía,
La ata con cuerda , que a un peñón da vuelta
Y se tiende a dormir a pierna suelta.
Ya el dia despuntaba,
Cuando advirtiendo que el bajel no andaba,
Listo un mala cabeza a tierra salta,
Y con su vara que feroz blandea,
Al patrón y a la muía me apalea.
A las diez desembarca en fin la gente,
Alma Feronia, y lávase en tu fuente.
Se almuerza, y por tres millas de subida,
A Anxur luego trepamos, erigida
Sobre blancos peñones.
Allí, encargados de altas comisiones,
Y ya antes instruidos,
En conciliar amigos desunidos,
Se aguardaba a Mecenas y a Cocceyo;
Y ambos llegaron, con el gran Fonteyo,
Que era de Antonio el mas leal amigo,
Mientras que yo mis pitarrosos ojos
De untar cuidaba con colirios rojos.
De Fondi luego fuímonos, riendo
De un Aufidio , pretor que fue escribano,
Que el lacticlavio y la pretexta ufano
Y el pebetero ardiendo
Llevar suele do quiera que concurra.
Dormimos en la patria de Mamurra,
Alojónos Murena,
Y diónos Capitón sabrosa cena.
122 LIbro I.
t
Brillaron de otro dia los albores ,
Y a Marón, Plocio y Vario hallé en Sinuesa
Mis amigos mejores,
Y almas de lo mejor que el mundo cria.
¡ Qué abrazos! ¡ qué alegría!
Nada si el juicio conservar consigo,
Antepondré en mi vida a un fiel amigo.
Dormimos en un pobre caserío,
Muy inmediato de Campania al rio,
Y la sal y a lumbre
Nos dió el proveedor según costumbre.
A Cápua es de allí corta la jornada,
Y llegamos temprano a la posada.
Mecenas a jugar, y a dormir fuimos
Virgilio y yo, que no era la faena
Para enfermizos ni cegatos buena.
A la gran quinta que Coccevo habita.
Sobre las fondas Caudíanas sita,
A otro dia pasamos,
Y de todo surtida la encontramos.
Aqui tu auxilio, Musa, necesito,
Para ver si repito
De Sarmentó y Cicerro los truhanes
La lucha divertida:
Dime la alcurnia de estos perillanes.
Oseos.... a vuestra tierra esclarecida
El ser Cicerro debe,
Y de Sarmentó el ama aun vive y bebe.
Tal de entrambos a dos era el linage:
Sarmentó empezó asi: «¿sabes qué pienso?
Que te pareces a un rocin salvage.»
Dímonos a r e i r , y con presteza
Cicerro meneando la cabeza,
« El reto admito, d dijo.
Replicóle Sarmentó, « bien colijo ,
124 L1BER 1.
LIBRO I. 125
Al verte, descornado, tan valiente,
Cual tu valor seria,
Cuando el cuerno llevabas en la frente , »
Con lo cual aludia,
A que una cicatriz enorme y rara
Desfiguraba su cerduda cara.
De ella y de sus verrugas el tunante
Burlándose le incita
A hacer el paso del pastor gigante ,
Pues que no necesita
Para ello de disfraz ni de coturno.
De Cicerro despues llegado el turno,
a De tu cadena, preguntó, ¿ qué has hecho ?
La ofreciste a los lares muy temprano,
Pues por mas qne te veas escribano ,
Vigente de tu ama está el derecho.»
Y añadióle : a ¿ por qué te has escapado ?
¿ No habia , d i , de pan con una libra
Para un enteco como tú, sobrado ? »
En fin aquella escena
Alargó alegremente nuestra cena,
Y dejando al Cicerro y al Sarmentó,
Partimos de un tirón a Benevento.
Por poco alli nuestro patrón se abrasa,
Cuando unos tordos éticos nos asa,
Pues rodándose un leño, prende el fuego
Y en la vieja cocina se propaga,
Y hasta los techos consumir amaga.
Del apetito estimulados vieras
Amos y esclavos con iguales veras,
Ir de las llamas a librar el plato,
Y el incendio apagar a breve ralo.
Un poco mas allá de Benevento
Descúbrense en cercanos horizontes
De Apulia mi pais los altos montes,
Que el Atabulo abrasa violento;
Pero jamás montáramos al pico,
A no encontrar la granja de Trivico,
Do leña verde y humo de tizones
Nos arrancaron sendos lagrimones.
Allí hasta media noche aguardé en vano
A una embustera, necio y consentido:
Pensando en ella me quedé dormido,
Y me consoló al fin sueño liviano.
Ocho leguas despues corriendo en coche,
A otro dia en un pueblo hicimos noche,
Que si en verso no cabe tan aina,
Por señas fácilmente se adivina.
El agua allí se vende sin ser buena,
Pero en cambio es el pan tan escelente,
Que todo viagero, que es prudente,
De él sus alforjas llena,
Pues es como una piedra el de Canosa,
( Que Diomedes un dia edificara,)
Y las fuentes tampoco son gran cosa.
Vario allí de nosotros se separa,
Con gran pesar de todos;
La gente llegó a Rubi fatigada,
Que es larga la jornada,
Y estaba el piso malo con los lodos.
Algo mejor mostróse el otro dia,
Pero el camino malo en demasía
Hasta Bari en pescados abundante.
Larga ocasion nos dió de broma luego
Gnacia, bien a despecho construida
De las Nayades puras, pues sin fuego
Pretende que el incienso arde, ó se inflama
De su templo en los altos soportales.
Crea Apela el judio
Este milagro, de que yo me rio,
NOTAS.
Esta pieza contiene la descripción festiva, animada y
pintoresca de un viaje emprendido con uu alto objeto
político, y de gran trascendencia por consiguiente. El
viaje se verificó en el año de 717 de Roma, cuando Mecenas
fué encargado de hacer, en nombre de Octaviano,
el segundo tratado con Antonio, tratado para el cual se
celebraron conferencias en Brindis, y que se ajustó
definitivamente
en Tarento, a instancias de Octavia, hermana
del heredero de César, y esposa del galan de Cleopatra.
A los hombres políticos se agregaron , como sucede casi
siempre en semejantes casos, los cuatro mas ilustres
poetas de Roma; a saber, Virgilio, Horacio, Plocio
Tucca y Lucio Vario, y el doctísimo orador griego Heliodoro,
á los cuales todavía se añadieron otros personages,
que teniendo casa en alguno de los pueblos del
tránsito, aprovecharon la coyuntura para que se hablase
de ellos con tan gran motivo. Agradable debía ser necesariamente
la reunion de tantos hombres distinguidos,
amigos todos, y unidos no solo por el lazo de los intereses
y de los principios políticos , sino por el de su común
afición a las ocupaciones literarias; pues ya he dicho en
otras ocasiones que de la educación a que obligaba la
forma de gobierno establecida, formaba una parte importantísima
el estudio de la poesía , de la elocuencia y de
la filosofía. En una de las bromas que en tales viajes
son frecuentes, se escitó sin duda a Horacio a que hi-
Pues sé que en dulce paz los inmortales
Viven allá en sus fúlgidos asientos,
Y que al obrar natura sus portentos,
No es un numen solícito y cuidoso
Quien por ellos altera su reposo.
Brindis, fin del viaje y la tarea,
De aquesta relación también lo sea.
—
ciese una descripción festiva de aquel, en que despues
de divertirse todos, se habia hecho al estado un señalado
servicio; y el poeta, contentando aquel deseo, hizo esta
alegre y divertida narración, en que brillan a la par la
gracia, la inteligencia, la elegancia, y sobre todo insigne
soltura al lado de una estrema concision. Entre los comentadores
de Horacio hubo algunos que la censuraron
amargamente, sin considerar que una pieza en que debían
figurar el ilustre autor de la Eneida, los dos insignes
literatos a quienes, despues de la muerte de aquel,
debia encargarse la revisión de su obra, Mecenas, su
cuñado Murena, Capitón, consejero íntimo de Marco
Antonio, y el gran jurisconsulto Cocceyo, no podia
menos de ser digna de estos personages, que con razón
se habrían quejado si la composicion en que se hablase de
ellos no tuviese las cualidades que debian distinguirla.
V. 1. Aricia... Antigua ciudad del Lacio, situada á
veinte millas de Roma, sobre la Via Apia, y al pie del
monte Albano; fué célebre particularmente por el culto
que en un bosque vecino a la ciudad se tributaba á
Diana en un templo, de que debia ser siempre sumo
sacerdote un esclavo fugitivo. Hoy se llama la Riccia, en
la campiña de Roma.
V. 2. Hospitio modico... Yo creo con casi todos
los
intérpretes de Horacio, que esta espresion está puesta en
oposicion a inagnd Romá. Aricia era una ciudad importante
, que debia tener buenas posadas; mas a pesar de
esta importancia, siempre debian ellas parecer peque-
TOMO ra. 9
ñas en comparación de las de la capital del mundo.
Heliodorus... De los pocos comentadores que hablan de
este personage desconocido, algunos suponen que él y
Horacio hicieron el viaje de Brindis en calidad de agregados
á Mecenas, ó quizá de secretarios de embajada.
Cruquio sospecha que este Heliodoro es el mismo de
quien hizo Galeno una mención honrosa como médico y
como poeta. Como quiera, hombre de gran mérito debia
ser aquel de quien Horacio hacia un elogio tan pomposo.
V. 3. Forum Appx... El foro, ó mercado de Apio
era un lugar del Lacio en el país de los volscos, a 45
millas de Roma, en las lagunas Pontinas. Durante el
consulado de Apio se habia construido una calzada sobre
aquella laguna, y despues se abrió desde el
mercado ó
foro de Apio hasta el templo de
Feronia un canal, en
que se navegaba por lo couiun de noche, según Estrabon,
para que al salir por la mañana los viageros, entrasen
en la via Apia.
V. 5 y 6. Altiús ac tíos prxcinctis... He dicho en
otra ocasion que los militares llevaban la túnica mas corta
que los qne no lo eran ; y ahora añadiré que lo mismo
sucedía a los viajeros. Para toda clase de faenas un
poco penosas se ha gastado siempre ropa mas corta que
la que se usa de ordinario. Por esto sin duda la Sagana
de la oda quinta del Epodon andaba arremangada,
expedita
, que dice Horacio.
V. 6. Appia... La via Appia se empezó a construir
en el año de 441, siendo cónsul Apio Claudio, que le
dió su nombre. Empezaba en la puerta de Roma, llamada
Capena, porque era por donde se salia para ir a Capua,
pasaba por la ciudad de este nombre, y se«uia
hasta Benevento. Alli se dividía en dos ramales, que conducían
á Brindis, Tarento y Otranto. Las piedras que formaban
la calzada tenian media vara en cuadro, y el
camino era magnífico.
V. 11. Convicia... Cum in unum plures
voces conferuntur,
proprié convicium appellatur, quasi convocium,
in ccetu scilicet cum vociferatione dictum,
dice
Ulpiano; por donde se ve que la palabra convicium no
lleva siempre consigo la idea de la injufia. Asi yo he
traducido altercados.
V. 12. Hue appelle... Estas sort palabras de un patron
que engancha geute. La frase siguiente
trecentos
inserís (embanastas ó embutes trescientos),
es sin duda
de los viajeros, que reconvenían al patron de cargar demasiado
el buque, ó bien , de otro patron , que quería que
se dividiese 1a carga en su barco y en el de su compañero.
La escena del embarque y de los preparativos de salida está
bien pintada , aunque con una concision que perjudica
algo a la claridad, y que por tanto no se compadece con
la índole de las lenguas modernas, las cuales lo sacrifican
todo con razón a la perspicuidad y a la exactitud.
V. 13. Dum xs exigitur... De aqui se infiere que el
pasage se cobraba adelantado.
V. 21. Cerebrosxis... Mala cabeza, atolondrado, como
he traducido.
V. 23. Dolat... Desbasta, acepilla, labra, pule, es lo
que significa propiamente este verbo.
Quartá horá... Las horas del dia ó de la noche se
empezaban a contar desde las seis; y a la noche se daban
en todo tiempo doce horas como al dia , aunque según
las estaciones fuesen estas horas mas cortas ó mas largas.
Por lo demás, sin la fechoría del patron de desenganchar
la muía, se habría llegado a Feronia temprano,
como sucedía siempre , según el testimonio de Estrabon.
V. 24. Feronia... Feronia, antigua divinidad del Lacio
, presidia a los jardines, y tenia un templo en el
territorio de Suesa Pomecia, a veinte y cuatro millas del
mercado de Apio. Ademas de este templo, que es del
que aqui habla Horacio, babia una ciudad llamada Feronia
en el pais de los faliscos, donde también se daba un
culto particular a la misma diosa.
Y. 26. Anxur... Antigua ciudad del pais de los volscos
, llamada despues por los griegos Trachina (que significa
áspera, escabrosa), a causa de su situación sobre
peñascos, y hoy Terracina. El nombre antiguo dado a la
misma ciudad recordaba hallarse ella bajo la protección132
libro I.
de Júpiter Anxur, llamado asi por estar representado
sin barbas.
V. 28. Cocceius. . M. Cocceyo Nerva, célebre
jurisconsulto,
amigo de Octaviano y de Antonio, y abuelo
del emperador Nerva.
V. 29. Aversos soliti... En efecto, ya babian avenido
otras veces a los dos gefes que se disputaban el gobierno
del estado, y por consiguiente el imperio del mundo. La
mas famosa de las conferencias anteriores habia sido la
celebrada en Brindis en el año de 714 de Roma, a la
cual asistieron Mecenas, Cocceyo y Polion. A la segunda,
que es de la que aqui se habla, celebrada en la misma
ciudad en 717, asistieron Mecenas, Cocceyo y Capitón, y
de ella resultó, como he dicho antes, al tratado de
Tarento.
V. 32. Capito Fonteius... Créese que este era padre
del que fue cónsul en 765.
Ad unguem factus homo... Acabado, perfecto. Translatio,
dice el antiguo comentador anónimo,
sumpta á
marmorariis , qui unguibus juncturas et levitatem
explorant.
V. 34. Fundos... Fondi, pequeña ciudad, a veinte
millas de Terracina.
Aufidio Lusco prxtore... Es como si dijéramos el
corregidor, pues prxtor viene d e p r x e s s e ,
porque el pretor
veljuri dicundo vel exercitui prxerat, como dice
muy bien Torrencio. Este Aufidio era de una familia distinguida
de Fondi, en la cual hubo muchos individuos
que tuvieron en Roma muy buenos empleos.
V. 35. Insani prxmia scribx... Los corregidores de
los pueblos pequeños se sacaban alguna vez de la clase
de los escribanos, y esto habia sucedido sin duda á
Aufidio Lusco. Las insignias de su empleo eran la pretesta
y el laticlavio, lo mismo que lo eran del pretor de
Roma; pero por lo común este trage no se usaba sino
cuando se iba de ceremonia, y era ridículo que haciéndose
asi en las primeras ciudades de la república, el corregidor
de un lugar llevase siempre acuestas su uniforme.
Ni se contentaba con esto el tal corregidor, sino que, á
LIBRO I. 133
semejanza de lo que hacían entonces los monarcas del oriente,
é hicieron despues los emperadores de Roma, llevaba cuando
salia, un alguacil delante de sí con un braserillo en
que se iban quemando aromas. Tan fatua vanidad, manifestada
delante de cuatro de los hombres mas distinguidos
de la Italia, la castigó cruelmente Horacio, condenando
al desprecio de la posteridad el nombre del necio Aufidio
Lusco.
V. 36. Prxtextam.. Prxtexta se llamaba la toga
bordada de púrpura que llevaban los senadores y los magis
trados. Debajo de esta toga vestían una especie de sotana
con una ó dos tiras de púrpura por delante, que siendo
anchas, daban a la túnica el nombre de laticlavio, y el
de angusticlavio si eran estrechas.
Batillum... Diminutivo de batinum, formado del griego
batinion, que significa badil. Otros escriben
vatillum,
que hacen diminutivo de vas. Todos tradujeron la palabra
por braserillo , pebetero, calentador.
V. 37. Mamurrarum urbe... Formia, ciudad ennoblecida
por ser patria de los Lamias; pero aquellos se hicieron
célebres por sus talentos y virtudes, mientras que
los Mamurras conocidos no lo fueron sino por sus vicios,
y particularmente el Mamurra favorito de Julio Cesar, que
robó muchísimo siendo intendente de obras militares. No
seria estraño que el poeta quisiese, con la perífrasis de
ciudad de los Mamurras, dar a estos una dentellada , y
de paso a Formia, su patria. De esta ciudad que distaba
de Fondi trece millas, hablé en las notas a las
odas.
V. 38. Murena... El mismo Licinio Varron Murena,
á quien Horacio dirigió la oda diez del libro segundo.
Este era hermano de Proculeyo, de quien se habió eu la
oda segunda del mismo libro, y de Terencia ó Licinia,
muger de Mecenas. Ocho años despues de este suceso entró
Murena en la conspiración de Fannio Cepion contra Augusto,
y desterrado primero, fue despues condenado
á muerte.
Capitoné... El mismo plenipotenciario de Antonio, que
sin duda tenia casa en Formia, y que partió con Murena,
cuñado de Mecenas, el placer de obsequiar a este v
a su comitiva.
V. 40. Plotius et Varita... Los dos grandes poetas,
á quienes Augusto encomendó despues de la muerte de Virgilio
la revisión de la Eneida.
Sixuessee... Ciudad marítima, situada a diez y ocho millas
de Formia, y denominada asi, porque estaba sobre el golfo
llamado Setinus. En sus inmediaciones se veiau los
viñedos
de Falerno y del monte Másico, los mas afamados
de Italia.
V. 41. Animx... Sugetos , personas.
V. 44. Sanus... Es decir,
mientras yo conserve mi
cabeza sana, mientras no pierda el juicio.
Este verso
se ha hecho proverbial.
V. 45. Campano ponti... Este puente de Campania, el
primero que se pasaba yendo del Lacio, estaba según
unos sobre el Vulturno, y según otros sobre un riachuelo
del territorio de Falerno. Lo mas probable es que era el
puente de Casilino, distante veinte y cinco millas de Sinuesa,
y cinco de Capua, donde por lo tanto no es de
estranar que entrasen temprano al dia siguieute.
V. 46. Parochi... Esto es prxbitores,
proveedorespues
los habia en todos Jos pueblos para suministrar los
artículos de ordenanza a los que viajaban de orden del
gobierno. En otro tiempo la carga de alojamientos y hagages
habia sido pesadísima; pero últimamente se redujo
a los suministros de cama, sal, leña y otras menudencias.
El importe de este gasto se pagaba del producto de
una contribución provincial, a cuya recaudación contribuían
los proveedores. Torrencio escribió sobre este pasaje
una erudita y curiosa disertación.
V. 47 Capux... Capital de la Campania, situada dos
millas mas arriba de la ciudad que hoy tiene el mismo
nombre.
Tempore... Por tempestivé, temprano.
V. 49. ^ Crudis... Virgilio padecía habitualmente de
crudezas o indigestiones, y Horacio de los ojos; por eso
no convenia al uno ni al otro el violento ejercicio de
la pelota.
V. 51. Caudl cauponas... Caudio estaba en el pais de
los hirpinos, a veinte millas de Capua. A poca distancia
de Caudio estaba el famoso desfiladero, conocido con la
denominación de horcas Caudinas, porque encerrados
alli por los samnitas los romanos, mandados por los
cónsules Veturio y Postumio, en el año de 433, no
obtuvieron su libertad, sino sujetándose a la ignominia
de pasar por debajo del yugo. Este yugo no era otra cosa
que una especie de marco de puerta, formado por tres
maderos, de los cuales dos de pié, y uno atravesado por encimade
ellos. En el camino y cerca de la ciudad de Caudio,
habia una porcion de posadas. En algunas ediciones se
lee Claudi, pero malísimamente.
V. 52. Sarmenti... Este Sarmentó y su compañero
Cicerro
eran dos tunantes, de los cuales no ha quedado otra
noticia que la que aqui da el poeta. A Cicerro le llaman
otros Cicirro.
V. 54. Osci... Los oscos, ó sea los habitantes de la
Campania marítima, eran célebres por la depravación de
sus costumbres, y por lo mal que hablaban la lengua de
Roma. Todo lo peor que podia decirse del tal Mesio
Cicerro, era que tenia su esclarecido origen de los oscos;
espresion que envuelve un fuerte sarcasmo. Este aparece
mas picante aun, cuando se ha visto al poeta invocar,
para referir las mamarrachadas de ambos truhanes, el auxilio
de su Musa, como si fuera a cantar al varón que
fugitivo de Troya, abordó despues de mil trabajos a las
playas lavinas.
V. 55. Sarmenti domina extat... Es decir, es un esclavo
fugitivo: su ama está buena y sana.
V. 58. Accipio... Acepto el reto, como he traducido.
Caput et movet... A este movimiento de cabeza alude
sin duda la reconvención que le hace su competidor, de
que aunque mutilado echa bravatas.
O tua cornu... Como si dijera: «¿qué
has de hacer
privado del cuerno que era tu arma ?»
V. 62. Campanum in morbum... Este mal de Campania
consistía en unas verrugas endémicas, que dejaban
una cicatriz feísima en el sitio de donde se arrancaban.
Otros creen que por estas palabras designó el poeta la
disolución habitual de las costumbres de aquel pais.
V. 63. Saltaret uti Ctjclopa... Es lo que yo he
traducido:
bailar el paso del gigante, esto es, del
ciclope
Polifemo. Crnquio, citando a Polion y
a Flavio Vopisco,
habla de unos juegos in quibus
Polyphemus in scená in
gyrum incondité admodum saltans, introducebatur.
El
añadir Sarmentó que para bailar aquel paso no tenia
Cicerro necesidad de máscara , alude sin duda a que el
agujero que al arrancársele la verruga le habia quedado
eu el lado izquierdo de la cara ( I x v i oris, como se
dice
en el verso sesenta), podia hacerlas veces del ojo que
tenian los cíclopes en la frente.
V. 65. Donasset jamne catenam... No se ponían cadenas
mas que a los esclavos mas viles, ó a aquellos de
quienes se desconfiaba. Los esclavos que obtenían la libertad
consagraban su cadena a algún dios; pero en toda
la antigüedad no se halla documento que pruebe que la
dedicasen nunca a los Lares. Doctos intérpretes creen que
con esta circunstancia quería Cicerro espresar que Sarmentó
era un esclavo tan vil, que no conocia otros dioses que
los del hogar en que servia; ó bien, que siendo un esclavo
fugitivo, se dirigía a los Lares, porque a estos se les
pintaba en figura de viajeros, con su mochila y su perro.
V. 66. Scriba quód esset... Los escribanos en Roma
eran de muchas clases, y en general gozaban de poca
consideración, pues podían serlo los libertos.
V. 69. Farris libra... La ley señaló al principio a los
esclavos la ración de una libra de pan. Despues la costumbre
era darles cada mes una porcion de trigo.
V. 70. Prorsus... Sanadon observa que este adverbio
está aqui en lugar de Ad sumtnam, y que debe separarse
por una coma del siguiente adverbio jucundé.
V. 71. Beneventum... Ciudad del pais de los hirpinos,
á la estremidad del de los samnitas, fundada por Diomedes,
y llamada primero Malecentum, a causa de la
violencia de los vientos que allí reinaban.
V. 72. Pene arsit... En casi todos los manuscritos se
lee Pene macros arsit, tardos dum versal in igne.
Lambino fué el primero que, refiriéndose a un códice,
estableció la lección de pene arsit, que Torrencio
encontró
mas clara, y por consiguiente preferible, y que
han adoptado despues casi todos los editores. Eu el mismo
verso leen algunos igni en vez de igne. Los que
están familiarizados con la lectura de los clásicos latinos
saben que ambas eran terminaciones de muchos de los
ablativos de la tercera declinación. En el verso noventa
y cinco de esta misma satira se lee imbri en ablativo.
V. 73. Nam vaga .. Estos dos versos tienen gran sonoridad
y .elegancia. .Creo haber observado en otra parte que
en ninguna de sus composiciones dejaba Horacio de emplear
uno ú otro giro que recordase ser suya la composicion.
V. 77. Montes notos... Horacio dice montes conocidos,
porque él habia nacido en aquel pais.
V. 78. Alabulus... Viento frío que hacia mucho daño
en la Pulla. Se pretende que era el noroeste.
V. 79. Trioici villa... Un cortijo ó caserío, situado
al pie de las montañas de la Pulla, donde hubo de hacer
noche la comitiva, por no ser ya posible subirlas.
Los intérpretes se han fatigado por averiguar la situación
de este caserío, que no se halla en el itinerario de Antonino,
ya porque nadie hiciese parada en él, ya porque
estuviese situado fuera de la vi a Apia.
V. 87. Oppidulo quod versu dicere non est... Los
comentadores creen que este pueblo era Equotuticum,
situado doce millas antes de Luceria, y cuyo nombre no
cabe a la verdad en un exámetro.
V. 91. Canusi... Canosa, en otro tiempo gran ciudad
de Italia a una legua de Cannas, tan célebre por la batalla
de su nombre.
V. 92. Qui locus... Bentlei sospecha que este verso
fué intercalado por algún copista , ya por lo embarazado
de la construcción, ya por la novedad de la frase
condere
lócum, y ya porque los dos antiguos
escoliadores Acron
y Porfirio no hicieron observación alguna sobre él.
V. 94. Rubos... Rubi, pequeña ciudad de la Pulla,
célebre por sus mimbres, de que se liacian afamados
cestos. Distaba de Canosa veinte millas.
V. 96. Tempestas .. Por tempus.
V. 97. Bari... Ciudad situada en ia costa de Pulla á
veinte millas de Rubi.
Gnalia... Eguacia, ciudad de los salentinos en la
misma costa, enmedio del camino de Bari a Brindis.
V. 97 y 93. Lymphis iratis extructa... Porque habia
poquísima agua. Otros dicen que con esta espresion quiso
Horacio designar que los habitantes de Egnacia eran
locos, en latin lymphatici. Esta interpretación me parece
forzada é inadmisible.
V. 100. Credat Judxus Apella... El judío
Apela,
Apeles, Apelo (pues con estos varios
nombres le designan
los escritores antiguos), debia ser tan conocido en Roma,
como lo son hoy en Europa algunos de sus opulentos
correligionarios. Los judíos eran y son supersticiosos, y
por esto sin duda dijo Horacio que el cuento de que se
quemaba sin fuego el incienso en el umbral del templo
de Egnacia, era bueno para que lo creyera uno de los
que profesaban aquella religión.
V. 101. Namque Déos didici... Los epicúreos creían
que los dioses se estaban muy quietos en el cielo, sin
euidar de lo que pasaba por acá abajo. A no existir , y
SATYRA VI.
Non q u i a , Mzecenas, Lydorum quidquid Etrusco*
Incoluit fines, nemo generosior est te ;
Nec quôd avus tibi raaternus fuit a t q u e paternu»,
Olim qui magnis legionibus imperitârint ;
Ut p l e r i q u e s o i e n t , naso suspendis adunco 5
Ignotos, ut m e , libertino pâtre natum
Cum r e f e r r e n e g a s , quali s i t q u i s q u e parente
N a t u s , dum ingenuus, persuades hoc tibi verè.
eatar tolerada esta opinion de una escuela filosófica, pasaría
por impía seguramente, ó por irreverente a lo menos.
V. io3. Tristes... Los que tradujeron esta palabra por
las de airados ó de mal humor, no notaron que
caian
en un contrasentido. Las maravillas de la naturaleza son
por lo común un beneficio, y no un castigo del cielo , y
no se podia por tanto suponer que eran obra de los
dioses irritados. El poeta no dijo pues eso, sino lo
siguiente. «Lo que a mí me han enseñado es, que los
dioses viven en eterna paz, y que no se aplican séria
y monotonamente a cuidar de la marcha, ya ordinaria,
ya estraordinaria de los sucesos de la tierra, que abandonan
o encomiendan a la naturaleza. Tristes significa,
pues, aplicados, solícitos.
V. 104. Brundusium... Brindis, capital del pais de
los salentinos, a cuarenta millas de Egnacia, fué célebre
sobre todo, por la seguridad de su puerto, donde se
embarcaban los romanos que tenian que ir a los paises
de levante. El viaje de Horacio fué de trescientas setenta
millas, por lo cual no sin razón le llamó largo. En é1-
gastó catorce dias, y en ellos anduvo un dia con otro,
de veinte y seis a veinte y siete millas.
rob¡«8tofc!í;oo0 Jflffl-li 8ín4§li»í
SATIRA VI.
No porque de los lidios , pobladores
Del etrusco confín , caro Mecenas,
La mejor sangre corre por tus venas;
Ni porque tus mayores
Dirigieron ejércitos potentes,
Con desprecio ó desden tratas por cierto,
Cual lo hacen otros, las humildes gentes,
Como yo , que mi ser debí a un liberto.
Cuando del padre dices que el estado
Importa p o c o , siendo el hijo honrado,
Recordar muestras, que antes que se alzase
Al trono Tulio de progenie oscura,
A muchos hombres de menguada clase
Elevó su virtud a grande altura;
Mientras que por Levino,
Rama de la familia de Valerio,
Que del trono de Roma echó a Tarquino,
Nadie un cuarto daría en el imperio:
Y así hasta el pueblo idiota lo encarece,
El pueblo, que al que menos lo merece,
A los primeros puestos encarama,
Y que estúpido esclavo de la fama,
Enmudece y sé abate
Ante los pergaminos de un magnate.
V 1 . . . .
Y ¿ que haremos nosotros entretanto,
Que de ese pueblo diferimos tanto?
Que él a Decio postergue, hombre de ahora,
Y a Levino por noble en fin prefiera;
Que del senado arrójeme en buen hora
El censor Apio, con razón sobrada,
Si es que salir presumo de mi esfera;
Mas a su carro de fulgente plata
La Gloria al noble y al plebeyo ata.
Del laticlavio fuiste despojado ;
Le recobraste, Tilio; y ¿ qué has ganado ?
Qué en ser tribuno ? Mas contra ti lidia,
Mientras te elevas mas, la torpe envidia
Desque uno ansiando honores y fortuna,
27 Con el negro coturno ufano se anda,
Y al pecho muestra la encarnada banda,
Todos quién es preguntan, cuál su cuna.
Cual si imitando a Barro, alguno aspira
A pasar por un lindo galancete,
A las muchachas el deseo inspira
De saber de él , y charlan sin recelo
De sus piernas, sus pies, dientes y pelo.
Del mismo modo el que a su cargo toma
El cuidado de Roma,
Del imperio y del culto que le liga,
A todo el mundo a averiguar obliga
En qué clase su padre se encontraba,
O si tuvo aquel hijo en una esclava.
Hijo de Dama, de Dionisio ó Siró,
¿A un ciudadano con audacia loca
Osas lanzar de la Tarpeya roca,
Y al verdugo entregar? — Mas baja miro
Yo de Novio mi colega la esfera, ,
Pues solo es el lo que mi padre era.
— ¡ Ah! la razón no es mala,
¿ Serás por eso un Paulo ó un Mésala ?
Novio, además es hombre de otra traza;
Y aunque haya tres entierros en la plaza
Y doscientas carretas,
Sobre los añafiles y trompetas
Resonará su voz estrepitosa;
Y esto ya ves que vale alguna cosa.
A mí , hijo de un liberto,
Contraerme otra vez juzgo oportuno.
Por aquí me hurgo
siempre envidia insana,
En otro tiempo porque fui tribuno
De una legión romana,
Y ahora porque contigo como y bebo;
Y es diferente en realidad el caso,
Que el mando con razón se envidió acaso,
Pero no la amistad que a ti te debo;
Sobre todo no honrando tu con ella
Sino a aquellos que juzgas merecella,
Sin que jamás la intriga en esto influya;
Y a la suerte no es justo se atribuya
Gozar yo tu amistad, si bien se advierte,
Pues tu amistad no es obra de la suerte.
Primero, el buen Virgilio, Vario luego
De mi te informan : cuando a hablarte llego,
De vergüenza infantil sobrecogido,
Puedo pocas palabras, ó Mecenas,
Y esas cortadas pronunciar apenas.
No alabo mi linaje esclarecido,
No ricas heredades aseguro
Correr en un caballo de Saturo :
Dígote lo que soy; según tu uso,
Contestas poco, y márchome confuso.
Llámasme al fin, después de nueve meses,
Y sé que en tu amistad parte me cabe ;
Cosa con que de júbilo me lleno,
Pues discernir lo malo de lo bueno
Tu perspicacia sabe,
Y tan grata fortuna
La debí a mi honradez, y no a mi cuna.
Pero si es mi carácter generoso;
Si mis defectos pocos y ligeros
Son pequeño lunar en cuerpo hermoso;
Si nadie me acusara con justicia
De crímenes, torpezas, ni avaricia;
Si una vida inocente y pura llevo,
(Aunque esto ceda en alabanza mia)
Si mis amigos ámanme a porfía,
Todo a mi amante padre se lo debo.
El, sin otro caudal que una hacenduela,
No me puso de Flavio, no , en la escuela,
Dó los hijos de ilustres centuriones,
Llevando bajo el brazo sus cartones,
Ajustaban por dias y por meses
Cuentas de capitales é intereses.
Niño me llevó a Roma, a que estudiase
Lo que los niños de elevada clase;
ni tomo.
Y cu verme por las calles bien vestido,
Y de esclavos seguido,
Todos hallaban mudo testimonio
De que gozaba un pingüe patrimonio.
Guardián incorruptible, a mis lecciones
Me seguía mi padre ; "él mi inocencia,
Fianza de virtud, puso en seguro,
Y no tan solo me preservo puro
De las malas acciones,
Mas también de sospechas y baldones.
Sin temor de que nadie le tachára
Si de su oficio de aguacil, precario,
Me dejase atenido al ruin salario;
Cosa de que en verdad no me quejara,
Antes por ello su alabanza crece,
Y mas y mas mi gratitud merece.
Mientras conserve yo juicio bastante,
Honraréme con padre semejante:
Y aunque clamen los mas que a culpa suya
Injusto es se atribuya
No descender de altísimo linage,
No es esa mi opinion ni mi lenguaje.
Si la naturaleza consintiera
A la edad otra vez volver pasada,
Y que escogerse cada cual pudiera
Parentela a su gusto acomodada,
Satisfecho y feliz con mis mayores.
No iria a buscar otros ciertamente
Entre cónsules yo ni senadores.
Quizá el vulgo juzgárame demente,
Mas tu hallárasme cuerdo , huyendo de esta
Que nunca soporté, carga molesta;
Pues yo tendría que poner las mientes,
En ver el modo de juntar dinero,
Y en saludar a yentes y vinientes;
Ir fuera no podría, aun por instantes,
Sin llevar dos ó tres acompañantes;
Tener debiera en ün muchos criados,
Buenos coches, caballos estimados:
Mientras ir puedo ahora hasta Tarento,
En mi mulo rabón , si se me aupa,
Con una maletilla a la gurupa;
Y a mi ninguno avaros despilfarros
Cual a ti, pretor alto, Tilio, imputa,
Cuando ostentas de Tivoli en la ruta
Cinco mozos cargados de cacharros.
Asi, aunque pobre, senador altivo,
Mejor que muchos y que tú yo vivo.
Solo me voy donde me da el barrunto,
De trigo y berzas el valor pregunto;
Tal vez al circo lleno de tunantes,
O al foro por la tarde hago un paseo,
Y la buena ventura decir veo.
Vuelvo a mi casa luego;
Tres criados me sirven cuando llego,
Puerros, garbanzos y algo de polenta :
De piedra un blanco aparador sustenta
Con un vaso pequeño dos tazones,
Copa y aguamanil de libaciones,
Y una gran palangana,
De Cápua todo en pobre porcelana.
Me acuesto en fin, y no en pensar me afano
Si me he de levantar tarde ó temprano,
O ver a Marsias, siempre incomodado
De que Novio el menor ande a su lado.
Salgo a las nueve a dar un paseito
O bien cuando he leido, ó cuando he escrito
Algo que allá a mis solas me divierta,
Me unto de aceite, y no del que arrebata
A los faroles el inmundo Nata.
SATIRA VII.
No existe pitarroso ni barbero,
Que ignore de que modo
Persio el mestizo rechazó severo
El dardo empozoñado
Del proscrito Rutilio, el Rey llamado.
Persio, de Clazomene comerciante,
Que al Rey seguia un pleito muy reñido,
Grosero aun mas que el Rey su contrincante
Era, y muy vanidoso y presumido,
Y en burlas tan amargo en demasía,
Que a Barros y a Sisenas escedia.
De componerse Persio y Rey trataron ;
Pero no lo lograron,
Que a los guapos semejan los pleitistas,
Mientras mas fuertes son, mas camorristas.
Asi entre el grande Aquiles y Héctor fuerte
Solo se acabó el odio con la muerte,
Porque era igual en enconadas lides
La pujanza de entrambos adalides.
Mas si es entre cobardes la pelea,
O hay alguno que menos fuerte sea,
Como entre Glauco sucedió y Diomedes ,
Uno huye el desafio,
Y regalos presenta al de mas brio.
Mandando pues en Asia el pretor Bruto,
Nuestros pleiteadores,
la mañana, y que a veces consistía solo en un pedazo de
pan, que se comía sin poner la mesa, ni lavarse después
las manos.
Interpellet... Por
~ . i L -V 1
Uñí
SATYRA VII.
Prose ri pti Regís Rupilt pus atque venenum
Ibrida quo pacto sit Persius ultus, opinor
Omnibus et lippis notum et tonsoribus esse.
Persius hie permagna negotia dives habebat
Clazomenis, etiam lites cum Rege molestas ; 5
Durus homo, atque odio qui posset vincere Regem;
Confidens, tumidusque ; adeò sermonis amari,
Sisennas, Barros ut equis praecurreret albis.
Ad Regem redeo. Postquam nihil inter utrumque
Convenit (hoc etenim sunt omnes jure molesti, 10
Quo fortes, quibus adversum bellum incidit. Inter
Hectora Priamiden, animosum atque inter Achilem
Ira fuit capitalis, ut ultima dividerei mors ;
Ñon aliam ob causam, nisi quòd virtus in utroque
Summa fuit. Duo si discordia vexet inertes, 15
Aut si disparibus bellum incidat, ut Diomedi
Cum Lycio Glauco, discedat pigrior, ultrò
Muneribus missis) Bruto praetore tenente
Ditem Asiam , RupiR et Persi par pugnat, utì non
V. 130. ncturm... Otros victurum.
V. Quaestor... El cuestor era como uu tesorero general.
La cuestura está aquí usada por cualquiera dignidad.
Fuissent... Otros fuisset.
SATIRA Vil.
No existe pitarroso ni barbero,
Que ignore de que modo
Persio el mestizo rechazó severo
El dardo empozoíiado
Del proscrito Rutilio, el Rey llamado.
Persio, de Clazomene comerciante,
Que al Rey seguia un pleito muy reñido,
Grosero aun mas que el Rey su contrincante
Era, y muy vanidoso y presumido,
Y en burlas tan amargo en demasía,
Que a Barros y a Sisenas escedia.
De componerse Persio y Rey trataron ;
Pero no lo lograron,
Que a los guapos semejan los pleitistas,
Mientras mas fuertes son, mas camorristas.
Asi entre el grande Aquiles y Héctor fuerte
Solo se acabó el odio con la muerte,
Porque era igual en enconadas lides
La pujanza de entrambos adalides.
Mas si es entre cobardes la pelea,
O hay alguno que menos fuerte sea,
Como entre Glauco sucedió y Diomedes ,
Uno huye el desafio,
Y regalos presenta al de mas brio.
Mandando pues en Asia el pretor Bruto,
Nuestros pleiteadores,
Compositus meliùs cum Bitho Bacchius. In jus 20
Acres procurrunt, magnum spectaculuin uterque.
Persius exponit causam ; ridetur ab omni
Conventu; laudat Brutum, laudatque cobortem ;
Solem Asia} Brutum appellai, stellasque salubres
Appellai comités, excepto Rege; Canem illum, 25
Invisum agricolis sidus, venisse, ruebat
Flumen ut hibernum , fertur quo rara securis.
Tum Prancstinus salso multòmque fluenti
Expressa arbusto regerit convicia ; durus
Vindemiator, et invictos, cui saspe viator 30
Cessisset magni! compellans voce cucullum.
At Grcecus , postquam est Italo perfusus aceto,
Persius exclamat; per magnos, Brute, Deos te
Oro, qui reges consueris tollere, cur non
Hunc Regem jugulas? Operum hoc, mihi crede,
tuorum est.
NOTAS.
Siendo Horacio tribuno o coronel de una legión en el
ejército de Bruto, se hallaba en el mismo ejército un tal
Publio Rupilio Rex, ó el Rey, natural de Preneste, que
proscrito por Octaviano duraote el triunvirato, se babia
acogido a las banderas del matador de César. El tal
Cual los dos gladiadores
Bito y Bachio, en el circo apareados,
Preséntanse en estrados,
Mas con tal vehemencia y tales modos,
Que fijan luego la atención de todos.
Persio los hechos cuenta;
De risa en tanto el conclave revienta;
Persio a Bruto del Asia sol proclama;
Astros benignos a sus gentes llama;
Con el nombre de Can al Rey denuesta,
Constelación al labrador funesta;
Y hablando, a un gran torrente se asemeja,
Que un árbol solo a la segur no deja.
Al ímpetu burlón de Persio opone
El Rey ultrages viles y groseros,
Cual de un viñador rudo que se pone
A insultar a tranquilos viageros,
Que por ver si su lengua se refrena,
Le tratan de cornudo a boca llena.
Cuando rociado asi se miró el griego
De vinagre de Italia, esclamó ciego,
« Tú que al mundo librar de reyes sabes,
¿ Cómo con este Rey es que no acabes?
Créeme; solo falta esta proeza
Para poner el colmo a tu grandeza. «
Rupilio, el Rey, mas vanidoso y lenguaraz de lo que
convenia a sus intereses, se indispuso con Horacio, y
desde entonces no dejó de echar a éste en cara lo humilde
de su origen, y de ponderar lo disonante que era,
según él, descender de un padre oscuro, y ser gefe de
una legion romana. Horacio encontró el modo de vengarse
de aquel insolente, solo con referir el lance verdadero ó
supuesto que se decía haber tenido en Clazomene con UB
tal Persio; lance en cuya relación cubre el poeta a ambos
contrincantes de un escarnio indeleble, lista aventura,
que debia ser muy divertida para los que conocían las
personas y las circunstancias, tiene muy poco interés
para nosotros; pero sin embargo, el estilo es festivo y
picante, y este es un mérito en todo tiempo. La simple
lectura de la sátira hace ver que esta se compuso antes
de qne hubiese Horacio abrazado el partido de Octaviauo.
V. 1. Pus atque venenum... La malignidad y maledicencia
de Persio.
V. 2 Ibrida... En Etruna, diceu varios intérpretes,
se llamaba a los estrangeros Umbros, palabra que
significaba
espurios ó bastardos. De Umber se pasó a decir
Imber é lber, y de aqui Ibris, es decir de dos
castas,
ó mestizo, como el Persio de quien aqui se habla, cuya
madre era italiana, y cuyo padre era griego. Otros escriben
hybrida en lugar de ibrida , sin duda porque dan
otra etimología a la palabra.
V. 3. Omnibus et lippis notutn... et tonsoribus... La
primera vez que leí yo este pasage, dije en mi interior:
•>Y ¿á qué ponerse a contar tan circunstanciadamente lo
que saben hasta los barberos? «Reflexión que vi despues
en Tannegui le Fevre, el cual propuso corregir
ómnibus
haud lippis. No entrando en mi plau
adoptar esta corrección
arbitraria, por mas que yo la repute felicísima,
me contentaré con escusar al poeia de referir una cosa
sabida, y recordaré para ello el Fabula nota
quidem, sed
non indigna relatu, de Ovidio. Por lo
demás, hubo
intérpretes que viendo aqui confundidos con los barberos,
esencialmente amigos de noticias, a los que padecen
de los ojos, y suponiendo que estos últimos tenian
ordinariamente la curiosidad mas escitada que otras
clases de gentes, infirieron que la espresion
notum
lippis et tonsoribus podia ser
proverbial, para designar
á todos los curiosos ó noveleros. Bentlei, fundado en la
interpretación que da Acron a este pasage, cree que siendo
las barberías y los puestos de los médicos, (pues entonces
los mas de los médicos eran libertos, y tenian
una especie de tiendas en casuchas) los puntos en donde
se reunían los ociosos a hablar de noticias, era natural
que los que padecían de los ojos, que debían ser concurrentes
habituales a los tales tendajos, estuviesen enterados
de todos los chismes que corrían por el pueblo.
Esta esplicacion es ingeniosa y no inverosímil.
V. 4. Persius .. Este comerciante es desconocido.
V. 5. Clawmenis... Clazomeue, gran ciudad de la
Jonia, restablecida por Augusto, y afamada por un templo
de Apolo que había en sus inmediaciones. Aun se
ven sus ruinas en un islote del golfo de Esmirna, a quince
leguas de esta ciudad. Clazomene fue patria del célebre
filósofo Anaxágoras.
V. 6. Odio... Torrencio observa con razón que odium
significa muchas veces entre los "clásicos importunidad
y fastidio.
V. 8. Sissennas, Barros... En las notas a la sátira
anterior he hablado de un Barro, que pudo ser el mismo
de quien aqui se trata. En cuanto al Sisena que Horacio
nombra, es probable que fuese un Cornelio Sisena, grandísimo
burlón, que reconvenido por Augusto en el senado
sobre la vida escandalosa que tenia su muger, respondió:
«Pues, señores, por consejo de Augusto me casé
con ella ,» dando a entender que el emperador que la
obsequiaba, le había dado aquel consejo, para poder tratarla
con mas libertad.
Ut equis prxcurreret albis... Iba delante en caballos
blancos; frase proverbial, fundada en el concepto que
se tenia de que los caballos blaucos corrían mas que los
que no lo eran.
V. 9. Ad Regem redeo... Vuelvo al Rey, dice el poet
a ; y cualquiera podría decir: «Pues ¡qué! ¿le ha dejado
por ventura?» Al contrario, dice el padre Sanadon,
ahora es cuando le va a dejar, para trasladarnos al
tiempo de la guerra de Troya. Este es uno de los descuidos
que yo hallo en esta pieza, añade el docto jesuíta;
v para colocar bien el ad Regem redeo, seria menester
ponerlo al principio del verso diez y ocho.
V. 13. Hoc etenim jure... Hoc jure, por eá de causá.
Acron dice: Inter se malí homines
decertant, ut tiri
fortes in bello. Desde aquí empieza un
eterno paréntesis,
que el poeta habría debido evitar, sobre todo, despues
de haber dicho ad Regem redeo. Yo lo lie hecho
desaparecer
en la traducción.
V. 15. Vexet... Otros verset.
V. 17 Lycio Glauco... Glauco fue un rey de Licia,
que pasó a socorrer a ios trovanos sitiados. Homero dice
que estando para medir sus fuerzas con Diomedes en un
combate, trabaron pláticas los dos adalides, y se separaron
regalándose sus armaduras respectivas. La de Glauco
, que era el mas endeble de los dos campeones, era
de oro, y por eso sin duda dice Horacio que el menos
fuerte envia regalos al que lo es mas.
V. 18. Bruto prxtore tenente ditern Asiam... Prxtor
en lugar de proprxtor dicen unos. Otros creen que
Bruto
era pretor de Roma cuando pasó al Asia; pero los
mas están de acuerdo en que Bruto no era pretor de
Asia. Ya hablé de este personage en otra parte.
V. 20. Cuín Bitho Baccliius... Porfirio dice que estos
dos gladiadores daban fin de cualquiera que osaba medirse
con ellos; y que no habiendo ya quien les disputase
la victoria, pelearon entre sí, y quedaron ambos en la arena.
V. 25. Canem... Ya he hablado de la canícula en las
notas a las odas.
V. 27. Fertur quo rara securis... Porque los torrenm
W m ira a\i A; -j 1 • i
SATYRA VIII.
Olim t r u n c u s e r am ficulnüs, inutile lignum:
Cum f a b e r , i n c e r t u s scamnuin faceretne Priapum,
Maluit esse Deum. Deus inde e g o , f u r um aviumque
Maxima formido : n am fure s d e i t r a c o e r c e t,
Obscoenoque r u b e r porrectus ab inguine palus: 5
Ast importunas volucres i n vertice arundo
Terret fixa, vetatque novis considere in hortis.
tes no dejan que crezcan los árboles de sus orillas, en
términos de que pueda entrar en ellos la segur. Rara está
pues por raro.
V. 28. Salso multümque fluenti... La construcción es,
tum Prxnestinus regerit Persio salso multümque fluenti,
convicia expressa ex arbusto, id est, é vinea, ut durus
vindemiator. Los viñadores debian de ser en aquel tiempo
superiormente groseros.
V. 31. Cucutlum.. El cuclillo deja a otros pájaros el
cuidado de empollar sus huevos, y por eso los latinos
dieron este nombre a los que dejaban a otro el cuidado
de hacer lo que a ellos correspondía. En muchas lenguas
modernas no se da a estos individuos el nombre de un
pájaro, sino el de cabrón, ó sea, del
hediondo marido
de las cabras, por servirme de la
espresion de Horacio
en una oda.
V. 32. Italo aceto... De la especie de injurias que
Rupilio
dijo a Persio. parece que usaba muy a menudo
cierta clase da gentes en Italia.
V. 34. Qui reges consueris tollere... Marco Bruto á
quien se dirigia la arenga, mató a Julio César, y
Junio
Bruto lanzó de Roma a Tarquino, que
fue el último rey
de los romauos. Asi, el quitar reyes era hereditario en la
familia de Bruto.
SATIRA VIII
irítnq
- » J i l r ü o i * !
Inútil tronco fui de higuera un d í a,
Cuando dudando un pobre carpintero
Si un P r i a p o ó un banco de mi h a r i a,
Se inclinó a lo p r i m e r o;
Y cátame hecho un dios, y en ocasiones
De pájaros t e r r r o r y de ladrones.
A estos ahuyento con mi alzado b r a z o,
Y de mi númen con el signo osceno;
Los pájaros también de espanto lleno
Con el r a m a j o en mi cabeza erguido,
Y asolar estos huertos les impido.
V ' r
t
V
v
170 LIBER I.
Huc priùs angustia ejecta cadavera cellis
Conservus vili portanda locabat in arcà :
Hoc miserae plebi stabat comraune sepulcrura , 10
Pantolabo seurrae , Nomentanoque nepoti.
Mille pedes in fronte, trecentos cippus in agrum
Hìc dabat; haeredes inonumentum ne sequeretur.
Nunc licet Esquiliis habitare salubribus, atque
Aggere in aprico spatiari ; quò modò tristes 15
Albis inforraem spectabant ossibus agrum.
Cum mihi non tantum furesque, feraeque suetae
Hunc vexare locum, curte sunt atque labori,
Quantùm carminibus quae versant atque venenis
Humanos ánimos. Ilas nullo perdere possum, 20
Nec prohibere modo, simul ac vaga luna decorum
Protulit os, quin ossa legant herbasque nocentes.
Vidi egomet nigrà succinctam vadere palli*
Canidiam, pedibus nudis, passoque capillo,
Cum Saganà majore ululantem. Pallor utrasque 25
Fecerat horrendas aspectu. Scalpere terram
Unguibus, et pullam divellere mordicus agnam
Cceperunt : cruor in fossam confusus, ut inde
Manés elicerent, animas responsa daturas.
r t!
En cajas alquiladas
Aqui a enterrar traia el gremio esclavo
Un dia a sus difuntos camaradas.
Este del pueblo el cementerio era,
Del truhán Pantolabo,
Y Nomentan que su caudal perdiera.
De ancho trescientos pies, y mil tenia
De largo el monumento,
Y sobre un mojon alto 66 leia ,
Que era su donacion irrevocable.
En sana y agradable
Ya la zahúrda se trocó Esquilma,
Y es un placer correr por la colina,
Donde hasta aqui tan solo huesos blancos
Se veian en quiebras y barrancos.
Pero ni los ladrones ni las fieras,
Que siempre en estos sitios se anidaron,
Tanto me molestaron
Como esas hechiceras,
Que pretenden con drogas infernales
El seso trastornar de los mortales;
Sin que perderlas , ni impedirles pueda,
Recoger huesos y dañinas plantas,
Al asomar la luna su faz leda.
Yo, con su negra capa arremangada,
Descalza, y los cabellos esparcidos,
Vi a Canidia, la oí dando alaridos
Con Sagana , y horrendas a porfía
A ambas a dos la palidez hacia.
Escarban con las uñas el terreno,
Y de una oveja negra, que inclementes
Hacen luego pedazos con los dientes,
El hoyo dejan con la sangre lleno,
De donde aguardan que almas salgan juntas
A dar satisfacción k sus preguntas.
172 LIBER I.
Lanea et effigies erat, altera cerea ; major 30
Lanea, quai poenis compesceret inferiorem :
Cerea suppliciter stabat, servilibus utque
Jam peritura modis. Hecaten vocat altera; s® va m
,:' -sfc RIO' ; - • • ,,v;
Altera Tisiphonem. Serpentes atque videres
Infernas errare canes: lunamque rubentem, 35
Ne foret his testis, post magna latere sepulcra.
t . t. I ;.. .,, - \ :'; •. « . ' n • f r
Mentior at si quid, merdis caput inquiner albis
•«orli: . • • - ! 'i ! Hi .
Corvorum; atque in me veniat mictum atque cacatum
Julius, et fragilis Pediatia, fur que Voranus.
Singula quid inemorem? quo pacto alterna loquentes to
Umbrae cum Saganft resonarent triste et acutum?
Utque lupi barbara vari?e cum dente cobi brae
Abdiderint furtim terris ? et imagine cerei)
Largior arserit ignis? et ut non testis inultus,
Horruerim voces Foriariim et facta duarum ? 45
Nam, displosa sonat quantum vesica, pepedi
Diffisâ nate ficus. At iltae currere in urbem :
Canidife dentes, altum Sagan« caliendrum
Excidere, atque herbas, atque incantata lacertis
V incula, cum magno risnque jocoque videi es. 50
Figurar en aquella farsa insana
Vi dos muñecas; la mayor de lana,
La otra menor de cera ,
Aquella amenazando,
Esta misericordia demandando,
Como una esclava que la muerte espera;
A Ilecate la una invoca,
La otra a la atroz Tesifone provoca.
Perros allí y serpientes
Vieras salir de la infernal guarida;
Y la luna encendida,
Para no presenciar tanta torpeza.
Esconder entre tumbas su cabeza.
Si en lo que digo miento,
En mi frente se ensucien cuervos ciento,
Y sus necesidades en mis barbas
Haga el ladrón Vorano muy despacio,
Julio y el corrompido Pediacio.
Pero¿á qué fatigar mas tus oidos?
¿A qué hablar de los lúgubres chillidos
Que alternaban las sombras con Sagana ?
¿A qué contar que cautelosamente.
Barbas de lobo y de culebra un diente
Enterraron, y luego
En la imagen de cera prendió fuego 1
Indignado de tanta malandanza,
De aquellas furias tómo en fin venganza,
Y tal mi trasportín de higuera truena,
Cual reventando, la vejiga llena.
Al ruido, fue una risa
Ver escapar las brujas en camisa,
De Sagana caer prestados rizos,
De Canidia volar dientes prestados,
Rodar los brazaletes encantados,
Y las verbas rodar de los hechizos.
3 ta»
DittitOJI
nudas •.
-•»in
NOTAS.
—
Pocas composiciones nos, quedan de la antigüedad mas
festivas y agradables que esta sátira , dirigida a burlarse
al mismo tiempo de una clase de viejas feroces y estúpidas,
que en todos los paises supersticiosos han sido conocidas
con el nombre de brujas ó hechiceras, y de una
divinidad pagaua , cuyos emblemas oscenos dan a conocer
suficientemente lo grosero de su origen y lo sensual
de su existencia. El poeta introduce un Priapo de madera
, colocado cerca de los jardines en que habia convertido
Mecenas los muladares de las Esquilias, v el cual,
despues de contar que 110 era dios sino por la voluntad
de un carpintero, que pudo haber hecho un banco con
el leño de que le formó, y de recordar los tristes usos á
que se hallaba destinado aquel terreno, antes de ser
trasformado en jardines deliciosos, empieza a hablar de
los encantamientos y maleficios de unas hechiceras!
cuenta parte de las infames tonterías a que se entregaban
, y hace uua rechifla completa de sus tan abominables
como insensatas maniobras, diciendo que cansado
de ellas, ahuyentó a las brujas con un estrépito que
hizo con sus nalgas de higuera. El castigo es seguramente
digno del delito, y su relación propia para divertir aun
al hombre mas serio y taciturno. Luciano fue, despues de
Horacio, el único de los antiguos que hizo reir al mundo
á espensas de objetos reputados hasta entonces por muy
respetables.
V. 1. Truncus ficulnus... Consta que las estatuas de
Priapo se hacian ordinariamente de higuera, aunque la
madera de este árbol es la menos a propósito para semejante
clase de obras. Muchos críticos pretendieron examinar
el origen de esta predilección en favor de !a madera
mas inútil; y el sagaz y erudito Torrencio escribió sobre
esto una disertación curiosa , en que impugnó las opiniones
de varios doctos sobre tan poco honesta materia. Según el
sabio prelado flamenco, la preferencia dada a la higuera
estaba fundada en la naturaleza del árbol, que como se
sabe, es abundantísimo de jugo, y este, acre y cálido en
demasía. El mismo prelado añade, que siendo los atributos
de Priapo símbolos de la generación, era oportuno
hacerlos de la madera del árbol mas fecundo que se
conoce.
V. 2. Priapum... Priapo, hijo de Baco y Venus, nació
según los mitólogos en Lampsaca, ciudad del Helesponto,
(la Lapsaki de hoy en Natolia), y la mala voluntad
de Juno hizo disforme y monstruoso su cuerpo todo,
y en especial el miembro viril. Atribuyéronsele de resultas
escesos carnales, y fué por ello desterrado de su patria
; pero como apareciese a poco una epidemia, cuyo síntoma
mas alarmante era una irritación violenta en los
órganos de la generación, y se difundiese la idea de
que este mal era el castigo de la injusticia cometida con
el joven Priapo, se le hizo buscar y volver a la ciudad.
Cesaron a poco los estragos de la epidemia, y atribuyéndose
este beneficio al desagravio hecho, fue Priapo
desde luego objeto de altas consideraciones, y en seguida
de un culto, en que figuró como el primero de los
emblemas de su poder, el pujante instrumento que escitara
un dia los zelos de los maridos de Lampsaca. El
origen de estas tradiciones se descubre fácilmente, cuando
se reflexiona que la antigüedad adoraba como divino
todo lo que tenia mas ó menos influencia en los destinos
de la especie humana; y ya en varias ocasiones dije,
que 110 por otra razón se rindieron homenages al sol, á
la luna, al cielo, a la tierra etc. Al instrumento de la
procreación del linage humano, 110 podia menos de dispensarse
el mismo honor, y lié aqui porque se hizo de
el una divinidad , y no se temió presentarle a la adoración
de todos. Cuando los progresos de la civilización
revelaron a los hombres la necesidad de respetar el pudor,
que no respetaban ni aun conocían los salvages primitivos,
se procuró corregir ó atenuar lo que presentaba de
mas osceno el culto de Priapo, y los romanos, al incluir
á este numen en el catálogo de los suyos, le atribuyeron
como principal incumbencia la protección de los
jardines. Por esta razón se colocaban en ellos estáfelas
de aquel dios, bien que la idea general que de él se
tenia , obligase tal vez a representarle con los atributos que
se le habían reconocido desde su origen.
V. 3. Deus indeego... Loque aquí se dice de Priapo
es aplicable a divinidades mucho mas dignas de respeto,
pues de un tablón de encina podia lo mismo el carpintero
hacer una estatua de Júpiter que de Priapo, y lo mismo
de cualquiera de ellos un banco ó una cubeta; pero
respecto a los númenes del Olimpo pagano no habría sido
permitida la enunciación de esta idea, que pasaría sin
duda por irreverente cuando no por impía. Solo a Priapo podia
tratarse de esta manera, porque aunque su culto fuese
de parte de los hombres saivages que lo inventaron, un
homenage tributado a la providencia, velando sobre la
propagación de la especie humana , las antiguas formas
de aquel culto no podían menos de ser un escándalo para
una sociedad diferentemente constituida, v en que las
costumbres debían formar el complemento de la religión.
Asi, Priapo no tuvo templos en Roma, y ni aun sus estatuas
servían mas que para adorno de los jardines, como
uo servían sino para espantar pájaros los palos ó cañas
que se ponían en la cabeza de aquellas estátuas. y á
cuya estremidad superior se colocaban pendoncillos ó lian
derolas que el viento agitaba.
V. 4. Fures dextra coercet... Asi como en la cabeza
una caña con un trapo, teníanlas estátuas de Priapo en
la mano una especie de hoz de madera. Con lo uno se
ahuyentaban pájaros, con lo otro ladrones.
V. 5. Obsccenoqve ruber... Esta singular insignia servia
también para aterrar ladrones. Membrum
virile stuprum
minitans, (dijo Badio Ascensio)
arcet Jures. ¿Se
ereria a no resultar justificado por tantos documentos,
que existieron unos usos tan ridículos? Se creería
que las mas recatadas matronas asistían con gran
recogimiento a las procesiones, en que se llevaba en audas
el instrumento mismo, de que seguu dice Horacio en
el verso sobre que discurro, se armaba a Priapo para
ahuyentar a los ladrones ? La superstición sola quitaba á
estos usos lo que desde luego presentaban de oíensivo al
pudor; y de la superstición podían ya burlarse en el siglo
de Augusto los espíritus elevados. Tan cierto es que
la religión misma no santifica por largo tiempo lo que
en sí es repugnante ó absurdo.
V. 7. NOCÍS considere in liortis... En las Esquilias,
lugar célebre de Roma por sus inmundicias é infección,
hizo Mecenas unos jardines magníficos , convirtiendo por
este medio en un lugar agradable y sano, un asqueroso
muladar. Estos son ios novi horti de que aqui se
habla.
V. 8. Anguslis ejecta.. Esto es , como dice muy bien
Sanadon, in hunc locutn, certo preño
constituía, dabant
servi portando suorum conservorum cadavera, ex angustis
ipsorum casulis educía, el in paupere fereiro composila.
Los esclavos, dice Dacier, vivian en unos cuartuchos
ó celdillas, como las que habitan hoy los porteros
de las casas grandes.
V. 11. Pantolabo scurrx... El mismo Dacier observa
que es muy picante este rasgo, en atención a que aun
vivían los dos famosos disipadores que aqui se nombran,
y a quienes el poeta señalaba de antemano un lugar en el
cementerio de la gente mas pobre.
V. 12. Mille pedes in fronte... Las espresiones
in fronte,
inagrum (ó in agro, como leen
otros) denotan la
longitud y la latitud.
Cippus... Llamábase asi el padrón ó columna que
tenia la inscripción, y en que constaba la voluntad del
que erigía algún monumento público. De estos unos
pasaban a los herederos del fundador, y otros no; y
ambas circunstancias se espresaban en la inscripción. El
que dio el terreno para el cementerio de las Esquilias le
regaló absolutamente al pueblo romano, y esto se esplicaba
en la columna por esta frase: Hoc
monumentum
hxredes non sequitur.
V. 14. Esquiliis salubribus... En efecto, despues que
se quitó la causa permanente de infección y de insalu-
TOMO in. 12
bridad, se hicieron sanísimas aquellas colinas, y algunos
enfermos ilustres fueron allí despues a recobrar su salud.
En aquel sitio era donde Mecenas tenia la soberbia torre,
de que se habló en la oda veinte y nueve del libro tercero,
y desde la cual miró despues Nerón el incendio de Roma.
V. 17. Cum mihi... Se ha observado que cum depende
del Nunc licet del verso catorce. «Ahora, dice la
divinidad
que habla, se puede habitar en las Esquilias; pero
yo por mi parte he ganado poco» etc.
V. 21. Simul ac vaga Luna... Ya se ha visto en el
libro quinto de las odas cómo invocaban las hechiceras á
la luna, a quien se atribuía alegóricamente ia presidencia
de los conventículos de brujas, para denotar que estos se
celebraban de noche.
V. 23. Pallá... Vestido de muger que les llegaba a los
pies, como el pallium de los hombres.
V. 29. Ut inde Manes elicerent... Estos Manes 6
sombras de los muertos dieron despues origen a la superstición
de los vampiros, de quienes dijeron la ignorancia
y el fanatismo que chupaban la sangre de los
muertos. Los Manes de los antiguos gustaban también
mucho de sangre, y sin este regalo no respondían por lo
común a los conjuros de las hechiceras. Ya hablé de los
Manes detenidamente en las notas a las odas.
V. 31. Major lanea... De los dos figurines que lleva
han las brujas para la clase de mamarrachadas que aquí
se describen, uno era de lana y otro de cera, y el pri -
mero hacia de tirano ó de verdugo del segundo.
V. 33. Hecaten... Véase la nota al verso cuarto de
la oda veinte y dos del libro tercero.
V. 34. Altera Tisiphonem... Tesifone era el nombre de
la primera de las Furias, la vengadora de las maldades.
Esta alegoría es tan ingeniosa y moral, como material y
grosera la de Priapo. Las Furias vengando las maldades
presentan la idea de los remordimientos devorando a los
delincuentes; idea que es uno de los mas fuertes preservativos
del crimen, y por consiguiente una de las mas
preciosas salvaguardias de la virtud.
V. 36. Post magna latere sepulcra... La luna, corrida
^ ™ r : .m 0«OT
de tales abominaciones, se esconde detrás de los sepulcros.
De aquí se infiere que Mecenas no cercó todo el
terreno de las Esquilias, y que al otro lado de las tapias
de sus jardines quedaban aun muchos sepulcros, cuya
elevación se designa por el epíteto de magna.
V. 37. Meníior at si quid... Esta protesta es graciosa;
pero aun lo es mas el que la pena que se impone voluntariamente
el numen por castigo de su mentira, sea la
de quedar sujeto a todos aquellos accidentes a que está
espuesta necesariamente una estatua colocada en lugares
poco frecuentados, a saber, que se ensucien los cuervos
en su cabeza, y a sus pies los tunantes que frecuentan
tales sitios. Esto equivale a si uno de nuestros embusteros
dijera: «Si miento, me avengo a llevar empujones en el
paseo cuando haya bulla, a meterme en un portal si se
juntan tres coches en la calle por donde yo pase etc.» Asi,
la protesta de Priapo hace mas festivo el cuento, y mas
ridículo el personage que lo refiere.
V. 39. Julius et fragilis Pediatia.. No se sabe quién
era este Julio. En cuanto a Pediacio, todos
convienen
en que fué un caballero romano, que habiendo malgastado
su caudal, tuvo que prostituirse pora vivir, por
cuyo motivo el autor le llama Pediacia, como si fuera
una muger. De Forano se dice que fué un liberto de
Lutacio Catulo, y que robó un dia a un banquero.
Horacio, poniendo aquí en boca de Priapo los nombres
de estos tres individuos, los trata mas duramente que sí
hubiese hecho una sátira entera contra cada uno de ellos.
V. 44. Et ut non testis inultus... ¿Qué es aquí mas
divertido? ¿que para aterrar a las brujas ocupadas en sus
encantamientos se sirva el espantajo de un ruido movido
por detrás, diffisá nate, y semejante al de una vejiga
que estalla, ó que este crujido, completamente calificado
por el verbo pepedi, hiciese huir en efecto a las
hechiceras?
Yo creo que aun el hombre mas severo no puede
dejar de reir, recapacitando sobre la escena de unas brujas
corriendo a escape a la ciudad, tirando una la peluca,
cayéndose a la otra los dientes postizos, esparramándoseles
los yerbajos que habían cogido, y todo esto por el estré180
LIBRO I.
pito que armó el dios, es decir, porque crujió uu poco
la madera, como con frecuencia sucede a todo lo que
con ella se fabrica. Esto es gracioso y picante en estremo.
V. 48. Caliendrum... Cabellera postiza ó peluca, como
lie traducido. El epíteto altum alude al modo con que
SATYRA IX.
Ibam fortè viá sacrá (sicut meus est mos)
Nescio quid meditans nugarura, totus in illis :
Occurrit quidam notus mihi uomine tantum ;
Arreptáque manu. —Quid agis, dulcissime rerum ?
— Suaviter, ut nune est, inquam; et cupio omnia qnoe
vis. 5
Cum assectaretur. — Numquid vis ? occupo : at ille
— Noris nos, inquit ; docti sumus. — Hic ego, pluris.
Hoc, inquam, mihi eris. Miserò discedere quaerens,
Ire modo ocius, interdum consistere, in aurem
Dicere nescio quid puero. Cum sudor ad imos 10
.'Mf1lÌ0ltU4
Manaret talos. — 0 te, Bollane, cerebri
Felicem! ajebam tacitus. Cum quidlibet ille
Garrirei; vicos, urbem laudaret; ut illi
Nilrespondebam. —Miserò cupis, inquit, abire
Jaiududum video : sed nil agis ; usque tenebo : 15
entonces se llevaba el pelo, con el cual se formaba una
especie de torre que terminaba en punta.
V 49. Mque incantata lacertis... Las cintas o bandas
encantadas de que usaban aquellas brujas imbéciles, simbolizaban
los lazos con que enredaban a los hombres.
SATIRA IX.
Pensando en bagatelas como suelo,
Y en ellas embebido,
Iba yo acaso por la sacra vía,
Cuando topé con cierto entremetido,
A quien solo de nombre conocía.
Cogiéndome la mano,
— ¿Cómo estás, dice, mi querido amigo?
— Bien como ves, le digo ,
Y a tu deseo y voluntad me allano.
Viendo que me seguía, le pregunto,
— ¿Quieres algo de mi ?; y el dice al punto
— Solo que me conozcas, pues cultivo
Yo las letras también. —Y es un motivo
Para que en mas te estime, le respondo.
Yo anhelando escapar, ora aburrido
Aprieto el paso, ó quédome parado,
Y luego a mi criado
Hago como que digo algo al oido.
El sudor por los pelos me salia,
Y entre dientes decia:
«¡ Ah Bolano feliz, que esto no pasas!»
Mi hombre en tanto charlaba lo infinito,
Hablábame de calles y de casas;
Y como yo cerraba mi piquito,
— Ya observo , dice, que escapar deseas,
Pero no serás tú quien eso veas :
180 LIBRO I.
pito que armó el dios, es decir, porque crujió uu poco
la madera, como con frecuencia sucede a todo lo que
con ella se fabrica. Esto es gracioso y picante en estremo.
V. 48. Caliendrum... Cabellera postiza ó peluca, como
lie traducido. El epíteto altum alude al modo con que
SATYRA IX.
Ibam fortè viá sacrá (sicut meus est mos)
Nescio quid meditans nugarura, totus in illis :
Occurrit quidam notus mihi uomine tantum ;
Arreptáque manu. —Quid agis, dulcissime rerum ?
— Suaviter, ut nune est, inquam; et cupio omnia qnoe
vis. 5
Cum assectaretur. — Numquid vis ? occupo : at ille
— Noris nos, inquit ; docti sumus. — Hic ego, pluris.
Hoc, inquam, mihi eris. Miserò discedere quaerens,
Ire modo ocius, interdum consistere, in aurem
Dicere nescio quid puero. Cum sudor ad imos 10
.'Mf1lÌ0ltU4
Manaret talos. — 0 te, Bollane, cerebri
Felicem! ajebam tacitus. Cum quidlibet ille
Garrirei; vicos, urbem laudaret; ut illi
Nilrespondebam. —Miserò cupis, inquit, abire
Jaiududum video : sed nil agis ; usque tenebo : 15
entonces se llevaba el pelo, con el cual se formaba una
especie de torre que terminaba en punta.
V 49. Mque incantata lacertis... Las cintas o bandas
encantadas de que usaban aquellas brujas imbéciles, simbolizaban
los lazos con que enredaban a los hombres.
SATIRA IX.
Pensando en bagatelas como suelo,
Y en ellas embebido,
Iba yo acaso por la sacra vía,
Cuando topé con cierto entremetido,
A quien solo de nombre conocía.
Cogiéndome la mano,
— ¿Cómo estás, dice, mi querido amigo?
— Bien como ves, le digo ,
Y a tu deseo y voluntad me allano.
Viendo que me seguía, le pregunto,
— ¿Quieres algo de mi ?; y el dice al punto
— Solo que me conozcas, pues cultivo
Yo las letras también. —Y es un motivo
Para que en mas te estime, le respondo.
Yo anhelando escapar, ora aburrido
Aprieto el paso, ó quédome parado,
Y luego a mi criado
Hago como que digo algo al oido.
El sudor por los pelos me salia,
Y entre dientes decia:
«¡ Ah Bolano feliz, que esto no pasas!»
Mi hombre en tanto charlaba lo infinito,
Hablábame de calles y de casas;
Y como yo cerraba mi piquito,
— Ya observo , dice, que escapar deseas,
Pero no serás tú quien eso veas :
Prosequar bine, quo nunc iter est tibi. —Nil opus
est te
Circumagi : quemdam volo visere non tibi notuin:
Trans Tiberiin longé cubat is, prope Csesaris hortos.
— Nilhabeo quod again; et non sum piger; usque
sequar te.
Demitto auriculas, ut iniqu» mentis asellus, 20
Cum gravius dorso subiit onus. Incipit ille :
—Si bene me novi, non Viscum pluris amicum,
Non Varium facies : nam quis me scribere plures
Aut citiùs possit versus ? quis membra movere
Molliùs? lnvideat quod et Ilermogenes, ego canto. 25
Interpellandi locus Me erat. — Est tibi mater,
Cognati, queis te salvo est opus? - Haud mihi quisquam;
Omnes composui. - Felices! nunc ego resto.
Confice; namque instat fatum mihi triste, Sabella
Quod puero cecinit divina motü anus urnâ : 30
«Hune neque dira venena, neque hosticus auferet ensis,
Nec laterum dolor, aut tussis, nec tarda podagra :
Garrulus hunc quando consumet cumque : loquaces,
Si sapiat, vitet, simul atque adoleverit setas. d
Ventura erat ad Vestae, quartâ jam parte diei 35
Adonde vayas pienso acompañarte.
— Pero ¿ para qué quieres molestarte ?
Repongo: voy a ver a cierto amigo,
Que del Tíber al otro lado mora,
Junto al jardin de César , y contigo
No tiene relación. —Pues bien , ahora
Por nada tengo precisión ni antojo,
Acompáñote pues ; nunca fui flojo.
En tal estado agacho mis orejas,
Como el asno que lleva mucha carga,
Y él sigue asi su retahila larga :
— Si es que la vanidad no me deslumhra,
No hallaré estraordinario
Que al fin me estimes como a Visco ó Vario;
Pues nadie hace mas versos, ni mas presto;
Nadie en bailar con gracia me aventaja,
Y a c a n t a r , con Hermógenes me apuesto.
Preguntóle, por ver si asi se ataja,
— Y ¿ tienes madre, deudos ú otra cosa,
Que se interese en vida tan preciosa?
— N o , ninguno, responde, me ha quedado;
Uno tras otro a todos he enterrado.
— ¡Felices! dije; y ¡solo yo resisto!
Entiérrame también, y quedo listo;
Pues ya la hora fatal se precipita
Que una bruja samnita
Me anunció, niño siendo.
Las fatídicas urnas revolviendo;
«No a aqueste joven matará, decía,
Hierro enemigo, tósigo violento,
Tos, gota ó pulmonía:
Un hablador le acabará algún día.
Si es cuerdo pues, ó si vivir desea,
Huya habladores cuando grande sea. »
A las doce llegamos a la audiencia,
40
Y supe que citado mi hombre estaba
A una comparecencia,
E iba un pleito a perder si a ella faltaba.
- S i me estimas , me dice, entra conmigo.
—Reviente yo, le digo,
Si en pie estar puedo, ó de derecho entiendo.
A mas, que ir donde dije me es preciso.
—Y ¿sabes, replicóme, que indeciso
Estoy entre si a ti dejarte debo,
O ese pleito prolijo ?
— A mí, querido, respondíle, ¡esbueno!
— Pues no haré tal, me dijo,
Y a andar se puso el hombre muy sereno.
Boberia es lidiar con el mas fuerte:
Sígole pues, y él habla de esta suerte.
— ¿Cómo estás con Mecenas?
Es hombre de gran seso;
Usa de la fortuna sin esceso,
Pero en dar su amistad se va despacio.
Si tú a él quisieras presentarme, Horacio,
Como segundo yo te ayudaría,
Y en breve ni un rival te quedaría.
—Amigo, en esa casa
No lo que tú te figuraste pasa.
No existe otra mas pura, ni mas libre
De intriga y de maraña.
En ella a nadie daña
Si otro mas sábio, ó bien mas rico viene,
Porque allí cada cual su lugar tiene.
— Una cosa me cuentas peregrina.
—Pues que es asi imagina.
—Mas deseo me das de conocello.
—Pues aplícate a ello,
Y con tu esfuerzo lo verás logrado,
Bien que porque ninguno le sorprenda,
180 LIBER í.
Difficiles aditus primos habet. — Ilaud mihi deero:
Muneribus servos corrumpam: non, hodie si
Exclusus fuero, desistam; tempora quaeram;
Occurrain in triviis; deducaoe. Nil sine magno
Vita labore dédit mortalibus. Haec dum agit, ecce GO
Fuscus Aristius occurrit mibi charus, et illum
Qui pulchrè nosset. Consistimus. — Unde venis? et
Quo tendis ? rogat, et respondet. Veliere coepi,
* •
Et prensare manu lentissima bracbia, nutans,
Distorquens oculos, ut me eriperet. Malè salsus 65
Ridens dissimulare: meuui jécur urere bilis.
— Certè nescio quid secretò velie loqui te
Ajebas mecum. - Memini bene; sed meliori
Tempore dicam : hodie tricésima sabbata. Vin' tu
Curtis Judaeis oppedere ? - Nulla mihi, inquam, 70
Relligio est. - At mi : sum paulo infirmior, unus
Multorum: ignosces ; aliàs loquar. Hunccine solem
Tarn nigrum surréxe mihi ? Fugit improbus, ac me
Sub cultro linquit. Casu venit obvius illi
Adversarius, et. — Quò tu, turpissime ? magnà 75
De todos al principio se recate.
— Eso dejálo ámí; no habrá criado,
Que luego yo de sobornar no trate.
Si me echan fuera, volvéreme dentro;
Sabré buscar el tiempo y la manera;
Al salir él, me ofreceré al encuentro,
Y le acompañaré por donde quiera,
Que en este mundo bajo
Ningún bien se consigue sin trabajo.
En esto, cata aqui que se nos junta
Fusco Aristio, mi amigo muy querido,
Y de mi gatallon bien conocido.
—¿Dónde vas? ¿de dó vienes? se pregunta
Y se responde por entrambos lados.
Pellizcóle, y por señas le conjuro
Que me liberte de tamaño apuro ;
Pero disimulando lo que siente,
Se sonríe el bribón malignamente.
Mi despecho ocultando, al fin le digo.
—¿No tenias que hablarme algo en secreto ?
—Si, mas será otro dia;
Del trigésimo sábado es la fiesta,
Y faltar no debemos al respeto
A la circundada judiería!
—Yo escrúpulos no tengo en esas cosas.
—Yo s í , y aunque a flaqueza se atribuya,
Cierto es que cada cual tiene la suya.
Perdón pues, ya hablaremos. — Y se aleja
El traidor, y en el potro a mí me deja,
Clamando en mi amargura,
« ¡ O dia para mí de desventura! »
Por dicha, a pocos pasos que anduvimos,
De mi hablador con el contrario dimos.
Este «¿á dó vas, bribón?» grita y repite,
Y despues encarándose conmigo,
Inclamat voce; et, licet antestari ? Ego vero
Oppono aariculam. Rapit in j u s , clamor utrinque ,
Undique concursus. Sic me servavit Apollo.
o o m h bttAVi'&' jia- «ft -titi*
1/'
NOTAS.
•f>j(,dnil Aiifc í' 1 'i' *JMO Ui üoíti oiniiii«
flíniíi ; tfí 0IJ2 i¡--->r i.ít.:¡
Diücilmente se podría hacer un retrato mas acabado
de un hablador fastidioso é importuno, ni presentarle en
escena de una manera mas agradable y divertida que lo
hace Horacio en esta sátira. Quizá alguno hallara un poco
exagerada la importunidad del personage que aqui se
critica; pero es sabido que la poesía tiene necesidad de
exagerar en algunos casos, y que solo por este medio
adquieren algunas ideas la fuerza conveniente , y
producen el efecto a que aspira el que las coordina ó
reúne. El artificio dramático que Horacio emplea, contribuye
admirablemente a desenvolver el carácter del fastidioso
; los apartes de su víctima diversifican la situación
con tanta oportunidad como chiste: la llegada del nuevo
interlocutor Aristio Fusco, que parecía deber ser como la
catástrofe de la fábula, sirve al contrario de epitasis, y
aumenta el Ínteres cuando se creía que iba a acabarse.
El desenlace, que es superiormente cómico, la maestría
con que están trazados los caractéres de los interlocutor
e s , ven fin lo familiarmente picaresco dellenguage, son
circunstancias que realzan el mérito del plan, y que hacen
de esta sátira una composicion sumamente agradable
para cuantos tengan buena educación y hábito del mundo.
Pocos sin embargo podrían entenderla en el original,
si no se emplease la precaución de señalar por guiones el
diálogo, que en las mas de las ediciones no aparece, ni
se adivina sino a fuerza de atención y de estudio. Bartolomé
Leonardo de Argensola hizo de ella la traducción
siguiente.
«Quereis, dice, servirme de testigo?»
Acepto yo el convite;
Al hablador ante el pretor arrastra ;
Se junta gente, y yo me escurro solo.
De esta manera preservóme Apolo.
<- .eioiop ató--i«,- !>>«v>g -•!«•(> ;,:8it»H'nxj txf
Yendo por la via sacra acaso un dia
(Como tengo costumbre) embebecido
Del todo en cierta burla ó niñería,
Encontré con un hombre conocido
Solamente de nombre, que llegado
A mí se pára, y de mi mano asido
Me pregunta, poniéndose a mi lado,
¿ Cómo va, señor mió ? yo le digo:
Bien por cierto, señor, y a su mandado.
No me dejó por eso, antes conmigo
Se vuelve, y viendo yo que me seguía,
Dije primero: ¿quereis algo, amigo?
Entonces respondió: lo que queria
Es que me conozcáis, señor, os pido,
Porque soy hombre docto en la poesía.
Por eso sereis vos en mas tenido
De mí, le dije, V procuraado verme
De él con alguna traza desasido,
Comienzo a andar aprisa, y detenerme,
A hablar al oido a mi criado,
Mas no pudo algo de esto socorrerme.
Vínome luego un trasudor helado
Por todo el cuerpo, y dije: ¡ O cuan dichoso
Es, Bollano, tu humor y desenfado !
Entretanto un momento el enfadoso
La boca no cerró jamas, loando
Las casas de aquel barrio suntuoso.
Como me vio que a todo iba callando,
Dijo, ya , ya, señor, bien os entiendo,
Que apartaros de mí vais procurando.
No os aprovecha pues, que yo pretendo
No dejaros a vos tan solo un hora;
A donde vais os tengo de ir siguiendo.
Pasado el Tiber voy, le dije, agora,
Y he de ir sin vos a ver un forastero,
Que junto del jardin de César mora.
No importa que esté lejos; bien ligero
Me siento, dice, y bien desocupado:
No porfiéis, que acompañaros quiero.
Yo entonces, cual rocin flojo y cansado,
Que echándole la carga se derrenga ,
Estuve por caerme de mi estado.
El hablar siempre y dalle, agora venga
A cuento lo que dice, ó al contrario .
Al fin comienza asi una larga arenga.
Bien entiendo que en tanto a vuestro Vario
No estimariais ni a vuestro Visco, cuanto
A mí, si yo os tratase de ordinario.
Porque preguuto yo, ¿quién sabe tanto
De versos y de hacerlos con presteza ?
Y ¿quién sabe cantar como yo canto?
Y ¿ quién danza con tanta ligereza ?
i Quién sino yo a Hermógenes prudente
Hizo tener envidia a su destreza ?
Parecióme aqui tiempo conveniente
Para atajar su arenga , preguntando :
¿Teneis padre, señor, ó algún pariente?
Respondió entonces con semblante blando :
No, que a todos los tenga sepultados ,
Ninguno ha ya quedado de mi bando.
I Dichosos, dije , y bien afortunados!
Yo solo quedo agora; hoy es el dia
Que me está amenazado por los hados :
Porque siendo yo niño, un ama mia,
Grande adivina , me sacó la suerte
De un cántaro, y cantó esta profecía.
A este niño le dará la muerte
No dolor de costado ó calentura,
No veneno, no t o s , no espada fuerte.
Un parlero ha de ser su sepultura:
Huya pues de parleros con cuidado,
Y mas cuando llegare a edad madura.
Era tarde, y habíamos llegado
Al santo templo de la diosa Vesta,
Y d/ceme : señor, yo estoy citado.
Esme forzoso parecer en esta
Audiencia; no me os vais, que luego salgo,
No tardaré un momento a dar respuesta.
Dios me destruya, amigo, si yo valgo
Para pleitos, le dije, y si tenerme
Puedo en los pies, mirad si mandais algo ,
Que yo voy donde os dije, y detenerme
No seria razón. Díceine luego,
Dudoso estoy, no acierto a resolverme.
Si el pleito dejo , pierdo mi sosiego;
Si os dejo a vos, también; no sé que haga.
Dejadme, dije, a mí, por Dios os ruego.
No hayais miedo que en esto os satisfaga ,
Dijo, y comienza a andar: yo tras él sigo,
Que el porfiar me es dura y mortal plaga.
Entonces ¿cómo os va con vuestro amigo
Mecenas? dice. ¡O cuán avisado,
Y de gente vulgar cuán enemigo!
Nadie con él tan bien se ha gobernado
Como vos; pero tengo confianza ,
Si hacéis que me reciba por criado.
Que yo seré segundo en la privanza ,
Y acudiría a vuestras pretensiones
Tan bien , tan sin descuido y sin tardanza,
Que a todos los privados y mandones
Desprivárades vos muy fácilmente,
Sin admitir Mecenas sus razones.
Sabed, le dije, que es muy diferente
De lo que vos pensáis lo que se usa
En esta casa grande y escelente.
Allí todo es virtud, ninguno acusa
Al otro ; todos viven con contento;
No hay cosa fuera de orden ni confusa:
Ni el rico al pobre da desabrimiento,
Ni el que es mas sabio a mí me daña nada,
Cada cual tiene allí su propio asiento.
Gran cosa me contais y poco usada ,
Me dice, y para mí casi increíble:
Dije, pues es verdad averiguada.
Pouéisme, dijo, un ansia no creíble
De servir a tal hombre; pues yo creo,
Dije, según sois cuerdo y apacible.
Que con una palabra ó un meneo
Con Mecenas , haréis según es blando ,
Que huelgue de cumplir vuestro deseo;
Y aunque vereis, cuando lo vais tratando,
Que al principio es difícil y severo ,
I.o vencereis al fin perseverando.
Dejadme, dijo, hacer, porque el dinero
Es gran persona, y con algún presente
Un page grangearé ó algún portero ,
Que me metan en tiempo conveniente
A hablar a Mecenas ; y si hubiere
Hoy en hacello algún inconveniente,
Volvereme mañana , y si supiere
Que está fuera de casa, iré corriendo
A acompañarle al tiempo que volviere.
Yo buscaré mil trazas, porque entiendo
Que no hay bien sin trabajo, y que conviene
Al negociante nunca estar durmiendo.
Estando en esto, veis aquí do viene
Fusco Aristio mi amigo, que entendido
El humor de aquel hombre muy bien tiene.
En juntándonos, sed muy bien venido,
El uno dice al otro. Yo, pensando
Ser de él en aquel trance socorrido,
Tiróle de la falda, y apretando
Sus manos con las mías, le hacia
Mil señas con toser de cuando en cuando.
El con un falso sonreir fingia
No entenderme: yo empiezo a congojarme
Con cólera y furor que rae encendía.
MI
••mm
Díjele al fin : ¿qué fue lo que hablarme
Quisisteis boy? ¿quereis que lo tratemos?
Que agora bien podré desocuparme.
Bien, dice, i qué ! mañana nos veremos .•
Hoy es fiesta solene entre la gente
Hebrea, y no es razón los enojemos.
A mí, dije, ningún inconveniente
Es no guardarla, porque nunca be sido
A tales religiones obediente.
Yo s í , porque no soy tan atrevido,
Dijo, y por tanto perdonadme agora,
Mañana os hablaré, si no me olvido.
¡ O desdichada , dije, y triste hora ,
En la cual salí hoy a pasearme,
De tantas pesadumbres causadora !
Al fin él hubo de irse, y de dejarme
Con mi importuno ; mas al mismo instante
Me vino Dios a ver y a libertarme;
Que acaso su contrario el pleiteante,
Que para entonces lo tenia citado,
Lo vio venir, v con feroz semblante,
¿Dónde vais vos, tramposo y desalmado?
Le dijo, y vuelto a mí, me dice; amigo,
¿ Quereis serme testigo ? De buen grado ,
Le dije, yo os seré muy buen testigo.
Entonces do el juicio y juez habita,
Forcejando lo lleva al fin consigo.
Y de una y otra parte anda la grita;
Llévanmelo ante el juez, yo quedo solo ;
Acude a vocear gente infinita,
Y asi me libró de él el dios Apolo.
V. 1. Sacrâ viâ... Esta via sacra ó calle sagrada,
de la cual he dicho en otra parte que era uno de los
parages de reunion de los ociosos de Roma, era la principal
de aquella eapital vastísima. Los vecinos de la calle
se llamaban Sacraoienses.
V. 3. Notus mihi nomine tantùm... Teofrasto en sus
Caractères, señala como una de las circunstancias carac-
TOMO Til. 13
terísticas del hablador, la de no dejar de embestir ni
aun al hombre mas desconocido. En este verso se lee
en algunas ediciones accurrit, por occurrit.
V. 4. Dulcissime rerum... Frase familiar, que equivalía
á amabilísimo hombre, ú otra semejante.
V. 5. Suaviler, ut nunc est... Esta frase, y las de
quid agis? Cupio omnia qux vis, y Numquid vis?
eran fórmulas de cumplidos, cómo lo espresa la traducción.
V. 8. Miseré... Por anxié.
V. 11. Bolane... Los mas de los editores escribieron
con 11 este nombre, que debia escribirse con /,
pues significa un natural ú oriundo de la ciudad de
Bola, en el pais de los ecuos. El poeta le llama
felicem
cerebri, porque siendo , según juzgan
los intérpretes
, ligero de cascos el individuo que aqui se designa, se
deshacía muy pronto de los habladores.
V. 16. Prosequar... Esta lección, que es la de muchos
manuscritos, se ajusta mejor con el pensamiento del
poeta, que la de persequar, que es la de casi todas la
ediciones.
V. 18. Prope Cxsaris hortos... Estos jardines, situados
á la estremidad de la ciudad, cerca de la puerta
naval, los había regalado al pueblo Julio César.
V. 20. Iniqux mentís asellus... Nam
excutere velit
sarcinas, dice Torrencio,
quas molesté se Jerre aurium
demissione ostendit.
V. 22. Viscum... Visco era un poeta muy amigo de
Horacio y Virgilio. De Vario hablé en las notas a la oda
sesta del primer libro.
V. 23. Nam quis me scribere etc... Ya hemos visto
arriba que Argensola, traduciendo estos versos decia:
Por qué, pregunto yo: ¿quién sabe tanto
De versos, y de hacerlos con presteza ?
Y ¿ quién sabe cantar como yo canto ?
Y ¿quién danza con tanta ligereza?
¿Quién sino yo a Hermógenes prudente
Hizo tener envidia a su destreza ?
. . i i i o l f ot
Francisco Cascales los tradujo también, despues de citarlos
en su Tabla primera, diciendo:
¿ Quién mas versos que yo compone al dia ?
¿Quién los miembros mas blandamente mueve?
Y si me oyera el gran cantor Hermógenes ,
Envidioso me diera la ventaja.
Asi se traducía a los clásicos en el siglo de oro de
nuestra literatura.
V. 26. Interpellandi locus... Interpellare vale aqui
tanto como interrumpir. En la'preguntanque Horacio hace
al hablador interrumpiéndole, hay una ironía delicada,
un sarcasmo picante, que es mas fácil sentir que esplicar.
V. 28. Omnes composui... Componere era la palabra
de que se usaba para espresar la acción de poner el cadáver
en el nicho ó los huesos en la urna: por esto se
usaba de la misma palabra, como sinónima de
enterrar.
Felices... Obsérvese esta
estraordiuaria y singular concisión
, que es la principal dificultad que existe para la
cabal inteligencia de las sátiras de Horacio.
V. 30. Divina motá anus urna... Esto es,
Sabella
anus divinatrix, sive sortílega, urnam ciens.
V. 33. Quando consumet cumque... Quandocumque
por aliquando, se halla alguna vez en los clásicos.
V. 35. Fentum erat ad Vestx... El templo de Vesta
estaba en la plaza, en la esquina de la calle nueva. Alli
estaba también el tribunal ó la audiencia.
Quarta jam parte diei... En otra parte he dicho que
el dia empezaba a las seis de la mañana, y que la hora
de las siete era la que se llamaba prima. Por
consiguiente
la espresion quarta parte jam diei prxterita,
equivale rigorosamente a eran las doce del dia. Sanadon
sin embargo, creyó que pars estaba aqui por hora,
y
por consiguiente la cuarta hora desiguaba las
diez de la
mañana. El tribunal, añade, se abria a
las nueve, y asi
cuando llegaron Horacio y el importuno, habia ya una
hora que este debia haber acudido a la comparecencia para
que estaba citado.
V. se. y adato... Esta palabra se toma aqai en sentido
activo, como lo han observado ios intérpretes, de modo
que equivale a ei qui vadibus acceptis in jus vocaverat,
es decir, o aquel que le había citado
ante el juez previa
fianza.
V. 37. Perdere litem... Aquí es forzoso repetir el verbo
debebat.
V. 39. Aut valeo stare... Algunos comentadores observaron
que Horacio empleó aqui los términos forense»
de respondere, adesse y stare: el primero significaba
responder a una citación, ó asistir a una comparecencia:
el segundo acompañar a alguno para apoyar su causa; y
el tercero la actitud del citado delante del juez.
V. 42. Contendere durum est... En algunos manuscritos
y ediciones se suprime este est.
V. 43. Cum. victore... Esto es, con el que puede
mas;
es decir, contrayécdonos al caso presente,
con el ma»
pesado.
V. 44. Paucorum hominum... Es decir,
hombre que
se franquea con pocos. Yo he mostrado
en la traducción
que desde el Mecenas del verso anterior hasta el
surtimosses
omites del cuarenta y ocho, hace
Horacio hablar al
fastidioso. El objeto de éste no era otro que ver el modo
de introducirse con Mecenas, a quien alaba con el dicho
fin, y cuya protección era la mas poderosa de que podía
gozarse en todo el imperio.
V. 45. Nemo dexteriüs... Este elogio de Mecenas, hecho
como por casualidad, es, dice Sanadon, bien lisonjero
y bien cierto (¿uizá no hubo un cortesano que supiese
mantenerse por tanto tiempo en favor como Mecenas,
que ministro y favorito de Augusto, conservó por
espacio de treinta y seis años su mas íntima confianza,
y visitado por el emperador durante su última enfermedad,
fué llorado de él despues de su muerte. Séneca, que en
ocasiones le trató con poco miramiento, tuvo que hacerle
justicia, y deeir que ni a él ni a Agripa hubo quien los
reemplazase.
V. 46. Ferre secundas... Unos intérpretes creen que
«sta es una metáfora tomada del teatro, en donde
ferre
secundas partes equivalia a hacer el
seguudo papel; oficio
que imponía la obligación de representar, de modo que
se dejase todo el lucimiento al primer actor. Otros creen
que el ferre secundas alude a las palmas del circo, de
las cuales se distribuían tres entre los mas
sobresalientes
justadores. En las dos interpretaciones es el mismo el sentido
, es decir, que el hablador promete a Horacio dejarle
el primer lugar, y no aspirar sino al segundo.
V. 74. Tradere... Presentar, introducir. Hunc homlnem
designa al mismo hablador.
V. 48. fivimus... Otros vivitur.
V. 49. Domus hdc nec pttrior etc... Esto es eiertísimo.
En casa de Mecenas era el favor la recompensa
del mérito, y no de la adulación; y como todos sabían
esto, lejos de pensar en suplantarse unos a otros, se
respetaba la elección del dueño, y todas las rivalidades
se limitaban a justificarla.
V. 50. Unquam... Otros inquam.
V. 54. Qux tua virtus... Esto es,
pro tua virtute,
pro tuis viribus, como dijo Acrou ,
que acertando en
esta esplicacion, erró en poner estas palabras en boca del
importuno. Quie tua virtus, es, como observa Cruquio,
una especie de paréntesis, que equivale a
quá virtute es,
ea tua virtus est etc. Por lo demás,
en esta respuesta de
Horacio hay una ironía finísima.
V. 55. Est qui vinci possit, eóque... Esto es ,
quia
est qui vinci possit, ideó difficiles aditus primos habet,
pues eó está aqui por ideo; es decir, como lo he
espresado
en la traducción, conoce su propia
docilidad, y
por eso es de dificil acceso.
V. 61. Fuscus Aristius... F.1 mismo a quien dirigió
Horacio la oda veinte y dos, y la epístola diez del primer
libro.
V. 64. Lentissima brachia... Brazos que no se mueven
, que están como muertos, pues Fusco Aristio no
hacia caso de los pellizcos que le daba Horacio.
V. 65. Malé salsas... Es decir,
improbé, nequiter
salsus, ó en castellano,
malignamente gracioso. Estas
gracias se suelen en nuestra lengua llamar mohosas.
V. 69. Tricésima sabbata... Los judíos, dice Dacier,
comenzaban su año por el mes de tizri, que era el de
setiembre, y su pascua era el quince de nisan, que
corresponde casi siempre a nuestro abril; y como desde
primero de setiembre basta mediados de abril hay sobre
treinta semanas, Horacio llama a la pascua de los judíos
el sábado trigésimo.
V. 70. Curtís Judiéis oppedere... Curtís es un epitetu
con que Horacio denota que a los judíos les faltaba algo,
es decir, que estaban circuncidados. Oppedere equivale
á peditu abigere. Es imposible hacer en menos palabras
una invectiva mas picante contra los judíos, ni burlarse
mas cruelmente con una salida picaresca, de un infeliz,
á quien un fastidioso estaba en vísperas de asesinar con
sus importunidades.
V. 71. Relligio... Escrúpulo, superstición, temor.
V. 71 y 72. Unus multorum... Es decir,
xqué ac
multi.
SATYRA X.
Nempe incomposito dixi pede c u r r e r e versus
Lucili. Quis tam Lucili f a u t o r ineptè e s t.
Ut non hoc fateatur. At i d e m , quòd sale multo
Urbem d e f r i c u i t , chartà laudatur eàdem.
Nec tamen h o c t r i b u e n s , d e d e r im quoque caetera:
nam
- ;
SIC 5
Et Laberi mimos, ut p u l c h r a poemata, mirer.
Ergo non satis est r i s u d i d u c e r e r i c t um
Auditoris : et est quaedam tarnen hic quoque virtù».
V. }3. Surréxe... Por surrexisse.
V. 74. Sub cultro... Bajo el cuchillo, espresion
proverbial
como la nuestra, con el dogal al cuello.
V. 76. Anlestari... «Atestiguar con los presentes,
antes de apoderarse de la parte para llevarla ante el
pretor;» para lo cual tenia facultad el actor, si el demandado
no comparecía a la cita.
V. 77. Oppono auriculam... Se aceptaba el encargo de
testigo, «poniendo la oreja para que la tocase aquel en
cuyo favor se iba a atestiguar.» Esta ceremonia de tocar la
oreja tenía por objeto recordar al testigo la obligación
que contraía. Plinio, queriendo dar una razón física de
esta costumbre legal, dijo: est in aure
imá memorix
locus, quem tangentes attestantur.
V. 78. Servavit Apollo... Algunos pretenden que se
refiere esta espresion a la estátua de Apolo que habia
en la plaza de Augusto, delante de la cual se dictaban
sentencias algunas veces.
SATIRA X.
la oüafftKI
) í 7 i ¡ » 8
S í , dije que corría
Con pie desaliñado
La Musa de Lucilio. Y ¿ q u i é n seria
De Lucilio tan necio apasionado,
Que esto negase ? Y ¿ luego no he alabado
Que a Roma de basura
Limpiase con la sal de la censura?
P e r o esto concediendo,
No otras mil cosas conceder entiendo;
Que aunque en las farsas de Laberio ría,
No las llamo selecta poesía.
Algo tiene en verdad de meritorio
Hacer reir sin fin a un auditorio:
Mas debe ser conciso el que desee
V. 69. Tricésima sabbata... Los judíos, dice Dacier,
comenzaban su año por el mes de tizri, que era el de
setiembre, y su pascua era el quince de nisan, que
corresponde casi siempre a nuestro abril; y como desde
primero de setiembre basta mediados de abril hay sobre
treinta semanas, Horacio llama a la pascua de los judíos
el sábado trigésimo.
V. 70. Curtís Judiéis oppedere... Curtís es un epiteto
con que Horacio denota que a los judíos les faltaba algo,
es decir, que estaban circuncidados. Oppedere equivale
á peditu abigere. Es imposible hacer en menos palabras
una invectiva mas picante contra los judíos, ni burlarse
mas cruelmente con una salida picaresca, de un infeliz,
á quien un fastidioso estaba en vísperas de asesinar con
sus importunidades.
V. 71. Relligio... Escrúpulo, superstición, temor.
V. 71 y 72. Unus multorum... Es decir,
xqué ac
multi.
SATYRA X.
Nempe incomposito dixi pede c u r r e r e versus
Lucili. Quis tam Lucili f a u t o r ineptè e s t.
Ut non hoc fateatur. At i d e m , quòd sale multo
Urbem d e f r i c u i t , chartà laudatur eàdeni.
Nec tamen h o c t r i b u e n s , d e d e r im quoque caetera:
nam
- ;
SIC 5
Et Laberi raimos, ut p u l c h r a poemata, mirer.
Ergo non satis est r i s u d i d u c e r e r i c t um
Auditoris : et est quaedain tarnen hic quoque virtù».
V. }3. Surréxe... Por surrexisse.
V. 74. Sub cultro... Bajo el cuchillo, espresion
proverbial
como la nuestra, con el dogal al cuello.
V. 76. Anlestari... «Atestiguar con los presentes,
antes de apoderarse de la parte para llevarla ante el
pretor;» para lo cual tenia facultad el actor, si el demandado
no comparecía a la cita.
V. 77. Oppono auriculam... Se aceptaba el encargo de
testigo, «poniendo la oreja para que la tocase aquel en
cuyo favor se iba a atestiguar.» Esta ceremonia de tocar la
oreja tenia por objeto recordar al testigo la obligación
que contraía. Plinio, queriendo dar una razón física de
esta costumbre legal, dijo: est in aure
imá memorix
locus, quem tangentes attestantur.
V. 78. Servavit Apollo... Algunos pretenden que se
refiere esta espresion a la estátua de Apolo que habia
en la plaza de Augusto, delante de la cual se dictaban
sentencias algunas veces.
SATIRA X.
19 aüaffHtf
¡mu?.
S í , dije que corría
Con pie desaliñado
La Musa de Lucilio. Y ¿ q u i é n seria
De Lucilio tan necio apasionado,
Que esto negase ? Y ¿ luego no he alabado
Que a Roma de basura
Limpiase con la sal de la censura?
P e r o esto concediendo,
No otras mil cosas conceder entiendo;
Que aunque en las farsas de Laberio ría,
No las llamo selecta poesía.
Algo tiene en verdad de meritorio
Hacer reir sin fin a un auditorio:
Mas debe ser conciso el que desee
Est brevitate opus, ut currat sententia , neu se
;
Irapediat verbis lassas onerantibus aures : 10
Et sermone opus est modò tristi, soepe jocoso ;
Defendente vicem modò rhetoris atque poet«;
,• zi . : c .. • • if il • ,'•!.'•;
Interdum urbani, pareentis viribus, atque
Extenuantis eas consultò. Ridiculum acri
Fortius et melius magnas plerumque secat res. 15
• , I
Uli, scripta quibus comoedia prisca viris e s t,
Hoc stabant, hoc sunt imitandi; quos neque pulcher
Hermogenes unquam legit, neque simius iste, . a y • v. •
-, 'ijntfeb ,<• I
Nil praeter Galvum et doctus cantare Catullum.
—At magnum fecit quòd verbis grseca latini s 20
—Miscuit. —0 seri studiorum! quine putetis
Difficile et mirum Rhodio quod Pitholeonti
Contigli? — At sermo linguâ concinnus utrâque
Suavior, ut Chio nota si commista Falerni est,
Cum versus facias.—Te ipsum percontor, an et cam 25
Dura tibi peragenda rei sit caussa Petillì ?
Scilicet oblitus patriaeque patrisque Latini,
Cum Pedius causas exudet, Publico l a , atque
Corvinus, patriis intermiscere petita , fili n i T S u ß J ."ili
r'-.-fi i j br.1 ¡: . iiiin ,n(J
Verba foris malis, Canusini more bilinguis? 30
Atqui ego cum Greeeos facerem, natus mare eitra,
Versiculos, vetuit me tali voce Quirinus,
Que el pensamiento con vigor campee,
Sin fárrago de voces ni ruido,
Que fatigue el oido ;
Con el sério alternar debe , y el grave
El estilo festivo y el suave;
Mostrarse ya orador, ora poeta,
O con destreza, comedido y blando,
Sus fuerzas reprimiendo ó atenuando;
Que mas a veces al vicioso embarga
Sarcasmo agudo que invectiva amarga.
Imitemos en esto a los autores
De la comedia antigua , que esto hacian;
Pero en su vida, ni aun por disimulo,
Los vió ese lindo Hermógenes, ni el mono
Que en remedar el tono
Solo piensa de Calvo y de Catulo.
—Ganó Lucilio palmas singulares,
Mezclando voces griegas y latinas.
—¡ Menguados escolares!
¿Pensareis qne un gran mérito tenia
Lo que Pitoleon el rodio hacia?
—No obstante, esta mixtura
Da al verso gallardía y hermosura,
Cual vino de Falerno y Cbio junto.
—Y ahora, yo te pregunto,
¿ Osarás hacer tú tal baturrillo
Defendiendo la causa de Pelillo ?
Mientras Pedio, Publicóla y Corvino
Por hablar sudan en latin limado,
¿Tú de tu patria y padres olvidado,
A mezclar te atrevieras
Con las latinas, voces estrangeras,
Y en dos lenguas hablar cual canosano?
A mí a las mientes una vez me vino
Versos griegos hacer, aunque italiano.
202 LIBER 1.
Post mediam noctem visus, cùm souinia vera:
e In silvani non ligna feras insaniùs, ac si
\ ,.Jfc. i - ' V . '
Magnas Graecorum malis iraplere catervas. » 35
Turgidus Alpinus jugulat dum Memnona, dumque ' . i. ' . 003 0
Deflìngit Rheni luteura caput, haec ego ludo ,
Qure nec in ?ede sonent certantia, judice Tarpà,
Nec redeant iteruin atque iterum spectanda tlieatris.
Arguti meretrice potes, Davoque Chremeta 40
Eludente senem, comis garrire libellos
Unus vivorum, Fundani: Pollio regum
Facta canit, pede ter percusso : forte epos acer.
Ut nemo Varius ducit. Molle atque facetura
Virgilio annuerunt gaudentes r u r e Camenae. 45
Hoc e r a t , experto frustra Vairone Atacino,
Atque quibusdam aliis, meliùs quod scribere possera.
Inventore minor: neque ego illi detrahere ausim
Hierentem capiti multa cum laude coronam.
At dixi filiere hunc lutulentum, saepe ferentera 50
Plura quidem tollenda relinquendis. Age, quaeso,
Empero aparecióseme Quirino
Despues de media noche, cuando él sueño
La verdad nos advierte,
Y me habló de esta suerte:
« Llevar al bosque un leño
No es empresa mas loca ni mas necia
Que querer tú añadir vates a Grecia.»
Asi, mientras de Alpino nos presenta
Degollado a Memnon la Musa hinchada,
O del Rhin la cabeza enlodazada,
Yo en hacer estos versos me divierto.
Que no aspiran por eierto
A ir al templo de Apolo, y tener parte
En los premios que allí Tarpa reparte,
Ni menos necesitan
Que en la escena mil veces se repitan.
Entre los vivos solo tú, Fundano,
Presentar puedes en estilo urbano,
Ramera astuta ó pérfido alcahuete,
Aspirando a engañar a un ruin vejete.
En senarios Polion los reyes canta;
Vario a la alta epopeya se levanta,
Cual nadie vigoroso, y a Virgilio
La Musa de los campos dictó un dia
La mas dulce y graciosa poesía.
Sátiras que Varron y otros en vano
A componer se dedicáran, era
En tal estado mi única c a r r e r a;
Mas siempre al inventor párias rindiendo,
Pues quitar no pretendo
De su sien la corona,
De que ornado la fama le pregona.
Torrente le llamé de fango lleno,
Que lleva mas de malo que de bueno.
Mas dime t ú , a quien docto considero,
Tu uihil in magno doctus repréndis Homero?
Nìl comis tragici mutat Lucilius Acci?
Non ridet versus Ennì gravitate minores,
Cum de se loquitur, non ut majore reprénsis ?
Quid vetat et nosmet, Lucili scripta legentes,
Quaìrere. num jUius, num rerum dura negarit
Versículos natura magis factos, et cuntes
Molliùs, ac si quis, pedibus quid claudere senis
Hoc tantum contentos, amet scripsisse ducentos >
Ante cibura versus, totidem coenatus? Etrusci
Quale fuit Cassi rapido ferventius amni
lngenium; capsis quem fama est esse librisque
Ambustum propriis. Fuerit Lucilius, inquam,
Comis et urbanus; fuerit limatior ídem ,
Quàm rudis etGraecís intacti carminis auctor,
Quàmque poetarum seniorum turba; sed ille,
Si foret hoc nostrum falo dilatus in «vuui,
Detereret sibi multa; reciderei omne, quod ultra
Perfectum traberetur ; et in versu faciendo
Saepe capul scaberet, vivos et roderei ungues.
S»pe stilum verlas, ilerum quae digna iegi sint
Scripturus: ñeque, te ut miretur turba, labores,
Contentos paucis lectoribus. An tua demens
¿No hallas defectos en el grande Homero ?
¿Nada el mismo Lucilio conceptúa
Que enmendarse en las piezas de Accio debe?
¿Del gran Enio a burlarse no se atreve,
Y sus versos de flojos no gradúa ?
¿ No ves si a hablar de su persona viene,
Que a sí en mas que a los otros no se tiene?
¿Por qué pues no pudiéramos nosotros,
Las obras de Lucilio repasando,
Entrar examinando
Si dependió de falta de talento
O de la sequedad del argumento,
Que hiciese versos flojos y sin arte,
Cual de quien sin mas ley que la medida,
Doscientos antes de comer ensarte,
Y otros tantos despues de la comida?
Esto a Casio el toscano sucedía;
Su ingenio era un torrente despenado;
Finó, y al otro dia
Con sus propios escritos fue quemado.
Y aunque fuese Lucilio comedido ,
Y mas correcto que el autor primero,
Que desbastó este género grosero,
Entre los griegos nunca conocido,
Y mas que los autores de otra era :
Sus sátiras sin duda retocára ,
Si el destino su vida prolongára,
Lo superfluo y vicioso suprimiera,
Al componer rascárase la frente,
Y las uñas mordiérase impaciente.
Si han de ser releídos tus escritos,
Fuerza es que los corrijas y castigues;
Bástete que te elogien eruditos,
No en dar gusto a la turba te fatigues,
Si no es que acaso deslumhrado anhelas
Vilibus in indis dictari carmina malis ? 75
Non ego: nam satis est equitem inihi plaudere; ut
audax,
Contemptis aliis, explosa Arbuscula dixit.
Men' moveat cimex Pantiiius; aut cruciet, quòd
Vellicet absentem Demetrius ? aut quòd ineptus
Fannius Hermogenis laedat conviva Tigellt ? 80
Plotius et Varius, Maecenas, Virgiliusque,
Valgius, et probet haec Octavius, optimus atque
Fuscus, et h«c utinam Viscorum laudet uterque!
Ambitione relegati, te dicere possum,
Pollio, te, Messala, tuo cum fratre ; simulque 85
Vos, Bibule, et Servi; simul his te, candide Furni;
Complures alios, doctos ego quos et amicos
Prudens prcetereo, quibus haec, sint qualiacumque,
Arridere velim; doliturus, si placeant spe
Deterius nostrà. Demetri, teque, Tigelli, <)0
Discipularura inter jubeo plorare cathedras.
I, puer, atque meo citus haec subscribe libello.
NOTAS.
. sinof? d •íyiioqrao.» 1/
• —
Había escandalizado y ofendido a muchos en Roma la
idea que en la sátira cuarta habia pretendido Horacio
hacer formar de Lucilio, pues en el tiempo en que dicha
sátira se escribió, gozaba aun éste de gran concepto, y
continuó todavia gozándolo mucho tiempo despues. Ho-
LIBRO I. ¿07
. »* » ...
f u s versos oir dictar en las escuelas.
Yo asi no pienso; de la gente ilustre
Solo la aprobación me halaga y mueve;
Como un dia silbada de la plebe,
Dijo de orgullo llena,
La comedianta Arbuscula en la escena.
¿Del chinche de Petilio haré yo caso?
¿Me incomodará acaso
Que en mi ausencia Demetrio ruin me ofenda,
O zaherirme Fannio impertinente,
Parásito de Hermógenes , pretenda ?
DeVirgiüo, Mecenas, Plocio, Vario,
Octavio, Valgio, Fusco y ambos Viscos,
Yo con la aprobación contento quedo.
Contaros sin lisonja entre ellos puedo,
Polion, y a tí Mésala, y a tu hermano,
Bíbulo, Servio, a t í , Furniosincero,
Y otros varios amigos que hoy no nombro.
A estos agradar quiero,
Y asaz me afligiría
Frustrada ver esta esperanza mia.
Demetrio, y tuTigelio, a las mozuelas
Id a entonar sentidas cantinelas.
Y tú, escribiente, a trabajar te apresta;
Tras la pieza anterior cópiame esta.
racio no era hombre capaz de retractar por chismes y
habladurías un juicio formado con cabal conocimiento de
causa; y al contrario, lo era mucho de sostener su opinion,
de presentarla apoyada en razones incontrastables,
y de contribuir asi a derribar un ídolo, indigno de la
veneración de los romanos del tiempo de Augusto, que
en los tres cuartos de siglo que mediaron desde la muerte
de Lucilio hasta el tiempo en que se escribió esta sátira,
habían hecho grandes progresos en la civilización y en la
literatura. Horacio, desenvolviendo su pensamiento con
destreza y sagacidad, empieza ratificándose en el juicio
que formó de Lucilio, y con el cual habia ofendido
tanto a los apasionados del poeta aurunqués; establece
despues reglas preciosas para escribir, probando con su
sola enunciación que Lucilio no las habia conocido, o
que a lo menos no las habia observado, y que por consiguiente
estaba lejos de poder aspirar a la gloria, reservada
esclusivamente para los escritores que pongan en
práctica aquellos preceptos; reduce en seguida a su verdadero
valor uno de los motivos del entusiasmo con que
se miraba a Lucilio; muestra despues haberse él dedicado
á la sátira, de resultas de no haberle dejado los ingenios
eminentes que sobresalían en los demás ramos, otro género
que cultivar ; justifica luego la libertad con que habló
de los defectos de Lucilio, con varios ejemplos, y
con el de Lucilio mismo en diferentes ocasiones; manifiesta
que cualquiera que fuese el mérito de aquel poeta,
comparado con el de los que le habían precedido en la misma
carrera, no habría él podido menos, a vivir mas tarde,
de corregir y de limar su estilo ; toma de aqui pie para dar
nuevos preceptos de composicion; y recayendo por último
sóbrela útil é importante máxima de que los escritores no
deben pensar mas que en agradar a los hombres inteligentes,
despreciando la opinion de los fatuos y de los pedantes,
hace una enumeración de los buenos ingenios de Roma,
con los cuales estaba en relaciones mas ó menos íntimas,
y otra de varios presumidos, que irritados de ver
la superioridad de Horacio, se vengaban pellizcando y
mordiendo su reputación. Acaso los Pantilios, los Demetrios
y los Fannios, que no deben sino al desprecio con
que Horacio los miraba, la triste nombradía de que gozan
, fueron de los primeros que censuraron la noble
franqueza con que el poeta de Venusia habló del de Aurunca,
y esto quizá les valió que aquel los tratase tan
duramente como lo hace en esta sátira , que llama la atención
por la perentoriedad de los argumentos, por la exactitud
de las reglas de composicion , y por la desinteresada
reseña que en ella se hace de los mas grandes ingenios
de Roma.
V. i. Nempé... En este solo adverbio aparece desde
luego un tono de confianza, que cuando se emplea por
hombres de un talento superior, es siempre un presagio seguro
de victoria. Este nempe equivale rigorosamente a nuestra
frase, pues señores, que usada al empezar un discurso
de la clase de esta sátira, no es solo una espresion
de confianza, sino de sarcasmo y de ironía.
Incomposifo pede currere... Estos eran verosímilmente,
como lo he hecho sentir en la traducción , dos defectos
distintos, a saber, el de componer muy de prisa , y el de
cuidar poco de la versificación.
V. 2. Quis tam Lucill?... A pesar de esta decisión
tan rotunda, no titubeó Quintiliano en alabar desmedidamente
á Lucilio, como observé en las notas a la sátira
cuarta. A haberse perdido todas las obras de Lucilio,
cada cual seria dueño de inclinarse, ya a la opinion de
Horacio, ya a la de Quintiliano; pero cuando nos quedan
fragmentos de aquel desbastador de la sátira latina;
cuando aquellos fragmeutos permiten a todos formar un
juicio sobre, ellos, sin necesidad de referirse a opinion
agena, ¿quién ser¡3 el que vacilase en adoptar la de
Horacio, que enunciada cuando aun tenia Lucilio tantos
partidarios, fué ratificada tan vigorosamente como se vé
en esta sátira ? Hablando de los admiradores de Lucilio,
no se puede dejar de recordar la exactitud y oportunidad
con que dijo un crítico: «Puede decirse de Lucilio, que
tuvo la suerte de muchas mugeres, que sin ser bonitas,
inspiran pasiones violentísimas. Entre los partidarios de
aquel poeta, añade el mismo crítico, los habia tan locos,
que iban por las calles con látigos debajo de las togas,
para zurrar a cuantos dijeran mal de sus composiciones.»
Y en efecto, asi consta de ocho versos que eu algunos
manuscritos se hallan en cabeza de esta sátira, como sí
fuesen el principio de ella, y que aunque desechados por
espurios, son de un poeta elegante antiguo, y prueban
que el concepto de que gozaba Lucilio no era tan general
como pretendieron algunos.
TOMO in. u
V. 4. Ürbem defricuit... La traducción literal es,
fregó d Roma con mucha sal, lo cual equivale a
zurró
con gracia a todos los viciosos de Roma.
La metáfora
es algo baja, pero muy espresiva, y por esto era menester
conservarla en la traducción, aunque aclarándola algo.
Por lo demás, Lucilio no atacó solo a los viciosos, sino
á casi todos los hombres de importancia. Véase la nota
al verso sesenta y nueve de la sátira siguiente.
Chartá eadem... En la misma sátira en que se habló
de sus defectos.
V. 6. Laberi mimos... Los mimos eran una especie
de
saínetes, que no tenían otro objeto que el de hacer reir.
Décimo Laberio, que fué como el D. Ramón de la Cruz
de aquellos tiempos, mereció que Julio César le hiciese
caballero, en recompensa del talento que mostró para esta
clase de composiciones. Publio Siró eclipsó a Laberio,
ora porque sus piezas fuesen mejores, ora porque este
último llegó a desagradar a su protector César. Laberio
murió en Puzzolo en 711. Débese observar aquí que Horacio
no condena absolutamente los mimos de Laberio, y
que solo dice que no puede considerarlos como poemas
escelentes, por la única razón de que hacían reir.
V. 7. Diducere rictum... Hacer que se
abra mucho
la boca para reir, hacer reir a carcajadas: aperto
ore ridere, et risum effieere, como
dice el antiguo esco
liador. Todos los versos desde este al diez y seis contienen
preceptos importantísimos.
V. 11. Modo tristi.. Tristi por serio, en oposicíon
á jocoso.
V. 12. Defendente vicem... Es decir,
desempeñando
el papel.
V. 13. Urbani... Cortesano comedido y delicado.
Parcentis viribus... Un crítico ó satírico que disimula
ú oculta sus fuerzas, es un hombre que no se encarniza
contra su enemigo, que se burla de él delicadamente,
que no emplea siempre contra él todos los recursos de sn
imaginación ó de su talento.
V. 14. Ridiculum acri. . D. Tomás Iriarte tradujo
muy bien esta máxima preciosa en la siguiente redondilla:
A veces inucho mejor
Que una severa invectiva,
Una crítica festiva
Corta el abuso mayor.
V. 16. lili scripta quibus... Véanse las notas a los
versos primero y segundo de la sátira cuarta.
V. 17. Hoc stabant... Eo ipso placebant, como dice
Acron: hác re constabant, placebant, como dice el antiguo
escoliasta.
V. 18. Hermogenes... Ya he hablado en otras ocasiones
de este personage. El simius (mono ), de quien se
habla en este mismo verso, dicen los antiguos intérpretes
que era un cómico llamado Marco Demetrio, a quien
calificó el poeta de mono, ya porque imitaba las acciones
humanas en el teatro, ya porque era estraordiuariamente
feo y torpe.
V. 19. Calvum .. Calullum... Cayo Licinio Calvo
era
un escelente poeta, de quien se han perdido las obras.
Lasque nos han quedado de Catulo, prueban con cuánta
razón se le distingue entre los que honraron su siglo.
Nació veinte v dos años antes que Horacio, en el de
667 de Roma, en Veroua, según la opinion mas común,
y murió cuando aun no contaba cuarenta de edad. Fué
amigo de Cicerón, de Julio César, a pesar de haber
hecho contra él punzantes epigramas , y de Cornelio Nepote,
al cual dedicó la coleccion de sus poesías. Entre
estas se distinguen varias odas, género que él empezó á
cultivar en Italia, y en que, a pesar de ser pocas las que
compuso, adquirió nombre. Ovidio, Marcial y Tibulo
hablaron de él con grande elogio. Por lo demás, el cargo
que hace aquí Horacio a Demetrio, no es el de saber de
memoria las obras de aquellos dos poetas, sino el de no
haber leído otras. Limitarse a las de Calvo y de
Catulo
suponía corta instrucción por una parte, y por otra mas
afición de la que seria regular a las composiciones voluptuosas
, a cuya clase pertenecían las de aquellos poetas.
V. 21. Seri studiorum... Qui tardi in studiis sunt,
dice Torrencio, qui nullos adhuc
progressus fecerint;
nulla enim ¡etas sera ad discendum. Yo
lie traducido
por eso menguados escolares.
Quine putetis... Esto es,
an putatis? an ii estis
qui putatis?
V. 22. Pitholeonti... Bentlei piensa que este individuo
fue el Pitolao, de quien baldaron Suetonio y .Macrobio,
que hacia versos, y aun compuso algunos contra Julio
César, y cuyo nombre cambió Horacio en el de Pitoleon,
porque el de Pitolao no podía entrar en un exámetro.
Acron dice que Pitoleon escribió unos epigramas ridículos
, compuestos de palabras griegas y latinas mezcladas.
V. 24. Cltio íiota si commixta Falerni.. Ya dije en
la nota al verso octavo de la oda tercera del libro segundo,
que los romanos solían escribir sobre los toneles el año
y el terreno en que se había cogido el vino que guardaban.
Esta inscripción se llamaba nota, de lo que dimanó
sin duda que Horacio dijese aquí nota Falerni, por
vinum
Falerni. Por lo demás, el vino de
Falerno era seco,
y por eso se mezclaba con el de la isla de Scio, que era
dulce, como lo eran „.y lo son aun hoy, casi todos los
vinos griegos.
V. 25. Facías.. Aqui debe ponerse un punto, despues
del cual responde el poeta al argumento que antes
se ha hecho en favor de Lucilio. Muchos intérpretes se
engañaron en la inteligencia de este pasage.
V. 26. PeliUi... Ya hablé de este individuo en la nota
al verso veinte y cuatro de la sátira cuarta.
V. 27. Patrisque LatitU... Esta fue la lección constante
de manuscritos y ediciones basta Lambino, que so'
bre la autoridad de dos códices escribió Latiné, haciendo
otro tanto en seguida Turnebo, Cruquio, Torrencio y
otros. Yo, si hubiera de mudar algo en el texto preferiria,
como un docto ingles, leer oblitos en vez de oblilus,
tí Latiné en vez de Latini, y ordenar la
construcción dé
este manera: Scilicet cum Pedius,
Publicóla et Corvinus
causas exsudent, malis eos, oblitos patrii sermonis,
verba Joris petita orationibus suis inserere?
Pero aun
sin admitir esta pequeña corrección, ni la que de la edit
i o n d e Lambino pasó i otras muchas, no encuentro
gran dificultad ea ordenar este pasage, suponiendo que
el poeta cita los ejemplos de Publicóla y de Corvino,
porque espresándose notoriamente estos dos oradores con
gran pureza , su conducta no podia menos de avergonzar
al que olvidado de la lengua de su patria, mezclase a las
palabras de la misma lengua otras tomadas de dialectos
estrangeros. Por lo demás pater Latinus desigua
probablemente
al viejo Evandro, a quien Virgilio dió la misma
calificación en el libro sétimo de la Eneida; y
Evandro ó el padre latino desigua en este pasage lo
mas antiguo de que podia hacerse memoria entre los
romanos.
V. 28. Pedius... Publicóla... Aqui cometieron un
descuido,
dice el P. Sanadon , los que hicieron una sola persona
de Pedio y de Publicóla. Este último era un sobrenombre
de la familia de los Valerios, de la cual habia
entonces en Roma dos hermanos, ambos literatos y oradores,
llamados, el uno Valerio Mésala Corvino, y el
otro Valerio Publicóla , de los cuales habla espresamente
Horacio en el verso ochenta y cinco. Pedio era verosímilmente
hijo del que fue cónsul en 711.
V. 30. Canusini more bilinguis... En Canosa,
ciudad
de que hablé en la nota al verso noventa y uno de
la sátira quinta, se hablaba un chapurrado de griego y
latin, pues los habitantes eran griegos de origen.
V. 32 Fetuit me tal i voce Quirinus... En todos
tiempos parece que existierou hombres que tuvieron la
presunción de querer hacer versos en otra lengua que
la propia. Horacio finge que Rómulo, celoso del honor
de la lengua latina, se le aparece en sueños, y le
reprende la estravagancia de querer hacer versos griegos.
Hasta hace muy pocos años era muy común en Europa
con respecto al latin , la misma manía.
V. 33. Cum somnia vera... Se creía, ó se fingía creer,
que los sueños de la madrugada eran verdaderos, y aun
se pretendía hallar la razón de esto en que a aquella
hora se habian disipado ya los vapores de la cena.
V. 36. Turgidus Alpinus... Bentlei, fundándose en
que Acron dijo que aqui se designaba a un poeta galo»
llamado Vivalio. sospechó que podría ser este el mismo
Furio Viváculo ó Bibáculo, de quieu es el verso
Júpiter hibernas caná nive conspuit Alpes,
que Horacio copió ó parodió en la sátira quinta del segundo
libro. Quizá la denominación de Alpino que le dá
aqui el poeta, es un apodo que se le puso de resultas
de la pedantesca enunciación de la idea contenida en
aquel verso.
Jugulat dum Memnona... Menuon, rey de Etiopia,
se halló en la guerra de Troya de auxiliar de Priamo, y
murió a manos de Aquiles. De este argumento hizo Furio
Bibáculo una tragedia, en el estilo hinchado que él solia
emplear frecuentemente.
V. 37. Defmgit Rheni luteum capul... Los que leen
aqui diffingit manifiestan ignorar la significación de
este
verbo. Alpino, ó sea Furio, parece que había compuesto
un poema sobre la guerra de Alemania , en el cual hacia
una descripción del Bliin, y hablaba en estilo muy hinchado
de sus fangosas fuentes, lo que hizo decir a Horacio
.que el tal poeta pintó aquel rio con la
cabeza
enlodada.
V. 38. Qux ñeque in uede sonent... Aídes era el templo
que Augusto dedicó a Apolo en su palacio, v de que
hablé en las notas a la oda treinta y una del libro primero.
En él se celebraban las juntas para la lectura pública
que hacían de sus obras los poetas. Mccio Tarpa
era uno de los jueces nombrados para examinarlas.
V. 40. Argutá meretrice .. En casi todas las comedias
antiguas había mugerzuelas y criados que se conjuraban
para engañar a los viejos avaros Cremes es el nombre
del viejo de la Andria ó Adriana de Tereucio.
V. 41. Comis garriré fibellos. . Id est,
facetus, elegans,
potes comcediam argutam scribere.
Según Cruquio
garriré est arguté et dicaciter effundere et eloqui, ut
dicimus ludere poema. La frase de garriré tibellos,
por
comcedias scribere, era proverbial verosímilmente.
V. 42. Fundani... Sanadon asegura que existen medallas
de un Cayo Fundanio , que vivió eu tiempo de
Augusto, y que podría ser muy bien el escelente poeta
cómico de quien habla aqui Horacio. De Polion y de Vario
hablé en las notas a la oda primera del segundo libro
y sesta del primero.
V. 43. Pede ter percusso... En los versos yámbicos y
coreos se llevaba la medida de dos en dos pies, y entonces
se llamaban trímetros, asi como se llamaban senarios,
cuando se hacia la cuenta por medidas prosódicas.
Forte epos acer... La construcción es,
Varius, acer
ut nemo, canit forte epos, como vio
muy bien el padre
Sanadon, el cual añade con razón que forte señala ó
determina
el carácter de la epopeya, y acer el de Vario.
V. 44. Molle atque facetum .. En tres códices deTorrencio,
en tres de Cruquio, y en otros muchos manuscritos
y ediciones se lee asi este pasage
Ut nemo Varius: ductu molle etc.
y es menester convenir en que no carece de gracia esta
variante. Por supuesto que en esta lección y en la vulgar hay
que suplir un sustantivo, al cual se apliquen las calificaciones
de molle atque facetum, y visto es que este sustantivo
debe ser genus ú otro semejante. No dejaré de añadir
que el adjetivo facetum no significa aqui, sino
agradable
, elegante: decoris hanc magis et excultx cujusdam
eleganlix appellationein puto, como
dijo Quintiliano. No
hay quien no comprenda que con el molle y facetum
de
este verso se designan las bucólicas y las geórgicas de
Virgilio, cuyos versos tienen como es notorio, aquella
gracia y delicadeza, que solo respiran las producciones
de los favoritos de las Musas.
V. 46: Varrone Atacino... Publio Terencio Varron,
natural del pais de Narbona. Este país está regado por el
rio Au.de, que antes se llamó Atax, de donde los
habitantes
tomaron el nombre de atadnos. Parece que Varron
era un poeta a preciable, y que a pesar de esta circunstancia
, hizo muy pocos progresos en la sátira, a que
se dedicó por algún tiempo. Hubo otro Parrón mas célebre
, llamado Marco Terencio, gramático y agrónomo.
de quien nos quedan obras de estos dos géneros. Este
escritor vivió un poco antes que el atocino.
V. 47. Atque quibusdam aliis .. A saber, Nicanor,
Leneo etc.
V. 48. Inventare minor... Hay en esta espresion cierta
modestia, que según todas las apariencias estaba Horacio
obligado a emplear, por contemporizar con los partidarios
de Lucilio, y tener mas libertad para publicar sus defectos.
Por lo demás, Horacio, llamando aqui a Lucilio
inventor de la sátira, de que un poco mas abajo hace
autor a Enio, no entiende hablar sin duda sino de la
sátira perfeccionada por el poeta de Aurunca, bien que
el de Rudia compusiese antes obras con la misma denominación,
aunque de distinta índole. El gramático Diomedes,
definiendo la sátira , dijo : est
carmen maledicum,
et ad carpenda hominum vitia compositum, quale
scripserunt Lucilius, Iloratius et Persius. Sed olim carmen
quod ex variis puematibus constobat, satyra
vocabatur, guales scripserunt Pacuvius et Ennius.
Véase
lo que sobre esto dije en las notas a la sátira
primera.
V. 53. Acci... Lucio Accio compuso un gran número
de tragedias, de que quedan muchos fragmentos. Los hombres
mas célebres de la antigüedad hablaron de él con
grande aprecio. Dícese que también escribió comedias.
V. 54. Ennl... Yo hablé en otra parte de los anales
de Enio. Ahora añadiré que hizo ademas un poema heroico
en honor de Escipion, treinta y seis ó treinta y
siete tragedias, sátiras etc.; y que compuso algunas obras
en prosa. De casi todos sus escritos quedan fragmentos.
V. 58. Magis factos... Por perfectos.
V. 59. Ac siquis... Por quám siquis. Cou esta sola
interpretación, justiGcada por mil ejemplos, se quita, como
observó Bentlei, toda la dificultad a este pasage, cuya
inteligencia fatigó mucho a los comentadores. La sentencia
es pues: Quid vetat et nos quxrere, num
Lucilii ingenium,
num argumentum ipsum negaverit versus politiores et molliores,
quám siquissine curd etlimá extemporales hexametrosfundafí
Eu varias ediciones se lee al, pero en la de Ve«
necia se lee ac, que es también la lección de muchos
manuscritos,
adoptada ya por bastantes editores
V. 62. Etrusci quale... 6'ast'ode Parma, llamado aqui
Toscano, porque la ciudad de Parma pertenecía antiguamente
á la Etruria, fue uno délos conspiradores contra
César, y uno de los enemigos mas declarados de
Octaviano. Muerto Rruto, siguió Casio el partido de
Pompeyo,
y despues el de Antonio , hasta que derrotado este,
dió orden Augusto a Varo de matar a Casio. La fecundidad
de este poeta para componer era tal , que Horacio
supone que con solo sus escritos hubo bastante para quemar
su cadáver. No disimularé que es algo cruel tratar
asi a un individuo, que había sido indignamente asesinado
, y cuya memoria debia respetarse por generosidad y
delicadeza, a menos de querer pasar por cómplice del
asesinato. Acaso por esta razón, y acaso por otras, hubo
muchos críticos que dudaron sobre quien era el Casio de
quien aqui se trata. El docto Torrencio habla de otros
varios Casios, a alguno de los cuales pudo aludir el
poeta.
V. 66. Quám rudis... La construcción es,
quám auctor
carminis rudis, et Grxcis intacti,
pues como he
dicho en las notas a la sátira primera, los griegos no
conocieron
esta clase de sátira. Casaubon leia Rudius, en
lugar de rud'is, porque Enio era de Rudia en
Calabria.
V. 67. Poetarum seniorum turba... Livio Andrónico,
Nevio, Terencio , Catón el Censor etc.
V. 69 y 70. Ultra perfectum... Mas allá de lo perfecto
no hay ordinariamente mas que lo estravagante y
lo ridículo. Góngora, elegante como Catulo mientras aspiró
á lo perfecto, escribiendo romances y letrillas, fue,
cuando quiso pasar de esta línea y escribir soledades,
el mas insoportable de todos los escritores.
V. 72 Sxpe stylum verías... Los antiguos escribían
en tabletas enceradas, con uu punzón, que por un lado
tenia punta , y servia para escribir, y por otro era plano
, y servia para borrar. Este instrumento se llamaba
stylus, y también graphium.
V. 75. Vilibus in ludís... Escuelas pequeñas ó de poca
reputación.
V «1 ...
ot ;HM Mitàm
LIBER SECUNDUS.
SATYR A I.
Sunt quibus in satyri videar niruis acer, et ultra
Legem tendere opus : sinè nervis altera quidquid
Composui, pars esse putat ; similesque meorum
Mille die versus deduci posse. Trebati ,
Quid faciam pnescribe.—Quiescas.—Ne faciam. inquis,
5
Omnino versus ?—Aio.—Peream male, si non
Optimum erat : verùm nequeo dormire.—Ter uncti
Transnanto Tiberim , souino quibus est opus alto:
Irriguumque mero sub noctem corpus habento.
Aut si tantus amor scribendi te rapit, aude IO
Caesaris invidi res dicere, multa laborum
Praemia laturus.—Cupidum, pater optiine, vires
Deficiunt : neque enim quivis horrentia pilis
Agmina, nec fractâ pereuntes cuspide Gallos,
Aut labentis equo describat vulnera Partbi. là
.otoon i««'"
iow.rï
: tanni
-ul ouoinr
LIBRO SEGUNDO.
uiuJ
MUI
. i l'I 010
SATIRA I.
ou wuu ti i
ROL
sq
üHßß
i l i o u J
H o r a c i o . Punzante en demasía
Mi sátira reputa cierta gente,
Y mas amarga que la ley consiente.
Algunos sin vigor mis versos hallan,
Y mil como ellos fallan
Que podrian hacerse cada dia.
¿ Qué me aconsejas tú, Trebacio amigo?
T r e b a c i o . ¿ Qué ? mantenerte quedo:
Hor. ¿Que a los versos renuncie dices ?
T r e b . Digo-
Hor. Que era el
mejor partido te concedo;
Pero ¿ qué haré cuando dormir no puedo?
T r e b . Quien quiera dormir bien, de aceite untado
Por tres veces el Tiber pase a nado,
Y a la noche humedézcase con vino.
Mas si el prurito de escribir te mueve,
Glorias de César a cantar te atreve;
De ello gran premio reportáras creo.
Hor. Bien, venerable amigo, lo deseo ;
Mas fáltanme las fuerzas, que no a todos
Cantar es dado férreos escuadrones,
Partos cayendo heridos del caballo,
Galos atravesados con arpones.
iviloV
>
—Attamen et justuiu poteras et scribere fortem,
Scipiadam ut sapiens Lucilius.-Haud mihi deero,
Cum res ipsa feret: nisi dextro tempore, Flacci
Verba per attentam non ibunt Caesaris aurem;
Cui malè si palpere, recalcitrat undique tutus.
20
—Quantò rectiùs hoc, quàm tristi lasdere versu
Pantolabum scurram, Nomentanumque nepotem?
Cum sibi quisque timet, quanquam est intactus,
et odit.
'fliDB 153''i>ir| fiiHfliHi MWà* lbf
- Q u i d faciam? Saltai Milonius, ut semel icto
Accessit fervor capiti, numerusque lucernis. 25
Castor gaudet equis ; ovo prognatus eodem,
Pugnis. Quot capitum vivunt, tolidem studiorum
Millia. Me pedibus delectat claudere verba,
Lucili ritu, nostrum melioris utroque.
Ille velut fldis arcana sodalibus, olim 30
'ini i i j - o i ; ah ,u»id l i u n o ! it .aaa'i
Credebat hbris ; neque, si malè gesserai, usquam
. w a u m 'J l i u r i a « » sit Miijiriq l » ^ m.l/
Decurrens aliò, neque si bene: quò fit ut omnis
Votiva pateat veluti descripta tabella
Vita senis. Sequor hunc, Lucanus an Appulus,
anceps:
. oi1f;ik;r> .,.(.. ,-••! oitii-»/1..»
Nam Venusinus arst finem sub utrunique colonus,
T r e b . Al menos su justicia y su fortuna
Cantar tu voz podria,
Como la de Escipion Lucilio un dia.
I I o r . También yo en ocasion lo haré oportuna.
No siendo asi, Trebacio,
De César en negocios embebido,
Los acentos de Horacio
Nunca fatigarán, nunca el oido,
Que cauto él y prudente,
De estemporáneas loas se resiente.
T r e b . Y ¿cuánto mas, querido, eso valiera,
Que morder al truhán de Pantolabo,
Y a Nomentan que su caudal perdiera,
Y objeto ser de miedo y de odio triste
Aun a aquel a quien nunca zaheriste ?
Hor. Y ¿ qué valen, doctor, esas razones?
¿No tiene cada cual sus aficiones?
Baila Milonio, cuando le calienta
El vino que a su testa se encarama,
Y en cada luz mil lucecitas cuenta.
Bridones Cástor ama;
Su hermano Pólux luchas;
Yo cual Lucilio, que ventajas muchas
A ti y a mi llevaba, de unir gusto
Voces que al metro con afan ajusto.
Como a amigos discretos
El fiaba a sus libros sus secretos,
Sin variar jamás de confidente
En casos favorables ni en adversos;
Y asi se ve en sus versos
Del buen viejo la vida retratada,
Cual en la tabla a un numen dedicada.
A este sigo, dudando si he nacido
En Pulla ó en Lucania, pues que habita
Al confín de arabas la venusia gente:
22 V LIBER II.
Missus ad hoc, pulsis (vetus est ut fama) Sabellis,
Quo ne per vacuum Romano incurreret hostis;
Sive quòd Appula gens, seu quòd Lucania helium
Incùterei violenta. Sed hie stylus haud petet ultro
Quemquam animantem; et me veluti custodiet ensis 40
Vaginà tectus; quem cur destringere coner,
Tutus ab infestis latronibus ? O pater et rex
Jupiter! ut pereat positum rubigine telum;
Nee quisquam noceat cupido mihi pacis ! At ille
Qui me commòrit ( meliùs non tangere clamo ) 45
Flebit, et insignis totà cantabitur urbe.
Cervius iratus leges minitatur et urnam ;
) •"1 • :; i < • .' • • ' ? it!;.. : •,
Canidia Albutl, quibus est inimica, venenum;
Grande malum T u r i u s , s i quis, se judicc, certet.
Ut quo quisque valet, suspectos terreat, utque 50
Imperet hoc natura potens; sic collige mecum.
Dente lupus, cornu taurus petit: unde, nisi intus
Monstratum ? Scaevae vivacem crede nepoti
Matrem. Nil faciet sceleris pia dextera. Mirum! ntNDKil ffl li
U1HTRIU/4I , O^li! '•I/i') /
Ut ncque calce lupus quemquam, neque dente petit
bos : 55
Y si la antigua tradición no miente,
AHi, arrojado el aduar samnita,
Enviaron colonias los romanos,
Porque hallando pulieses ó lucanos
Sin presidios la tierra,
No renovasen enconada guerra.
Mas no temas que sea yo el primero
A provocar a nadie con mi pluma;
Me servirá como envainado acero;
Y ¿con qué objeto la desenvainára,
Cuando ningún contrario me amagára?
¡Ah! ¡plegue a Jove que el orin consuma
Mis armas, y que a mí, de paz ansioso,
Nadie turbe el reposo!
Pero el que lo turbase, sepa cierto,
(Y a cada cual lo advierto)
Que por la ciudad toda arrepentido
Verá correr su nombre escarnecido.
Con urna amaga y leyes
Cervio a sus enemigos de ira lleno;
Canidia, hija de Albucio, con veneno;
Turio sustos previene
Al que en su tribunal un pleito tiene;
Y tú, cual yo, dirás que es justo emplee
Cada mortal las armas que posee
Contra aquel de quien teme daño ó pena,
Y que sábia natura asi lo ordena.
Con los cuernos el toro embiste y hiere,
Los dientes en su presa el lobo ceba:
Y ¿quién sino el instinto esto sugiere?
En manos pon del disipado Esceva
Su madre, cuya larga vida él siente:
No le pasará el pecho ciertamente;
Que no a coces los lobos acosados
Pelean, «i los toros a bocados,
t o m o i t t . 15
Sed malè toilet anum vitiato melle cicuta.
Ne longum faciam; seu me tranquila senectus
Expectat, seu mors atris circumvolat alis;
Dives, inops; Romae, seu fors ita jusserit, exul,
Quisquis erit vitae, scribam, color.—0 puer, ut
sis «0
Vitalis metuo; et inajorum ne quis amicus
Frigore te feriat.—Quid ? cum est Lucilius ausus
Primus in hunc operis componere carmina raorem,
Detrahere et pellem, nitidus qui quisque per ora
Cederet, introrsum turpis; num Laelius, et qui 65
Duxit ab opressà mcritum Carthagine nomen,
Ingenio offensi? aut laeso doluere Metello,
Famosisque Lupo cooperto versibus? Atqui
Primores populi arripuit, populumque tributim;
Scilicet uni aequus virtuti atque ejus amicis. 70
Quin , ubi se à vulgo et scena, in secreta remórant
Virtus Scipiadae et |mitis sapientia Laeli,
Nugari cum ilio, et discincti ludere, donec
Decoqueretur olus , soliti. Quidquid sum ego;
quamvis
Infra Lucili ccnsum ingeniumque, tamen me 75
Cum magnis vixisse invita fatebitur usque
Invidia; et fragili quaerens illidere dentem,
•
Offendei solido ; nisi quid tu , docte Trebati, >1 801 $; 00 ?jfjy
Dissentis.—Equidem nihil hinc diffingere possom.
.111 OKOT
Pero, a la triste vieja sin remedio
Un jicarazo quitará de enmedio.
En fin, ya una vejez me aguarde fuerte,
O su ala agite en torno a mí la muerte,
Rico, pobre, ya en Roma, ya a un estremo
Desterrado, si el hado lo decreta,
En cualquier situación seré poeta.
TREB. ¡Cual, hijo mío, por tu vida temo,
O que de sí te aleje
Algún alto señor, que hoy te protege!
HOR. Mas cuando abrió Lucilio esta carrera,
Y arrebató la máscara ligera,
Con la cual mucha gente
La fealdad de su interior cubria,
¿Acaso de sus chanzas se ofendía
Lebo, ni el grande hombre
Que de africano conquistó el renombre ?
¿Gritaron, si de injurias cubrió a Lupo,
O si a Metelo en ellas parte cupo?
A los grandes zurró y al pueblo entero,
Sin respetar en todos sus escritos
Mas que de la virtud los favoritos ;
Y el valiente Escipion, Lelio el sincero.
Cuando en dulce retiro, de la escena
Del mundo se alejaban,
Se reian con él y retozaban ,
Mientras se aderezaba frugal cena.
De mí también, aunque inferior me cuento
A Lucilio en riquezas y en talento,
Que con grandes traté sábese y vése,
Y lo dirá la envidia aunque le pese;
Que bien que contra mí sus dientes arme,
Quebrantaráios sin poder dañarme.
¿Digo bien?
TREB. No replico; pero entiende,
Sed tamen ut monitus c a v e a s , ne forte negoti 80
Incutiat tibi quid sanctarum inscitia Iegum :
Si mala condiderit in quem quis c a r m i n a , jus est
Judiciumque.—Esto, si quis mala. Sed bona si quis
Judice condiderit laudatus Caesare? si quis
Opprobriis dignum l a t r a v e r i t , integer ipse?
—Solventur risu tabulae: tu missus abibis.
, ( r j o i 113 KIJH oii '.'.i.i
NOTAS.
Esta sátira es graciosa, mas que por las ideas que
contiene, por lo original de la aprehensión de poner en
escena a un docto y esperimeutado jurisconsulto, de
quien finge el poeta que va a tomar consejo sobre si continuará
ó no escribiendo sátiras, cuando está absolutamente
resuelto a seguir en esta tarea o' diversión. Enumerar
los inconvenientes y riesgos anejos a ella, ponderar
las ventajas que resultarían de abandonarla, indicar la
ocupaeion que a aquellas podría sustituirse; todo esto no
es sin duda mas que un nuevo y prolongado sarcasmo
contra los que pretendían que Horacio dejase un trabajo
que no les lisonjeaba, y para retraerlo del cual no
omitían medio alguno de los que les dictaba el Ínteres
de su propia defensa. Lejos de intimidarse eon el
empleo que simultáneamente hacia» de estos medios cuantos
se juzgaban ofendidos por las invectivas del poeta, se
ratifica este en sus disposiciones; las apoya en autoridades;
se muestra en situación de poder eludir las leyes que
castigan la disfamacion, por medio del favor que goza con
Augusto ; da de paso cuantas dentelladas puede a algunos
de sus enemigos; hace a todos ellos temer su indignación,
y les indica por último que solo transigiendo
P u e s no quiero esponerte a sinsabores,
Porque lo que la ley previene ignores:
Si uno con malos versos a otro ofende,
Ha lugar a proceso y a condena.
HOR. Si son malos, amigo, enhorabuena.
Mas ¿ s i uno buenos componerlos sabe
En términos que Augusto los alabe,
Y siendo i r r e p r e n s i b l e , uno escarnece
Al que un baldón y mil tal vez merece?
TREB. A broma entonces el proceso pasa,
Y vas libre y sin costas a tu casa.
. Mnlv 1M81 »b'-oinoiq 13
_
con é l , pueden esperar verse respetados. El suprimirse en
el original los nombres de los interlocutores da a este
diálogo cierta oscuridad , y hace precisa mucha atención
para su inteligencia; y para evitar este inconveniente yo
he puesto en la traducción los nombres de los interlocutores.
No me parece inútil insertar aqui la primera traducción
que hice de esta pieza, que mirándola como una
escena de comedia, ¡vertí en los versos propios de esta
clase de composicion, cou el objeto de que se entendiese
mas fácilmente. Hela aqui.
Hor. Demasiado amargo a algunos
En la sátira parezco,
Y dicen que de las leyes
Los límites no respeto.
Sin vigor y descarnados
Otros encuentran mis versos,
Y afirman que hacerse pueden
En un dia mil cual ellos.
¿Qué piensas, Trebacio mió,
Que haga yo?
Treb. Que te estes quieto.
Hor. ¿Cómo? y ¿que versos no haga
Ya de hoy mas ?
Trcb. Asi lo creo
Hor. Muerame, si 110 era ese
El camino mas derecho;
Mas, doctor mió, de noche
Cerrar los ojos no puedo.
Treb. Los que dormir necesiten
Untense de aceite el cuerpo ,
A nado crucen el Tiber,
Y cuando esten en el lecho,
Ayúdense con un trago
A reconciliar el sueño.
Mas si 'contener no puedes
El prurito de hacer versos,
¿ Por qué no cantas a César,
Y inuy en breve altos premios
Por tu celo lograrías?
Hor. Amigo, bien lo deseo,
Pero fáltanme las fuerzas;
No todos cantar podemos
Escuadrones formidables
Con los lanzones enhiestos,
Ni atravesados los galos
Con el quebradizo hierro ,
Ni heridos temibles Partos
De sus caballos cayendo.
Treb. Mas su valor v justicia
Podrías cantar al menos,
Cual la de Escipion Lucilio.
Hor. Yo también hacerlo pienso
En ocasion oportuna,
No siendo asi, te prometo
Que jamas irán de Horacio
Hasta César los acentos;
Que ocupado , y siempre alerta
Contra la intriga , el incienso
Mirará como un agravio.
Treb. Y ¡ cuánto mejor no es eso
Que al pródigo Nomentano
Ofender con duros versos ,
O a Pantolabo el truhán ,
Y que te miren con miedo
Y aun con odio aquellos mismos
Que tú trates con respeto?
Hor. ¿Cómo ha de ser? Cada cual
Tiene un natural diverso.
Baila Milonio si el vino,
Se le encarama al cerebro.
Y cada luz a sus ojos
Brilla, cual si fuerau ciento.
Gusta Castor de caballos:
Nacido del mismo huevo
Polux en luchar se place:
Yo en mis sátiras me huelgo
Cual Lucilio, que valia
Mas que nosotros valemos.
Como amigos a sus libros
El fiaba sus secretos,
Siu variar nunca, fuese
Próspero ó adverso el tiempo;
Y por eso en sus escritos
Se vé la vida del viejo,
Cual en tablilla colgada
En las paredes de un templo.
A este sigo, y a imitarle
Bien , dijera desde luego
Que no sé si a la Lucania
O a la Pulla pertenezco;
Pues Venusia en los confines
Sita está de entrambos pueblos,
Y es tradición que espelidos
Los samnitas de aquel suelo,
Se envió allí una colonia,
Porque sin presidio al verlo
Los apulos ó tucanos
No le invadiesen de nuevo.
Mas aunque siga a Lucilio,
Si no me ostigan , te ofrezco
No atacar a alma viviente.
L I B R O II.
Mi espada en la vaina ten®o:
¿ A qué la desenvainara
Cuando ladrones no temo?
¡ Perezca, Júpiter sumo ,
Cubierto de orin mi acero ,
Y nadie jamás me ataque,
Puesto que la paz deseo
Pero el que lo hiciere tettin
(Y cuidado que lo advierto)
Ver su nombre escarnecido
Por toda Roma corriendo.
Con leyes y urna amenaza
A sus enemigos Cervio;
Turio con fallar en contra
Cuando alguno tenga un pleito;
Y Caoidia, hija de Albucio
Con hechizos y venenos;
Pues naturaleza ordena
Que cada cual de sus medios
Use contra sus contrarios;
Y tú convendrás en ello.
Lucha el lobo con los dientes,
Lidia el toro con los cuernos.
¿Quién sino naturaleza
Les reveló este secreto?
Si a Esceva entregas su madre,
Cuya vida vé él con duelo
Prolongarse, ciertamente
No le traspasará el pecho,
Que el lobo no embiste a coces,
Ni a bocados el becerro ;
Pero un veneno a la vieja
Pronto quitará de enmedio.
En fin, ya en tomo de mí
La muerte estienda se vuelo,
Ya dulce vejeí me aguarde,
Ora pobre, ora opulento»
Ya en Roma» ya desterrado,
Si este es del hado el decreto,
Como quiera que me encuentre
Hacer sátiras resuelvo.
Treb. Hijo, temo por tu vida ,
O que se resfrie al menos
F.1 favor con que te honra
Algún señor.
Hor. Ni por pienso.
Acaso euando Lucilio
Abrió este camino nuevo,
Y la máscara arrancó
Con que algunos embusteros
Las maldades encubrían
Que abrigaban en sus pechos,
¿ Llevólo a mal el caudillo ,
Que ganó un renombre escelso
En las ruinas de Cartago ?
¿Llevólo a mal el gran Lelio?
¿Tronaron porque de injurias
Cubrió a Lupo y a Metelo,
Ni porque zurró a los grandes,
Y tribu por tribu al pueblo ?
El mismo Lelio suave ,
El mismo Escipion tremendo,
Cuando lejos de las gentes,
Cuando del bullicio lejos
A solas con él estaban,
¿No alternaban en sus juegos,
Mientras se les aprestaba
Su bien frugal alimento ?
Muy inferior a Lucilio
Soy en clase y en ingenio,
Mas a su pesar la envidia
Dirá que también yo alterno
Con señores, v morderme
No podrá, aunque quiera hacerlo.
Esto , si a mal no lo llevas ,
Docto Trebacio, yo pienso.
Treb. No replico; mas de todo
Que estés enterado quiero ,
15»
5791 8Cr
•'•.rrt il
Otr" V
01 tlv
^tpe f.t
? vrHúl
Oiijua
mí ?l>
. icbcn
No por ignorar las leyes
Te halles metido en un pleito.
SI alguno de otro la fama
Mancilla con malos versos,
Ha lugar a causa y pena.
Hor. Si son malos lo concedo;
¿Mas si los versos¡agradan
A César, porque son buenos,
Y siendo yo irreprensible,
A un picaro ú otro muerdo?
Treb. El pleito parará en risa ,
Y tú o! fin serás absuelto.
4
V 2. Ultra legem tendere opus... La sátira debe limitarse
á criticar aquellas ridiculeces ó estravagaucias que
no infaman a los hombres, y no tocan en rigor a su
moralidad. Asi, puede atacar errores, defectos, vicios,
pero no denunciar crímenes, que son de la jurisdicción de
las leyes, y de que a nadie es lícito acusar sin pruebas.
Ir mñs allá es lo que se llama tendere opus ultra legem,
v esto no se toleró jamás en ningún pais en donde hubo
leyes y costumbres. Kn varios manuscritos de Lambino
se leia intendere, y algunos editores han establecido
esta
lección en el texto.
V. 4. Trebáti... Cayo Trebacio Testa', sábio
jurisconsulto
, de quien habló Cicerón con grande elogio en sus
epístolas. Era preciso que Trebacio fuese muy viejo cuando
Horacio compuso esta sátira, pues Cicerón le llamaba
viejo mucho antes. Por un pasage de una carta de este
grande hombre sabemos que Trebacio gustaba mucho de
ser consultado, y acaso por esto finge Horacio la consulta
de que se trata en esta sátira.
V. S. Transnanto... Debe observarse sobre este lugar
la seriedad con que el grave jurisconsulto responde al
poeta bufón, que pretendía justificar su inclinación á
hacer sátiras con la escusa de que no podía conciliar el
sueño de otra manera. La receta del jurisconsulto es como
de un médico, v está reducida a hacer ejercicio. El de
nadar, que aconseja Trebacio al ladino y truhán poeta,
* e l
era uno de que él gustaba muchísimo, según consta por
un pasage de Cicerón. De otro del mismo autor resulta
igualmente que Trebacio era un buen bebedor; de manera
que los dos consejos que dá a su cliente son que
haga lo que él mismo solia hacer. Es verosímil que el
poeta quiso divertir un poco a sus amigos a costa del
buen viejo, haciéndole responder muy gravemente a la
consulta de un burlón. El haber desaparecido con el
tiempo las huellas de estas alusiones, hace que no hallemos
nosotros en las piezas de esta clase el placer que encontraban
aquellos que couociau a los individuos de quienes
en ellas se trataba.
V. 12. Pater optime... Fórmula de respeto, que se
empleaba con los ancianos y los sabios; asi como el puer
del verso sesenta es un tratamiento de cariño que daban
los ancianos a los jóvenes.
V. 14. Nec fractá pereuntes cúspide Gallos... Se dice
que desde el tiempo de Mario usaban los romanos de
dardos, cuya punta se quebraba al dar en el blanco;
invención que tenia el objeto de hacer inas peligrosa la
herida, y el de que los enemigos no pudiesen aprovecharse
de los dardos lanzados contra ellos. Por lo demás,
el poeta alude aqui verosímilmente al triunfo que en el
año de 727 de Roma obtuvo de los galos rehelados en
el año anterior el ilustre Mésala, enviado contra ellos por
Octaviano. En el verso siguiente se alude también, según
todas las apariencias, a la salida que hizo de Roma
Augusto para subyugar a los Partos. Aqui hay tres ó
cuatro versos magníficos.
V. 17. Scipiadam ut sapiens Lucilius... Porfirio dice
que Lucilio escribió en verso la vida privada de Escipion,
el primero que ganó el sobrenombre de africano, de
quien Enio habia escrito la vida militar ó pública.
V. 18. Nisi dextro tempore... En la epístola trece del
libro primero esplica el poeta lo que aqui entiende Dor
dextrum tempus, diciendo
Augusto reddes signata volumina, Vinni,
Si validus, si lastus erit, si denique poscet. • t
V. 20. Cui malé si palpere... La traducciou es, «pues
esta
siempre muy sobre sí, y respinga ó cocea cuaudo le
urgau fuera de tiempo.» Ya se ve que esta metáfora no
podia conservarse en la traducción. Otros leen aqui
recalcitret,
en el mismo tiempo en que está usado el
verbo palpor; pero esta variante ni es necesaria ni esta
autorizada.
V. 24. Saltat Milonius... Este personage es desconocido.
Horacio tratáudole de bailarín le dice una cosa,
que entonces como ahora era uua injuria para personas
graves.
V. 26. Castor gaudet equis... He hablado en otras
partes de Castor y Polux, y dicho que las tradiciones
mitológicas variaban en el orden que señalaban a los mellizos
nacidos de los huevos de Leda.
V. 29. Nostrüm melioris utroque... En esta espresiou
hay sin duda algo de ironía, pues no se sabe que Trebacio
compusiese versos , y uo componiéndolos, no se ve
á qué vendría comparar a un jurisconsulto célebre con
un satírico desaliñado. Yo creo que Horacio se burlaba
aqui algo de Lucilio, y lo que dice despues de que todos
sus secretos los conllaba a sus libros, ora salieseu mal la»
cosas, ora bieu , parece fortificar mi conjetura , pues este
no era un grande elogio del poeta aurunqués.
V. 31. Meque si male gesserat... Los intérpretes no
están de acuerdo sobre la inteligencia de este pasage. Según
unos, el bene y el male gerere se refiere a todas
las ocurrencias de la vida de f.ucilio; y según otros, solo
á la buena ó mala disposición que según las ocasiones
tenia para componer. Cualquiera que sea la que se adopte
de estas dos interpretaciones, Lucilio no resulta grandemente
elogiado, pues ni el consignar eu sus versos cuanto
le sucedía, ni el hacer versos en cualquiera situación,
encoutrárase ó no con disposición para ello, es un gran
motivo de alabanza De un hombre que hiciese una de
estas dos; cosas, ¿ habria razón para decir
vale mas que
nosotros dos? Por lo demás, como el
poeta se espresa
en términos, que a lo menos para nosotros son ainbi
gaos , yo lie creido deber dejar la misma ambigüedad
en la traducción , diciendo vaga é indefinidamente:
En casos favorables ni en adversos.
iHMCmO' C1W «.I .Uíf.Mi.n ni'i: ili; ?.<' .'fiS «!'
No debo omitir que la lección que yo sigo es la de
todos los manuscritos, y la de casi todas las buenas ediciones.
Lambino, pretendiendo que en latin no podia
usarse el verbo gero absolutamente, adoptó la lección de
cesserat, que ya se había introducido en alguna edición,
y otros editores modernos le han seguido. Pero ¿ qué seria
del texto de los antiguos, si se hubiese de recusar el
testimonio unánime de los manuscritos ?
V. 33. Votivá pateat... Eu las notas a la oda quinta
del libro primero hablé de la costumbre de los náufragos
de dedicar a Neptuno cuadros de naufragios. Este uso era
común a todos los que habian sufrido alguna desgracia;
y seguu se puede inferir por este pasage, lo era igualmente,
á muchos de los que tenían que felicitarse de alguna
ventura.
V. 34. Vita senis... Esta espresion parece confirmar la
autenticidad de la lección vulgar gesserat del verso
treinta
y u n o , y la interpretación que los mas de los comentadores
dierou a aquel pasage, suponiendo que Lacilio
consignaba en sus escritos cuanto le sucedia de próspero
ó de adverso. En cuanto a la calificación de viejo que
Horacio da aqui a Lucilio, v que algunos iutérpretes han
estrañado, yo repetiré solo lo que dije en las notas a la
sátira cuarta del libro anterior, a saber, que Lucilio
vivió 55 años, y que es común oir llamar viejos a los
hombres de esta edad.
Lucanus an Appulus. anceps... Esta digresión por el
estilo de las de Lucilio acaba de mostrar que Horacio queria
divertirse a costa de su predecesor en la carrera satírica.
Para hacer mas perceptible la ridiculez de las divagaciones
del poeta de Auruuca , se abandona aqui Horacio á
una, cuya inoportunidad uo podría justificarse sin este
motivo; y de esta manera confirma lo que babia dicho
en otras ocasiones, de que en Lucilio habia muchísimo
que suprimir.
V. 35. Narn Venusinus... Venusta era una ciudad de
los samnítas. Los romanos los echaron de ella , y a fin
de que no renovasen sus correrías sobre el territorio de
la república, enviaron allí una colonia. Eu otra ocasiou
he dicho que Sabelli designaba a los samnitas.
V. 36. Missus ad hoc... Ut ne per
vacante» locu/n,
Sabellis expulsis, pervium iter esset Lucanis ad Romanos,
como interpretó hace muchos siglos el ,escoliador
Acron, sin que esto evítase el error en que esplicando este
pasage incurrieron despues muchos comentadores.
V. 39. Sed lúe stylus... Esta protesta es verosímilmente
de la clase de aquellas que se hacen sin consecuencia
, y que no tieuen otro valor que el de una fórmula
de urbanidad. ¡Es tan común, que aun los mas
malvados protesten de su inocencia !
V. 41. Destringere... Otros distringere.
V 45. Qui me commórit... Commoverit,
lacesserit,
prooocarit, dice Acron.
V. 47. Cervius... Asi se lee en los manuscritos ; en
las ediciones se lee ordinariamente Seroius. Este Cervio
ó Servio era verosímilmente un delator. La espresion de
amenaza con leyes y urna, equivale a
amenaza con la
justicia. Sabido es que los jueces
votaban , ponieudo su*
votos en urnas destinadas al efecto.
V. 48 Conidia Albuti... De Canidia hablé varias veces
en las notas a las odas. Su padre Albucio no es
conocido.
V. 49. Turius... Cayo Marcio Turio, juez
interesado
y vengativo, amenazaba a los que no le regalaban, con
votar en contra cualquiera pleito que llevasen a su
tribunal.
V. 50. Ut quo quisque valet... Esto es,
quomodo
unusquisque terreat. et ulciscatur se de inimicis suis,
et quo pacto hoc sit ómnibus a naturá datum , audi et
cogno.ice mecum et intellige, como
dice el autiguo escoliador.
Por lo demás, este es un trozo lleno de verdad y
de filosofía. Ni el uso del veneno parece que condena Horacio
en Canidia, cuando sea en su propia defensa. Obsérvese
que antes ha puesto el poeta ejemplos de la variedad
de las inclinaciones, y ahora de la diversidad de
las armas que cada cual emplea para hostilizar a sus
contrarios.
V. 53. Scxvx... Creo que no se lia desenvuelto bien
hasta ahora el enlace que tiene este ejemplo con la doctrina
anterior. El poeta dice: «Cervio amenaza a todos
con la justicia, Canidia con sus tósigos, Turio con condenarlos
cuando tengan un pleito: el toro se defiende con
los cuernos, el lobo con los dientes ; entréguese a Esceva
la persona de su madre, y si no le da una puñalada,
no es por otra razón sino porque el toro no pelea con la
boca, ni el lobo con los pies ; pero la matará con un
veneno, porque a esto le lleva su inclinación , y su arma
es el tósigo, como lo es de Cervio el amenazar con la
justicia etc. » Si como creo, esta esplicacion es exacta»
Horacio trató cruelisimamente a Esceva. Este individuo es
desconocido.
V. 60. Quisquís erit vitx, scribam , color... Según
unos intérpretes color equivale aqui a
qualitas , status,
conditio. Según otros, color
está en su acepción literal,
y el poeta alude a ios colores blanco y negro, que eran
respectivamente entre los autiguos señales de ventura y de
desgracia. Porlo demás, varios editores y comentadores han
notado la dureza de la trasposición de las palabras en esta
fraes.
V. 60 y 61. Ut sis vitalis metuo... Esto es,
ne non
sis vitalis , ne citò per eos.
V. 62. Frigore te feriat... Los mas de los intérpretes
se engañaron creyendo que jrigore ferire equivale a
morte
afficere, y que amicus estaba
por antífrasis en lugar
de inimicus. Itutgers probó con muchos ejemplos que
frigore
aliquem ferire equivalía a mirar a uno
con frialdad
ó indiferencia. En el mismo sentido interpretó Casaubon
el frigescere limina de Persio. Ne quis amicus majorum
equivale a ne quis ex majoribus tuis amicis, ó a
ne quis
amicus ex optimatibus, aludiendo a
Mecenas. Yo he
adoptado esta última esplicacion.
V. 64. Detrahere pellem... Quitar la máscara, que
era de piel.
V. 65. Cederet... Por incederei.
Lxlius... Hubo dos personages célebres
de este nombre,
amigos ambos de dos Escipiones, por lo cual no
es estraño que se haya confundido frecuentemente a unos
y otros. El primero de los Lelios célebres, llamado
Cayo
Le/io Nepote, acompañó al gran
Escipion (Publio
Cornelio) de quien hablé en las notas a la oda octava
del libro cuarto, a la célebre espedicion a Cartago, en que
ganó este el sobrenombre de Africano. El segundo Lelio,
llamado Cayo Lelio el prudente (sapiens) fué hijo del
primero, pasó también a Cartago en compañía de otro
Escipion (Publio Emiliano) de quien hablaré mas abajo,
y se distinguió en Africa y en España como su padre
con el cual tuvo tantos puntos de semejanza , que seria
difícil determinar de cual de los dos Lelios citados
hablaba
Horacio en este pasage, si la calificación del verso
setenta y dos 110 nos guiara en su aclaración. La duda
aparecía mayor, por cnanto Horacio habla aqui de un
Escipion , «que adquirió un sobrenombre merecido por la
rendición de Cartago» (el de Africano) y hubo dos
Escipiones
célebres por este motivo, y con los cuales vivieron
respectivamente en gran intimidad los dos Lelios,
padre é hijo. Yo escusaré hablar del primero de estos
puesto que no es el de quien trata aqui el poeta ; y limitándome
al segundo, a quien evidentemente designa,
diré que fué discípulo de Diógenes v de Paneto, ilustres
filósofos estoicos, y que despues de haber contribuido,
sirviendo a las órdenes de Escipion Emiliano, a la destrucción
de Cartago, se distinguió en España por su cordura,
y por una gran victoria que obtuvo sobre Viriato.
En el año de 614 de Roma fué nombrado cónsul, y en e^
ejercicio de esta dignidad mostró la moderación y la prudencia
, que le valieron el título de sapiens, (prudente)
á que alude Horacio, cuando en el número 72 dice
miiis
sapientiá Lzeli. Lelio pasaba largas
temporadas con Escipion
en una casa de campo que este tenia a orillas de'
mar, y ambos eran amigos de Pacuvio, de Terencio y
de Lucilio, como lo habia sido de Enio el Escipion que
conquistó el renombre de Africano. Cicerón hizo hablar
muy honrosamente a Lelio en sus diálogos de la amistad
y de la república.
V. 66. Duait ab oppressá meritum Carthagine nomen...
En la oda octava del cuarto libro habló Horacio del que
domita
nomen ab Africa lucratus rediit, es
decir que en aquella
pieza y en esta designó a un individuo con la perífrasis
de «el que conquistó en Cartago vencida el sobrenombre
de Africano;» y a pesar de esta igual calificación,
fueron dos diferentes individuos los designados, pues
como he dicho en la nota anterior, fueron dos los Escipiones
que adquirieron en Cartago aquel sobrenombre
glorioso. Del primero (Publio Cornelio) ya hablé en ¡as
notas a la citada oda; el segundo llamado Emiliano,
porque fué hi jo del célebre Paulo Emilio, nació
cincuenta
años despues que el primero , en el de 568 de Roma. Su
padre le hizo entrar por adopcion en la familia de los
Escipiones
, le llevó muy joven a su famosa espedicion contra
Perseo, rey de Macedonia, y le puso en seguida bajo la
dirección de Metrodoro y de Polibio, conocido este aun
hoy como ilustre guerrero é historiador, v afamado aquel
en su tiempo, como filósofo profundo. Polibio, grande
amigo desde luego del joven Escipion Emiliano, le formó
en breve con sus lecciones, y ie inspiró sobre todo ej
desinterés que le hizo eu seguida el ídolo de sus compatriotas.
Desde España, donde fué enviado Emiliano, con
el carácter de tribuno ó gefe de uua legión, pasó luego
con una importante comision a Africa, y de alii volvió á
Roma, donde nombrado cónsul, se ie adjudicó el mando de
aquella provincia. Trasladóse a ella seguido de su fiel amigo
Lelio, de quien hablé en la nota anterior, y habiendo
adquirido alli por victorias casi decisivas, y por hábiles
negociaciones, un gran prestigio, se decidió a acabar
con Cartago, mal restablecida del golpe tremendo que le
diera en Zama el Escipion Africano, su abuelo adoptivo.
El Emiliano hizo el sitio de aquella ciudad, y aunque
defendida por la naturaleza y el arte, y por su inmensa
poblacion de cerca de un millón de habitantes,
la tomó en fin despues de prodigios de valor, de perseverancia
y de inteligencia, que Polibio, testigo presencial
de los sucesos, nos ha conservado. La ciudad fué incendiada
, y su destrucción valió de nuevo al guerrero bajo
TOMO III. 16
cuva dirección se obtuvo tan señalado triunfo, el titulo
de Africano, conquistado ya antes por su abuelo. Vuelto
el nieto a Roma, vivió alli con gran consideración algunos
años, al cabo de los cuales fue nombrado censor, y
en seguida cónsul por segunda vez. Destinado con este
carácter a España , donde los ejércitos romanos acababan
de sufrir recientes descalabros, empezó por restablecer
alli la disciplina de las legiones , y emprendió en fin el
famoso sitio de Numancia , de que todavia hoy despues
de dos mil años cabales, recuerdan con ufania los españoles
la heroica resistencia. Todo el mundo conoce la
obstinación con que Escipion se negó a conceder una ca.
pitulacion honrosa a los héroes alli encerrados, y la resolución
desesperada que de resultas tomaron ellos de perecer,
como lo verificaron los mas decididos, dejando á
los que no lo fueron t a n t o , el oprobio de la mas dura
esclavitud. Este suceso valió a Escipion el título de
Numantino,
como el de Cartago le habia valido el de
Africano. Estos dictados gloriosos, no le preservaron sin
embargo de las contiendas intestinas, tan frecuentes en
las repúblicas, y en Roma le dieron mas en que entender
los esfuerzos demagógicos de su célebre cuñado Cayo Graco,
que en periodos anteriores Cartago y Numancia. Su
ascendiente neutralizó por algún tiempo las tentativas de
aquel tribuno, pero pereció al fin por sus asechanzas,
favorecidas por su hermana Sempronia, muger del insigne
guerrero. Un día se encontró a este muerto en su cama,
y bien que todos le creyesen envenenado por su muger,
ó sofocado por los sicarios del hermano de esta , nadie
se atrevió a mandar que se reconociese el cadáver, por
miedo de que resultase comprometido en el asesinato, el
nombre del temible tribuno. Toda la ciudad asistió no
obstante a los funerales del héroe, que durante cuarenta
años habia hecho a su patria los mas señalados servicios.
V. 67. Metello... En tiempo de Lucilio hubo muchos
Metelos, entre los cuales tuvieron gran nombradía el
Macedónico, el Numidico, v el Piadoso; y vo no
creo
que el poeta, aunque despues, cuando entró en años,
no respetó siempre las mas altas reputaciones, se aventurase
en sus primeras sátiras a maltratar a personajes
que gozaban de una consideración debida a muv eminentes
servicios, ni menos que se complacieran en las injurias
de que los cubriese un ooeta, hombres como Escipion
y Lelio. El Metelo Numidico, contra quien en opinion
de algunos intérpretes de Horacio se ensañó Lucilio, fué
no solo gran general, y magistrado íntegro y enérgico,
sino orador aventajado, y uno de los ciudadanos mas
respetables de su tiempo; y lo que es mas, no habia
figurado aun en empleos de alguna importancia, cuando
murió Escipion, y no podia por tanto ser objeto de las
diatribas del joven satírico. Por estas consideraciones creo
que el Metelo maltratado por él, fuese algún individuo
menos ilustre de aquella antigua familia. No concluiré
esta nota sin observar las dificultades que presenta la
cronología de estos personages, pues de Escipion se dice
que murió hacia el año de 624, y de Lucilio que nació
en 605. Si estos dos hechos fuesen ciertos, resultaría, que
el poeta tenia diez y nueve años cuando murió el guerrero,
y por consiguiente ni aquel habría podido servir á
las órdenes de éste en el sitio de Numancia, ni ser despues
compañero de sus diversiones en Roma, ni divertirle
con sus sátiras. La edad de diez y nueve años no ofrece
espacio para tantas y tan diferentes cosas.
V. 68. Lupo... Los comentadores supusieron que este
individuo era el Publio Rutilio Lupo, que fué cónsul en
664; pero no creo que tuviesen para esta designación
razón mas plausible, que para ver en el Metelo nombrado
antes por Horacio, al que conquistó el sobrenombre de
Numidico.
V. 69. Primores populi... «Por los fragmentos que
quedan de Lucilio, dice el P. Sanadon, se vé que no
tenia aquel poeta ningún miramiento con los grandes.
Ademas de Lupo y de Metelo, zahirió nominativamente á
Mucio Escévola, Tito Albucio, Torcuato, Marco Carbo,
y otros muchos de su clase.» Esto no se estrañará cuando
se píense en lo que lisongea siempre a la multitud la
murmuración que se encarniza en los hombres mas distinguidos.
La envidia aplaude siempre las dentelladas de
la maledicencia, y el maldiciente que se ve aplaudido,
redobla de esfuerzos, y suele no respetar ni las mas
asentadas reputaciones.
Populumque tribuíim... El pueblo romano estaba dividido
en treinta y cinco tribus.
V. 72. f'irlus Scipiadx... Por el virtuoso Escipion.
como milis sapientia Leli por el sabio y moderado
Lelio.
V. 74. Doñee decoqueretur olus... No se cenaban mas
que yerbas, porque las leyes Fannia y Licinia fijaban á
una cantidad muy módica la carne que se podia gastar
en los banquetes; pero esta privación se compensaba con
condimentar de mil modos, a cual mas esquisito, las
legumbres, cuyo uso no estaba sujeto a la menor restricción.
Herbas omnes ita condiunt, ut nihil possil esse
suavius, decia Cicerón.
V. 75. Quamvis infra Lucili censura... Lueilio era
caballero, y para serlo era necesario tener cuatrocientos
sestereios mayores, esto es, ciento veinte mil reales, y
esto constaba en el censo ó registro. De aqui el decir de
sí Horacio, que era infra Lucili censum.
V. 76. Cum magnis vixisse... Con Mecenas, y aun
con Augusto.
V. 77. Et fragiti... Esto es,
volens invidia me fragilem
Ixdere, impingetin solidum, el inveniet me talem,
qui possim resistere mordacibus, como
dijo el antiguo
escoliasta; ó como dijo Acron, putans
se invenire quod
mordeat, inveniet durum ac solidum.
Alude a la antigua
fábula de la lima y la serpiente.
V. 78. MUi quid tu... Fórmula de atención, equivalente
á si usted no lo lleva a mal, si usted me lo permite.
V. 79. Di/fingere... Asi se lee en todas las ediciones
antiguas y en la mayor parte de los códices.
Diffindere,
deffigere etc. que se lee en muchas
ediciones, no tiene
interpretación natural, como la tiene di/,fingere. Equidem,
dice Trebacio, nihil ex his qux dixisti,
di/fingere, hoc
est, infirmare, re/ellere, refutare, conveliere, labefactare
possum, como observó Bentlei
perfectamente.
V. 82. Si mala condiderit... Es lo dispositivo de la
ley de las doce tablas, relativa a esta materia.
Si quU
occentassit malum carmen, sive condidissit quod infamiam
faxit, flagiliumque alteri, capital esto.
Augusto
renovó esta ley, que a pesar de su severidad draconiana,
seria mejor ver renovada hoy, que llorar mancilladas las
reputaciones mas puras por gentes que no viven siuo revolcándose
en el fango de la maledicencia.
V. 82 y 83. Jus est judiciumque...
Illud vero jus et
judiciumque, dice Torrencio,
ex ediclorum formulis
petitum, ut Trebatium loqui ex jurisconsulti persona
par erat. Esta fórmula equivalía a la
que yo he empleado
en mi traducción.
Y. 83. Si quis mala... Horacio retruecanea con este
adjetivo. El jurisconsulto dice malos versos, por versos
injuriosos, y el poeta dice que los suyos son tan buenos,
que los alaba Augusto, tomando la palabra buenos en el
sentido de bien hechos.
V. 84 Laudatus... Esta lección, que es la de siete ú
ocho manuscritos, y la de varias ediciones, hace mejor
sentido que la de laudalur, que se vé generalmente.
V. 85. Latraverit... Otros con mucha menos autoridad
laceraverit.
V. 86 Solvenlur risu tabulx... Esto es, se romperá
el proceso riendo a carcajadas. Tabulx era lo que
nosotros
llamamos los autos.
Tu missus abibis... «Saldrás libre y
sin costas.» Lo
cual equivale a decir: «haz lo que quieras, pues nada
tienes que temer.» Apoyarse con esta autorización parece
ser el objeto de la sátira.
iíl ibíMlsfl
>ÍE IH9J¿E'lJBiI
mu: wq iuQ
I ftCflOlllg
SATYRA IL
Qiue virtus et quanta, boni, sit vivere parvo
(Necmeus hie sermo e s t , sedquern praecepit OfeIlus
Rusticus, abnormis sapiens, crassàque Minervà)
Discite, non inter lances mensasque nitentes ;
Cum stupet insanis acies fulgoribus, et cum 5
Acclinis falsis animus meliora recusal :
Verùmhìc impransi mecum disquirite. Cur hoc?
Dicam si potero : malè verum examinat omnis
Corruptus judex. Leporem sectatus, equove
Lassus ab indomito, vel si Romana fatigat 10
Militia assuetum graecari, seu pila velox,
Molliter austerum studio fallente laborem,
Seu te discus agit, pete cedentein aera disco.
Cum labor extuderit fastidia, siccus , inanis
Sperne cibum vilem , nisi Hymettia mella Falerno 15
Ne biberis diluta. Foris est promus , et atrum
Defendens pisces hiemat mare : c um sale panis
Latrantem stomachum bene leniet. Unde putas aut
Qui partum ? Non in caro nidore voluptas
Stimma , sed in te ipso est. Tu pulmentaria quaere 20
1k
LIBRO II. 5)47
y iiuUc .¿i ftiatiiiaM.jUiirtihai
SATIRA II.
Amigos, os revelo
Que es la frugalidad virtud muy pura.
No soy yo quien lo digo, sino Ofelo,
Sagaz labriego, sábio sin cultura.
Oid, no en ricas mesas, ni en salones,
En que deslumhran locas profusiones,
Y a lo falso el espíritu se inclina,
Y la verdad en desechar se obstina.
Ayunos discutamos este asunto.
Y ¿por qué ayunos? Lo sabréis al punto.
Juez que el soborno vicia,
Mal examinar puede la justicia.
Corre tras liebres tu, corceles doma,
O si a costumbres griegas avezado,
Los ejercicios cánsante de Roma,
Con el disco pesado,
O la pelota rápida entretente,
Diversiones en que del agetreo
Indemniza el recreo:
Y cuando la fatiga el tedio ahuyente,
Y hambre ó sed te atormente,
Marcha a pedir manjares peregrinos,
O miel para endulzar ásperos vinos;
Que si no hay mayordomo, ó si alterado
No permitiere el mar sacar pescado,
Ya quedará contento
Con pan untado en sal tu vientre hambriento.
Y ¿de qué piensas tú que esto dimana?
De que el placer por mas que se te diga
No en el manjar está, sino en la gana,
Y la salsa mejor es la fatiga :
I lift
248 LIBER II.
Sudando. Pinguem vitiis albumque nec ostrea,
Nec scarus, aut poterit peregrina juvare lagois.
Vix tamcn eripiam posito pavone, velis quin
Hoc potius quitm gallini tergere palatum ;
Corruptus vanis reruni, quia veneat auro 25
Rara avis, et pictA pundatspectacula caudii;
Tamquam ad rem attineat quidquam. Nura vesceris
ista,
Quam laudas plumi? Cocto num adest honor idem?
Carne tamen quamvis distat nihil Mc magis ilia;
Imparibus formis deceptum te patet: esto. 30
Unde datum sentis, lupus hie, Tiberinus, an alte
Captus hiet? pontesne inter jactatus, an amnis
Ostia sub Tusci ? Laudas, insane, trilibrem
Mullum; in singula quem minuas pulmenta necess6
est.
Ducit te species, video. Quo pertinet ergo 35
Proceros odisse lupos? quia scilicet illis
Majorem natura modum dedit, his breve pondus.
Jejunus rard storaachus vulgaria temnit.
Porrectum magno magnum spectare catino
Vellem, ait Harpyis gula digna rapacibus. At vos 40
J)?«1!
Mientras quien de una en otra francachela
Abotagado vuela,
Encuentra desabrido y aun amargo
El lebrato de mar, la ostra y el sargo.
No de ti empero recabar podría,
Si un pavón en tu mesa se servia,
Que a una gallina no le prefirieras.
¿Que te seduce en el? que es raro y caro,
Y forma con su cola matizada
Una decoración muy variada.
Mas ¿ que hace a la sustancia la pintura ?
¿ Comes quizá esa pluma que te encanta ?
¿ O despues de cocido ella le dura ?
Pero aunque del pavón y la gallina
No es distinto el sabor, y el aparato
Del plumage tan solo te alucina,
Tal preferencia demos de barato;
Mas de un lobo marino ¿ como sientes
Si en el mar ó en el Tiber fué cogido,
Si en las bocas del rio ó entre puentes ?
Loco te vuelve un barbo de tres libras;
Y si a comerlo vienes,
Por fuerza en trozos que partirlo tienes.
Si te agrada el tamaño,
¿Por qué juzgas un daño
Que aquel lobo marino enorme sea ?
Porque natura diole
A uno pequeña y a otro grande mole.
¡ Ah! rara vez estómagos hambrientos
Desdeñan los mas malos alimentos.
«Lo que a mi me recrea,
Dice uno mas gloton que cien harpías,
Es ver tendido un peje monstruoso
En un plato espacioso.»
Ven austro, y les manjares inficiona
1 6 "
250 LIBER 11.
Präsentes , Austri, coquite lumini obsonia : quauuvis
Putet apcr rliombusque recens, inala copia quando
yEgrum sollicitât stomachimi ; cum rapula plenus
Atque acidas mavult inulas. Necdum omnis abacta
Pauperies epulis regum ; nam vilibus ovis, 45
Nigrisque est oleis hodie locus. Haud ita pridem
Galloni proeconis erat acipensere mensa
Infamis. Quid ? Tum rhombos minus aequora alebant?
Tutus erat rhombus, tutoque ciconia nido,
Donec vos auctor docuit praetorius. Ergo 50
Si quis nunc mergos suaves edixerit assos,
Parebit pravi docili» Romana Juventus.
Sordidus à tenui victu distabit, Ofello
Judice: nani frustra Vitium vitaveris illud,
.!• ' fUftî t|> übfifl • gl ¡2.
Si te alio pravum detorseris. Avidienus, 55
Cui canis ex vero ductum cognomen adhairet,
Quinquennes oleas est, et silvestria corna;
Ac, nisi mutatura, parcit defundere vinum; et
Cujus odorein olei nequeas perferre (licebit
Ille repotia, natales, aliosve dierum 60
Festos albatus celebret ) cornu ipse biiibri
De esa turba glotona;
Mas ¿ a q u é ? la abundancia sin pensallo ,
Hastio al infeliz ahito inspira,
Y cual podrido mira
El fresco jabalí y el rodaballo,
Y mientras ya de nada probar quiere,
La alcaparra y el rábano prefiere.
Pero no, en los banquetes de señores
Aun no despareció completamente
La antigua sobriedad de sus mayores;
Y todavía en ellos se consiente
El vil huevo, y la fruta del olivo;
Y ha poco, fue de escándalo motivo
El ver que sollo un dia
De Galonio en la mesa se servia.
¿No hubo antes rodaballos por ventura?
Estos seguros en el m a r , segura
La cigüeña contábase en su nido,
Hasta que un pretoriano corrompido
Aquel pez puso en moda y la cigüeña:
Y si hoy alguno en ponderar se empeña
Que es buen manjar el somormujo asado,
Verás la juventud ciega y liviana
Somormujos comer de linda gana.
Según Ofelo el bueno,
Se debe sobrio ser sin ser tacaño;
Pues es inútil evitar un daño
Para caer en otro. Ese Avidieno,
A quien el pueblo todo
De can designa con el justo apodo,
Guinda silvestre y aceituna rancia
Come solo, torcido vino escancia.
Si a natal, boda, ú otra fiesta, ornado
De blanca toga , huéspedes convida,
Por su mano a las coles en redondo
Quali igitur victu sapiens utetur , et horum
Utrum iinitabitur ? Hâc urget lupus, hâc cauis, aiunt.
Mundus erit qui non offendat sordibus, atque 65
In neutram partem cultùs miser. Hic neque servis,
Albuti senis esemplo, dum munia didit,
Saevus erit ; neque, sic ut simplex Noevius, unctam
Convivis praebebit aquain : vitium hoc quoque magnum.
Aecipe nunc victus tenuis quae quantaque secuin 70
Afferai. In primis valeas bene : nam vari® res
•nrçof» or - ••!• r* < rar ± • t. (
Ut noceant homini, credas, mernor illius esc»,
Quae simplex olim tibi sederit. At simul assis
Miscueris elixa, simul conchylia turdis ;
Dulcia se in bilem vertent, stomachoque turnultum 75
; oUaun f.,
Lenta feret pituita. Vides ut pallidus omnis
Cenâ desurgat dubiâ ? Quin corpus onustum
Hesternis vitiis animum quoque praegravat unà,
Atque affigit humo divin« particulam aurae.
Echa su cborreon de aceite hediondo,
De un cuerno de dos libras de cabida ,
Mientras despilfarrado
No escasea el vinagre evaporado.
Y i qué hará el que es prudente,
Cuando, como se dice vulgarmente,
De un lado el perro, de otro el lobo acosa ?
No causar asco por roñoso trato ,
No esclavizarse por tener boato;
No ser impertinente ni molesto
Con sus criados, como el viejo Albucio,
Cuando alguno tal vez no está en su puesto,
FSfí dar en un banquete un baño sucio,
Como el simplón de Nevio hacer pudiera,
Pues esta es una falta muy grosera.
¿ Quieres saber los bienes
Que en una vida sobria considero ?
La salud el primero ;
Y ciertamente en la memoria tienes,
Porque en el mal repares
Que hace la variedad de los manjares,
Lo bien que te sentiste
Siempre que de un manjar solo comiste.
Mas si mezclas cocido con asado ,
Y caza con pescado,
Todo lo dulce en bilis se convierte,
Y lo demás en flema pegajosa,
Que destroza al estómago mas fuerte.
¿ No ves cual de una cena suntuosa,
Pálido todo el mundo se levanta ?
Postrado el cuerpo del continuo esceso,
Carga en el alma parte de su peso,
Y ata al suelo mezquino
Esa porcion de espíritu divino:
Mientras noche serena
Alter ubi (lieto eitiùs curala sopori so
Membra dedit, vegetus praescripta ab raunia surgit.
Hic tamen ad melius poterit transcurrere quondam,
Sive diem festum rediens advexerit annus ;
Seu recreare votet tenuatum corpus, ubique
Accedent anni, et tractari molliùs aetas 85
Imbecilla volet. Tibi quidnam accedei ad istam,
Quam pueret validus pnesumis, mollitiem, seu
Dura valetudo inciderit, seu tarda senectus?
Rancidum aprum antiqui Iaudabant; non quia nasu»
Illis nullus erat, sed, credo, hòc mente, quod
bospes 9Q
Tardiùs adveniens vitiatum commodiùs, quàm
Integrum edax dominus consumeret. Hos utinam inter
Heroas natum tellus me prima tulisset!
Das aliquid famae, quae Carmine gratior aurem
Occupai humanam ? grandes rhombi patinseque 95
Grande ferunt una cum damno dedecus. Adde
Iratum patruum, vicinos , te tibi iniquum,
Et frustra mortis cupidum, cum deerit egenti
As, laquei pretium. J u r e , inquis, Trasius isti»
Jurgatur verbis: ego vectigalia magna ioo
Divitiasque habeo tribus amplas regibus. Ergo
Quod superai, nou est melius quo insumere possi»?
Cur egetindignus quisquam, te divite? quare
Tempia ruunt antiqua Deùm? cur improbe, char*
Nonaliquid patriae tanto emetiris acervo? 105
Pasa aquel que tomó ligera cena.
Fuerte a otro dia salta de la cama ,
Y listo va dó su deber le llama.
Variación cabe en esto,
Si fiestas llegan, si se está indispuesto,
O cansada vejez pide regalo.
Mas ¿ qué harás cuando viejo ó cuando malo.
Si te das sano y mozo, tan buen trato ?
Jabalí rancio se estimaba un dia;
No porque en el gozárase el olfato,
Sino porque una lonja mas valia,
Si a deshora llegaba un forastero,
Que el que su dueño lo comiese entero.
Y ¡ ojalá que entre aquella frugal gente,
Me hubiera hecho vivir hado clemente!
Y si es algo la fama, que asi suena
Al oido, cual blanda cantilena ,
¿No amenguan la opinion de las personas,
Cual la salud, las largas comilonas?
A mas, vecinos y parientes gritan
Contra el gloton, que lleno ya de tedio.
En vano anhelará la muerte darse,
Pues ni un maravedí tendrá ni medio
Con que un cordel comprar para ahorcarse.
—Anda a Trasio, dirás, con esas cuentas;
Yo por mi parte tengo grandes rentas,
Y riquezas enormes, con que puedo
Con tres monarcas competir sin miedo.
—Mas ¿no habrá por tu vida
En que gastar mejor lo que te sobre?
¿ Cómo sufres que un sábio viva pobre,
Cuando tantos caudales tú manejas ?
¿Cómo los templos arruinarse dejas ?
Y en fin ¿como no cedes de tus bienes
Parte al Estado, pues que tantos tienes?
256 UBER II.
Uni nimirum tibi rectè Semper eruut res?
0 magnus posthac inimicis risus ! Uterne
Ad casus dubios fidet sibi certius ? Hic qui
, iiiniinwIlWiMrin 9» to ,arnM.m»h $
Pluribus assuerit meutern corpusque superbura;
An qui contentus parvo, metuensque futuri, 110
In pace, ut sapiens, aptarit idonea bello ?
Quò magis his credas ; puer hunc ego parvus Ofellum
. ' . : ' / ' • 11 |J'l'i'| OiftR
Integris opibus novi non latiùs usum,
Quam nunc accisis. Videas metato in agello
• • V , (
Cum pecore et natis fortem mercede colonum , 1 15
« Non ego, narrantem, temere edi luce profestà
Quidquam praeter olus, fumosae cum pede pernae.
Ac mihi, seu longum post ternpus venerat hospes,
Sive operum vacuo gratus conviva per imbrem
Vicinus ; bene erat, non piscibus urbe petitis, 120
Sed pullo atque haedo: tum pensilis uva secundas
Et nux ornabatmensas, cum duplice ficu.
Post hoc ludus erat culpà potare magistrà ;
Ac venerata Ceres, ut culmo surgeret alto,
Explicuit vino contraete seria frontis. 125
Saeviat, atque novos moveat Fortuna tumultus ;
Quantum hinc imminuet ? quanto aut ego parciùs,
autvos,
¿A ti solo imaginas por ventura
Que siempre saldrá todo febzmente?
¡ Ay! que has de ser la risa de la gente.
¿ Quien mas recursos contra suerte dura
Hallará en si? ¿el que siempre antojadizo,
De alma y cuerpo caprichos satisfizo,
O el parco aquel, que al porvenir repara,
Y en la paz a la guerra se prepara?
Añadir quiero, porque creas esto,
Que en mi niñez viá Ofelo tan modesto,
Cuando estaba nadando en la riqueza,
Como ahora en la pobreza.
Colono fiel de pegujal menguado,
Contento entre su prole y su ganado,
« Nunca, decia, usé, siendo opulento,
En dia de trabajo otro alimento,
Que yerbas y algún pie de puerco ahumado.
Mas si un huesped tal vez se aparecía,
A quien yo con frecuencia no veia,
O un temporal, que trabajar vedaba,
Algún vecino a casa me llevaba,
Los obsequiaba bien, y no con peces
De la ciudad traídos fresquecito,
Mas con un buen capón ó un buen cabrito.
Postres, uvas de cuelga, higos y nueces,
Y el vino circulaba en los tazones,
Sin mas ley que evitar las desazones;
Y a Ceres dirigiendo himnos fervientes,
Porque mieses nos diera en abastanza,
El vino y la esperanza
Desarrugaban las cuitosas frentes.
Ahora, por mas que contra mi su ceño
Continúe mostrando la fortuna,
¿Podrá quitarme ya cosa ninguna?
¿Desde que mi heredad mudó de dueño,
t o m o i n . 17
0 p u e r i , nituistis, u t h u c n o v u s incola venit?
^ ' S t t B t U U ! ' ) ! C)||I'|J ¿ 1 I . 1 )
Nam propriae telluris h e r um n a t u r a neque ilium,
Nec m e , nee quemquam statuit. Nos expulit ille; 130
Ilium aut nequities aut v a f r i inscitia j u r i s,
Postremö expellet cert6 v i v a c i o r haeres.
Nunc ager Umbreni sub n o m i n e , nuper Ofelli
D i c t u s ; erit nulli p r o p r i u s , sed cedet in usum
Nunc mihi, nunc alii. Q u o c i r c a vivite f o r t e s , 135
Fortiaque adversis opponite p e c t o r a rebus.»
NOTAS.
Este elogio de la frugalidad brilla por la verdad de
los pensamientos y por la viveza del colorido, en términos
que difícilmente podria decir mas ni mejor un filósofo
austero ni un misionero fervoroso. | Qué hermoso es
ver a la poesía adornando con sus galas los preceptos de
la moral, y presentando el cuadro de los desengaños de la
vida! Cuando se dedica a este ú otros objetos de utilidad
común, la poesía es el instrumento mas poderoso de la
filosofía.
V. 3. Sed quem prxcepit O/ellus... Algunos leen qux
en lugar de quem. La precaución del poeta de hacer hablar
á un labrador de buen sentido es un artificio oportuno
, con el cual da mas peso a sus razones. Ofelo es
desconocido.
V. 3. Abnormis sapiens.. Filósofo sin regla, es decir,
que no sigue los preceptos de esta ni de aquella escuela;
que no está prevenido en favor ni en contra de ninguna
doctrina.
Hemos vivido menos abundantes
Que vivíamos antes ?
¿A e s e , a mi ó a otro alguno por ventura
La propiedad le concedió n a t u r a?
El me l a n z ó , sus vicios lanzaránle,
O un pleito en que le meta algún escriba,
O bien el que le herede y sobreviva.
Hoy de Umbreno parece
Ser la heredad que fue de Ofelo un dia,
Mas como propia a nadie pertenece ;
Lo que es de todos es el u s u f r u t o,
De que mañana t ú , y hoy yo disfruto.
Constancia p u e s , y pecho oponed fuerte
A todos los rigores de la suerte. »
Crassáque Minervd... Esto es, cuyo talento natural no
se ha ejercitado en las ciencias.
V. 6. Insanis fulgoribus... El brillo de una profusión
¡oca.
V. 9. Leporem sectatus... El P. Sanadon recuerda sobre
este pasage la necesidad de tener presente el estilo
elíptico de Horacio para poder seguir el hilo del pensamiento.
El poeta dice, ó por hablar mas exactamente,
quiso decir: Feras venare, equos agita,
exerce te ad
belli munia: si vero tibi nec venatio arridet, nec equitatio,
nec mililaris disciplina, assueto scilicet helluari ac
perpotare Grxcorum more , pilá vel disco lude.
Yo pienso,
como el jesuita citado, que habría sido mejor que
nos ahorrase Horacio el trabajo de tener que hacer estas
observaciones para entenderle.
V. i i . Grxcari... Beber a la usanza griega. Las
antiguas
mesas griegas se parecían mucho, en cuanto a la bebida
, a las mesas inglesas de ahora.
V. 12. Molliter austerum... La idea es exacta, pero
la enunciación es un poco equívoca , pues cuesta trabajo
adivinar que el studium se toma aqui por el
placer que
causa la diversión.
V. 14. Agil... Por trah.it,
delectat.
Cedentem aera... Aer enim levis facilè cedit ponderi,
dice el antiguo escoliador.
V. 14. Extuderit... Extulerit, que leen algunos, es
un disparate, y expulerit, que leen otros, no está
bastante
autorizado.
V. 15. Nisi Hymettia mella Falerno... Del monte
Himeto y del vino de Falerno hablé en las notas a las
odas. Cuando el dicho vino era demasiado seco, se le
echaba miel de la Atica para endulzarle, pues los antiguos
gustaban mucho de vino dulce.
V. 17. Hiemat mare... Por procellis agitatur.
V. 19 Caro nidore voluptas .. Badio Ascencio observó
que aqui se contenia el perfume agradable y el precio
subido. Nosotros podríamos decir también
caro olor el
deleite; pero nadie lo entendería, y
para espresar la
idea que envuelven estas tres solas palabras, necesitamos
decir : « no consiste el placer en el mucho precio de un
manjar ni en su olor esquisito.» Por aqui se podrá calcular el
trabajo de un traductor que ha de luchar constantemente
cou un original tan conciso.
V. 20. Pulmentaria .. Al principio se llamaba puls
en Roma a una especie de puches que se hacían con diferentes
granos ó semillas ; y porque esta comida era
muy del gusto de todos, se dieron despues ios nombres
de pulmentaria, y de pulmenta a los platos mas
ricos
ó mejor condimentados.
V. 21. Pinguem vitiis albumque... Albus, como lo
observaron sobre este lugar varios intérpretes, significa lo
mismo que el pallidus del verso setenta y seis. Fitia
designa los escesos de la mesa, como en el verso setenta
y ocho.
V. 22. Lagois... No se sabe qué bicho era este. Muchos
intérpretes creyeron que era una liebre marina, parecida
en el sabor a la liebre de tierra.
V. 25. Fanis rerum... Fana rerum es lo supèrfluo ó
inútil de las cosas.
m
Feneat auro... Ya he dicho en otra parte el precio
de los pavos reales, y quien introdujo la costumbre de
comerlos.
V. 26. Et pietà pandat... Este verso es hermosísimo.
V. 28. Honor... Hermosura.
V. 29. Carne tamen... Esto es,
Quamvis nihil distai,
nihil magis excellit carne hac pavonis, illa gallinx,
tamen patet te, deceptum imparibus formis, hanc
carnem illi prxponere: esto : sed unde datum sentís,
unde nosti, quo sensu percipis etc. Esto
es un término
que el antiguo escoliasta esplicò con el de concedo.
V. 31. Lupus hic Tiberinus... El refinamiento del
lujo y de la gula llegaba hasta pretender discernir los
lobos marinos cogidos en el rio ó en el mar, y en una
parte del rio ó en otra.
V. 32. Captus liiet... Verosímilmente quiso Horacio
designar con el verbo hiare la voracidad del lobo marino.
V. 33. Trilibrem mullum... Es imposible figurarse nada
mas estravagante que el lujo de la mesa entre los romanos.
Ya he dicho en otra parte que llevaban ostras hasta
de las costas de Inglaterra : ahora añadiré que por los
barbos de cierto tamaño se pagaba un dineral ; y Asinio
Celer compró uno de dos libras en setecientos reales.
V. 38. Jejunus stomachus Este verso interrumpe el
hilo de las ideas, y parece aqui como postizo. Asi, hubo
editores que lo suprimieron.
V. 39. Porrectum magno... Comentador hubo que creyó
que los cuatro espondeos seguidos de este verso representaban
la magnitud del barbo que deseaba el gloton.
Riendo de esta singular aprehensión , no se podrá dejar de
convenir en que este verso es armoniosísimo.
V. 40. Harpyis rapacibus... Las Harpías eran unos
monstruos alados, que la mitología hizo bijas de un Taumas,
hijo de Neptuno y de la Tierra. Tenian cara de
muger, cuerpo y uñas de buitre, y orejas de oso: su
voracidad era insaciable, é insoportable el hedor que
despedían ; sus manos tenian la triste virtud de corromper
ó secar cuanto tocaban. A las Harpías encomendaron los
dioses arrebatar los manjares de la mesa de Fineo, rey
u ort° „ T ,0S °j 0 S ^ SUS ,IÍÍ0S' «'»"»tofo» por una torpe
madrastra. Los gemelos Zeto y Calais, cuñados
furor HP ' k ^ r t 3 r , 0 D al c a l ) 0 de cierto
tiempo, del
Z m6aStrU0S> a , 0 S C u a l e s lanzaron a las
0 1 , 7 , StrÍV° ! Í ) ' s i t u a d a * sur de Zacinto
(hoy Zante en el mar jónico). Las Harpías eran tres
va í l T n C; , e n ° ' A e ! 0 -V Su nombre equ"
or l T " / ™ ' Ó d e r(' P a*> »"»o las llama
aqu Horacio. Considerando a las Harpías como vengaoe
las leyes, ¿no se podria traslucir en su creación la
¡menc.on misma con que se personificaron en ^ Furi
o remordmnentos que devoran a los delincuentes P ¿la
misma con que se supuso pendiente de una crin, la Lpada
que amenaza sin cesar a las cabezas de l o s ' m o r"
Harvlas T ' \ ^ Zel° * C a l a i s los
d T S e n de p S l g n ¡ í a r qUe CUmpl¡da la «Piaron
tos T I F , n e ° ' 56 ' , a b Í a n r e t i r a d 0 i o
s instrumenis
ote d! g° 3 ' SU h a b Í t U a l r e S ¡ d e n c Í a ? L p s
'educidos
•slotes del mar jonico, morada habitual de aves marinas
y hoy mismo habitados solo por sesenta ú ochenta m ' ^
griegos ¿no eran un lugar propio para que la fábulasu
S n d 0 S a d 105 S ¡ Ü Í e S t r 0 S destinados á
ejecuta de tiempo en t.empo las venganzas celestiales?
V 41 Austri, coquite etc... Esta apostrofe a los
vientos del mediodía es viva, apasionada y^Iegante i
fie, mente se puede manifestar .a indignación de un modo
nía fuerte. Coquite por
corromped, apestad
v
PUJel-
D d Verb0 Puteo< '^der.
v. 43 JLcjrum sotlicitat stomachum... Literalmente
carga el estómago debilitado. «raímente
V. 44. Acidas mavult ínulas... El elenio se echaba
f ^ d u m omnis... Esta espresion envuelve un sarcarmo
picante. Porque aun se comian huevos y aceituna
.ce e poeta q U € n o s e h a b ¡ a ^ ^ J
bnedad de las mesas antiguas.
V. 46. Nigris oléis... Las aceitunas se cogian muy
maduras, o bien se adobaban en términos que siempre
estaban negras.
V. 47. Gallonl prxconis... En efecto, apenas habia
cien anos que escandalizára al mundo el sollo de la mesa
de Publio Galonio, personage muy aficionado a comer
bien, y a quien Lucilio habia llamado gurges, (abismo)
por lo que tragaba. El lujo de los sollos se acabó pronto;
pero mientras duró fué de los mas estravagantes que
jamas se vieron; el plato en que se servían llevaba su
corona, igualmente que el criado que le presentaba en la
mesa, y ó este precedían trompeteros, cacareando la llegada
del sollo. Su precio era enorme, y escedia en mucho
a lo que puede imaginar la gula presente.
V. 48. Quid? turn rhombos... ¿No habia entonces
rodaballos
? dice el poeta. Sí; pero entonces un loco puso
en moda los sollos; otro hizo despues lo mismo con los
rodaballos y las cigüeñas; y es tal el imperio de la moda
, que si ahora viniera uno recomendando los somormujos,
los hallarían regaladísimos nuestros petrimetres. Este
es el sentido. En el mismo verso leen muchos
xquor
alebat, en lugar de xquora alebant.
V. 49. Tutoque ciconia nido.. En efecto, antes del
reinado de Augusto no se comian las cigüeñas en Romapero
se le ocurrió a un estravagante, llamado Asinio
Sempronio Rufo, decir que eran un bocado esquisito, y de
resultas fueron sustituidas a las grullas, que antes se miraban
como una ccsa regalada.
V. 50. Auctor prxtorius... Es el Rufo de quien he
hablado en la nota anterior, a quien por escarnio llama
pretoríano el poeta, porque solicitó la pretura y no la
logro. Con este motivo se le hizo una canción, en que,
aludiendo a dicha circunstancia, se decia que el pueblo
romano, negándole la pretura, habia vengado la muerte
de las cigüeñas.
V. 51. Mergos... Somormujo se llama en castellano
toda ave acuatica que se sumerge ó zambulle, como mergus
en latin , plongeon en francés, y smergo en
italiano;
pero en todas estas lenguas designa particularmente cada'
una de las dichas palabras a una de las aves que tienen
la propiedad de zambullirse. Nosotros traducimos ordinariamente
el mergus por cuervo marino.
Edixerít... Debe observarse la correspondencia de este
verbo con el parebit del siguiente. Parece que el antojo
de comer somormujos se presenta como un decreto, á
que todo el mundo estaba dispuesto a obedecer. Esta afectación
de fórmulas no podia sin embargo conservarse en
la traducción, sin quitar a la idea una parte de su gracia.
V. 55. Avidienus... No se sabe de este avaro mas que
lo que aqui dice Horacio.
V. 56. Cui canis ex veroductum cognomen adhxret...
La traducción literal es, <• a quien se le ha quedado el
sobrenombre de perro, tomado de la verdad.» Espresada
asi la idea en castellano, seria ininteligible. Mas completa
, ó a lo menos, mas claramente aun que en la traducción
que he colocado al frente del texto, la habria yo
desenvuelto, si me hubiese atrevido a decir ,
Avidieno, a quien todos a porfía
Perro llaman por tanta perrería.
V. 57. Quinquennes oleas .. Es evidentemente una
exageración;
pues ¿cómo se podrían comer aceitunas de
cinco años ?
V. Cujus odorem... Es menester suplir oleum, y
ordenar
asi la construcción : ipse bilibri
cornu instillat
caulibus oleum, cujus olei odorem perferre nequeas.
V. 60. Repolla... Dióse este nombre al banquete del
día de tornaboda , porque en él se acababa de comer y
de beber lo que había quedado del dia anterior,
quia
iterum potabatur.
V. 61. Albatus... Los romanos no se sentaban jamas
á la mesa con toga negra, ni aun en los banquetes fúnebres,
y para salir a la calle siempre llevaban togas
blancas, escepto la gente del pueblo.
V. 62. Veteris non parcus aceti... Aqui este veteris
significa probablemente evaporado. El avaro hacia
libaciones
con vino torcido, y no comia, ni aun en las primeras
fiestas del año, otra cosa que coles, con una chorreada
de aceite pestífero, que por su mano misma echaba
de un cuerno de dos libras, y con una gota de vi.
nagre, ya siu fuerza y que parecía agna. Los que dieron
otra interpretación al adjetivo veteris , no notaron que
hacian incurrir a Horacio en un contrasentido, y que
debilitaban el efecto del cuadro.
V. 64. Hdc urget lupus .. Espresion proverbial para
significar que se estaba entre dos riesgos iguales.
V. 65. Qui non offendat... Este pasage es embrollado
v difícil. La traducción literal es, «será limpio el que no
ofenda con manchas, y no se bagá desgraciado por uno
ú otro estremo de su porte, » pues porte es lo que aqui
significa el cultus latino. Ya se ve que esta
anfibológica enunciación
se presta a diferentes interpretaciones. Beutlei, sobre
la fé de muchos manuscritos, sustituyó quá a qui,
é interpretó asi el periodo; Mundus erit quá, esto es,
eatenus qua non offendat sordibus, qua non sordibus
fastidium moveat, non affectabit cultura justo mundiorem.
En un sentido equivalente esplican el pasage los demás
intérpretes.
V. 66. In neutram partem culi As miser... Es decir,
ñeque inclinaos in nimiam et supervacuam mundiliem,
ñeque in oictum Immundum et sordidum. Por esta esplicacion
se ve que cultus es un genitivo. Yo he dicho,
no
se esclavice, para espresar la idea
que envuelve el adjetivo
miser.
V. 67. Albuti senis exemplo... Varios intérpretes creen
que se trata aqui del Tito Albucio, a quien repreudió
Lucilio de querer pasar por griego, a fuerza de afectar
]as costumbres y los modales de aquella nación. El tal
hombre parece que era tan exacto, ó por mejor decir, tan
nimio, que porque todo estuviese a punto, atormentaba
á sus criados hasta desesperarlos. Nevio era el reverso de
la medalla de Albucio. Munia didit equivale rigorosamente
á reparte empleos, distribuye encargos; pues didere
es repartir. Aqua uñeta es agua puerca.
V. 73. Simples: olim tibi sederit.,. Simplex por
so
la, única.
v. n. Cana desurgat dubid... Sin un pasage del
ihormion de Tereucio, acaso no podríamos adivinar
que significaba cana dubia. Esta es,
ubi tu dubites
quid sumas potissimúm. Por Jo demás
desurgere equivale
aquí a surgere de.
y. 78. Hesternis vitlis... Con los
escesos del dia
anterior.
V. 79. Affigit... Esta es la verdadera lección, y la que
tiene la autoridad de todos los códices y de las'antiguas
ediciones. Ajfligit leen oíros, y no habría quien
repugnase
esta variante, si la lección autorizada no fuese tan
fxacta como la que se le pretende sustituir. Por ¡o demas,
este verso es magnífico por la idea y por la espresion.
V. 80. Dicto ciliús curata... AUer qui
parvo vioit,
postquam dedit sopori membra, dicto citiüs curata, id
est, parco cibo refecta etc. Parecía
imposible que se pudiese
engañar nadie en la inteligencia de este pasage.
V. 83 fíediens advexerit annus... Otros adduxerit.
V. 87. Prxsumis... Tomas antes de tiempo.
V. 94. Das atiquid famíe... En el original es demasiado
rapida esta transición, cosa que no sufre la índole
de las lenguas modernas. En el verso setenta y uno se
ha señalado como el primer beneficio de la templanza, la
»alud de que disfrutan los sobrios; aqui se va ahora á
tratar de otro beneficio, y asi lo he hecho yo sentir eu
la traducción.
V. 95. Patinxque... El lujo de los romanos por las
grandes fuentes, dice Dacier sobre este lugar, era tan
escesivo, que Sila las tenia de plata con peso de cuatro
arrobas; y Plinio observa que en Roma habia entonces
mas de quinientas fuentes del mismo peso. Este furor no
disminuyó despues, puesto que en tiempo del emperador Claudio,
uno de sus esclavos, llamado Drusilano, tenia una fuente
denominada promulsis, que pesaba quinientas libras, la
cual
se colocaba en medio de otras ocho fuentes de a cincuenta
libras cada una, y todas juntas se ponían en la mesa
sobre una máquina, que por el nombre de la fuente mayor
se llamaba promulsidarium. Todos han oído hablar
de la fuente de Vitelio, que a causa de su magnitud fué
llamada el escudo de Minerva.
V. 99. Inquis... Otros leen inquit. En cuanto a
Trasio,
que otros llaman Trausio, Rausio, Traxio etc., es
un personage desconocido.
V. 100. Fectigalia., Aqui signiüca esta palabra
rentas
privada,s.
V. 103. Indignus... Scillcet, egestate. esto es,
bene
natas qui non deberet egere, como dijo
el antiguo escoliador.
V. 109. Assuerit mentem corpusque... Aquí hay dos
ideas que era menester separar en castellano, pues no
se podía decir acostumbró a mucho su
cuerpo v su
alma.
V. 114. Metalo in agello... En el repartimiento de
tierras que se hizo a los veteranos que habían servido
contra Bruto y Casio, tocó a un soldado llamadoUmbreno
la heredad de Ofelo. Como a cada soldado debia darse
una porcion determinada de tierra, hubo que medirlas
antes de adjudicarlas, y esto es lo que significa
metato
agello.
V. 118. Seu longum post tempus... Otros leen cum,
pero seu es la lección de todos los manuscritos y de las
ediciones antiguas.
v. 122. Cum duplice ficu... No se está de acuerdo
sobre qué era este Jicus dúplex. Según unos era un higo
de dos especies; según otros el que dan en el otoño las
higueras que a la entrada del verano producen las brevas;
según otros un higo grande; y según algunos en fin el
dúplex ficus equivale a un par de higos. La cosa es
indiferente.
V. 123. Culpd potare magistrd... Esto es,
potare citra
culpam, culpa tenus, ita ut sola culpa potationem moderetur
ac coerceal, como interpretó muy bien
el padre
Sanadon. Otros han leido aqui cupa y cuppa, sin
autoridad
y sin necesidad. Entre ellos hubo quien tradujo
la
copa maestra, y otros dieron
espiraciones cuya arbitrariedad
escusa el trabajo de referirlas. Por lo demás, yo
he hablado en otra ocasion del rey del festin, ó
arbiter
bibendi. En el convite campestre de
Otelo no había otro
moderador quo el temor de cometer un esceso, y esto
significa el culpd magistra.
V. 124. Ut culmo... Generalmente se lee ita. La
construcción, que será siempre embarazada, podría ordenarse
asi: Ceres venerata, id est, rogata (pues el
venera
ta está aquí eu significación pasiva)
ut surgeret culmo
alto, explicuit etc. Explicuit está
aqui por explicabat,
SATYRA III.
\l 'lÙ'AÌtt Av. .SìfiS* ü w*ìv 1 1 - il< --»b , ihi>\f "tfe
Sic raro scribis, ut toto non quater anno
: turf ob«Ji ! i,-\ ., «!.••'!
iVIembranani poscas, scriptorum quoque retexens;
Iratus tibi, quòd vini somnique benignus
Nil dignum sermone canas. Quid fiet ? Ab ipsis
Saturnalibus htic fugisti. Sobrius ergo 5
Die aliquid dignum promissis : incipe. — Nil est.
Gulpantur frustra calami, immeritusque laborat
Iratis natus paries Dìs atque poetis.
—Aqui vultus erat multa et preclara minanti*,
Si vacuimi tepido cepisset villula teclo. IO
Quorsum pertinuit stipare Platona Menandro?
Eupolin, Arcbilocum comites educere tantos?
Invidiam placare paras virtute relictà?
Comtemnére miser. Vitanda «st improba Siren
y el poeta atribuye a Céres los efectos del vino, porque
los campesinos del banquete bebían en honor de la diosa.
V. 131 VaJ'ri inscitia juris... Por jus va/rum se
de
signan sin duda las cavilosidades forenses. La teoría que
Oíelo desenvuelve sobre el carácter ó la naturaleza de la
propiedad, no es seguramente conforme, a las doctrinas
económicas; pero es sostenible, y sobre todo muy consoladora
en moral
, otilo .(ilWKKi u 'til. , l<:i «tCU.il iauib:tltl U)
SATIRA III.
9 1 « ft»iig/ei¡É ?»WíÍvkI í . ^ b - t i j f»lli i o I i í v ouO
i!>«!«'i ¿úhirh mn>.i il biii]i . t •' • 1»i i finiJqlip« biwQ
I H m a s i p o . ¿ N o quieres que halle estrano
Verte escribir tan poco, que en un año
Cuatro veces papel apenas pides?
Tus obras pules, pero bien to pesa,
Que entregado al placer do sueño y mesa ,
No con escritos nuevos te señales.
Pues frugal a pasar las saturnales
Viniste aqui, con algo nos recrea,
Que de tí y tus promesas digno sea.
H o r a c i o . Nada hay, te lo aseguro:
A la pluma culpar en vano anhelo,
Y sufrir hago al inocente muro,
Que a poético furor condenó el ciclo.
Da». Sin embargo indicabas en la pinta
Que trabajar pensabas mucho y bueno,
Cuando libre te hallases en el seno
De tu ¡»brigada quinta.
Sino ¿para qué aquellas precauciones
De cargar de .Menandros y Platones,
Eupolis, Arquiloco y compañía ?
¿Piensas, abandonando tu faena,
La envidia desarmar de tanto necio?
¡Ay! a la envidia seguirá el desprecio.
bibendi. En el convite campestre de Ofelo no había otro
moderador quo el temor de cometer un esceso, y esto
significa el culpd magistra.
V. 124. Ut culmo... Generalmente se lee ita. La
construcción, que será siempre embarazada, podría ordenarse
asi: Ceres venerata, id est, rogata (pues el
venera
ta está aqui eu significación pasiva)
ut surgeret culmo
alto, explicuit etc. Explicuit está
aqui por explicabat,
SATYRA III.
\l Ovl'i'àtì^ ^ ' .SìfiS* Ü w*ìv1 1 - il< --»b , ihi>\f
•
Sic raro scribis, ut loto non quater anno
: turf ob«Ji ! \ ., «!.••'!
ÌVIembranam poscas, scriptorum quoque retexens;
Iratus tibi, quòd vini somnique benignus
Nil dignum sermone canas. Quid fiet ? Ab ipsis
Satumalibus huc fugisti. Sobrius ergo 5
Die aliquid dignum promissis : incipe. — Nil est.
Gulpantur frustra calami, immeritusque laborat
Iratis natus paries Dis atque poetis.
—Aqui vultus erat multa et praeclara minantis,
Si vacuum tepido cepisset viilula teclo. IO
Quorsum pertinuit stipare Platona Menandro?
Kupolin, Archilocum comites educere tantos?
Invidiam placare paras virtute relictà?
Comtemnóre miser. Vitanda «st improba Siren
y el poeta atribuye a Céres los efectos del vino, porque
los campesinos «leí banquete bebían en honor de la diosa.
V. 131 Vafri inscitia juris... Por jus va/rum se
de
signan sin duda las cavilosidades forenses. La teoría que
Ofelo desenvuelve sobre el carácter ó la naturaleza de la
propiedad, no es seguramente conforme, a las doctrinas
económicas; pero es sostenible, y sobre todo muy consoladora
en moral
, otilo .¡ilt»x;>o >itl:iilt , «dcu.il iauib:tlti U)
SATIRA III.
91% rHiiq'üifi i»wíÍvk| ifrbttq allí ioIbv ouQ
;•>«'•> ¿úiiuh m m n l binp . t •' • 1»i i finiJqljp« biwQ
D a m a s i p o . ¿ N o quieres que halle estrano
Verte escribir tan poco, que en un año
Cuatro veces papel apenas pides?
Tus obras pules, pero bien te pesa,
Que entregado al placer do sueño y mesa ,
No con escritos nuevos te señales.
Pues frugal a pasar las saturnales
Viniste aqui, con algo nos recrea,
Que de tí y tus promesas digno sea.
H o r a c i o . Nada hay, te lo aseguro:
A la pluma culpar en vano anhelo,
Y sufrir hago al inocente muro,
Que a poético furor condenó el ciclo.
Da». Sin embargo indicabas en la pinta
Que trabajar pensabas mucho y bueno,
Cuando libre te hallases en el seno
De tu abrigada quinta.
Sino ¿para qué aquellas precauciones
De cargar de .Menandros y Platones,
Eupolis, Arquiloco y compañía ?
¿Piensas, abandonando tu faena,
La envidia desarmar de tanto necio?
¡Ay! a la envidia seguirá el desprecio.
Desidia; ata quidquid vitó meliore parasti, 15
Ponendum aequo animo.— Dì te, Damasippe, Déaeque
Verum ob consilium donent tonsore. Sed unde
Tarn bene m e nosti ? — Postquam omnis res mea
Janum
Ad medium fracta est, aliena negotia curo,
Excussus propriis ; olim nam quaerere amabam, 20
Quo vafer ÌUe p edes lavisset Sisypbus a r e :
Quid sculptum infabrè, quid fusum duriùs esset,
Callidus huic signo ponebam millia centum.
Hortos egr«giaSqUe domos mercarier unus
Gum lucro noram ; unde frequentia Mercuriale -25
Iraposuere mihi coguomen compita. — Novi,
Et iniror morbi purgatimi te illius. — Atqui
Emovit vet,-rem mirò novus; ut solet in cor
frajecto lat<;ris miseri capitisve dolore :
Ut lethargicus hie cum fitpugil, et medicum urget. 30
—Dum ne quid simile huic, esto ut libet — O bone,
ne te
p ' '
l'rustrere : insanis et tu, stultique prope omnes,
Si quid Stertihius veri crepat; unde ego mira
t i ••
.ueacripsi docilis praecepta heec, tempore quo me
Solatus jussit sapientem pascere barbara , 35
Atque à Fabricio non tristem ponte reverti.
Es la ociosidad, hijo, una sirena :
Huyela, ó a perder hoy te acomoda
El buen concepto de tu vida toda.
Hor. Mándente por consejo tan sincero
Los diosas, Damasipo, un buen barbero.
Pero ¿cómo tan bien me has conocido?
Dam. Cuando en la Bolsa me quedé perdido ,
Y mis propios negocios vi ir a menos.
Me dediqué a cuidar de los ágenos.
Algún tiempo corrí tras el caldero,
Baño de pies de Sísifo embustero,
Y aunque de mal vaciado y cincel tosco,
Por él cien mil sestercios di muy hosco.
Palacios, parques, linca en fin, ó alhaja.
Jamás otro compró con mas ventaja;
Y a esto be debido ser llamado a un grito
Por do quier de Mercurio el favorito.
IIOR. Ya lo sabia yo, y aun he estrañado
De tal enfermedad verte curado.
Da si. Sí, mas en su lugar otra me empieza,
Como en dolor de estómago por suerte
Se trueca el de costado ó de cabeza,
O en frenesí el letargo se convierte;
Y atleta a cuyo ardor nadie resiste,
Se alza el enfermo, y al doctor embiste.
HOR. Con tal que aqui no se arme igual jarana,
Disponlo tú como te dé la gana.
Dam.1 No te burles, querido,
Que tú también estás loco perdido,
Y lo están casi todos igualmente,
Si Estertinio no miente.
Sus máximas oí, dócil novicio,
Una vez en el puente de Fabricio:
Dejar crecer mandóme
Mi barba filosófica basta el pecho,
272 LIBER 11.
Nam, malfe re gestft, cum vcllem mittere operto
Me capite in flumen, dexter stetit, et, cave faxis
Te quidquam indignum: pudor, inquit, te malus
urget,
Insanos qui inter vereare insanus haberi. 40
Primum nam inquiram, quid sit furere: hoc si erit
in te
Solo, nil verbi, pereas quin fortiter, addam,
Quem mala stultitia, et quaecuraque inscitia veri
Caecum agit, insanum Chrysippi pbrticus et grex
Autmnat. H ? p c populos, haec raagnos formula reges, 45
nr Excepto sapiente tenet. Nunc accipe, quare
• r . . , i \ ' • mi»
Desipiant omnes, aeque ac t u , qui tibi nomen
Insano posuere. Velut silvis, ubi passim
Palantes error certo de tramite pellit;
llle sinistrorsum, hie dextrorsum abit; unus utrique 50
Error, sed variis illudit partibus: hoc te
Crede modo insanum; nihilo ut sapientior ille,
Qui te deridet, caudam trahat. Est genus unum
Stultitia»,, nihilum metuenda tinientis, ut ignes
Ut rupes, fluviosque in campo obstare queratur. 55
Alterum, et huic varium et nihilo sapientius, ignes
%
Y me envió tranquilo y satisfecho.
El me contuvo, cuando despechado
De ver mis cosas en tan mal estado,
Estuve con mi capa hecho va un lio
Para arrojarme al rio,
Y asi me dijo.
E s t e r t j n i o . Guarte
De hacer cosa que pueda avergonzarte
Ni el escrúpulo vano te atormente
De que entre locos loco se te cuente.
¿Qué es ser loco? Fijemos este punto;
Y si encuentro que solo tú lo eres,
No añadiré palabra en el asunto,
Y te podrás ahogar cuando quisieres.
Al que pasión ó error ciega, infatúa,
Loco la escuela estoica le gradúa :
Reyes y pueblos esta ley comprende,
Que solamente al sáhio no se estiende
Y oye como de ser locos no dejan
Esos que a tí de loco te motejan.
¿Ves cuando en una selva enmarañada
La gente se estravía;
Este a derecha, aquel a izquierda guia,
Y toda la bandada
De su término aléjase igualmente,
Aunque siguiendo ruta diferente?
Pues a esto tu locura se parece;
Y aquel que a tí por loco te escarnece
Y en su cordura se complace sola,
A la espalda también lleva su cola.
El uno teme do temer no debe;
Y a pasar por un llano no se atreve,
Ver creyendo en sus nécios desvarios,
Precipicios allí, llamas y ríos.
Al otro otra locura le acomete,
t o m o i i i . ig
274 LIBER II.
Per medios, fluviosque ruentis : clamet amica
Mater, honesta soror, cum cognatis pater, uxor,
oHlc fossa est ingens, hie rupes maxima; serva:»
Non inagis audierit, quàm Fusius ebrius olim, 60
Cum Ilionam edormit ; Catienis mille ducentis,
«Mater te appello,» clamantibus. Huic ego vulgum
Errori s.miiem eunctum insanire docebo.
Insanii veteres statuas Damasippus emendo :
Integer est mentis Damasippi creditor ? Esto: 6j
Accipe quod nunquam reddas mihi, si tibi dicam;
Tu ne insanus eris, si acceperis ? an magis exeors
Rejectà praedà , quam praesens Mercurius fert ?
Scribe decern à Nerio : non est satis : adde Cicutae
Nodosi tabulas ; centum mille adde catenas : 70
Effugiet tamen haec sceleratus vincula Proteus.
Cum rapies in jus malis ridentem alienis,
Fiet aper, modo avis, modo saxum, et cum volet,
arbor.
Si malè rem gerere insani est, contrà, bene sani :
Putidius multò cerebrum est (mihi crede ) Perillf 75
Dictantis, quod tu nunquam rescribere possis.
Audire, atque togam jubeo componere , quisquìs
Ambitione malà, aut argenti pallet amore ;
Quisquis luxuria, tristive superstitione,
Y por llamas y rios arremete;
Ni oye si el padre grítale ó la esposa,
« Huye de ese peñón, mira esa fosa.»
Como no oia Fusio, a quien beodo
Representando a llione dormida,
Mil Catienos en corro,
Gritaban a una voz: « madre, socorro.»
Ahora intento probar que el mundo entero
Si esta no tiene, tiene otra mania.
Tú en estátuas malgastas tu dinero;
Mas ¿lo gasta mejor quien te lo fia?
Si uno te dice, que a este fin te aguarda,
Toma esa suma, y para tí la guarda,
¿Fuera yerro aceptar esta ventura?
AI contrario, seria una locura
Que nadie rehusara
Lo que un núraen propicio le enviara.
Pues supon que firmar te haga un logrero.
«Diez mil sestercios recibí de Ñero. »
Supon que del recibo no contento,
Manda a Cicuta hacer una escritura,
Y que el ladino amarra y asegura
Deudor y deuda con cadenas ciento.
Proteo, limaráslas de mil modos,
Te reirás si a juicio eres citado,
Y en cuadrúpedo ó ave trasformado.
En piedra ó árbol, burlarás a todos.
Si hacer pues bien sus cosas
Es de gentes juiciosas,
Y hacerlas mal, de locos, no vacilo
En que eres menos loco que Perilo,
Pues esos pagarés bace que escribas,
Que reembolsar no puedes mientras vivas.
Ahora vosotros, cuyas almas vicia
Torpe ambición, lujuria ó avaricia,
Aut alio mentis morbo calet; hue propius me, 80
• K M f A tu it <,>H>'t rx «tltÉn I. ->»n ijf
Dum doceo insanire omnes, vos ordine adite.
Danda est ellebori multò pars maxima avaris ;
Nescio an Anticyram ratio illis destinet omnem.
Heredes Slaberi summam incidére sepulcro;
Ni sic fedssent, gladiatorum dare centum 85
Damnati populo paria ; atque epulum arbitrio Arri,
Frumenti quantùm metit Africa. Sive ego pravè,
Seu rectè, hoc volui, ne sis patruus mihi. Credo
Hoc Staberi prudentem animum vidisse... — Quid
ergo
Sensit, cum summam patrimoni insculpere saxo 90
Hseredes voluit? - Quoad vixit, credidit ingens
Pauperiem Vitium, et cavit nihil acriùs ; u t , si . /< f«(H
:'tl ij- >,£ì<-;ì-li.U->' , .tttttj Ci
Fortè minus locuples uno quadrante perirei,
Ipse videretur sibi nequior. Oinnis enim res,
Virtus, fama, decus, divina humanaque pulchris 95
Divitiis parent ; quas qui construxerit, ille
Clarus e r i t , fortis, justus. - S a p i e n s n e ? — Etiam
et
rex,
Et quidquid volet. Hoc velati virtute paratura,
Superstición, ú otra pasión cualquiera,
Todos a raí acercaos en hilera,
Y oidrae cómo a confesar provoco,
Que uno no viene aqui que no esté loco.
Desde luego de eléboro al avaro
La dosis mas cumplida le preparo,
Y yo no sé si la razón no inspira
Darle cuanto se cria en Anticira.
En su tumba grabar mandó Estabero
Las sumas qué dejaba a su heredero,
En caso condenándole contrario
A dar a los romanos bullidores
La fiesta de doscientos gladiadores,
Un gran banquete a discreción de Ario,
Y cuanto trigo en Africa se cria.
« Y esté bien ó mal hecho esto , anadia,
Mi voluntad respeta,
Y nadie a censurarla se entrometa.»
Yo creo que Estabero meditaba...
DAM. Veamos pues por qué mandaba ese
Que sobre su sepulcro se inscribiese
El caudal que dejaba.
ESTERT. Firme siempre en el juicio
De que era la pobreza el mayor vicio,
Nada Estabero huyó con tal cuidado;
Y no %e contaría entre los buenos,
Si dejase al morir un cuarto menos.
Virtud, reputación, honor, decoro,
Las cosas de la tierra y las del cielo,
Todo, en su juicio, se somete al oro;
Y el que oro mucho tenga reunido,
Ese es justo, valiente y bien nacido.
DAM. ¿Ysábio?
ESTERT. Y rey también, y cuanto quiera:
Y asi pensaba que al saberse un dia
2 7 8 LIBER IL
Speravit magna?, laudi fore. - Quid simile isti
Graecus Aristippus, qui servos projicere aurum 100
In medià jussit Libyà, quia tardiùs irent
Propter onus segnes? Uter est insanior horum?
—Nil agit exemplum, litem quod lite resolvit.
Si quis emat citharas, emptas comportet in unum,
Nec studio citharae, nec Mus® deditus ulii ; 105
Si scalpra et formas non sutor; nautica vela
A versus mercaturis; delirus et amens
Undique dicatur meritò. Quid discrepat istis,
Qui nummos aurumque recondit, nescius uti
Compositis, metuensque velutcontingere sacrum? i lo
Si quis ad ingentem frumenti semper acervum
Porrectus vigilet cum longo fuste; neque illinc
Audeat esuriens dominus contingere granum,
Ac potiùs foliis parcus vescatur amaris:
Si positis intus Chii veterisque Falerni 115
Mille cadis, nihil est, tercentum miUibus, acre
Potet acetum ; age, si et stramentis incubet, linde—
Octoginta annos natus, cui stragula vestis :
Blattarum ac tinearum epul®, putrescat in arcà ;
Nimirum insanus paucis videatur ; eò quòd 120
Cuanto fué su caudal, so creeria
Que aquel de su virtud el fruto fuera.
DAM. ¿Qué hay de común entre este, y Aristipo,
Que andar viendo en la Libia poco a poco,
Sus siervos que del oro el peso embarga.
Les hace al punto abandonar su carga?
¿ A cuál de aquellos dos juzgas mas loco ?
ESTERT. Nada un ejemplo importa,
Que una dificultad con otra corta.
Si sin tener de música elementos.
Uno de liras y otros instrumentos
Formase gabinetes;
Sí sin ser zapatero,
Fuera acopiando formas y tranchetes;
Si sin ser comerciante ó marinero,
Velas y járcias a juntar mirara,
¿ Quién a todos por locos no contara ?
Y ¿ en qué difiere de estos el estado,
Del de quien nunca sus riquezas usa,
Las esconde, y tocar a ellas rehusa,
Como objeto mirándolas sagrado?
Si de un garrote armado
Quien de trigo su trox llenó avariento,
De ella hace en torno eterna centinela,
Y sin tocar a un grano, aunque esté hambriento
Con legumbres 6u estómago consuela;
Si uno que de Falerno ó dulce Chio
Mil botas ó cien mil tiene en su cueva,
Nunca otro vino que torcido prueba;
Si acostarse prefiere en ruin camilla
Un ochentón con lacras y dolores,
En tanto que sus ricos cobertores
Están siendo aümento de polilla;
No todos hallarán causas bastantes
Para calificar a estos de insanos,
Maxima pars hominura morbo jactatur eodem.
Filius, aut etiam haec libertus ut ebibat hares.
Dls iniraice senex, custodis, ne tibi desit?
Quantulum enim summse curtabit quisque dlerum ,
Ungere si caules oleo meliore, eaputque \ 25
Coeperis impexà foedum porrigine? Quare,
Si quidvis satis e s t , peijuras, surripis, aufers
Undique? tun* sanus ? populum si ccedere saxis
Incipias, servosque tuos, quos rere pararis,
Insanum te omnes pueri, clamentque puellae. 130
Cum laqueo uxorem interimis, matremque veneno,
Incolumi capite es? Quid enim ? neque tu hoc facis
Argis,
Nec ferro, ut demens genitricem occidit Orestes.
An tu reris eum occissà insanisse parente?
Ac non ante malis dementem actum Furiis, quàm 135
In matris jugulo ferrnm tepefecit acutum ?
Quin, ex quo est habitus malè tut® mentis Orestes,
Nil sanè fecit quod tu reprèndere possis :
Non Pyladen ferro violare, aususve sororem
Electram : tantum maledicit utrique, vocando 140
Hanc Furiam, hunc aliud, jussit quod splendida bilis.
Pauper Opimius argenti positi intus et auri,
Qui Veientanum festis potare diebus,
Porque aquejan dolencias semejantes
A los mas de los míseros humanos.
Mas ¿de todo te privas de ese modo,
Por el temor de que te falte todo,
Viejo precito, para que malgaste
Rico heredero el bien que atesoraste?
¿ Tan grande cada día el gasto fuera ,
Si echáras buen aceite en la ensalada,
O con buena pomada
Untáras tu asquerosa cabellera?
Si hay bastante con poco
Para pasarlo bien, como aseguras ,
¿Para qué estafas? ¿para qué perjuras ?
Y ¿nos dirás despues que no estás loco?
Por loco te tendrían, si a pedradas
Embistieras a todo pasagero,
Incluso aquel que te costó el dinero.
Y ¿fueras cuerdo y bueno,
A tu mujer ahogando con un lazo,
O a tu madre matando con veneno ?
No estás, no, en Argos, ni diré que asestes
Con puñal a su vida, como Orestes.
Mas cuando aquel con hierro parricida
Vengó en su madre el mancillado lecho,
Las Furias desgarraban ya su pecho,
Y ya tenia su razón perdida.
No hizo despues mas bárbaras hazañas,
Ni herir con golpes amagó funestos
De Pilades y Electra las entrañas.
Solo exhaló su bilis en denuestos,
Y vomitando contra el uno injurias,
Llamó a «u hermana la una de las Furias.
A Opimio, pobre entre arcas de doblones,
Que en dias de trabajo no bebia
Sino vino torcido,
L I B E R II.
Campani solitus trulla vappamque profesti*.
Quondam lethargo grandi est oppressus; ut fiaeres 145
Jam circùm ioculos et claves Isetus ovansqwe
Curreret. Hunc medicus, multùm celer atq^ie fldelis,
Excitat hoc pacto : mensam poni jubet, a t q a e
Effundi saccos nummorum ; accedere plures
Ad numerandum; hominem sic erigit: addit et ill
u d : 150
—Ni tua custodis, avidus jam haec auferet hteres.
—Men' vivo!—Ut vivas igitur, vigila; hoc age.—Quid
vis?
—Deficient inopem venne te, ni cibus atque
Ingens accedit stomacho fultura ruenti.
Tu cessas? Agedum, sumehocptisanarium oryzas. 155
- Q u a n t i emptae?—Parvo. - Quanti ergo ? - 0 c t u s s i -
bus. —Eheu!
Quid refert morbo, an furtis pereamve rapinis?
-Quisnam igitur s a n u s ? - Q u i non stultus.-Quid
avarus?
-Stultus et insanus. —Quid? si quis non sit avarus,
Continuò sanus? - Minimè. - Cur, stoice? - Dicam.
ig0
T en grandes ocasiones
Vino de Veyes en porrou roñoso,
Un gran letargo sobrevino un dia.
Ya el heredero listo y jubiloso,
Andaba tras las llaves y gabeta»,
Cuando un médico fiel, ducho en recetas,
Queriendo hacerle revivir apriesa,
Junto al lecho poner manda una mesa:
Sacos de plata allí vaciar dispone,
Y muchas gentes a contarlos pone.
Los ojos abre en esto el infelice,
Y el médico le dice :
MEDICO. Si de guardar no tratas tu dinero,
Mira que va a atraparlo tu heredero.
OPIMIO. ¿ Estando vivo yo ? ¿ Cómo, mi amigo ?
MED. Vela si has de vivir, y haz lo que digo.
OPIM. DI.
MED. TÚ vas a morir de estenuado,
Si al instante a tu estómago arruinado
No se pone un puntal que le sustente.
Vamos: esa tipsana toma en tanto.
OPIM. ¿Cuánto cuesta?
MED. Muy poco.
0 p i M - Pero ¿cuánto?
MED. Cuatro cuartos.
OPIM. ¡Bribones!
Y ¿qué mas dá morir de calentura,
Que a manos de ladrones?
DAM. Ninguno es cuerdo, pues, si bien reparo.
ESTERT. Quien no es vicioso.
DAM. Bien; pero al avaro
¿ Cómo le llamarás?
ESTERT. LOCO sin cura.
DAM. Y si avaro no es é l , ¿ no será loco ?
ESTERT. NO se infiere.
*
284 LIBER II.
Non est cardiacus (Craterum dixisse putato)
Hic aeger : rectè est igitur, surgetque ? Negabit ;
Quod latus aut renes morbo tentantur acuto.
Non est perjurus neque sordidus; immolet aequis
Hic porcum Laribus: verùm ambitiosus et audax; 165
Naviget Anticyram. Quid enim differì, barathrone
Dones quidquid habes, an nunquam utare paratis?
Servius Oppidius Canusi duo praedia, dives
Antiquo censu, natis divisse duobus
Fertur, et hoc moriens pueris dixisse vocatis 170
Ad lecturn : — Postquara te talos, Aule, nucesque
Ferre
sinu laxo, donare, et ludere vidi'
Te Tiberi, numerare, cavis abscondere tristem ;
Extimui, ne vos ageret vesania discors ;
Tu Nomentanum, tu ne sequerere Cicutain. 175
Quare per Divos oratus uterque Penates,
Tu cave ne minuas; tu ne majus facias id, • FI « ! . • ! M OH
«.-¡, VE I« Y Ì U (I Quod satis esse putat pater, et natura coercet.
s o i a 11
DAM. Pues ¿cómo?
EST. Oyeme un poco.
« Bien (supon que es Cratero el que asi falla)
De este enfermo el estómago se halla. »
Si a esto replica un nécio, cual sucede ,
« ¿Con que está bueno, y levantarse puede?»
« No, Cratero dirá con mil razones,
Que le duele el costado ó los ríñones. »
Aquel no es ruin, no j u r a , no se aira :
Un puerco inmole , pues logró esta gracia;
Mas mucha ambición tiene y mucha audacia ;
Pues vaya por eléboro a Anticira.
¿ No es lo mismo, locura por locura,
Tu dinero tirar por la ventana,
Que dejar de usar de él si tienes gana ?
Opidio, el rico aquel de quien se cuenta
Ser grande su caudal, pingüe su renta,
Dos fincas que en Canosa poseía
Dividió entre dos hijos que tenia.
Al morir los llamó a su cabecera
El viejo, y Ies habló de esta manera:
OPIDIO. Desde que te vi, Aulo, en tus niñeces
No cuidar de la taba ni las nueces,
Y aturdido dejarlas a otros chicos,
Mientras que adusto y sèrio,
Al alzarlas, contábalas Tiberio,
Recelé que algún dia
Pródiga 00 trabajase ó ruin mania,
Siendo uno y otro hermano,
Este Cicuta, el otro Nomentano.
A entrambos ruego pues por mis penates,
Aulo, a tí que tu hacienda no disipes,
Y a t í . Tiberio, que aumentar no trates
Lo que un padre a tu bien bastar colige,
Y del mortal la condicion exige.
2 8 6 LIBER IL
Praeterea, ne vos titillet gloria, j u r o -
lurando obstringam ambo : «ter aedilis fueritv. 180
Vestrûm praetor, is intestabilis et sacer este.
In cicere atque fabâ bona tu perdasque lupinis ,
Latus ut in eirco spatiere, et aëneus ut stes,
Nudus agris, nudus nummis, insane, paternis?
Sciiicet ut piausus, quos fert Agrippa, feras t u , 185
Astuta ingenuum vulpes imitata leoneni.
- N e quis humasse velit Ajacem, Atrida, vetas cur?
- R e x sum. - Nil ultra quaero plebeius. - E t squam
Rem imperito : ae si eui videor non justus, inulto
Dicere quod sentit permitto. _ Maxime regura, l 90
'iîr * ' 'H i < u.
Dl tibi dent captâ classera reducere Trojâ
' >Hp yloo'.ii
Ergo consulere, et mox respondere licebit?
Consule. - Cur Ajax, héros ab Achille secundus,
Putrescit, toties serratis clarus Achivis?
• 1 lij'.i H ! . .¡i ,.,. ! • „ ' ,
Gaudeat ut populus Priami, Priamu.qoe inhumato 195
A ambos a mas al juramento obligo
De no ceder a la ambición ninguno,
Y si a pretor ó edil aspira alguno,
Desde aqui para entonces le maldigo.
¿En habas y garbanzos y altramuces
El caudal gastarás que has heredado.
Para que allá en el circo te hagan lado,
O en tu estátua de bronce te estés viendo,
Despues que hayas quedado pereciendo ?
¿Pensarás que a aplaudirte el pueblo corra,
Cual con Agripa hiciera ?
Tanto valdría que la astuta zorra
Al león noble remedar quisiera.
ESTERT. ¿Por qué vedas, ó Atrida,
A Ayax dar sepultura ?
A g a m e n ó n . Soy un monarca.
ESTERT. pu n t 0 f
Y yo un villano, y nada mas pregunto.
AGAM. ES justo lo que ordeno;
Pero si alguno no Jo juzga bueno,
Replicar le permito, si le agrada.
ESTERT. Señor, al cielo plegue,
Que a Grecia vuestra armada,
Despues que Troya caiga , salva llegue.
¿ Con que en fin preguntar se me consiente,
Y vos respondereis ?
Ag^m. Seguramente.
ESTER. ¿Por qué de Ayax guerrero,
Héroe, despues de Aquiies, el primero,
Que tantos griegos arrancó a la muerte ,
El cadáver se pudre de esa suerte ?
Es por que gocen Priamo y los suyos
Al ver que sin sepulcro Grecia llora
Al que de él a los frigios privó un hora?
AGAM. En un acceso de locura horrendo
288 UBER II.
Per quem totjuvenes patrio camere sepulcro?
— Mille ovium insanus morti dedit, inclytum Ulyssen
Et MeneJaum unà mecum se occidere clamans.
—Tu, cum pro vitulà statuis dulcem Aulide natam
Ante aras, spargisque molà caput, improbe, salsà, 200
Rectum animi servas? —Quorsum?- Insanus quid
enim Ajax
Fecit? Cum stravit ferro pecus, abstinuit vim
Uxoreet nato; mala multa precatus Atridis,
Non ille aut Teuerem, aut ipsum violavit Ulyssen.
—Verùm ego, ut haerentes adverso litore naves 205
Eriperem, prudens placavi sanguine Divos.
-Nempe tuo, f u r i o s e . - Meo , sed non furiosus.
—Qui species alias veri scelerisque tumultu
Permixtas capiet, comraotus babebitur; atque
Stultitiàne erret, nihilum distabit, an irà. 210
Ajax, immeritos dum occidit, desipit, agnos:
Cum prudens scelus ob titulos admittis inanes,
Stas animo? et purum est, vitio tibi cum tumidum
est cor ?
Si quis lecticà nitidam gestare amet agnam ;
Huic vestem, ut nate, paret ancillas, paretaurum; 215
Rufam aut Ruflllam appellet, fortique marito
Mil ovejas mató, matar creyendo,
A Ulises, y conmigo a Menelao.
ESTERT. Pero cuando en lugar de una ternera
En Aulide, señor, vuestra hija cara
A inmolar entregásteis sobre el ara,
Y con harina y sal la cabellera
De la víctima vos rociasteis pura,
¿Creíais estar cuerdo por ventura?
AGAM. ¿Por qué no?
ESTERT. ¿ Qué hizo en fin Ayax insano?
De ovejas degollar una manada,
Y gritar contra vos y vuestro hermano.
Mas ¿á su hijo ó su esposa hirió cruento?
Y ¿aun a Ulises y a Teucro dañó en nada?
AGAM. Prudente, viendo que contrario el viento
Mis naves en la playa retenia,
Al cielo con la sangre satisfice.
ESTERT. Con la vuestra, furioso.
AGAM. Con la mia
En verdad fué, mas sin furor lo hice.
ESTERT. Al infeüz a quien pasión obceca,
Y que del mal y el bien los frenos trueca,
O ya por necedad peque ó por ira,
Con razón como a loco se le mira;
De tal a Ayax se trata
Porque carneros inocentes mata,
Y ¿sana creeré vuestra cabeza,
Cuando por conservar vana grandeza.
Hacéis a sangre fria un atentado ?
¿Es puro el corazon, de orgullo hinchado?
Si uno en rica litera
Perfumada llevase una cordera,
Cual a hija la mimara.
Criados y vestidos regalara,
Buscárala un marido,
t o m o i i i . 19
Destinet uxorem; interdicto huic omne adimat jus
Pice tor, et ad sanos abeat tutela propinquos.
Quid ? si quis natam pro mutò devovet agnà,
Integer est animi? Ne dixeris. Ergo ubi prava -220
Stultitia, hlc summa est insania. Qui sceleratus.
Et furiosus erit. Quern cepit vitrea fama ,
Hunc circùm tonuit gaudens Bellona cruentis.
Nunc age, luxuriam, et Nornentanum arripe mecum.
Vincetenim stultos ratio insanire nepotes. 125
Hie simul accepit patrimoni mille talenta,
Edicit, piscator uti, pomarius, auceps,
Unguentarius, ac Tusci turba impia vici,
Cum scurris fartor, cum Velabro omne macellum.
Mané domum veniant. Quid turn ? venére frequentes
: 230
Verba facitleno: quidquid mihi, quidquid et horuin
Cuique domi est, id crede tuum; et vel nunc pete,
vel eras.
Accipe quid contra juvenis respondent a?quus.
In nive Lucanà dormís ocreatus, ut aprum
Ccenem ego; tu pisces hiberno ex asquore verris: 235
<1.1 » i cu'.-'i -f\ f V ¿oimf^i
Segnis ego, indignus qui tantum possideam. Aufer.
IH O l f 'T
Y asignárala un dote muy crecido,
El pretor, declarándole demente,
Le pondría en tutela de un pariente.
Y ¿quereis que mas cuerdo se os colija,
Si en vez de una cordera, vuestra hija
Entregáis al cuchillo ?
Seguramente no osareis decillo.
Donde hay pues necedad, y a mas, malicia,
Allí está la locura en alto grado;
Loco es todo malvado,
Y a uno a quien falsa gloria tienta ó vicia,
Sin duda el seso trastornó Belona,
Que entre la sangre y el furor blasona.
Ahora del disipado Nomentano
Tratemos y sus necias profusiones;
Y verás cual te pruebo con razones
Que todo el que disipa es un insano.
Heredó él mil talentos,
Y ya para la próxima mañana
Citó para su casa pescadores,
Droguistas, salchicheros, cazadores.
Fruteros, y de calle de Toscana,
Del mercado y Velabro los truhanes.
Acuden luego allí los perillanes,
Y un ruñan habla asi: « cuanto valemos,
Estos y yo, señor, os ofrecemos;
Hoy ó mañana disponed de todo.»
Y el joven les responde de este modo.
« Para que un jabalí coma yo tierno,
Tú duermes en la sierra medio helado;
Y hi del mar pescado
Me sacas a pesar del crudo invierno;
Mientras que yo en el ócio me reputo
Indigno de los bienes que disfruto.
Coge un millón t ú , chico, tú otro tanto,
/
Sume tibi decies; tibi tantumdera; tibi triplex,
Unde uxor medià currat de nocte citata.
Filius jEsopi detractam ex aure Metellae
(Scilicet ut decies solidura exorberet) aceto 240
Diluit insignem baccani : qui sanior, ac si
IUud idem in rapidum flumen jaceretve cloacam?
Quindi progenies Arri, par nobile fratrum,
Nequitià et nugis pravorum et amore gemelium,
Luscinias soliti impenso prandere coemptas : 245
Quorsum abeant? sani an cretà, an carbone notandi?
Edificare casas, plostello adjungere mures,
Ludere par impar, equitare in arundine longà,
Si quem delectet barbatum, amentia verset.
Si puerilius his ratio esse evincet amare ; 250
Nec quidquam diferre, utrumne in pulvere, trimus,
Quale priùs ludas opus , an meretricis amore
Sollicitus plores : qusero, faciasne quod olim
Mutatus Polemo ? ponas insignia morbi,
Fasciolas, cubital, focalia ; potus ut ille 25.5
Dicitur ex collo furtim carpsisse coronas,
Postquam est impransi correptus voce magistri?
Porrigis irato puero cum poma, recusat.
Sume, catelle ; negat : si non des, optet. Araator
Tres tantos tú, y a tu muger repite
Venga de noche cuando yo la cite.
Una perla de fama
Arrancó de la oreja de su dama
De Esopo el hijo ciego,
Y en buen vinagre disolvióla luego,
Queriendo que de un sorbo la mezquina
Un millón de sestercios se bebiera,
Cual si tanta locura esto no fuera
Como arrojarla al mar ó a la letrina.
De Ario los hijos, par de los mejores,
Mellizos en maldades,
En mala inclinación y en necedades,
Comen muy a menudo ruiseñores,
Porque mucho por ellos se les pide.
¿Son locos, ó son cuerdos? tú decide.
Si a alzar casitas de cartón se apaña.
Si en correr a caballo en una caña,
Jugar pares y nones,
O uncir a un carricoche dos ratones,
Un hombre ya con barbas se recrea,
Se le dirá sin duda que chochea:
Mas si tú te persuades
Que de esta especie a mil puerilidades
El amor nos sentencia,
Y que no hay diferencia
Entre los juegos de la edad primera,
Y llorar por amor de una ramera,
¿Imitarás de Polemon los bríos,
Y arrojarás tus tristes atavíos,
Cual sus guirnaldas él, cuando hubo oido
Moral lección de una sábio comedido ?
Da a un muchacho enfadado una manzana.
No quiere. —Pichón, toma. —Mas negado.
No se la ofrezcas; luego le da gana.
2 9 4 LIBER II.
Exclusus qui distai, agit ubi securn, eat, an non, 260
Quò rediturus erat non arcessitus ; et haeret
Invisis foribus? Ne nunc, cum me vocet, ultro
Accedam? an potiùs mediter finire dolores?
Esclusi!, revocai : redeam? non, si obsecret. Ecce
4
Servus non paulo sapientior : ò here, quae res 265
Nec raodum habet, neque consilium, ratione modoque
Tractari non vult. In amore hasc sunt mala; bellum.
Pax rursum. H.-ec si quis, tempestatis prope ritu
Mobilia, et ceeca fiuitantia sorte, Iaboret
n O '
Reddere certa sibi, nibilo plus explicet, ac si 270
Insanire paret certà ratione modoque.
Quid ? cum Picenis excerpens semina pomis,
Gaudes, si cameram percusti fortè, penes te es?
, HTiMWfl fUUT 'sb mmi - - : iBH<il f
Quid ? cum balba feris annoso verba palato,
,.:»)( '• i. • . ' T '
Edificante casas qui sanior? Adde cruorem 275
; . Stilubo/fM»;» «,»!«;/;> nati -il, Jicir» .....„,>
Stultitiae, atque ignem gladio scrutare. Modò, inquam
Hellade percussft , Marius cum precipitai se,
LIBRO li.
¿Qué mas hace el amante desdeñado,
Cuando vacila si entrará en la casa.
Donde a no ser llamado volaría,
Y cuyo umbral maldice, y de él no p a s a'
«¿ Entraré, pues me busca ? el triste clama,
¿O acabaré una vez con mi agonía?
Antes me echó, hoy me llama:
¿Volveré? nunca; en vano me lo ruega. •
Mas cuerdo que su amo el siervo llega
Entonces, y le dice con respeto:
«Desear es en vano que se mida
Con regla y con medida
Lo que a regla, señor, no está sujeto.
Entre los varios males
De la pasión de amor cruda y tirana
Es uno haber hoy guerra, y p a z mañana
Pretender que se fijen cosas tales.
Movibles como raudo torbellino,
Y al capricho entregadas del destino.
Es querer a una ley fija y segura
Los locos sujetar y la locura, o
Muéstraste satisfecho,
Si apuntando con pipas de manzana,
Llegas con una al techo.
¿Tienes entonces tu cabeza sana?
Si a pesar de tu edad, cual niño, a veces
Con media lengua a hablar de amor te pones
¿Piensas que menos loco nos pareces
Que si hicieras casitas de cartones?
Mas con la espada el fuego ahora escarbemos
* de las necedades
A los furores del amor pasemos.
¿De estar furioso Mario te persuades.
Cuando a Helada, cruel la vida quita
Y de un alto despues se precipita ?
Cerritus'fuit ? an commotae crimine mentis
! * • * ; • i • r
Absolves hominem, et sceleris damnabis eundem,
Ex more imponens cognata vocabula rebus ? 280
liiii,!' ' • n •...:;•• :• . vsl.i « •
Libertinus e r a t , qui circùm compita siccus
Lautis manè senex manibus, currebat, et, unum,
( Quid tam magnum ? addens ) unum me surpite
morti;
»bim «e no >5. j«s«»n »
Dis etenim facile est, orabat: sanus utrisque
Auribus atque oculis : mentem, nisi litigiosus, 285
H , • '• f ! iflc!
Exciperet dominus, cum venderei. Hoc quoque vulgus
Chrysippus ponit fecundà in gente Menenl.
Pto'rO*! i 'Yr1. itili *l"'iii! »i;j' 1 t
«Jupiter, ingentes qui das adimisque dolores,
, brMllno iwiaiKi >»tt J« f
Mater ait pueri menses jam quinque cubantis;
Frigida si puerum quartana reliquerit, ilio 290
Manè die, quo tu indicis jejunia, nudus
In Tiberi stabit. » Casus medicusve levarit
jEgrum ex praecipiti; mater delira necabit
; lo
At \
1
noD In gelidà fixum ripà, febrimque reducet.
Quone malo mentem concussa? Timore Deorum. 295
—Haec mihi Stertinius, sapientum octavus, amico
Arma dedit ; posthac ne compellarer inultus.
Dixerit insanum qui me, totidem audiet, atque
Respicere ignoto discet pendentia tergo.
¿ O bien, porque por loco no se cuente,
Su acción motejarás de criminosa,
Dando, según tu uso, a cada cosa
Nombre, aunque parecido, diferente?
r . J
Lavado, y en ayunas cada día
Un liberto las calles recorría,
Gritando de esta suerte:
« A mí solo libradme de la muerte,
Dioses, solo a mí haced la gracia aquesta;
Y ¿tanto a un hombre solo guardar cuesta?
Buenos tenia él vista y oido ,
Pero de su mollera,
No creo que su amo respondiera,
A no estar en litigios muy curtido.
A estos también Crisipo en su revista,
Pone de los Menenios en la lista.
« ¡Jove! una madre esclama,
Que cinco meses tiene un hijo en cama:
Jove, tú que los males das y quitas,
Si a mi hijo no repite la cuartana,
Un dia que se ayune en tu respeto,
En el Tíber bañarle te prometo, o
Cuando el doctor ó bien la suerte suya
La salud al enfermo restituya,
Su loca madre llevarále al rio,
Y allí verále tiritar de f r i ó,
Y volverle, al salir, la calentura.
¡Ah! la superstición fué su locura.
DA». Aquestas armas de su amor en prueba
Estertinio, el octavo sábio, dióme,
Para que nadie contra mí se atreva.
Quien loco me dijere,
Del mismo modo ser tratado espere,
Y si tal vez de mí se rie ó huelga,
Le enseñaré lo que a su espalda cuelga. , <¡
—Stoice , post damnum sic vendas omnia piuría; 3ro
Quà me stultitiá íquoniam non est genus unum )
Insanire putas? Ego nam videor mihi sanus.
—Quid? Caput abscissum demens cura portat Agave
Nati infelicis, sibi tura furiosa videtur ?
' 5 ' 1 O.-'-í; >¿fl /, ,,
—Stultum me fateor ( liceat concedere veris ) 305
Atque etiam insanura : tantum hoc edissere, quo ine
Egrotare putes animi vitio. — Accipe: primùm
Edificas; hoc est; longos imitaris, ab imo
Ad summum totus moduli bipedalis ; et idem
Corpore majorem rides Turbonis in armis 310
Spiritura et incessum : qui ridiculus minus ilio?
An quodcumque facit Mfecenas, te quoque verum est
Tantò dissimilem, et tanto certarc minorem ? . "VWíilWl (UntAÌnn
"f f
Absentis ranae pullis vituli pede pressis,
Unus ubi effugit, raatri denarrat, ut ingens 315
Bellua cognatos eliserit. Illa rogare
Quantane? Num tantò, sufflans se, magna fuisset?
• ß / s n i e .f>^*iflT m ì u o d ")iii¡-f -jmm q
-Major dimidio. —Num tantò? Cum magis atque
Se magis inflaret: non si te ruperis, inquit,
. £1 H' \f
Par eris. Haec à te non multimi abludit imago. 320
Hor. Puesto que tanta clase hay de locuras.
Estoico, dirae a raí cuál es la raia.
Asi, a tener alguna mercancía,
La vendas mas allá de tu deseo;
No obstante de que yo cuerdo me creo.
Dam. ¡Qué mucho! Y cuerda Agave se juzgaba.
Cuando de su furor en el acceso
De su hijo la cabeza paseaba.
Hor. Fuerza es rendirse a la verdad: confieso
Que fátuo soy , y aun loco; mas procura
Decirme en que consiste mi locura.
Dam. Primero, obrijos haces en tu casa ,
Es decir, que imitar a grandes quieres,
Y de dos pies tu corpanchón no pasa.
Ríeste de Turbon, cuando se engalla
Al verse armado, y toma
Un aire que contrasta con su talla.
¿ No tienes tu la falta que condenas ?
Y ¿remedar no quieres a Mecenas,
O con el competir de, cualquier modo.
Cuando él a ti te sobrepuja en todo ?
De la rana en ausencia el buey un dia
Despachurró un millar de renacuajos :
De ellos uno escapando contrabajos,
A la madre contó la fechoría
De aquella bestia fiera.
«¿Qué tal de grande era?»
Dice, y despues inflándose, le añade:
«¿Seria, piensas tú, de esta manera? »
—Mas de doble.—Ya, asi.—Nada, tampoco.»
Y la rana se estira poco a poco.
El hijo dice en fin: «¡ vano aparato !
Madre, aunque reventáras,
Al enorme animal nunca llegáras.»
Algo se te parece este retrato.
HO
tita
i so (loa ó
jjlv ojuuq
IVlMI'i
II":
Adde poemata n u t i c ; hoc e s t , o l e um adde camino;
'hit'' « i *'» !¿00 Mi i; ;>|"í|)0?IÓI«M
Quae si quis sanus f e c i t , sanus facis et tu.
. o o i a :¡i:' üb'iaiío < , « « j m ( y
N o a dico h o r r e n d am r a b í e m . —i J a m desine.—Cultum
«mmos h n í , jt,/«} u* •>!, o b a t aD
M a j o r e m censu. - Teneas , Damasippe , tuis te.
oidUuoa : bj;r iiv ¡ l ,l f l . . _ . .. ..
—Mulé p u e l l a r u m , p u e r o r u r a mille f u r o r e s
. 325
, , « ¿ « o ui as r o o i i í ro¡, . lf/(¡
—O major t a n d em parcas insane minori.
.Keeq o 11 a o é w f r f m « f itJq sob uU
'f
NOTAS.
. , -1 -•• - *>* Mima . oii* uU
T n a a ; noa w p u!s ,} fi| j ; J ¿.,f,.;¡3 .
He aquí siu coutradicciou la mas agradable y la mas
filosófica de todas las sátiras de Horacio, y una de las
cosas mejores que es posible hacer en su especie. En varias
de sus composiciones atacó nuestro poeta a los avaros
, a los pródigos, a los pedantes, y a casi todos los
demás avechuchos que andan paseando por este triste
suelo sus defectos ó sus vicios; pero solo en esta bosquejó
el cuadro de los dichos vicios ó defectos reunidos,
y representó al mundo corno un gran hospital de locos
donde cada iudividuo se eutretiene en ir echando en cara
á los otros las faltas de que adoleceu, sin tratar nunca de
enmendar las suyus, y a veces sin reparar siquiera en
ellas. Horacio habría podido descenderá mas clases, y hacer
resaltar mas las ridiculeces y locuras que denuncia,
ó sobre las cuales pretende mas bien provocar hasta cierto
punto aquella indulgencia reciproca, que recomendó tan
enérgicamente en lá sátira tercera del libro primero, y
cuyo olvido es una de las mayores éstravagaocias del gáneos
n» ii.i
iiiiniT/
ir».¿
Que e r e s poeta añadiréte luego.
Que es lo mismo que echar aceite al fuego ;
Y en c u a n t o a s e s o , dudo que prometas
Mas q u e t u v i e r o n los demás poetas.
No d i r é que tal vez de ira r e v i e n t a s . . ..
H o r . Basta.
Dam. Ni q u e tus gastos a tus r e n t as
E s c e d e n . . .
H o r . De las cosas de tu casa
Cuídate tú.
Dam. Ní q u e el amor te abrasa
De d o n c e l l a ó d o n c e l . . ..
H o r . ¡Estamos buenos!
No ofendas tú mas loco, al que lo es menos.
_
•und.tr <* . nwer,q aftebilmuq / «asbu** Ve!
ro humano. Pero ademas de que la composicion, ya demasiado
larga , se habría hecho quizá prolija y fastidiosa,
no parece que era necesario contraerse a mas particularidades,
cuando apenas hay uua clase de vicios, que no
saque el pofeta a la escena, y a la cual no haga contribuir
mas ó menos para probar completamente que casi
todos Ibs hombres son locos. Uno que se había arruinado,
cómereiando particularmente en objetos de antigüedades , es
el primero que se presenta; y ya dispuesto a arrojarse al
Tiber, pbr no poder sobrevivir a sus desgracias, es detenido
por un viejo, que le observa que no por hallarse él
loco, debe dejar la Compañía de los demás hombres,
cuando ¿asi todos ellos están tan locos como él. Para
probarle esta verdad, empieza a hablarle de los que están
siempre aterrados por recelos quiméricos, y de los que
sin detenerse en nada, arrostran ciegamente por toda clase
de peligros: de estas dos clases generales, atacadas ambas
de locura, aunque de especie diferente, desciende el poeta
á dos individuos; y contrasta la locura de Damasipo,
que se arruinó comprando chismes viejos, ennoblecidos
con el pomposo título de objetos de antigüedad, eon la
fiel mentecato Perilio, qua prestaba su dinero al tal anticuario
, que en su vida podía pagarlo. Vieneu en seguida
los avaros. sobre los cuales deja caer la mano el poeta
, y al punto opone las tacañerías de Estaberio al desinterés
escesivo de Aristipo, que mandó a sus esclavos
dejar en medio de los arenales de la Libia la gran cantidad
de oro de que ibau cargados, porque les abrumaba
su peso. Los malvados, que con esperanzas ó designios
criminales atentan a la vida de sus madres ó de sus esposas;
los que devorados de la ambición son capaces de
sacrificar a ella su conciencia, su reposo, y basta la
existencia de una hija idolatrada ; los disipadores, que
en escesos y en caprichos malgastan sumas, con que haliria
para cubrir las necesidades verdaderas de muchas
familias honradas ; los que hundidos en los cenagales del
amor hacen tantas niñerías y disparates, como muchachos
de tres ó cuatro años; los que no contentos cou
las sandeces y puerilidades de aquella pasión, se abandonan
á los furores de ella y a los estravios; los fanáticos
y supersticiosos que piden al cielo imposibles, o
se ligan con votos indiscretos : he aqui los interlocutores
de este drama precioso, en el cual episodios divertidos,
estilo alternativamente sublime , noble , serio , familiar,
festivo y aun picaresco , y lógica vigorosa é irresistible
realzan aun el interés del argumento, y dejan en el alma
el placer, que siempre escitan en ella los ecos de la verdad
y los consejos de la sabiduría. La pieza concluye con
una idea tan original como oportuna y divertida, pues
al acabar el filósofo Damasipo la relación de Estertinio
para probar la importante verdad de que todos los hombres
son locos, le exhorta el poeta a que le diga de que
clase es la locura que el mismo poeta padece, sin embargo
de que él se cree muy cuerdo. Damasipo le reconviene
de ser aficionado a andar con albañiles, de tener
mucha vanidad, y aspirar a medirse con gentes de mas
copete, de componer versos, de ser en estremo iracundo,
de gastar demasiado, y de ser muy inclinado al amor; y
verosímilmente no acabaría, y le echaría en cara otros
vicios ó defectos, si el misino Horacio, que le había
provocado a descubrirle los que encontrase en él, no le
atajase la palabra, y le instase a no hablar mas del
asunto. Esta conclusión es ingeniosa y festiva, sin dejar
de ser moral; pues nadie puede menos de reconocer sus
ridiculeces, cuando el mismo que las revela descubre
también muchas de las suyas propias, y por el hecho de
pedir que se suspenda su enumeración, parece invocar
con respecto a ellas la indulgencia , que es la mas necesaria,
la mas útil, y sin embargo la mas rara de todas
las virtudes sociales. No disimularé que en el original
hay un poco de confusion, de resultas de la concisión
escesiva, y de la supresión de los nombres de los
interlocutores.
Pero ya de antiguo se procuró evitar este inconveniente,
añadiéndolos en muchas ediciones. Yo lo he
hecho asimismo, y aplicádome a desenvolver las ideas,
en términos de hacerlas inteligibles.
V. 1. Sic raro escribís... Esta es la lección autorizada.
En algunas ediciones se lee siu embargo si, refiriendo
la frase asi concebida, al quid fiet del verso cuarto.
Muchos editores leen scribes, en vez de scribis.
V. 2. Membranam... Se llamaba asi a la piel de los
animales, porque cubría los miembros. De esta piel
preparada
se hacia el pergamino, en que antiguamente se
traladaba lo que se ponia en limpio , pues los borradores
se escribían por lo común en las tabletas de que he hablado
en otra parte.
Retexens... Retexere es ¡o contrario de texere, y
aqui
se toma metafóricamente por borrar ó corregir.
V. 3. fini somnique benignus... Esto es,
nimis indulgens
vino et somno.
V. 4. Quid fiet ? En las lenguas modernas no tendría
gracia esta interrogación traducida literalmente, y por esto
casi todos los traductores han procurado darle un giro acomodado
á su propio idioma. Uno dice ¿ para qué
servirás
si no sirves para componer? Otro, y
¿qué tenemos?
Como en general la espresion se reputa de estrañeza, yo
creo que la fórmula que he empleado era la que podía
desenvolver la idea con mas claridad y soltura.
Ab ipsis... Asi se lee generalmente, pero creo que
tenían razón los que sobre la fé de varios manuscritos
propusieron sustituir, at ipsis; pues ¿ cómo por irse al
campo el poeta, se podia decir que huia de las Saturnales?
¿Por ventura dejaría de ser ó de celebrarse aquella
fiesta porque Horacio estuviese en e| campo?
V. 5. Saturnalibus... Las saturnales eran unas
fiestas
que se celebraban todos los años, en honor de Saturno,
por recuerdo de los beneficios que derramó sobre los habitantes
del Lacio este personage, durante su pacífico
reinado. Estas fiestas empezaron a celebrarse a mediados
del segundo siglo de Roma, y al principio no duraban mas qne
un dia. Despues se estendieron a tres, y en tiempo
de Horacio se prolongaban desde el ló al 21 de diciembre,
comprendiéndose en estos dias uno destinado á
la fiesta de Rea, y otros dos a la de Pluton. Durante la
celebridad , era licito a los romanos quitarse la toga, y
salir a la calle en trage de convite, se permitían los juegos
de azar, y estaban cerrados el senado, los tribunales
y las escuelas.
Fugisti. Sobrius... En algunos manuscritos y ediciones
se pone el punto que divide estas dos palabras despues
de la última; pero juzgo mejor la puntuación que
sigo. Horacio en el bullicio de las saturnales se habría
verosímilmente entregado a los escesos de aquella temporada,
muy semejantes sin duda a los que eatre nosotros
suelen hacerse por el mismo tiempo con motivo de las
navidades; y es claro que nada hubiera podido componer
en tal situación, mientras que en el campo, sin comilonas
ni desórdenes de ninguna especie, podia ciertamente
haber compuesto alguna cosa.
V. 7. Culpantur frustra... Un comentador observa
cuan exacta es la espresion de que la pluma inspira, pues
nada es mas común que no saber por dónde empezar, al
tiempo de tomar la pluma, y que recibir a poco de tomarla,
la inspiración necesaria para componer. A esto
que sucede frecuentemente, parece aludir aquí el poeta-
V. 8. Iratis natus paries Dis atque poetis... Pared
hecha en la cólera de los dioses, y condenada a las maldiciones
de los poetas. Parece que estos daban golpes en
las paredes cuando no les salían bien sus composiciones.
Esta ridicula costumbre, que seria apenas creíble si Quintiliano
no hablase de ella, es la que hizo a Horacio decir,
que sin razón padece la inocente pared,
condenada d
la maldición de los dioses y d los furores de los
poetas.
V. 11. Stipare Platona Menandro... Ademas del filósofo
Platou, hubo un poeta cómico griego del mismo
nombre, de quien verosímilmente se trata aqui, pues se
le asocia con Eupolis, Arquiloco y Menandro. Este último
nació en el año 342 antes de J. C. y murió en el de
290, de edad de cincuenta y dos años, ahogado, según
se cree, en el mar, donde se bañaba. Entre los dramáticos
antiguos, es el único que puede ser comparado a los
nuestros del siglo XVII por el número de sus comedias,
que fueron ciento nueve, según algunos eruditos, y no
bajaron de ciento cinco, según la opiniou de uno de los
mas autorizados de ellos. El tiempo devoró todas aquellas
composiciones, y solo nos quedan fragmentos de unas ú
otras, que no podrían hacernos formar una idea cabal
del talento de su a u t o r , si Quintiliano, Plutarco, Dionisio
de Halicarnaso, y otros no menos respetables escritores,
no nos la hubiesen trasmitido completa. Julio César,
juez tan irrecusable en las materias literarias como en las
militares, llamaba a Terencio un Semimenandro, y este
elogio del comico latino, cuyas obras conocen todos, envuelve
otro mucho mas elevado del cómico griego. Menandro
fué el mas célebre de los autores de la comedia
nueva, es decir, de la que reemplazó a la llena de sarcasmos
y de calumnias, eu que, como he dicho en otra
parte, se ejercitaron con tanto daño de las costumbres y
de la paz de los atenienses, Aristófanes , Enpolis y
Arquiloco.
V. 13. Virtute relicta... Se ha observado justamente
que virtus está aqui por labor, como vita
melior en el
verso siguiente por vita laboriosa.
V. 14. Siren... Las Sirenas, hijas del Aqueloo y
de
una de las Musas, eran , según la mitología, unos monstruos
que tenían medio cuerpo de mugeres y medio de
TOMO III. 20
pájaros. Habiendo perdido sus alas, en castigo de haber
desafiado a las Musas, se retiraron a unasisletas, vecinas
á la costa de Campania, que de resultas fueron llamadas
Sirenussx, y desde donde atraían con la dulzura de su
voz a los pasageros, a los cuales encantaban de manera,
que olvidados de alimentarse, morían en éxtasis de deleite.
No habrá seguramente quien no descubra en esta ingeniosa
invención una preciosa alegoría, destinada a preservar
á los hombres de toda clase de seducciones, y particularmente
de las del amor. La pereza tiene también las
suyas, y de aqui el compararla a las Sirenas. Se dice
que una de ellas llamada Partenope. dio en lo antiguo
su nombre a la ciudad que hoy se llama Ñapóles.
V. 16. Damasippe... Yo no sé si seria este el senador
Julio Damasipo, de quien habla Cicerón en dos de
sus cartas.
V. 17. Donent tonsore... Desear un barbero a un filósofo,
en quien era un distintivo llevar la barba larga,
es lo mismo que decirle: lástima es que
no te rapen;
lástima que lleves esa insignia de filósofo.
Pero ¿merecía
Damasipo tan truhanesca y dura respuesta , por haber
dado los sabios consejos contenidos en los últimos
cuatro versos de su discurso ? No, si el carácter de la
composicion toda no fuese festivo, y si el poeta no se
propusiese envolver preceptos sublimes en sarcasmos graciosos,
y reducir con ellos a Damasipo a la necesidad de
probar que todos son locos. Como loco parece que trata
á este el poeta, cuando contesta con una bufonada a
un consejo muy sabio. ¿ No era justo pues que el filósofo
le hiciese ver que todos lo estaban igualmente , y aun el
mismo burlón, que afectaba poner ó Damasipo en esta
clase ? Los intérpretes no se detuvieron sobre este artiGcio,
que es el nudo del diálogo , y muchos hicieron sobre este
pasage observaciones, con que probaron que no lo habían
entendido absolutamente.
V. 18. Janum aá médium... Llamábase asi la plaza
Romana ó mayor, porque en sus dos estreinidades había
dos estátuas de Jano, ó según otros, dos pórticos que
teniau el nombre del mismo dios.
V. 19. Fracla est... Hermosa metáfora. Se estrelló
significa literalmente.
V. 20. Olim nam quxrere... El Damasipo de quien
habla Cicerón era un chalan, qus andaba siempre vendiendo
y comprando, y echándola de inteligente en antigüedades,
sin embargo de entender poquísimo. En varias de
sus cartas familiares dijo Cicerón a Fabio Galo y a Atico
algunas
cosas de Damasipo, que coinciden perfectamente con
las que aqui pone Horacio en su boca.
Sisyphus xre... El caldero en que se lavaba Sísifo
los pies, me recuerda el candil de Marco Antonio en
la
Famiglia del anticuario, de Goldoni.
Por lo demás, el
tal Sísifo de quien ya he dicho en otra parte, que vivia
por los años de 1400 antes de Jesucristo, y que edificó
la ciudad de Eüra , que despues se llamó Corinto, tuvo
tal fama de astuto, que se decia proverbialmente,
mas
ladino que Sísifo.
V. 23. Millia centum... Centum millia
sesterliorum
minorum. De estos cada uno valia casi
siete cuartos de
nuestra moneda , y por consiguiente ios 100,000 importaban
unos 82,000 reales. Varios intérpretes han observado
sobre este pasage la gracia del adjetivo callidus, que yo
he
creído espresar bien con el adjetivo hosco, empleándolo
en el sentido de envanecido , ufano. El tal Damasipo era
tan sagaz para sus compras y ventas, que se arruinó
con ellas, y estuvo para echarse al rio.
V 25. Mercuriale... A los hombres dedicados a las
letras y al comercio se les llamaba Mercuriales, porque
ambas profesiones estaban bajo la protección de Mercurio.
Cognomen Mercuriale significa uno
de los sobrenombres
de Mercurio.
V. 28. In cor... Los interpretes observan que los latinos
decían alguna vez cor, y los griegos Kardia, para
significar el estómago. En el verso ciento sesenta y uno se
verá cardiacus en el mismo sentido.
V. 30. Ut lethargicus hic... Esto me recuerda el
combate del médico y del enfermo en los Lapitas de
Luciano.
V. 31. Dum nequid... Esta respuesta es de un truhán
cachazudo y socarron, que por reírse de todos ge reía
hasta de sí mismo.
V. 31 y 32. Ne tefrustrere... No te consientas, no
gallees.
V. 32. Insania et tu, stultique prope omnes... Obsérvese
con que destreza se ha venido a parar al tema ú
objeto de la sátira, tema ú objeto que casi desconocieron
los intérpretes de Horacio, por el solo hecho de mirar
la proposicion de que todos los hombres son locos , como
una paradoja de la escuela del Pórtico. Pudo suceder
que a fuerza de querer dar una latitud indefinida al
axioma luminoso de Zenon, se le convirtiese en efecto en
una paradoja; pero si con la atención que la importancia
del objeto requiere, se van observando las estravagancias
humanas, apenas se hallará un individuo que nó tenga
una ó muchas de ellas A la verdad entre estas hay vanas
en que no se repara, 0 que son miradas con cierta
indulgencia, en razou de ser mas generales, ó de comprender
á mayor número de individuos; pero ¿dejarán
por eso en muchos casos de argüir una especie de demencia
? Sea en buen hora limitada esta demencia a uno ó á
pocos objetos ; sea en buen hora mas tranquila que la
que comunmente se reputa por t a l ; pero ¿ dejará de ser
cierto, por ejemplo, que hacer aspavientos ridículos y
contorsiones violentas a la vista de un ratón, es una clase
de locura ? ¿ que es otra negarse a emprender un viaje
de utilidad ó de placer, porque se recela sin la menor
apariencia de fundamento , que puede llover, ó volcar
el coche, que pueden salir ladrones, ó sobrevenir en
fin otros riesgos igualmente quiméricos? ¿que es otra
ponerse en camino sin una gran necesidad , cuando
son reales y efectivos los riesgos que acabo de
enunciar como imaginarios? Y ¿quién es el individuo
que no adolece de alguno de estos achaques morales,
anejos a la humana condicion ? El mayor ó menor
número de estos achaques, que se llaman faltas ó vicios,
es el que forma un loco rematado, un semiloco, un
tonto, un sugeto de razón, y hasta un hombre infinitamente
apreciable,
Pues sin vicios ninguno al mundo viene,
Y aquel es el mejor que menos tiene,
,«0l>3Íj*Ki WWfcmlaafUti'» <»ií '.tv •ikl|'.i ' O i Q - W ¿ fjfc
como dijo nuestro poeta en otra parte. El que tiene los
menos posibles es el que se llama sabio, en la acepción
filosófica de esta palabra, y a este sabio era al único á
quien la escuela de Zenon escluia de la categoría de los
locos. ¿No es esto justo y exacto? ¿Cómo hombres por
otra parte doctos se han atrevido a escarnecer este principio?
Con él se generalizaría la tolerancia recíproca, que
es el lazo que mas estrechamente puede unir a los
hombres.
V» 34. Stertinius... Nombre de un filósofo desconocido
de la escuela de Crisipo.
V. 36. Sapientem pascere barbam... Damasipo se burla
aqui también de una estravagaucia, de una locura (por
servirme de la esprasioa favorita da esta sátira) de los
que se llamaban filósofos. Al principio se dejaron estos
crecer la barba, ya porque reputasen afeminada la acción
de cortarse frecuentemente una de la> señales con que la
naturaleza había querido demostrar la pujanza del sexo
masculino , ya porque pensasen que los que se dedicaban
á cultivar las facultades intelectuales debian cuidar
poco del adorno del cuerpo; pero despues se miró la
barba larsa como distintivo de un filósofo, y aun se dió
á esta esterioridad de sábio una importancia, que solo
se debia dispensar a la sabiduría misma. Y ¿no es una
locura pensar que PSta podia consistir en ir afeitado ó
con barbas ? ¿ No tenia razón Horacio, al pasar revista á
los caprichos, a las tonterías, y a las locuras de los
hombres, en hacer mención de una de las de los filósofos,
destinados por su profesión a dar ejemplos de sensatez
y de cordura ? El epíteto sapientem califica muy bien
el sarcasmo.
V. 36. Fabricio... ponte... Yendo de Roma al Janículo,
se entraba en la isla del Tiber por el puente Fabricio
, y se salia por el puente Cestio.
V. 38. Dexte.r... Bonus , faustus, propitius.
V. 39. Pudor te malus urget... En las sátiras de
Horacio es donde se ve particularmente lo poco que los
comentadores se aplicaron a desenvolver la parte filosófica
de sus escritos. No hablo de los comentadores antiguos,
los cuales jamas apuntaron ni una sola idea de esta especie
; pero aun los modernos que alguna vez quisieron
filosofar, lo hicieron de manera que todo quedó por hacer.
« Para ridiculizar la filosofía estoica, dice Sanadon,
copiando casi a Dacier, hace Horacio discurrir a Estertinio
como un mal filósofo, pues en primer lugar, confun
de la locura y el furor; en segundo, reprendiendo a Damasipo
de que quiera ahogarse por haber hecho una
locura, trata de probarle despues que está loco; en tercero,
por la misma razón de estar loco, le permite que
se tire al r i o , y deja inferir que todos deberían hacer
otro tanto; y en (in le consuela de su locura , mostrándole
con ejemplos que esta es mas común de lo que se
cree, raciocinio que en moral es perniciosísimo. >. El que
se esplicaba asi mostraba no haber entendido absolutamente
la sátira , sobre que hacia tau estrañas reflexiones.
Un individuo que se halla arruinado, que cree haber perdido
su reputación, y que piensa que cuantos le conozcan
le tendrán por un estravagante, resuelve ahogarse en el
rio: un hombre machucho se llega a é l , y le dice: «vas
á tirarte al rio, porque temes que de resultas de haberte
arruinado, te tengan todos por loco; pero te engañas,
pues siéndolo cuaimas, cual menos todos los hombres,
no debes tú avergonzarte de ser lo que son los demas.
Si fueses el único atacado de este mal, no me
opondría a que consumases el disparate que proyectas, pues
ciertamente un loco baria mal papel donde todos fuesen
cuerdos; pero pues todos sois iguales, ¿á qué tomar ninguna
resolución desesperada ?» ¿ Qué hay aqui que no sea
justo y oportuno? ¿Dónde ni cómo confunde Estertinio
el furor con la locura ? Reprendiendo a Damasipo porque
iba a cometer una que lo era grandísima , le retrae de
ella, probándole que hallándose él en el mismo estado
que los demás hombres, no tiene mas motivo que ellos
para tomar una determinación violenta , ó lo que es lo
mismo, que no tiene ningún motivo verdadero , con lo
cual retrae igualmente a cualquiera otro, que por una razón
idéntica ó análoga quisiera precipitarse al mismo
esceso. En fin, en probar con ejemplos que la
locura es entre los hombres mas común de lo que se cree
no hace Estertinio mas que reproducir bajo otra forma
un oráculo de la sabiduría celestial, según el cual
stultorum
infinitos est numerus; pasage cu que
la palabra
stulti tiene la misma acepción que se le daba en la escuela
de Crisipo. En el propio sentido se esplicaba despues
Séneca cuando decia: Isanire omnes stultos
dicimus,
nec tamen omnes curamus elleboro; his ipsis, quos vocamus
insanos, sufjragium et jurisdictionem committimus.
Estas reflexiones, que sin la necesidad que tengo
de circunscribirlas a un corto espacio, podria estender
mucho, prueban que seria fácil añadir una nueva clase de
locos a las que enumera Estertinio, a saber la de aquellos
que sujetan los principios generales de una moral
franca y desinteresada, a las aprehensiones de una escuela
ó lo que es lo mismo, a las pretensiones esclusivas dé
un partido ó de una profesión.
V. 41 y 42. Hoe. si erit in te solo... Es soberanamente
absurdo calificar de ridicula esta reflexión, y mirarla
como una consecuencia de un falso principio. « Si
quieres matarte, dice el poeta , porque te avergüenzas de
que los hombres te tengan por vicioso ó por loco, yo
te probaré, para que desistas de tu empeño, que se
hallan todos ellos en el mismo caso: que por consiguiente
no tienes de que avergonzarte, y que por último^ debes
renunciar a tu propósito. » Esto es sensato, justo y moral
, a pesar de Dacier y de Sanadon; y pluguiese a Dios
que todos hubiesen siempre raciocinado tan bien como lo
hace aqui Estertinio, de cuya doctrina pretenden el
académico y el jesuita citados que intentaba burlarse
Horacio.
V. 43. Quxcumque... Otros Quemcumque.
V. 44. Insanum Chrysippi porfiáis... Aqui está la
definición de los locos: aquellos, dice Estertinio, a quienes
obcecan las pasiones, y que toman el error por la
verdad, lo son en dictamen de Crisipo; y yo añadiré
que tainbieu en dictamen de cuantos hombres juiciosos
y esperimentados hay en la tierra. Serán ciertamente mas
ó menos locos, delirarán mas ó menos, según que sea
mayor ó menor el error y la obcecación ; pero jamás á
semejantes errores ó estravíos dejará de darse el nombre
de locura, por poco que se hagan reparables. Por lo demas
Crisipo, nacido en Soles, ciudad de Cilieia , por
los años de 280 antes de J. C. estudió la filosofía estoica
en la escuela de Cleanto en Atenas, v se distinguió
en ella por sus sutilezas sofísticas y sus cavilosidades
escolásticas.
Esta tendencia de su espíritu le hizo exagerar
las doctrinas del estoicismo, y darles, como dije en
las notas a la sátira tercera del libro anterior, mas latitud
de la que exigían la razón y el buen sentido. La
escuela de Zenon se llamó estoica ó del Pórtico,
porque
el célebre filósofo esplicaba su doctrina bajo un pórtico,
y a este se daba en griego el nombre de stoa. Los hombres
que mas honraron su especie por la constaucia, la
impasibilidad y la fortaleza, salieron de aquella escuela,
cuyo dogma cardinal era hacer dependientes de la razón
todas las afecciones humanas. ¿ Puede concebirse que se
haya pretendido desacreditar este principio, y representar
como vanos y orgullosos a los que seguian una doctrina
celestial, que en cuanto es permitido comparar las cosas
sagradas con las profanas, reprodujo despues en parte el
Salvador del mundo, exigiendo de cada uno de sus discípulos
la abnegación de sí mismo? Para concluir esta
nota añadiré que la espresion Chrysipi porticus, equivale
á escuela estoica de Crisippi.
V. 46. Excepto sapiente... No se olvide esta escepcion,
que quita a la idea de que todos los hombres son locos
la exageración de que podría ser tachada. Es inútil advertir
que el sábio no es aqui el hombre que cultiva una
ó mas ciencias, sino el que sujeta sus apetitos a su razón,
el que sabe dominarse a sí mismo; asi como loco
significa el que no sabe reprimir sus pasiones, el que
6e abandona a sus inclinaciones ó a sus hábitos viciosos.
V. 48. Velut silvis... La comparación es exacta y
magnífica.
V. 53. Caudam trahat... Es una metáfora, tomada
de la costumbre que teman los muehachos de prender
alguna cosa eu la espalda de aquellos de quienes querían
hacer burla. Entre nosotros se conserva aun esta costumbre
en el caruaval.
V. 45. Nihilum metuenda... Esta es una de las locuras
mas comunes , y en que sin embargo apenas se repara.
¡Cuántos individuos no acibaran a cada instante
su existencia con el ridículo temor de riesgos que no existen,
y que a veces ni aun pueden existir 1 Los que adolecen
de esta debilidad vergonzosa la santifican , según los
casos, con los nombres de sensibilidad, de previsión,
ú
otros semejantes. Esto es lo que Horacio llama en el
verso ciento veinte y ocho imponere
cognata vocabula
rebus. El hombre no se contenta con
ser débil, sino que
su orgullo pretende convertir aquella misma debilidad en
virtud. Y ¿se querría que no se hablase de esta clase de
loeura, porque muy frecuentemente se halla en esposas
tiernas, en madres amorosas, y aun en hombres que
tienen fama de sabios y circunspectos ?
O exeas hominum
mentes!
V. 60. Fusius... Otros Fufius. Este Fusio ó
Fufio era
un cómico , que representando un dia que estaba borracho,
la Ilione, tragedia de Accio ó de Pacuvio, y haciendo
el papel de la reina hija de Priamo, se durmió
de veras en una escena en que aquella princesa debia aparecer
en el teatro como dormida. Otro cómico, llamado
Catieno, hacia en la misma pieza el papel de Polidoro,
el cual llamaba a su madre en estos términos:
Mater , te appello, tu qux somno cúrame te.
Como Fusio estaba realmente dormido, no oyó a Catieno
, ni por consiguiente respondió Ilione a los gritos de
Polidoro; y notándose esto en el patio, empezaron todos
los espectadores a repetir a grandes gritos el
mater, te
appello (madre, socorro) con que
empezaban los versos
que pronunciaba Catieno. Cicerón nos ha conservado el
pasage de la Ilione a que alude aqui Horacio.
V. 61. llionam edormit... Eleganter, dice Torrencio,
dixit llionam edormire, pro dormientem imitari, ut
saltar i Glaucttm, mover e Cyclopa , et similia. Por
lo
demás, Ilione, hija mayor de Priamo, casada con Polimnestor
, rey del Quersoneso de Tracia , recibió secretamente
en su palacio a su hermano menor Polidoro,
quien su padre Priamo quería alejar de los horrores que
amenazaban a Troya. Instigado Polimnestor por los griegos
mató a Polidoro, y se apoderó de los tesoros de
Priamo, que este había hecho depositar en casa de la
reina su hija, al mismo tiempo que le había enviado á
Polidoro. Las tradiciones antiguas varían mucho sobre,
las circunstancias de esta historia, de la cual sacó su
argumento el autor latino de la tragedia intitulada llione.
V. 62. Mater, te appello... Ya he dichoque el poeta
ponia en boca de Polidoro estas palabras. Muchos comentadores
estrañaron que el joven hijo de Priamo, que
las dirigía a su hermana , diese a esta el nombre de madre;
pero acaso Polidoro miraba como tal a Ilione, si
como dicen algunos autores, hizo esta creer a Polimnestor
que aquel niño era uno que el rey del Quersoneso había
tenido en su primera mnger, y que el bárbaro padre
habia hecho asesinar, creyendo que era Polidoro. Aunque
esto no fuese asi, no habría dificultad en concebir
que Polidoro, que habia pasado muy niño bajo la tutela
de su hermana, la mirase como madre, y la diese este
nombre.
Uuic ego vulgum. La construcción es:
ego docebo
cunctum vulgum insanire errorem kuic errori similem
Algún comentador observó que el poeta dice insanire errorem
, como se dice , furere furorem , dolere dolorem etc.
V. 69. Scribe decem a Nerio... Yo he hablado muchas
veces de las maneras elípticas y de la fatigante concisión
de Horacio en sus sátiras; y este pasage es uno
de aquellos en que mas campea esta, que quizá se llamaría
gracia ó mérito en Roma; pero que cuando la razón
ha hecho los progresos que en el dia, no se puede
llamar sino falta de exactitud y de precisión. Para que
esta no se advierta en castellano, es menester añadir
muclias palabras que se suprimen en las frases del original
, y aun frases enteras que debian enlazar las ideas,
y quitar a las transiciones su sequedad y su incoherencia.
Horacio va a probar que no es mas loco el que gasta
en antiguallas cuanto dinero puede juntar, que el que
viendo al anticuario derrochar tan neciamente lo que recoge,
y sabiendo que no tiene para pagar, le fia ó le
presta. «Si te lo diera, dice, barias muy mal en no tomarlo;
y el loco, si habia alguno, seria ciertamente el
que te diese el dinero para que lo disipases: pero supongamos
que te lo presta-, que te hace firmar una
obligación, que asegura el contrato con cuantas fórmulas
pudo inventar la astucia del escribano: ¿de qué le servirá
todo eso, cuando apenas tome el dinero, le irá el
deudor a malgastar, como lo hace con todo el que reúne,
y luego no tendrá un maravedí con qué pagar?» Esto en
cuanto a la idea. Eu cuanto a la espresion, conviene
observar con Mr. Dacier, que los especuladores de Roma
tenían por lo común su dinero en las casas de los banqueros,
en cuyos libros ponían los deudores su recibo, que
se tachaba al tiempo de pagar : al acto de firmar este
documento se llamaba scribere, al de tacharlo
rescribere.
Horacio introduce aqui pues al que presta el dinero á
Oamasipo, ó al que le vende sus estátuas al fiado, el
cual le dicta la obligación que ha de dejar en casa del
banquero, diciéndole: «escribe que has recibido de Nerio
diez mil sestercios.» Estertinio dice luego al acreedor:
«no te contentes con esto, llévale a casa de Cicuta;
remacha allí bien la obligación etc.» Hay pues cuatro individuos
que intervienen en la operaciou; Perillo que prest
a , Damasipo que toma prestado, Nerio el banquero que
tiene el dinero de Perilio, y en cuyo libro firma el recibo
el tomador, y en fin el escribano Cicuta que hace
una escritura terrible. Añádase a estos individuos Estertinio
, en cuya boca pone el poeta la observación dirigida
al prestamista, de que no es suficiente el recibo inserto
en el libro de Nerio. ¿ No valdría mas ciertamente que
Horacio nos hubiese ahorrado el trabajo de estas aclaraciones
, y que se esplicase en términos de no hacerlas
necesarias ?
Cicutx... Era el nombre de un célebre escribano, que
sabia muy bien todas las marañas del oficio, v que hacia
unas escrituras, a las cuales no habia por donde hincarles
el diente; y esto es lo que significa en el verso setenta el
adjetivo nodosus (que tiene muchos nudos).
V. 70. Tabulas, centurn... Varios editores é intérpretes
observaron con razón que centurn uo se refiere a
tabulas,
sino a caleñas. Uu escribano que no hubiese hecho
mas de cien escrituras, debería ser muy bisoño, y saber
mucho menos de lo que se supone que sabía Cicuta.
V. 71. Effugiet turnen... Proteo era según la mitología
un dios mariuo, que se trasformaba en todo cuanto
queria, por libertarse de las importunidades de aquellos
que iban a valerse de sus conocimientos para averiguar
algunas cosas ocultas. A nadie, mejor que a un dios semejante
podian ser comparados ios deudores, que por
lo común no hay género de subterfugio que no empleen,
cuando no pueden pagar, para sustraerse a las obligaciones
que contrajeron. No dejaré de observar que la
fábtila de Proteo ha sido mirada como una alegoría
ingeniosísima
de lo que pasa en el alma racional. Esta,
como una porcion de la esencia divina, podría conocer lo
venidero, si no la dominasen las pasiones que la hacen
tomar mil formas diferentes, y es menester atarla con
las cadenas de la virtud y de la razón, para que vuelva
á su primer estado.
V. 72. Malis ridentem alienis... Literalmente
riendo
con quijadas agenas, es decir, siu
miramiento, como se hace
muy frecuentemente cuando se usa de las cosas de otro.
Esto ya se ve que equivale a la espresion de
a carcajadas
, d todo reir.
V. 75. Perilli dictantis... Este Perilo o Perilio era
el acreedor, el cual dictaba la fórmula del recibo;
scribe
decem a Nerio.
V. 77. Togam jubeo componere... Las togas de lo,
romanos eran, como he dicho en otras ocasioues, muy
largas y muy incómodas. Cuando se debia estar con atención
en cualquiera reunión importante, se recogían, en
diposiciou de no estar siempre distrayendo ya al orador , ya
á los oyentes.
V. 78. Aut alio mentís morbo cale!... Obsérvese con
qué habilidad están aquí nombrados los viciosos a quienes
se cita a la audiencia. El epíteto mala, aplicado a
la
ambición ; el tristis aplicado a la superstición ; el
verbo
pallet empleado para designar la fisonomía de los avaros;
las demás pasiones ó vicios calificados justísiinamente de
morbi mentís, todo esto forma un cuadro muy hermoso.
Cuanto dice [después el filósofo Estertinio es lo mas
exacto, lo mas racional, lo mejoren fin que podía decir
el hombre de mas juicio.
V. 83. Anticyram... Isla del golfo de Coriuto, a seis
leguas de Delfos. A11 i se criaba gran cantidad de eléboro,
remedio que se reputaba como heroico contra la melancolía
y contra la locura. Hubo varias ciudades del mismo nombre:
en una quu estaba cercana a la isla de que acabo
de hablar, era donde mejor se preparaba aquella yerba, y
de ailí parece que se llevaba a Roma.
V. 84. Hxredes Staberi .. Este Estaberio fue uu miserable
, que despues de haber sido loco durante su vida,
maltratando su cuerpo por juntar un gran caudal, quiso
serlo también despues de su muerte, mandando que sus
herederos gastasen en locas profusiones el dinero ¡que él
les dejaba, a no conformarse con una clausula de su testamento,
en virtud de la cual debían dichos herederos esculpir
sobre la losa de su tumba la cantidad que les dejaba
el difunto. Esta cláusula arguia otra especie de locura
postuma, (si es permitido espresarse a s i ) , pues aquel
desdichado, que no vivió sino para ser objeto de la befa
ó de la compasion de sus contemporáneos, bajó al sepulcro
, atormentado del deseo de que la posteridad se ocupase
de su nombre.
V. 86. Arbitrio Arri... Parece que este individuo
desconocido
tenia mucha habilidad para dirigir festines suntuosos,
y que no era hombre que economizaba el gasto.
V. 87. Sive ego pravé... Aqui es Estaberio quien habla.
Estos personages que introduce Horacio en sus sátiras,
ademas de los artores ordinarios, hacen que sea necesaria
una atención suma para no equivocarse en su inteligencia
.
V. 88. 'Ne sis palmus... Yo lie dicho en las notas á
la oda doce del libro tercero que la voz de tio en entre
los romanos sinónima de regañón. El ne sis patruus mihi,
equivale a no me lo riñas, no me lo censures
V. 89. Prudentem animum vidisse... Dacier «puso
comentando este pasage, que en este punto del discurso
interrumpía Damasipo a Estertinio. En efecto a 3 q u e|
prodigo y disipador debia incomodarle que este ¡labase de
prudente a Estaberio por hacer una disposición l a m e n -
taría tan ridicula, y en tal estado nada era mas natural
que atajarle la palabra. De esta manera queda pendiente el
sentido de la frase de Estertinio, y continúa asi hasta el
verso noventa y ocho, en que vuelve a tomar el hilo diciendo
: hoc veluti virtute paratum etc. Por lo demás la
calificación de prudente, dada por Estertinio a la acción
de Estaberio, debe necesariamente suponerse irónica
V. 100. Grxcus Aristippus... Este Glósofo, gefe de la
secta cirenaica, era, según unos, de la isla de Tera una
de las Cicladas, que fue poblada por una colonia ¿ e ra
y según otros, de Cirene en la Libia, ciudad fundada
por una colonia de Tera, y por eso el poeta le llama
griego. Anstipo profesaba una moral tan indulgente aue
comparada con ella la de Epicuro, podia pasar car ri'Jrosa.
Estertinio exagera aqui el desinterés que mostró 4rishpo-
pues este no mandó a sus esclavos tirar el dinero
que llevaban , y solo permitió al único esclavo que conducia
sus riquezas, dejar aquella parte de carga que sobrepujaba
a sus fuerzas; acción tan noble v virtuosa
como loca habría sido la de arrojar todo el dinero Estertinio,
esplicándose asi en orden a la conducta de
f ' ^ P O , seguía una de las diferentes tradiciones que
había sobre este hecho, que como otros muchos de los
acaecidos en los tiempos antiguos, se referia de mil maneras
V. 103. Nilagit exemplum. . Uu avaro se justificaría
mal con el ejemplo de Aristipo , pues tanto p0r su
parte como por la del pródigo citado, habria un esceso
igualmente inescusable. Estertinio quiere pues decir en
su respuesta que no es posible decidir cuál de los dos
estremos es mas vicioso ; porque pretender juzgar del uno
por el otro, seria querer decidir una cuestión suscitando
otra.
V. 105. Nec Musse deditus ulli... Es decir, como observó
el padre Sanadon, nulli Musices parti deditus,
pues los latinos se servían indiferentemente de Musa v
de Música para espresar la música y la poesía.
V. 108. Qui discrepat istis... Tal es la lección de
todos los manuscritos, y de las ediciones de Venecia y
de Loscher. Quid se lee en casi todas las ediciones
posteriores.
V. 117. Undeoctoginta... Es decir, uno quitado de
ochenta, setenta y nueve; como undecentum, noventa
y nueve, undeviginti, diez y nueve etc.
V. 118. Stragula vestís... Stramentum y slragulum
vienen del verbo sterno; pero el uso estableció la
diferencia
de que la primera de estas palabras significa la
paja sobre que se duerme, y la segunda todo lo que se
estiende sobre una cama, ya para echarse encima, ya
para cubrirse con ello.
V. 126. Porrigini... Es propiamente la caspa de la
cabeza.
V. 129. Servosque tuos.... Otros servosve tuos, y
otros
servosve, tuo. Esta última variante, aunque oportuna, es
arbitraria.
V. 131. Cum laqueo uxorem... Unos intérpretes quieren
que se aluda aquí a sujetos conocidos, que por avaricia
asesinaron a su madre ó a su esposa, y otros observan
que el filósofo examina ó considera todas las fases de
la avaricia , que desde el anhelo sórdido y mezquino de
ahorrar, se estiende hasta el asesinato, corriendo la escala
del perjurio, del robo etc.
V. 132. Ñeque tu hoc facis Argis... ¡Lindísima escusa!
¿Era por ventura menos delincuente el asesino,
porque el asesinato se hiciese en Roma ó en Argos? Pero
¿no se pretende muy a menudo justificar con escusas
igualmente ridiculas las mas calificadas estravagancias?
V. 133. Orestes... Orestes era todavía niño, cuando
su madre Clitemnestra asesinó a su padre Agamenón,
ayudada por Egisto, con quien ella habia manchado el
tálamo nupcial. Orestes, enviado de resultas de aquel
suceso a la corte de Estrofio, rey de los foceos, se crió
en ella con su hijo Pilades, con quien contrajo la amistad
íntima, que es proverbial todavía hoy. Crecido el
joven, volvió disfraiado a su patria, y matando a Clitemnestra
y Egisto, aplacó los manes de su padre inmolado
por ellos; pero no satisfizo aquella venganza sin quedar
sujeto a la pena que la religión imponia a los parricidas,
y fué entregado a Jas Furias, que debian atormentarle
hasta la expiación de su crimen. Para atenuar su gravedad,
se supuso Orestes incitado a él por las inspiraciones de
Apolo, y marchó en consecuencia a implorar su favor al
templo de Delfos, donde le purificó aquel dios con las
abluciones y demás ceremonias de uso. Mas como no
por eso dejasen las Furias de atormentarle, se encaminó
por orden de Apolo a Atenas, donde con la protección
de Minerva debia completar su expiación. La diosa instituyó
para juzgar al reo el famoso tribunal, conocido con
el nombre de Areopago, que instaló ella misma, y en que
Apolo tomó a su cargo la defensa de Orestes. A pesar de
los esfuerzos de tal defensor, los sufragios se dividieron, y ei
vengador de su padre habría sido condenado, si el voto
de Minerva no hubiese decidido el empate en su favor.
No bastó sin embargo el fallo del Areopago para que las
Furias abandonasen totalmente su presa, y Orestes tuvo
que someterse todavía a nuevas y terribles expiaciones,
con las cuales recobró al fin el reposo perdido y el trono
de su padre. Casado con Hermione, hija de su tio Menelao,
gobernó muchos años el reino de Argos, al cual,
por muerte de su tio y suegro, reunió el de Esparta ; y
respetado y feliz, murió en Arcadia de edad de noventa
años, ochenta despues de la destrucción de Troya. Bien
que sobre alguna de las circunstancias de esta historia
varíen las tradiciones mitológicas , todas están de acuerdo
sobre los principales hechos, y todas señalan la inexorable
severidad con que en tiempos tan fecundos en crímenes
impunes, se castigaba el parricidio. El que cometió
Orestes, parecia justificado por la necesidad de vengar la
muerte que diera a su padre una esposa adúltera, y no
obstante acarreó al ejecutor de la venganza largos y penosos
tormentos, que aun habrían sido mas duraderos, sin la
protección eficaz de varias divinidades. I.a historia de
Orestes envuelve saludables enseñanzas.
V. 137. Quin ex qtto... Horacio no sigue aquí las
tradiciones
del teatro griego con respecto a Orestes, sino la
adoptada verosímilmente en el de Roma en su tiempo.
V. 139. Pyladen... Cuando Pilades, hijo de
Estrofio,
príncipe de los foceos de la Grecia, hubo ayudado a su
primo y amigo Orestes a vengar la muerte de Agamenón,
tuvo por recompensa la mano de Electra.
V. 140. Electram... Tercera hija de Agamenón , que
durante los furores de Orestes, manifestó en su favor un
interés vivísimo. Se dice que fué llamada Electra, porque
era rubia ó de color de ambar; electrón en griego.
V. 141. Splendida bilis... Bilis reluciente, amarilla.
V. 142. Opimius... No se sabe quién era este sujeto,
pero la historia es divertida.
V. 143. reientanum... reyes, la mas poderosa de las
ciudades etruscas, estaba a cuatro leguas de Roma. En
su territorio se cogia un vino malísimo.
V. 144. Campaná trullá... Varios intérpretes observan
que de trua, que significa un cucharon de cocina, se
formó la palabra trulla, que se aplicó a muchas cosas, y
que aqui designa un jarro ó porron para vino. El epíteto
Campana determina la materia de la tal vasija, pues como
dije en otro lugar, en Campania se fabricaba la loza ó
vidriado común que se usaba en Roma.
V. 154. Accedit... Otros accedat.
V. 155. Tu cessas?... Esta es la lección de todos los
manuscritos y ediciones antes de Mureto. Despues muchos
han leido quid cessas?
Plisanarium oryzx... Ptisanarium
significa propiamente
una tipsana de arroz, sin necesidad de añadir el
oryzx. Cuando era la tipsana de otra cosa, se añadía á
aquella palabra un nombre que esplicase la diferencia.
V. 166. Octusxibus... Tal es la lección constante de
los manuscritos y de las ediciones antiguas. Lambino sustituyó
á aquella palabra las de octo assibus, y muchos
TOMO III. 21
editores le siguieron , creyendo, como él, que los latinos
no decían octussibus en plural, pero Bentlei ha probado
con muchos ejemplos que esto es falso. Por lo demás, yo
creo haber dicho en otra parte que el as romano valia
poco mas de un ochavo de nuestra moneda.
V. 157. Pereamve... Asi se lee en algunos manuscritos.
Esta lección es preferible al pereamque de las ediciones
antiguas, y al percamne de las modernas.
V. 159. Stultus et insanus .. Conviene notar la
diferencia
que hay en el significado de estas dos voces, no
perdiendo de vista, que en general los antiguos, y
particularmente
los filósofos, usaban de stultus como sinónimo
de vicioso.
V. 161. Cardiacus... Es propiamente el que tiene débil
el estómago.
Craterum... Era un médico hábil, que asistió a Cicerón
en alguna de sus enfermedades.
V. 165. Porcum Laribus... Ordinariamente se atribuían
á los Lares todos los bienes y males que sucedían
en las familias. El puerco era la víctima que por lo común
se les sacrificaba.
V. 166. Barathrone... Esta es la lección mas autorizada,
y no se comprende por qué desagradó a algunos
editores é intérpretes. «¿Qué diferencia, dice el poeta,
hay entre sumir lo que se tiene, en un abismo,
barathro
donare, ó no usar de ello
absolutamente?» La idea
es j u s t a , la espresion es correcta: ¿ por qué pues andarse
á caza de balatro ne, y de balatroni, que sobre no
presentar una idea tan vigorosa, son lecciones muy poco
autorizadas ?
V. 168. Servius Oppidius... No se sabe quiéu era este
individuo. En algunas ediciones se junta dives con
antiguo
censu, como yo lo he hecho: el sentido
pide esta
puntuación.
V. 178. Et natura coercet. . Y la
naturaleza estrecha,
ó limita, es la traducción literal.
Sintiendo lo vago
y embarazado de esta idea asi espresada, todos los traductores
la modificaron, y uuo italiano dijo, con una metáfora
que no aclara lo cscesivamente conciso del original.
-tn OMOT
E di giusto conlin natura accerchia.
Yo creo haber desenvuelto mejor la idea del poeta
diciendo:
Y del mortal la condicion exije.
Esa condicion del mortal es la obra de la naturaleza.
Ese exige traduce aqui rigorosamente el coercet
latino.
V. 179. ¿Ve vos titillet gloria... El
titillet (pellizque,
haga cosquillas) es muy espresivo. El
poeta empieza á
preparar aqui su transición para tratar de la ambición
inmediatamente. Gloria no está empleado en este verso
en otro sentido.
V. 181. ¡ntestabilis et sacer... Intestabilis significa
propiamente el que no puede testar; pero aqui significa
solo invisus, objeto de mi odio. Sacer está por
execrabilis,
execrandus.
V. 182. In cicere et fabá... Para ganar votos en las
elecciones se distribuía al pueblo, ademas de garbanzos,
de habas v altramuces, trigo y aun dinero.
V. 183. Latus-.. Unos creen que latus está aqui
por
desahogado, ancho; otros miran aquella palabra como el
participio del verbo fero, y traducen ó interpretan
llevado.
La cosa es poco importante.
Utin circo... El Circo era un gran edificio de figura
oval, destinado a los espectáculos del pueblo, y que tenia
dos mil doscientos cinco pies de largo, v novecientos
cincuenta de ancho, con tres galerías cubiertas, unas
encima de otras, en las cuales cabían ciento cincuenta
mil personas. Las gradas de aquel vasto edificio, que
hermoseaban estátuas, columnas y dos grandes obeliscos,
se elevaban en forma de anfiteatro, y estaban divididas
en tres partes, llamadas orchestra, equestria y
popularía.
Entre el moute Aventino y el Palatino se ven aun las
ruinas del Circo.
Et aeneus... Aut ceneus se lee
generalmente; pero
sábios críticos, observando que los poetas antiguos no
emplearon jamás la palabra ceneus como de tres sílabas,
hau preferido la lección de los manuscritos, que ya se vé
en varias ediciones.
V. 184. Nudas aijris... No hay aquí la menor exageración.
Para las liberalidades que se hacían al pueblo nada
bastaba ; y asi, los hombres algo lucidos no podian menos
de arruinarse, como sucedió a ¡Vlilon, y particularmente
á Julio César, que cuando iba a partir para España despues
de su pretura, decia que necesitaba una suma equivalente
á setenta y dos millones de reales, para no tener
nada, es decir, para solo pagar lo que debía.
V. 185. Plausus , quos ferl Agrippa... Yo he hablado
en otras partes de este grande hombre, a quien Augusto
colmó de honores merecidos, y con quien puede decirse
que dividió su poder. En 720 dió al pueblo, siendo edil,
unos juegos, superiores en brillo y magnificencia a cuanto
se había visto hasta entonces. Este elogio de Agripa,
intercalado
aqui como por casualidad, es delicadísimo.
V. 187. Ne quis humasse... Antes he observado cómo
Horacio preparaba la escena del ambicioso, desde que introducía
a Opidio exhortando a sus hijos a no dejarse
cosquillear por la gloria. Creo que ningún intérprete ha
observado lo que hay de mas picante en esta transición,
que es ciertamente el modo con que Estertinio da su audiencia.
Ya antes ha dicho: «Señores ambiciosos, supersticiosos
, avaros, y todos los demás a quienes atormente
alguna pasión, vayan ustedes compareciendo aqui para
convencerse de que todos los hombres son locos. » Ahora,
como si se hallasen a la puerta de la pieza en que él hacia
esta esplicacion, los individuos cuyo ejemplo debia
justificar la exactitud de sus raciocinios, parece que dice:
«pase usted adelante, señor Agamenón, y diga usted qué
motivo tuvo para dejar sin sepultura a Ayax ;» y en el
diálogo que entabla con el gefe de la espedicion de Troya
, trata de probar que era un ambicioso, que sacrificó
á esta pasión una hija inocente y hermosa, y deja inferir
por consiguiente lo justo que era el consejo que acababa
de poner en boca del moribundo Opidio para retraer a sus
hijos de la ambición. Ademas de la exactitud «n el raciocinio,
tiene este pasage el mérito del artificio dramático,
que varia y diversifica mucho la escena. Asi, despues de
hablar en relación de las extravagancias de Estaberio y
de Aristipo, se pone en acción de una manera divertida la
aventura de Opimio con su médico: siguen raciocinios,
sigue relación, y al punto se cambia de nuevo el giro,
y se saca al teatro en calidad de reo al gefe de los monarcas
de la Grecia. En esta escena festiva y moral se
reduce a su valor verdadero la conducta de Agamenón,
la cual se pretendió representar a veces como un prodigio
de constancia, ó como un esfuerzo de piedad. Por lo demas
la orden de Agamenón para que no se enterrase á
Ayax, es un incidente de la tragedia de Sófocles. El monarca
argivo cedió en fin a las instancias de Teucro, y
los griegos hicieron a Ayax funerales magníficos, y le
erigieron un mausoleo soberbio.
V. 188. Níl ultra quiero plebeius... En este diálogo
debe estudiarse aquel tono delicadamente burlón, que es
uno de los caractéres en que mas ciertamente se distingue
la sátira horaciana de las de los autores que le precedieron
y siguieron.
V. 193. Ajax, heros ab Achille secundas... El valor
de este guerrero, el primero de los griegos despues de
Aquiles, le hizo jactancioso é impío , hasta el punto de
decir que solo los cobardes podian invocar en sus combates
el favor de los dioses; añadiendo que él vencería
siempre a sus enemigos sin ningún auxilio del cielo. Ayax
se mató de desesperación, de resultas de no haberse decidido
en su favor la contienda sobre la adjudicación de
las armas de Aquiles. El triunfo tque obtuvo Ulises sobre
Ayax habia trastornado de tal modo el seso de este caudillo,
que una noche degolló uua manada de carneros,
creyendo que degollaba a su rival el rey de Itaca, y á
los Atridas que le favorecieron.
V. 199. Tu cum pro vitulá... Este argumento es
perentorio.
Ayax era loco porque mataba ovejas, creyendo
que eran hombres. Y ¿qué serás tú cuando matas a tu
hija en vez de una novilla? No hay quien ignore la historia
de Ifigenia, entregada por su padre al cuchillo de'
sacrificador Calcas en Aulide, ciudad de la Beocia.
V. 200. Molá salsá... Esta pasta ó masa de harina,
llamada mola, con que se untaba la frente de las
v i c h a s dio al sacrificio el nombre de inflación.
v Z : , T e n a t ü - T e c m e s a y Eurisaces.
V. 205. Adverso litore .. contomo, porque la
detención que en él hacia la escuadra impacie ta'bT. 1
griegos, y podía ser fatal al objeto de l/espedicion.
V 206. I acavi sanguine Divos... El fanatismo ó la
^ r i p T
autorizar esta creeacia^ p« i- * -
Z Z Z L T r 0 r e ' S a C r , f i C Í ° ' Pu e s t 0 según
a r d d C eS P O é l l C a S ' D Í 3 D a S U S t Í t ^ a u n a
cierva en
'«gar de Ifigema: tan cierto es que a pesar del error en
que se estaba en orden a la importancia de los sac a o s
os de victimas humanas fueron reprobados de.de el T n
- i ' ; — columbrar la p r i m e ^ I
C d ° e i c L l a s p f T q u e n o s h a c e — I
pasión"'0 / r a " " La C ¿ l e r a e s t a a«Jui P°r malquiera
"eve siempre c„nsi£' Í T c X / a T e ^ J T ™
una ™ que | a p m g a c r . da
Z v a ' „ h 651 q ° e 13 d é ™ n o m b r e d* «c. «So van bien c
o n s i e n t e y enlazad,* la, ideas? ( A qué
x i " - r " - « — — ' e s ? :
V. 218. Tutela propinquos... Los comentadores han
observado que tutela está aqui por curatio , y
propinqui
por agnati.
V. 220 y 22. Ubi prava stultitia... I.a conclusion es
justísima: tontería con malicia, locura rematada.
V. 222. Vitrea Jama... La gloria que brilla, que
deslumhra.
V. 223. Hunc circúm tonuit Bellona... Belona, hermana,
muger 6 hija de Marte, era, como é l , una divinidad
guerrera, adorada particularmente en los paises
donde mas considerada era la profesion militar. En el
templo que tenia esta diosa en Roma , cerca de la puerta
Carmental, era donde el senado daba audiencia a los
embajadores antes de entrar en la ciudad. Sus sacerdotes
llamados Bellonarii, eran unos furiosos, como los de
otras divinidades paganas. Este verso es hermosísimo.
V. 226. Mille ta lenta... El talento valia
aproximadamente
mil duros.
V. 228. Tusci turba impía vici.... El barrio adyacente
á la calle Toscana, habitada por comerciantes de esclavos,
droguistas etc., y que terminaba en la plaza mayor.
A la canalla de que abundaba aquel barrio llama Horacio
turba impía.
V. 229. Cum Velabro omne macellum.... El Velabro
era una especie de mercado, situado al pie del monte
Aventino. Llamóse asi, según Varron, a vehendo, porque
antes de que se hiciesen las magníficas alcantarillas
para desaguar el terreno en las grandes avenidas, era menester
ir en carruage, y de aqui vehiculabrum y velabrum.
El macellum era otro mercado, mas particularmente
destinado
á la venta de carne, aunque en él se vendia de
todo.
V. 234. In nive Lucaná... La Lucania abundaba de
jabalíes, por razón de sus vastos bosques. Los romanos
hacian para cazarlos batidas de muchos dias.
V. 237. Decies... Un millón de sestercios. Horacio
exagera
aqui demasiado las profusiones del rico heredero,
haciéndole repartir desde luego cinco millones de sestercios,
que equivalían a cuatro millones de reales.
V. 239. Filius jüsopi... Claudio Esopo, hijo del lamoso
actor trágico del mismo nombre. Este gastaba tal
l u j o , que entre sus muebles se contaba una inmensa fuente
de loza, que había costado 30,000 reales. El hijo hizo
aun mas que el padre, pues se bebió ó hizo beber a su
dama una perla de valor de mas de 800,000 reales. y
Plinio añade que hizo otro tanto con cada uno de los
convidados que había en la mesa. De Cleopatra cuenta el
mismo Plinio que hizo una locura semejante, con la diferencia
que la célebre egipcia se bebió una disolución de
perlas del valor de seis millones.
V. 243 Quincti progenies Arri... No es conocido este
Arrio, ni la famosa dama de Esopo, llamada Metela.
V. 245. Impenso prandere coemptas... Es decir
impenso
prxtio (á un precio exorbitante), pues
impensm
significa propiamente lo que tiene mas del peso.
V. 246. Quorsum abeant? sani an cretá.... Algunos
códices presentan esta lección. Quorsum abeant sani? que
se lee generalmente, es insoportable. En muchos códices
se lee también notasti por notandi.
V. 254. Mutatus Polemo... Polemon era un ateniense
joven y sobremanera corrompido. Un día que según su
costumbre, iba corriendo calles, acompañado de los cómplices
de sus escesos, entró en la escuela de Xenocrates,
el cual viendo al libertino, hizo recaer su discurso sobre
la prudencia y la templanza; y habló tan bien, que convertido
Polemon, renunció a sus estravíos, hizo pedazos
las coronas que orlaban sus sienes, y dedicándose al estudio
de la filosofía, sucedió a su maestro en la dirección
de la escuela.
V. 255. Fasciolas, cubital, focalia... Los intérpretes
han dudado sobre si todos estos arreos se debian mirar
como de amante ó como de enfermo, pues que el poeta
los califica de insignia morbi, y no se sabe si se habla
de una enfermedad física ó moral. Por lo que a mi toca,
creo que para que la comparación sea exacta, es menester que
estos atavíos se entiendan como pertenecientes al amante,
pues el poeta dice: «Cuando llegues a conocer que llorar
por amor de una ramera es tanta puerilidad como
montar a caballo en una caña, uncir ratónesete., ¿harás
lo que hizo Polemon P ¿ abandonarás , cual él abandonó
sus coronas, las cosas que forman como el distintivo de
tu pasión, ó de tu enfermedad?» ¿Cómo se ha podido
pues creer que Horacio hablaba aqui de otro mal que el
del amor? Pero en tal caso, ¿qué significan
fasciolas,
cubital, focalia? De estos, que son
chismes propios de
un enfermo, habló verosímilmente Horacio para pintar
al enamorado en un estado en que la pasión era una verdadera
enfermedad. Quizá también los muebles nombrados
por el poeta lo eran tanto de un amante como de un
enfermo, pues por focalia puede entenderse algún adorno
de cuello, por cubital una almohada, y por fasciolx
medias ú otro arreo de petimetre. Esta averiguación
no es sin embargo bien importante.
V. 259. Catelle... Propiamente cachorro, voz de
cariño,
como la de pichón etc.
V. 260. Agit ubi secum... Todo este pasage que sigue
es tomado del principio de el Eunuco, de Terencio. El
diálogo de Fedria y Parmenon está aqui copiado en gran
parte, sin otra diferencia que la de haber un poco de
mas nobleza en los discursos que Horacio les atribuye.
V. 272. Picenis pomis... Una de las supersticiones
mas insensatas de los amantes era la de disparar pepitas
de manzana, apretándolas con dos dedos, como hacen
los muchachos hoy con los huesos de cerezas. El llegar
al techo la pepita despedida , se miraba como un presagio
favorable a la pasión de aquel a quien esto sucedia.
Las manzanas del territorio Piceno , que correspondía á
lo que hoy se llama Marca de Ancona, están tomadas
por otras cualesquiera.
V. 276. Ignem gladio scrutare... No
escarbes con la
espada en el fuego, era un precepto de
Pitágoras , equivalente
á no irrites las pasiones, no añadas un
mal
d otro.
V. 277. Hellade percussá... No se sabe quién era
esta Helade ni este Mario.
V. 278. Cerritus... Esto es, cereritus, a Cerere
percussus,
á quien Ceres habia vuelto loco.
... •••ítyüé^Mt*!'
V. 280. Cognala vocabula... Asi es como se disfrazan
todos los vicios: Horacio nos dijo eu otra parte qué
términos empleaban los amantes y los padres para disimular
ó disminuir los defectos de sus queridas y de sus
hijos, y cuáles deberían emplear con el mismo objeto los
que aspirasen a merecer el nombre de amigos.
V. 281. Libertinas... Este retrato de un fanático
estravagante
y ridículo esta muy bien hecho.
V. 286. Exciperet dominus... Fide interpositd asseceraret,
como dice el antiguo escoliador. El que vendía
un esclavo estaba obligado a declarar todos los defectos
de este, fuesen de cuerpo ó de alma, sin lo cual se esponia
el vendedor a un pleito.
V. 287. Fecunda in gente Meneni... Esta esprésion deja
inferir que la locura era como hereditaria en la familia
de los Menenios. A esta familia pertenecía el célebre
Menenio Agripa, de quien hablé en otra ocasion.
V. 29i. Die quo tu indicis jejunia... En Roma se
ayunaba algunos dias en honor de Júpiter. Estos ayunos
empezaban en la víspera del dia destinado a alguna solemnidad
, y a la mañana siguiente se sometían todos á
varías especies de mortificaciones y austeridades.
V. 293. Ex prxcipiti... El padre Sanadon observa que
los latinos decian ex prxcipiti por súbito; como
ex Jacili
por Jadié; ex tuto por tuté etc.
V. 295. Timore Deorum... El temor de Dios es ciertamente
una gran virtud, entendiendo por temor el respeto
á su grandeza y el miedo a su justicia; pero si este
temor dicta votos indiscretos, y pretende tentar a la divinidad
misma, afectando invocar su protección, entonces
pasa de virtud a vicio, de piedad a superstición.
V. 299. Pendentia tergo... Esto alude ó al uso de que
hablé en la nota al verso cincuenta y t r e s , ó quizá a la
antigua fábula, que uno de nuestros fabulistas espresó
felicísimamente
en la siguiente seguidilla :
En una alforja al hombro
Llevo los vicios;
Los ágenos delante,
Detrás los mios.
* IS
V. 300. Stoice, post damnum... Algunos comentadores
vieron en esta respuesta del poeta al estoico una dureza
y amargura , tal como podia usarla un individuo que
se burlase de sus preceptos. Este es un error : Horacio
continúa aqui hablando como empezó, es decir, en tono
bufón, porque despues de los importantes preceptos que
por boca de Estertinio y de Damasipo ha dado a sus
iectores, necesita proporcionarles descanso, ínterin que
les presenta una escena nueva y divertida, que complete
el convencimiento de las verdades que antes les ha revelado
de otra manera.
V. 302. Ego nam videor mihi sanus... Esto es claro,
y a todos les sucede lo mismo, en tales términos, que
Agave que en un transporte de furor hizo pedazos a su
hijo Penteo, paseó en triunfo su cabeza, creyendo haber
hecho una grande hazaña. Esta Agave fue bija de Cadmo,
y muger de Echíon, rev de Tebas. De Penteo ya
hablé en las notas a las odas.
V. 308. ¿Edificas... No todos los intérpretes están do
acuerdo sobre el significado de esta palabra ; pero los mas
convienen en que debe entenderse literalmente.
Longos imilaris... Aqui la palabra tongas forma un
equívoco del género burlón, pues significa un gran señor,
y un hombre de alta estatura.
V. 308 y 309. Ab imo ad summum... De pies a cabeza.
V. 309. Moduli bipedalis... De dos pies de alto. Esta
es una exageración visible, pero fundada en que Horacio
era bastante pequeño de cuerpo, y lo parecía mas
porque era gordo.
V. 310. Turbonis... Se cree que este Turbon era un
gladiador de poca talla, pero muy valiente y denodado.
V. 312. An quodcumque facit... An verum (esto es,
justum) est te, tanto dissimilem, facere quodcumque
facit Mxcetias, el tanto minorem certare cum ilio?
Tanto minor certare está aqui, como observaron muy
bien doctos latinistas, por tam impar certamini.
V. 313. Tanto dissimilem... Bentlei, pretendiendo
que esta frase no era latina, sustituyó tantum a
tanto.
V. 314. Absentis rana:... Fedro coniò esta fábula de
diferente manera.
V. 316. Cognato*... Por germanos.
V. 317. Num tantum, sufflans se... Esta es la lección
deCruquio , sacada de escelentes manuscritos, y es la única
que ofrece un sentido claro y una espresion correcta.
Num tandem, se inflans, se lee generalmente en este
verso, en lugar de Num tantum, suflans se-, y en el
verso siguiente Num tanto, en lugar de num tantum.
Seria perder el tiempo el detenerse a refutar esta lección,
que adoptaron casi todos los editores, aun despues que
Cruquio les enseñó el buen camino.
V. 321. Adde poema ta... Se ha estrañado que Damasipo
cuente entre los defectos de Horacio el de hacer
versos, cuando el mismo filósofo abre la pieza, exhortando
al poeta a decirle algunos de los que había compuesto
últimamente; y se ha alegado esta especie de
inconsecuencia para probar que los preceptos que Damasipo
atribuye a Estertinio, deben mirarse como reglas
dictadas por un loco; pero nada es más absurdo que
esta suposición. Damasipo pudo enunciar al principio de
la sátira su deseo particular., y aquí la opinion que comunmente
se tiene de los poetas. Alguno conocí yo de
cuya cordura no tenia una idea muy aventajada, y siepi-
* » » I. «FIQ : .. MTIT V .V . .«OS W¿ .7
* •:•; • ja. -i!- :
SATYRA IV.
<-'• • - ¿ •>! -, i)Í3B1
. obi9% n » sup-KKj
Unde, et quo C a t i u s ? — N o n est mihi t e m p u s , aventi
.wRMNIttb ' • • •••>". u v"
P o n e r e signa novis p n e c e p t i s ; qualia vincant
P y t h a g o r a m , Anytique r e u m , doctumque Pia tona. vím.
. .R. ••'. • ,. • , I..- V. ... i vi-, VA J.'.niA
— P e c c a t um f a t e o r , cura te sic t e m p o r e laevo
* - i»,. lìuj'jj'i,.. • .i-.'W] .....ii) i'UUi v -ií; ./
l n t e r p e l l a r i m ; sed des veniam b o n u s , oro. 5
pre sin embargo le estuve exhortando a componer. Ademas
, podia la reconvención de Damasipo limitarse a las
sátiras, y en ese caso cualquier hombre pacífico convendrá
en que no es escesivamente injusta.
V. 323. Horrendam rabiem... En efecto, Horacio era
muy iracundo.
V. 323 y 324. Cultum majorem censu... Enseñado
desde temprano a ir bien puesto, Horacio cuidaba mucho
del aseo de su persona.
V. 324. Teneas... El poeta había provocado al filósofo
á decirle la verdad, y apenas empezó éste a hablar, quiso
aquel atajarle. ¿No está aquí superiormente retratada la
condicion humana ?
V. 325. Mille puellarum... El antiguo autor de la
vida de Horacio dice de él: ad res
venereas intemperantior
fuiste traditur: y esto probaria la
exactitud de la
reconvención, si en el hecho de ser Horacio quien se la
hace a sí mismo por boca de Damasipo, no resultase
perfectamente justificado el cargo.
V. 326. O major tándem... La pieza acaba como debía;
esto es, confesando el poeta de un modo indirecto y festivo
lo que muestra negar directamente. Esta respuesta
equivale en rigor a la que dá uno motejado de tonto ó de
bribón, cuando dice: «Mas tonto ó mas bribón es usted.»
.iiwUsJi* . '«oh1.1 Jt¡-. ;«'•» -»opaiifU ¿o-t-yiío'í
SATIRA IV. u
HORACIO. ¿A dónde C a r i o , y de dónde?
CACIO. NO tengo lugar de h a b l a r o s,
Que a p o n e r voy p o r e s c r i to
Reglas q u e de o i r a c a b o,
Y e n S ó c r a t e s ni e n P l a t ó n,
. . . • , n
Ni a u n en P i t a g o r a s hallo.
HOR. Siento en tan mala ocasion H a b e r o s i n t e r p e l a
d o , •
V. 314. Absentis rana:... Fedro coniò esta fábula de
diferente manera.
V. 316. Cognato*... Por germanos.
V. 317. Num tantum, sufflans se... Esta es la lección
deCruquio , sacada de escelentes manuscritos, y es la única
que ofrece un sentido claro y una espresion correcta.
Num tandem, se inflans, se lee generalmente en este
verso, eu lugar de Num tantum, sujlans se-, y en el
verso siguiente Num tanto, en lugar de num tantum.
Seria perder el tiempo el detenerse a refutar esta lección,
que adoptaron casi todos los editores, aun despues que
Cruquio les enseñó el buen camino.
V. 321. Adde poema ta... Se ha estrañado que Damasipo
cuente entre los defectos de Horacio el de hacer
versos, cuando el mismo filósofo abre la pieza, exhortando
al poeta a decirle algunos de los que había compuesto
últimamente; y se ha alegado esta especie de
inconsecuencia para probar que los preceptos que Damasipo
atribuye a Estertinio, deben mirarse como reglas
dictadas por un loco; pero nada es más absurdo que
esta suposición. Damasipo pudo enunciar al principio de
la sátira su deseo particular., y aqui la opinion que comunmente
se tiene de los poetas. Alguno conocí yo de
cuya cordura no tenia una idea muy aventajada, y siepi-
*»» I. 89MJ : •• Mttt V .v . ,«6S w¿ .7
« •:.'! • ¿ir. -i!-
SATYRA IV.
<•-•• • - ¿ •>! -, ••• iiiaei
. obi9% n » supioq
Unde, et quo Catius?—Non est rnihi tempus, aventi
.wRMNIw ' • . ;•>•'. ... v"
Ponere signa novis p r a c e p t i s ; qualia vincant
Pythagoram, Anytique r e u m , doctumque Pia tona.
vím. . .r. ••'. • ,. . , i..- i. v. ... i vi-, VA l'»vsA
—Peccatum f a t e o r , cura te sic tempore laevo
»•i'í. liiir . ' . . • .i-. 'Vm .-...m i'UUi v -ií; ./
l n t e r p e l l a r i m ; sed des veniara b o n u s , oro. 5
pre siu embargo le estuve exhortando a componer. Ademas
, podia la reconvención de Damasipo limitarse a las
sátiras, y en ese caso cualquier hombre pacífico convendrá
en que no es escesivamente injusta.
V. 323. Horrendam rabiem... En efecto, Horacio era
muy iracundo.
V. 323 y 324. Cultum majorem censu... Enseñado
desde temprano a ir bien puesto, Horacio cuidaba mucho
del aseo de su persona.
V. 324. Teneas... El poeta había provocado al filósofo
á decirle la verdad, y apenas empezó éste a hablar, quiso
aquel atajarle. ¿No está aqui superiormente retratada la
condicion humana ?
V. 325. Mille puellarum... El antiguo autor de la
vida de Horacio dice de él: ad res
venereas intemperantior
fuisse traditur: y esto probaria la
exactitud de la
reconvención, si en el hecho de ser Horacio quien se la
hace a sí mismo por boca de Damasipo, no resultase
perfectamente justificado el cargo.
V. 326. O major tándem... La pieza acaba como debía;
esto es, confesando el poeta de un modo indirecto y festivo
lo que muestra negar directamente. Esta respuesta
equivale en rigor a la que dá uno motejado de tonto ó de
bribón, cuando dice: «Mas tonto ó mas bribón es usted.»
.iiwllsJi* i *.OI:I>' JT¡-- ;«'•» - -»opaiifU ^ I
O H O 'I
SATIRA IV. ti
HORACIO. ¿A dónde C a c i o , y de dónde?
CACIO. NO tengo lugar de h a b l a r o s,
Que a poner voy por escrito
Reglas que de oir acabo,
Y en Sócrates ni en Platón,
.VT- R»-. ' I II
Ni aun en P i t a g o r a s hallo.
HOR. Siento en tan mala ocasion Haberos i n t e r p e l a d o ,
•
3 3 4 LIBER II.
Quòd si interciderli tibi nuuc aliquid, répétés moi;
Siveest natura; hoc, sive artis, inirus utroque.
—Quin id erat curae, quo pacto cuncta tenerem;
Utpote res tenues tenuit sermone peractas.
- E d e hominis nomen ; simul et, Romanus, an
hospes. 10
—Ipsamemor proecepta canam ; celabitur auctor.
Longa quibus facies ovis erit, illa memento
Ut succi mêlions, et ut magis alba rotundis,
Ponere; namque marem cohibent callosa vitellum.
Caule suburbano, qui siccis crevit in agris 15
Dulcior : irriguo nihil est elutius horto.
Si vespertinus subitò te oppresserit hospes,
t U'HiüH.'filJ !)H f)i;i> - aÌX*jf] ^f
Ne gallina, malum, response! dura palato,
Doctus eris vivam mixto mersare Falerno :
Y os ruego que me escuseis.
Pero si ahora olvidáis algo,
Ya lo recordareis luego,
Pues sois de memoria un pasmo,
Ya don de naturaleza
Sea, ó fruto del trabajo.
Cac. En el modo cabalmente
Pensaba de no olvidarlo,
Pues son preceptos sutiles
En lenguage delicado.
Hor. Y ¿ cómo el autor se llama ?
¿ Es estrangero ó romano ?
Cac. Sus máximas las diré;
En cuanto al autor, me callo.
Prefiere por mas sabroso
Al huevo redondo el largo,
Pues su duro cascaron
Encierra el germen del macho.
Mejores que las de riego
Son las coles de secano,
Que son siempre desabridos
Frutos de aguanosos campos.
Si a deshora un huesped llama
A tu puerta por acaso,
Y deseas que el capón
Que hayas de darle, esté blando,
Vivo zambúllele en vino,
Y este es un consejo sabio.
Malo es el hongo de bosques,
Buena la seta de prados.
r\ • A
Quien moras, cogidas antes
Que el sol estienda sus rayos,
Por postre aljjalmuerzo tome,
Pasará buenos veranos.
Miel con Falernio muy fuerte
Hoc teneram facict. Pratensibns optima fungis 20
• * jfi*>!n aóbivfo fiioffn i«? oi*4!
Natura est; aliis malè creditur. Ille salubres •
./Estates peraget, qui nigris prandia moris
Finiet, ante gravem quse legerit arbore solem.
Aufidius forti miscebat mella Falerno,
Mendosè; quoniam vacuis committere venis 2.r>
Nil nisi lene decet. Leni praecordia mulso
Prolueris melius. Si dura morabitur alvus,
Mitulus, et viles pellent obstantia concbae, .<»Iui3 sol .'i<f'i/:,'iK
omftvo aa
Et lapathi brevis herba; sed albo non sine Coo.
Lubrica nascentes iraplent conchylia lunae : 30
Sed non omne mare est generosae fertile testa. „,„;,. . . , .•niiirf/'
Murice Baiano melior Lucrina peloris;
Ostrea Circteis, Miseno ori un tur echini;
Pectinibus patulis jactat se molle Tarentum.
Nec sibi coenarum quivis temere arroget artem, 35
Non priùs exactà tenui ratione saporum ;
Nec satis est carà pisces averrere mensa ,
Ignarum quibus est jus aptius,et quibus assis
Languidus in cubitum jam se conviva reponet.
••")>" • , "f.vm notadEggL.
Umber, et illignà nutritus glande, rotundas 40
Curvet aper lances carnem vitantis inertem;
Nam Laurens malus est, ulvis et arundine pinguis.
Mezclaba Aufidio. ¡ Qué fatuo!
En ayunas lo suave
Siempre hace bien, nunca daño,
Y miel en vino ligera
Diluida, es lo mas sano.
Si te hallas algo obstruido,
Limpíete un electuario
De acederas, caracoles,
Almejas y vino blanco.
Llénanse en luna creciente
Los mariscos, que es un pasmo,
Pero no todos los mares
Los producen regalados.
Son los del lago Lucrino
Mejores que los Bayanos;
Erizos Miseno cria,
Ostras el Circelo cabo,
Y con sus ricas pechinas
Se muestra Tarento ufano.
De disponer una cena
Nadie se arrogue el encargo,
Si de los manjares todos
No estudió los gustos varios.
No basta barrer la plaza
De peces buenos y caros ,
Si se ignora cuando deben
Ponerse en salsa ó asados,
Para estimular de nuevo
El apetito embotado.
Quien guste de carne dura,
Haga que plato muy ancho
Abrume jabalí umbreno,
Con bellotas engordado,
Pues, cual cebados con juncos,
Los de Laurento son malos.
TOMO III. 22
338 LIBER II.
Vinea sumraittit capreas non semper edules.
Foecundi leporis sapiens sectabitur armos.
Piscibus atque avibus quae natura et foret aetas, 45
Ante meum nulli patuit quaesita palatum.
Sunt quorum ingenium nova tantum erustula prornit.
Nequaquam satis in re unà consumere curam :
Ut sìquis solum hoc, mala ne sint vina, laboret.
Quali perfundat pisces securus olivo. 50
Massica si coelo suppones vina sereno,
Nocturnà, si quid crassi est, tenuabitur aurà;
Et decedet odor nervis inimicus : at ilia
Integrum perdunt lino vitiata saporem.
Surrentina vafer qui miscet faece Falernà 55
Vina columbino limum bene colligit ovo ;
Quatenus ima petit volvens aliena vitellus.
Tostis marcentem squillis recreabis et Afrà
Potorem cochleà : nam lactuca innatat acri
Post vinum stomacho : pernà magis ac magis hillis 60
• ' ia Iboo
Flagitat immorsus refici : quin omnia maht
J.ile flow
)0 id» :>oH
No es siempre el macho montés
De viñas un buen bocado.
Los gastrónomos prefieren
Las espaldas del lebrato.
Nadie por el gusto solo
Alcanzó, como yo alcanzo,
A fijar de aves y peces
Edad, especie y estado.
Con inventar una pasta
Cree aquel que hizo un milagro.
Pero no en solo una cosa
Se ha de mostrar zelo y tacto;
Que no basta en un banquete
Presentar vinos medianos,
Sin pensar en el aceite
Que necesita el pescado.
Si vino Másico dejas
Al sereno en tiempo claro,
Lo craso huirá, y el olor
Que a los nervios hace daño,
Mas si por manga le cuelas
Perderá su aroma grato.
Quien Sorrento sobre madres
Ponga de Falernio rancio,
Bien con huevos de paloma
Cuide de clarificarlo,
Pues las yemas precipitan
Al fondo todo lo estraño.
Da al bebedor nuevos brios
El caracol africano.
Sobrenada la lechuga
En los estómagos ágrios;
Escítanlos la salchicha
Y el jamón, por el contrario,
O de un sucio bodegon
3 4 0 LIBER IL
Quaecumque immundis fervent aliata popinis.
Est operae pretium duplicis pernoscere juris
Naturam: simplex è dulci constat olivo;
Quod pingui miscere mero muriàque decebit,
Non alià, quàm quà Byzantia putuit orca.
Hoc ubi confusimi sectis inferbuit herbis,
Corycioque croco sparsum stetit; insuper addes
Pressa Venafran® quod bacca remisit oiivae.
Picenis cedunt pomis Tiburtia succo ; 70
Nam facie prsstant. Venucula convenit ollis;
Rectiùs Albanam fumo duraveris uvam.
Hanc ego, cum malls* ego faecem primus et alleo.
Primus et invenior piper album, cum sale nigro
Incretum puris circumposuisse catillis. 7S
Immane est vitium dare millia terna macello,
Angustoque vagos pisces urgere catino.
Magna movent stomacho fastidia, seu puer unctis
Tractavit caUcem manibus, dum furta Iigurit;
Sive gravis veteri cratere Iimus adhssit. 80
Vilibus in scopis, in mappis, in scobe quantus
Hirviendo morcilla ó callos.
La salsa doble ó compuesta
Conocer es necesario.
Buen aceite, vino espeso
Y salmuera de Bizancio
Es lo principal: con yerbas
Picadas cuece esto un rato,
Y a buen azafran se añade
Luego aceite de Venafro.
Aunque mas bellas, no saben
Cual las del Piceno campo,
Las manzanas de Tiburto.
Consérvanse largo espacio
Al humo las uvas de Alba,
Las venúculas en tarros.
De estas, con manzanas , heces,
Sal negra, pimiento blanco
Y anchoas, fui yo el primero
Que hice a cada convidado
En esmerado banquete
Presentar un lindo plato.
Gran falta es gastar tres mil
Sestercios en el mercado,
Y luego en estrecha fuente
Apilar enormes barbos.
A náusea mueve en verdad
Ver a un goloso lacayo,
De una salsa que probó
Dejar la mancha en un vaso.
La arena ó el aserrín,
Las escobas y los trapos
Cuestan tan poco, que es
Vergüenza economizarlos.
¿Mugrienta escoba de palma
Barrerá lindos mosáicos,
3 4 2 LÍBER IL
Consista sumptus? Neglectis flagitium ingens.
Ten' lapides varios lutulenta radere palmi,
Et Tyrias dare circùm illota toralia vestes;
Oblitum, quanto curam sumptumque minorem 85
Haic habeant, tanto reprehendí justiùs illis,
Qu« nisi divitibus nequeunt contingere mensis?
—Docte Cati, per amicitiam Divosque rogatus,
Ducere me auditum, perges quocumque , memento.
Nani quamvis memori referas mihi pectore cunetà.
9 0
Non tamen interpres tantundem juveris. Adde
Vultum habitumque hominis; quem tu vidisse beatus
Non magni pendis, quia contigit: atmihi cura
Non mediocris inest, fontes ut adire remotos,
Atque haurire queam vitae praecepta beatae. 95
NOTAS.
Con las doctrinas de los filósofos antiguos 'sucedió y
deb,o suceder lo mismo que con las disposiciones de los
legisladores y con los dogmas de los fundadores de sectas
re •giosas; es decir, que se adulteraron con el trascurso
de tiempo, ya en un sentido, ya en otro, resultando de
aquí que apenas hubo secta ni escuela, de que al cabo de
hasta °pi a n ° i f' h u b Í e S e D COrromP¡ d o los Preceptos,
b sta el punto de hacerlos desconocidos aun a los mismos
que los dictaron. Cualquiera que se detenga a reflexionar
«n poco sobre la multitud de libros que se escribieron
LIBRO II. 343
O sobre puercos colchones
Pondrás tapices siriacos?
Cuando las cosas exigen
Menos atención y gastos.
Es mas notable su falta,
Que cuando escasea algo
De lo que solo se encuentra
En opulentos palacios.
HOR. Por tu amor y el de los dioses
Te suplico, docto Cacio,
Que a oir me lleves a ese hombre;
Pues aunque es fiel tu relato,
Yo con la relación sola
A fé no me satisfago.
Despues, ver su aire y su cara
Dicha es de que tu has gozado,
Y que por eso no aprecias;
Mientras por llegar me afano
Yo a esos remotos veneros,
A esos manantiales altos,
Y beber alli las reglas
De un vivir afortunado.
0(U i-.' «BOM -•-.o- - o •••> oíosll aok .*Bbf51
U9 O 'íi.M:: SDp ;.f;l")Üill3nU37!0
para aclarar ó interpretar los pensamientos de Pitágoras,
Epicteto, Zenon, Platón , Aristóteles y Epicuro; °sobré
los prolijos trabajos que se han hecho para esplicar las leyes
que durante muchos siglos pasaron por las mas perfectas
; y aun sobre la multitud de opiniones, ya ortodoxas
, ya heteredoxas , que desde los tiempos inmediatos
á los apóstoles dividieron la iglesia naciente, se convencerá
de que todas las cosas de la tierra están sujetas a las mismas
vicisitudes, y que no es estraño por tanto que todos
los dias se critiquen, y aun se escarnezcan, principios ó
sistemas, que la reputación de sus autores hizo en el origen
mirar con un acatamiento profundo. Las estravagancias
de los discípulos de Zenon condenaron muy luego al
desprecio público los dogmas benéficos de la escuela mas
respetable que era posible formar sin el auxilio de la
revelación
; y esto mismo sucedió con la doctrina de Epicuro,
que purísima en su principio, y reducida al dogma
cardinal de que el supremo bien consiste en el placer,
degeneró en breve, porque los discípulos de aquel gran,
de hombre, en vez de buscar el placer como su maestro,
en el ejercicio ó práctica déla virtud, le buscaron en
satisfacer
sus apetitos, convirtiendo una teoria filosófica, luminosa
, justa y sencilla, en una profesion pública de
sensualidad y de desorden. Era preciso que se escarneciese
esta degeneración absurda, y muchos lo hicieron
con mas ó menos éxito , siendo uno de ellos nuestro poeta
en esta sátira.
Algunos de los traductores y comentadores de Horacio
creyeron que el poeta ridiculizó a los epicúreos, hasta el
punto de no poner en boca de Cacio mas que observaciones
falsas, desmentidas por la esperiencia; v partiendo
de este supuesto, fueron desmenuzando cada uno de los
preceptos que pone en su boca el poeta , y pretendiendo
que todos ellos carecen de sentido común. Esta aprehensión
no merece que yo me detenga a refutarla r diré solo
que si en boca de Cacio hay algunas ideas falsas ó exageradas,
son efecto de lo caprichoso que era entonces el lujo
de la mesa, y de la influencia que la moda y una porcion
de circunstancias que he indicado en otras ocasiones, ejercían
sobre la preferencia que se daba a ciertos manjares,
y sobre el modo de condimentar y servir la comida. En
un país donde sucesivamente se reputaron como bocados
esquisitos las grullas, las cigüeñas, los pavos reales, los
ruiseñores, los lobos marinos etc., es seguro que podian
dictarse preceptos sobre el arte de la cocina , muy diferentes
y aun muy opuestos a los nuestros, sin que por
eso se dijese que eran falsos, ni que con su simple enunciación
se quería ridiculizar al que los dictaba. Horacio
ridiculiza a Cacio en efecto, pero no por lo erróneo de
los aforismos culinarios que pone en su boca, sino porque
este epicúreo degenerado daba a estos aforismos una
importancia, que solo podian merecer las verdades de la
filosofía ó los dogmas de la religión; porque fijaba la suprema
felicidad en comer una salsa bien hecha, ó un
pastel delicado, v porque bajo este aspecto aparecía el
tal epicúreo, menos como un hombre que como una
bestia. Y ¿quién dudará que este es un motivo suficiente
para sacar a la escena a un individuo, cualquiera que sea
por otra parte la buena composicion de las recetas que
recomiende ?
V. 1. Catius... M. Cacio, epicúreo, llaman a este
personage los antiguos intérpretes. Muchos creen que se
trata aqui de un Cacio de Insubria , de quien hablaron
Cicerón y Quintiliano. Esta opinion ha sido refutada por
uno ú otro crítico.
Non est mihi tempus... ¡Qué hombre el que ocupado
en tan grandes cosas, no tiene tiempo de responder á
uno que le saluda al pasar! ¿ Necesita él ser ridiculizado
de otra manera ?
V. 2. Ponere signa novis prxceptis... Esto es,
memorix
consignare, sive litteris, sioe nolis etc.
dice Torrencio,
que añade: signa enim vocantur omnia
quibus
res nobis indicantur.
V. 3. Pythagoram.. De Pitágoras, natural deSamos,
que enseñó filosofía en Crotona, desde los años de 580 antes
de J. C., hasta que fué asesinado, hablé ya en
otra parte. También hablé de Sócrates, a quien porque
fue calumniado por Anito, llama el poeta Anyti reus.
En cuanto a Platón, no hay quien ignore que fue uno
de los mas grandes filósofos de la antigüedad. Nació
en Egina el año de 430 antes de J. C. y desde temprano
se aplicó con ardor al estudio de las ciencias y de la
literatura , pasando de la escuela de Cratilo a la de Sócrates,
y despues del trágico fin de este, a la de Euclides.
Viajó en seguida por la Italia y el Egipto: inicióse
en el primero de estos paises en las teorías pitagóricas, y
en Egipto en las doctrinas misteriosas de sus sacerdotes,
y volvió a Grecia con el caudal de conocimientos de que
tan gran partido debia sacar despues. Platón formuló á
instancias de Diou, el sistema político que debia regir la
Sicilia, contribuyó a mejorar el de muchos pequeños estados
de la Grecia, y dio útiles cóusejos, y dirigió sabias
advertencias en materia de gobierno a Arquelao, resde
Macedonia, y a denodados ciudadanos que restituyeron
su libertad a Tracia. Habia entretanto erigido Platón en
Atenas la famosa Academia, en un ediGcio vecino a la
ciudad, del cual dependía un vasto jardín, poco distante
de otro de que él era dueño, y en el cual habitaba
ordinariamente.
Alli dictó a sus numerosos discípulos las doctrinas
sublimes, que del nombre del lugar en que las
desenvolvía, se llamaron académicas, como
peripatéticas
las que su discípulo Aristóteles enunció despues paseándose,
y estoicas las que Zenon profesaba debajo del Pórtico,
no
menos célebre que la Academia. Una de las mas elevadas
inspiraciones del eminente Glósofo, fue la que hizo
derivar de la contemplación de la naturaleza divina, las
nociones de lo justo, de lo bello y de lo bueno; pero
el conjunto y la ligazón de sus doctrinas no pueden conocerse
completamente, sino haciendo de las obras del
autor un estudio muy profundo. Platón murió de edad de
83 años, en el de 347 antes de J. C.
V. 7. Sive estnaturx hoc, sive artis... Nadie ignora
que hay medios de auxiliar la memoria. Cicerón indica
algunos en el libro tercero de su Retórica ad Herennium.
V. 10. Simul et... Esta es la lección de las antiguas
ediciones y de casi todos los códices. Aldo Manucio
parece que fue el primero que la alteró, sustituyendo an.
V. l t . Cetabitur auctor... Obsérvese como el
impertinente
Cacio la echa de misterioso, y aumenta asi la
ridiculez de los preceptos sobre que tanto llama la
atención.
V. 12. Langa quibus facies... El epicúreo recomienda
aqui los huevos largos sobre los redondos, y esto dicen
varios comentadores que es una sandez. Yo convengo en
que lo es; pero no ciertamente de otra especie que la de
distinguir los lobos marinos cogidos entre los puentes
del Tiber, en su desembocadero, ó en el mar. Los
amigos de comer bien tienen caprichos de esta especie: y
por mas que sean disparatados, todo el mundo se conforma
á ellos, hasta que un glotonde mas gusto, ó un cocinero
mas hábil sustituye a aquel capricho una realidad, ó bien otro
capricho nuevo, cosa que es frecuentísima. Y es tan cierto que
todo loque Horacio pone aqui en boca de Cacio era lo mas selecto
que habia entonces en materia de cocina, que Plinio
no dudó atribuir despues estos preceptos al mismo Horacio,
y citar su autoridad para probar que los huevos
largos tenian mejor sabor que los redondos, y que de
ellos salían pollos en vez de pollas. El juicioso y
esperimentado
Coiumela sancionó este precepto,
V. 13. Alba... Tal es la lección constante de ediciones
y manuscritos; pero ella es evidentemente disparatada, y
el disparate es de aquellos que nadie aventura, porque no
hay quien no pueda a primera vista calificarlo de tal.
Que los huevos largos tengan ó no mejor sabor que los
redondos, es cosa que puede disputarse; que aquellos
contengan el gérmen de los machos, y estos el de las
hembras, es duda que solo la esperiencia podrá decidir;
pero que son mas blancos los huevos largos que los
redondos
, es una tontería insostenible. Esta observación
hizo pensar a Bentlei y a Cuningam en sustituir al adjetivo
alba otro mas adecuado y conveniente. El primero
sustituyó alma, es decir, bene alentia; y el
segundo
alta, esto es, nutrita. A haber de preferir alguna de
estas variantes arbitrarias, yo me decidiría por la de Cuningam
V. 15. Caule suburbano... La exactitud de esta
observación
solo puede ser disputada por quien jamas haya visto
el campo. En general las hortalizas de riego son mas lozanas,
y tienen mas jugo, y las de secano mas sustancia
y mejor sabor. Esto mismo dijo Plinio, y no dejaría de
ser cierto aun cuando él no lo hubiese dicho.
V. 18. fíesponset.... Resistal, adversetur.
V. 19. Mixto mersare Falerno... El mixto Falemo
se creyó siempre que era vino de Falerno mezclado con
agua. Esto no pareció bien a algunos intérpretes, de los
cuales uno sustituyó mulso y otro musto. Esta
última
lección seria escelente a estar autorizada.
V. 19. Pratensibus fungís... Esta incontestable verdad
lia sido también criticada. En general las setas ú bongos
de los sitios incultos producen efectos perniciosísimos.
V. 22. Nigris prandia morís... No se olvide que el
prandium entre los romanos era lo que entre nosotros se
llama el almuerzo: ni se olvide tampoco que este almuer/o
era siempre muy frugal. Las moras con pan son ciertamente
un desayuno sanísimo.
V. 24. Jufidius... Marco Aufidio Lurco, hombre de
mucbo gusto para la mesa.
V. 25. Meiulosé... No se sabe en efecto para qué era
escoger un vino muy seco , cuando se debia endulzarlo con
miel ; y supuesta la necesidad de la mezcla, parecía mas
natural que esta se hiciese con vino que no fuese mnv
seco, pues menos miel habría que echarle. La observación
de que al estómago vacío no convienen sino cosas
suaves, es un precepto de higiene, que nadie desaprobará
V. 26. Leni mulso... Mulsum es una composicion de
vino con miel; pero el epíteto teñe determina aqui la
calidad
del vino, que según el preceptista no debia ser
fuerte.
V. 28. Mitulus, et viles... El purgante que aqui se
aconseja, hacia parte de la farmacopea de la época.
Catón, citado por Dacier, insertó en el capítulo ciento
cincuenta y ocho, la receta entera, con las dosis de agua
y de vino, y el modo de hacer el cocimiento.
V. 30. Lubrica nascentes... Todos saben que en las
crecientes de la luna están mas llenos y son mas delicados
los mariscos. No habrá seguramente quien no lo haya
esperimentado, a lo menos con respecto a los cangrejos.
V. 32. Múrice Jiajano... Murex, peloris,
ostrea,
pectines patuli, mituli son diferentes
especies de maris
eos, cuyos equivalentes no se pueden fijar de una manera
rigorosa. De Bayas, del lago Lucrino, y del cabo Circeo
ó Circelo, he hablado en otras ocasiones. Del de Miseno
en la costa de Nápoles, diré que tomó su nombre del
Miseno, de quien hace mención Virgilio;
V. 37. Pisces averrere mensá... A ver tere leen otros,
y lo interpretan de diferentes maneras; y aun en la ÍHteligencia
del averrere, que es la lección mas común eu
los manuscritos, hay mucha discordancia de opiniones.
Por mi parte entiendo por mensa la de los vendedores
del mercado; y creo que la interpretación mas natural es
la que manifiesta mi traducción.
V. 39. Languidus in cubitum... He dicho en otras
ocasiones que los romanos comian tendidos, y apoyándose
sobre el codo izquierdo. Sin duda cuando ya no querían
comer mas , dejaban esta actitud , pues el poeta dice que
volverían a ella a medida que se les escitase el apetito.
Yo conservé la enunciación del original en mi primera
traducción , diciendo ,
Porque en los codos se afirmen
Los convidados de nuevo ;
pero he preferido ahora el pensamiento a la espresion,
pues traducida literalmente, hacia la frase de difícil
inteligencia.
V. 41. Curvet... En los banquetes se servían enteros
los jabalíes.
V. 42. Mam Laureas malus est... Los comentadores
que se empeñaron en ver en cada uno de los aforismos
de Cacio un error, incurrieron aqui en uno groserísimo.
Sean malos ó bueuos los jabalíes de los sitios pantanosos,
discusión que creo inútil eu este caso, nadie puede negar
que los animales de esta especie que se ceban con bellota,
tienen la carne mas dura que los que se engordan con
cañas y juncos; por consiguiente para el que gustase de
carne dura, carnem vitaniis ínerlem, debian ser malos
los jabalíes de Laurento , cuyo cebo no era propio para
dar consistencia a la carne.
V. 45. Piscibus atque avióus... Los que gustan de
comer tienen siempre estas pretensiones. Juveual habla de
un glotou, que pretendía conocer en el sabor, de dónde
eran las ostras que comia.
V. 47. Sunt quorum... El antiguo escoliador dice que
Cacio habia compuesto un libro sobre el arte de hacer
pastas, en el cual decia de sí mismo:
Hxc primus invenit
et cognovit Catius Miltiades.
V. a l . Mastica si cuelo... Este consejo si que es su.
periorraente estravagante; pero esta estravagancia no es
de Cacio, sino de su tiempo. Plinio dijo despues que era
uiuy bueno esponer al sol, al aire y la lluvia los vinos
de Campania.
V. 54. Perdunt tino vitiata saporem... No se echaban
á perder los vinos, dejándolos destapados al aire y al
agua, y se desvirtuaban pasándolos por una manga. Esto
es ridículo; pero lo repetiré, asi se creia en tiempo de
Horacio.
V. 55. Surrentina vafer... En todos tiempos se han
echado los vinos endebles sobre las madres de otros vinos
mejores.
V. 57. Vitellus... Entre nosotros hace la clara lo que
creían los antiguos que hacia la yema.
V. 59. Nam lactuca... Antes se daba lechuga despues
de beber, porque siendo naturalmente fría, se creia que
disipaba los vapores del vino; pero Cacio habia estudiado
mas: ostras, una rebanada de jamón, salchichas, morcil
l a s , ) ' aun un plato de callos, llevado recientemente de
un bodegon, eran las frioleras con que él pretendía
que se quitára la embriaguez, y se escitára de nuevo el
apetito.
V. 61. Flagitat immorsus... In morsus se lee casi
generalmente, pero en la edición de Loscher, en la de
Roberto Estéfano, y en un gran número de escelentes
códices se lee immorsus. Esta palabra se ha interpretado
también de diferentes modos por los editores que la han
adoptado. La mejor esplicaciou es la de Bentlei, que
por immorsus, entiende
vellicatus, excitatus, punctus,
pervulsus.
V. 63. Duplicis juris... Estas palabras pueden
significar,
de las dos salsas, ó de la salsa compuesta. Yo he
preferido
esta última interpretación. A medida que aparecía mas
complicada la composicion de la salsa , el gastrónomo estaba
mas autorizado a hacer de ella especial mención, y
justificaba mejor la importancia que daba a su receta.
V. 65. Pingui miscere mero... Pingue merum es vino
de fuerza.
V. 6G. Putuit orea... Muchos creyeron que Horacio
hablaba aquí del enorme cetáceo que los latinos llamaban
orea, y leyeron putruit en vez de putuit,
cometiendo asi
muchos errores a la vez. El primero fue suponer que se
podia echar en salmuera aquella especie de ballena; el
segundo creer que ella se criase en los mares de Bizancio,
ni aun en la estensiou entera del mediterráneo; el tercero
juzgar posible que el pez corrompiese ó pudriese la salmuera
; el cuarto imaginar que se pudiese componer una
salsa delicada con salmuera podrida. La lección que yo
sigo, que es la ordinaria de los manuscritos, y la
acepción de tinaja ú orza , en que supongo
empleada
por Horacio la palabra orea, salva todos estos
inconvenientes.
La frase muriá, quá putuit Byzanlia orea,
quiere decir literalmente «la salmuera con que hedió la
orza bizantina, ó que le dió mal olor;» y esto se puede
decir, porque nadie ignora que no es agradable el olor
de salmuera alguua, y que de las orzas que las contienen,
se puede decir que hieden. Justificando asi la lección
que
sigo y la inteligencia que doy al pasage, no entiendo
sin embargo, persuadir que esté la frase exenta de afectación,
pero esta es en mi dictámeu estudiada ó sistemática.
No vemos solo en la pieza, una salmuera
con la cual
hedió la orza bizantina ; vemos mas
arriba que los vinos
de Másico pierden su entero sabor viciados por el lino;
vemos mas abajo que a la salsa compuesta se debe añadir
lo que soltó la baya estrujada de la aceituna de Venafro.
Todas estas locuciones son igualmente afectadas,
y su empleo simultáneo parece indicar en el poeta , la
intención de ridiculizar en Cacio, no solo la importancia
que daba a sus aforismos gastronómicos, sino el estilo
hinchado y pedantesco con que los formulaba. Esta afectación
contrasta visiblemente con la seguridad que dió
el gastrónomo al principiar su relación, de que iba á
decir « cosas muy finas en lenguage muy fino»,
tenues
res tenui sermone-, espresion en que
se ve rebosar el
sarcasmo, pues que vulgares recetas de cocina se anuncian
en términos tan exagerados y pomposos.
No acabaré esta nota sin añadir, que las mas de las
LIBRO II.
perífrasis que señalo como tachadas de lo que hoy llamamos
gongorismo, no podian ser rigorosamente traducidas,
sin hacerse ininteligibles. Asi, yo he debido decir
simplemente salmuera de Bizancio, aceite de Venafro,
y no mas. Del aceite de aquel territorio hablé ya en otra
oc.asion. De la salmuera bizantina diré que dieron gran
fama a la antigua Bizancio', hoy Constantinopla, sus
salazones, y particularmente las de bonitos y atunes.
V. 68. Corycioque croco... La Coricia era una
montaña
de Cilicia, pais del Asia menor , enfrente de la isla de
Chipre. En aquel territorio se criaba azafran esquisito.
V. 70. Picenis... Yo he dicho en otra parte que se daba
el nombre de Picenum al pais conocido hoy con el
nombre de Marca de Ancona.
V. 71. Venucula... Nombre de una especie de uva
inverniza, que se guardaba en tarros, como sucede hoy
con algunas de España.
V. 72. Albanam fumo duraveris... Los antiguos guardaban
algunas uvas, como algunos vinos , poniéndolas al
humo. De los vinos ya hablé en las notas a las odas.
V. 73. Cum malis... ¿Cómo estarían estas manzanas
entre uvas, salmuera, sal y pimienta blanca?
Fxcem primus et allec... Fxx et allec, dice el padre
Sanadon, está por fsex cum allece, es decir, salmuera
no clarificada, ó con su hez. Otros escriben alee y hallex.
V. 75. Increlum... Permixtum:
Circumposuisse... Poner al rededor de
la mesa, servir
Kart*»')«'!
nlits*- tí ofiií
•vèii «O 5 <
SATYR A V.
Hoc quoque, Tiresia, praeter n a r r a t a , petenti
R e s p o n d e : quibus amissas r e p a r a r e queain res
Artibus atque inodis. Quid rides ?—Jamne doloso
un plato a cada convidado, en vez de servir a todos en
una fuente, que según parece, era la costumbre.
V. 76. Millia terna. . Tres mil sestercios eran algo
m a s de 2000 rs.
V. 79. Furta... Es decir, sublecta furtim esculenta.
V. 81. In mappis... En buen latín mappa significa
una servilleta: yo creo sin embargo que aqui significa rodillas
ó trapos para limpiar; pues a no ser asi, no vendría
bien este mueble con el aserrín y las escobas, ni se
podría decir que el gasto que ocasionaban era pequeño,
siendo cierto que si se tratase de mantelería, esta podía
ser costosísima.
V. 83. Lapides varios.. Los azulejos del suelo, con
ios cuales se hacían vistosas labores.
Lutulenlá palma... Las escobas mas estimadas eran
las de palma.
v. 8-1. Et Tyrias etc.... Y estender
mantas de Tiro
sobre camas no lavadas. Cubrir con
ricos tapices las
camas en que se comía, era un obsequio que se hacía en
las mesas de cumplimiento ó de ceremonia.
V. 90. Memori. Por memoriter.
V. 93. Quia contigit... Quia tíbi
contigit audire et
videre eum docentem.
V. 95. Atque haurire queam... Este final es muy fes.
tivo. El bufón poeta ruega al aprendiz de cocinero que le
descubra aquellos desconocidos manantiales de preceptos
para vivir felizmente.
¡*j¡íCJ I vüjiiíl %mu(i 'totfWjtf xus^ol wiJU—
SATIRA V.
Oi :nM-"»Í0) UMMlii: •• ••.ni H Il-io'-l— .sil» •líWJUfiM
ü l i s e s . Sobre lo que de tí, Tiresia b e oido,
Que añadieses quisiera
Cómo ó de qué manera
Recobrar puedo mi caudal perdido.
¿ T e r i e s , adivino?
T t r p . s í a s . ¿ N o te bastá ladino,
t o m o i n . 23
/
LIBRO II.
perífrasis que señalo como tachadas de lo que hoy llamamos
gongorismo, no podiau ser rigorosamente traducidas,
sin hacerse ininteligibles. Asi, yo be debido decir
simplemente salmuera de Bizancio, aceite de Fenafro,
y no mas. Del aceite de aquel territorio hablé ya en otra
ocasion. De la salmuera bizantina diré que dieron gran
fama a la antigua Bizancio', boy Constantinopla, sus
salazones, y particularmente las de bonitos y atunes.
V. 68. Corycioque croco... La Coricia era una
montaña
de Cilicia, pais del Asia menor , enfrente de la isla de
Chipre. En aquel territorio se criaba azafran esquisito.
V. 70. Picenis... Yo he dicho en otra parte que se daba
el nombre de Picenum al pais conocido hoy con el
nombre de Marca de Ancona.
V. 71. Venucula... Nombre de una especie de uva
inverniza, que se guardaba en tarros, como sucede hoy
con algunas de España.
V. 72. Albanam fumo duraveris... Los antiguos guardaban
algunas uvas, como algunos vinos , poniéndolas al
humo. De los vinos ya hablé en las notas a las odas.
V. 73. Cum malis... ¿Cómo estarían estas manzanas
entre uvas, salmuera, sal y pimienta blanca?
Fxcem primus et allec... Fxx et allec, dice el padre
Sanadon, está por fsex cum allece, es decir, salmuera
no clarificada, ó con su hez. Otros escriben alee y hallex.
V. 75. Increlum... Permixtum:
Circumposuisse... Poner al rededor de
la mesa, servir
- Kafrt*»qn«i i
nfíts*- ¡í ofiií
•vèii : •
SATYR A V.
Hoc quoque, Tiresia, praeter narrata, petenti
Responde: quibus amissas reparare queam res
Artibus atque inodis. Quid rides ?—Jamne doloso
un plato a cada convidado, en vez de servir a todos en
una fuente, que según parece, era la costumbre.
V. 76. Milita terna. . Tres mil sestercios eran algo
mas de 2000 rs.
V. 79. Furia... Es decir, sublecta furtim esculenta.
V. 81. In mappis... En buen latín mappa
significa
una servilleta: yo creo sin embargo que aquí significa rodillas
ó trapos para limpiar; pues a no ser asi, no vendría
bien este mueble con el aserrín y las escobas, ni se
podría decir que el gasto que ocasionaban era pequeño,
siendo cierto que si se tratase de mantelería, esta podía
ser costosísima.
V. 83. Lapides varios.. Los azulejos del suelo, con
ios cuales se hacían vistosas labores.
Lutulentá palma... Las escobas mas estimadas eran
las de palma.
V. 84. Et Tyrias etc.... Y estender
mantas de Tiro
sobre camas no lavadas. Cubrir con
ricos tapices las
camas en que se comia, era un obsequio que se hacia en
las mesas de cumplimiento ó de ceremonia.
V. 90. Memori. Por memoriter.
V. 93. Quia contigit... Quia tibi
contigit audire et
videre eum docevtem.
V. 95. Atque haurire queam... Este final es muy fes.
tivo. El bufón poeta ruega al aprendiz de cocinero que le
descubra aquellos desconocidos manantiales de preceptos
para vivir felizmente.
¡*j¡íCJ 1 nJf nuwl v«niKÍ %muil ooTífijá xos^ol tuiJU—
SATIRA V. Oi ¡nM-'iiül IU iHlii .'vU
M ll-loMt-.ah» 'ISÍJUbM
ÜLISES. Sobre lo que de tí, Tiresia b e oido,
Que añadieses quisiera
Cómo ó de qué manera
Recobrar puedo mi caudal perdido.
¿Te ries, adivino?
TiRp.stAs. ¿No te basta ladino,
TOMO i n . 23
/
3 5 * LIBER II.
Non satis est lthacam revehi, patriosque Penates
Aspicere?—0 nulli quidquam tnentite, vides ut 5
Nudus inopsque domum redeam, te vate; neque illic
Aut apotheca procis intacta est, aut pecus. Atqui
Et genus et virtus, nisi cum re, vilior algS est.
—Quando pauperiem, missis ambagibus, borres;
Accipe quft ratione queas ditescere. Turdus, 10
ivw t fflW TBawy^^WHS^w» a W P i w W W ' ' " i '
Sive alium privum dabitur tibi, devolet illuc
Res ubi magna nitet, domino sene : dulcia poma,
Etquoscumque feret cultus tibi fundus bonores.
Ante Larem gustet venerabilior Lare dives;
Qui quamvis perjurus e r i t , sine gente, cruentus 15
Sanguine fraterno, fugitivus; ne tamen illi
Tu comes exterior, si postulet, ire recuses.
—Utne tegam spurco Dam® latus ? Haud ita Trojae
Me gessi, certans semper melioribus.—Ergo
Pauper eris.—Fortem hoc animum tolerare jubebo,
on
Et quondam majora tuli. Tu protinus, unde
Divitias aerisque ruam, die, augur, acervos.
—-Dixi equidera, et dico. Captes astutus ubique
Despues de haber cruzado tantos mares,
Volver a Itaca y a tus patrios lares?
ULIS. Desnudo, pobre y triste
Vuelvo a casa, cual tú me lo anunciaste,
Tú que en vano jamás profetizaste.
De Penelópe los amantes viste
Como no han en mi ausencia respetado
Bodegas ni ganado :
Y virtud y nobleza,
¿Qué valen cuando falta la riqueza?
TIR. Pues que tan sin rodeo
De no ser pobre muestras el deseo,
El medio te diré de hacerte rico.
Si un tordo te regalan, ú otra cosa
Delicada y sabrosa,
Que la envies volando te aconsejo
A algún palacio de opulento viejo.
La mejor fruta que tu huerta lleve,
Aun antes que tus lares él la pruebe;
Y aunque manche sus manos
Sangre de sus hermanos,
Aunque descienda de linage oscuro,
Sea siervo escapado, se a perjuro,
Cuando tal vez que le acompañes quiera,
No te escuses, y déjale la acera.
ULIS. ¿Quien? yo al bribón de Dama?
i Ay! allá en Troya era mejor mi estado.
Con lo mejor fui siempre acompañado.
TIR. Pues bien, pobre serás.
ULIS. Enhorabuena;
Yo sabré soportar aquesa pena,
Que otras mayores soporté algún dia.
Pero di rae: ¿no habria
Medio mejor para juntar dinero ?
TIR. Antes lo dije; y lo repito ahora:
M LIBER li.
Testamenta senum : neu, si vafcr unus et alter
Insidiatorem praeroso fugerit baino, '25
Aut spera deponas, aut artera illusus oraittas.
Magna minorve foro si res certabitur obm ;
Vivet uter locuples sine natis, iraprobus, ultro
Qui meliorem audax vocet in j u s , illius esto
Defensor: famà civem, causàque priorem 30
t OiigfJU 15 .R .' Jli •>• .«•- •> ' • «J
Speme, dorai si natus erit, fecundave conjux.
Quiucte, puta, aut Publi ( gaudent pnenomrae raolles
Auriculae ) tibi me virtus tua feeit amicura;
Jus aneeps novi; eausas defendere possum:
Eripiet quivis oculos citiùs raihi, quàm te 35
Contemptura cassà nuce pauperet: hnec mea cura est.
Ne quid tu perdas, neu sis jocus. Ire doraura, atque
Pclliculam curare jube : fi cognitor ipse:
Persta, atque obdura; seu rubra Canicula findet
Infantes statuas ; seu pingui tentus omaso 40
Furius hibernas canà nive conspuet Alpes.
Nonne vides (aliquis cubito stantem prope tangens
Inquiet) u t p a t i e n s , ut amicis aptus, ut acer?
Viejos acecha y mima a toda hora.
Para que te instituyan heredero.
Si mordido el anzuelo, uno se escapa,
No desmayes, y ve si a otro se atrapa.
Cuando un pleito se agite, indaga antes
Cuál de los litigantes
Es rico, a cuál la prole no rodea;
Y aunque un malvado sea,
Y ni vislumbre de razón le asista,
A tomar su defensa tú te aüsta ;
Y al otro, aunque alegára
Concepto superior, justicia clara,
Como a un mal avechucho considera,
Si hijos tiene ó esposa paridera.
«Publio, di al rico, Quinto,
(Estos dictados a ninguno pesan)
En tu favor tus prendas rae interesan ;
De los pleitos conozco el laberinto;
Cualquiera causa pronto y bien despacho ;
Y antes me dejaré sacar los ojos,
Que nadie te escarnezca ni dé enojos,
O que el valor te robe de un hilacho.
De hoy corre por mi cuenta
Que ninguno te insulte ni despoje. »
Di que hará bien si a casa se recoge,
Y añade : « cuida del descanso tuyo ;
Yo tu procurador rae constituyo. »
Sufre pues : todo con sufrir se alcanza ;
Y hienda la Canícula abrasada
La estátua nuevamente fabricada,
O escupa Furio, el de la enorme panza,
Cana nieve en los Alpes invernizos.
Con eso cada cual al que esté cerca
Dirá de tí: ¡qué bueno! ¡ qué sencillo!
Y con eso a porrillo
LIBER II.
Plures annabunt thvnni, et cetaria crescent.
Si cui praeterea validus malè filius in re 45
Pneclarà sublatus aletur , ne manifestum
Ccelibis obsequium nudet te, leniter in spern
Arrepe officiosus, ut et scribare secundus
Haeres ; et si quis casus puerum egerit Oreo,
In vacuum venias. Perraro baec alea fallii. 50
Qui testamentum tradet tibi cumque legendum,
Abnuere, et tabulas à te removere memento:
Sic tamen, ut limis rapias quid prima secundo
Cera velit versu ; solus, multisne cohaeres ,
Veloci percurre oculo. Plerumque recoctus 55
Scriba ex quinqueviro corvum deludet hiantem ;
Captatorque dabit risus Nasica Corano.
- N u m furis ? an prudens Iudis me, obscura canendo?
- 0 Laertiade , quidquid dicam, aut erit, aut non:
Divinare etenim magnus mihi donat Apollo. 60
- Q u i d ti men ista velit sibi fabula, si licet, ede.
—Tempore quo juvenis Par this horrendus ab alto
Demissum genus jEneà, tellure marique
* ?-, fcjwwfr QHPont» « , > . o f l n n r ' i ^ a n o O
Magnus erit; forti nubet procera Corano
Filia Nasicae , metuentis reddere soldum. 65
Tum gener hoc faciet: tabulas socero dabit, atquc
Se te entrarán atunes en la alberca.
Y porque nadie tu intención colija,
Viéndote siempre en inquietud prolija
Al solieron buscando poderoso;
Si a uno ves con un hijo algo achacoso,
Trata de conquistar la amistad suya,
Para que en tí la herencia sustituya,
Si el hijo muere luego:
Muy rara vez se pierde en este juego.
Si uno a leer te da su testamento,
Echala de hombre atento,
Y retira el papel, mas de manera
Que puedas de la página primera
El segundo renglón ver de reojo,
Saber los herederos,
Y si eres solo ó tienes compañeros;
Pues tal vez un taimado de escribano,
En las marañas del oficio alerta,
Dejará al cuervo con la boca abierta,
Y de Nasica reirá Corano.
ULIS. ¿ Es que el furor profético te mueve?
¿ O te estas a mi costa divirtiendo,
Hablándome de cosas que no entiendo?
TIR. No; lo que no pasar y pasar debe.
De mi boca escuchar puedes seguro:
Me dió Apolo entender de lo futuro.
ULIS. Pues si te es permitido, tú me esplica
Lo que aquesa historieta significa.
TIR. Cuando un joven, de Eneas descendiente,
Y terror de los Partos en la guerra,
Del mar tenga el imperio y de la tierra,
Por no pagar Nasica cierta suma,
Que deberá al intrépido Corano,
De su hija fiel le otorgará la mano.
Dará el yerno a leer su testamento
360 LIBER II.
Ut legat orabit; multimi Nasica negatas
Accipiet tandem, et tacitus leget, invenietque
Nil sibi legatum, praeter plorare, suisque.
Illud ad haec jubeo : mulier si fortè dolosa, 70
Libertusve senem delirum temperet, ibis
Accédas socius : laudes, lauderis ut absens.
Adjuvat hoc quoque ; sed vincit Iongè priùs ipsum
Espugnare caput. Scribet mala carmina vecors?
Laudato. Scortator erit ? cave te roget ; ultro 75
Penelopen facilis potiori trade.—Putasne
Perduci poterit tam frugi tamque pudica,
Quam nequiere proci recto depellere cursu?
i9VfMl(Q '/* (K)i L IT lîj OiijJ ô' ' • •
— V e n i t e n i m m a g n u m d o n a n d i p a r c a J u v e
n t u s,
Nec t a n t u m Veneris, q u a n t ù m s t u d i o s a
culinae. 80
Sic tibi Penelope f r u g i est, quae si
s e m e l uno
De sene gustarit, tecum partita lucellum, •
Ut canis à corio nunquam absterrebitur uncto.
Me sene, quod dicam factum est. Anus improba
Thebis tilt tà'ì iKi ì fini ( I* I ,'i ,
Ex testamento sic est elata: cadaver 85
Unctum oleo largo nudi» humeris tnlit haeres :
A Nasica, que atento
Verlo rehusará; de nuevo instado,
Repasarále el viejo confiado,
Y verá que tan solo llanto y queja
Es lo que a él y a los suyos se les deja.
Otra cosa te advierto,
Y e s , que tus relaciones bien estreches
Con la muger astuta ó el liberto
Que gobiernen al viejo a quien aceches,
Y que a una y otro alabes con frecuencia,
Para que ellos te alaben en tu ausencia.
Esto importa en verdad, mas sobre todo,
Al vejete ganar de cualquier modo.
Si hace versos mezquinos,
Dile que son divinos:
Si quiere mozas, antes que el te pope,
Preséntale tu cara Penelope.
ULIS. ¿ Como? ¿ paso tan bajo
Dar podrá una mujer pura y honrada,
A quien jamás de su deber retrajo
La caterva de amantes obstinada?
TIR. Asi f u é , mas confiesa
Que eran algo roñosos los señores,
Y que mas en la mesa
Les gustaba gastar que en sus amores.
Hé aqui porque tan buena fue tu esposa;
Mas si con viejo hubiésese metido,
Y contigo sus dádivas partido,
Entonces tal dejára ella la gresca,
Cual deja el perro una zalea fresca.
Te diré lo que vi siendo yo anciano.
En Tebas una vieja relamida
Mandó en su testamento al heredero
Su cadáver llevar al quemadero, • '
Sobre la espalda con aceite ungida, - • • (f
382 LIBER II.
Scilicet elabi si posset mortua, credo
Qnòd niraiùm institerat viventi. Cautus adito:
Neu desis opera? , neve immoderatus abundes.
Difficilem et morosum offendet garrulus ultro : 90
Non etiara sileas. Davus sis coraicus; atque
Stes capite obstipo, raultùra sirailis raetuenti.
Obsequio grassare : mone, si increbuit aura,
Cautus uti velet charuni caput: extrahe torbà
Oppositis humeris : aurem substringe loquaci. 95
Importunus amat laudarit ? donec , «Ohejam!»
Ad coelum raanibus sublatis dixerit, urge; et
Crescentem tumidis infla sermonibus utrera.
Cura te servitio longo curàque levarit,
Et certuni vigilans; quarte sit partis Ulysses, 100
Audieris, haeres : ergo nunc Dama sodalis
Nusquara est? Unde raibi tara fortera, taraque fidelem
?
Sparge subinde, et si paulum potes, illacrimare.
Est
Gaudia prodentem vultura celare. Sepulcrum
Permissum arbitrio , sine sordibus extrue; funus 105
Egregiè factum laudet vicinia. Si quis
Fortè coliEeredum senior malò tussiet, buie tu
Die ex parte tuà, seu fundi, sive donnìs sit
Del tal hombre se advierte
Que nunca en vida resbalarse pudo,
Y por un medio agudo
Quiso a lo menos resbalarse en muerte.
Que obres con precaución es pues preciso
No seas importuno ni remiso;
No hables continuamente,
Que eso fatiga a un viejo impertinente.
Tampoco el callar siempre el mal remedia
Como el Davo has de ser de la comedia,
Del que teme ó espera
Tomando la actitud y la manera.
Ningún obsequio omite: si hace viento,
Ve como la cabeza se tapuja:
Si en bullas entra, por sacarle empuja,
Y si gusta de hablar, óyele atento.
Si agradan alabanzas al buen viejo,
Llénale de alabanzas el pellejo,
Hasta que al cielo alzando en fin los ojos,
«Hijo, ya basta,» satisfecho diga:
Y cuando a tu fatiga
Fin con su muerte dé y a tus enojos,
Y oigas, despierto estando,
a La cuarta parte de mis bienes mando
A Clises,» triste clama,
« ¡ Con que no veré mas al caro Dama!
¿Dónde encontrar tan bueno y fiel amigo?»
Y si es que puedes, lagrimones vierte ,
Tu gozo recatando de esta suerte.
Si de su entierro encárgate el difunto,
Cuida del lucimiento, y haz de modo.
Que su pompa celebre el barrio todo.
Si otro heredero viejo y lastimado
Algo quiere comprar de tu legado,
Sea la finca rústica ó urbana,
9U LIBER 11.
Emptor, gaudentem nummo te addicere. Sed me
Imperiosa trahit Proserpina: vive, valeque.
NOTAS.
Ciertamente fue una ocurrencia feliz en Horacio la de
revelar al mundo las maniobras infames, que empleaban
en Roma algunos tunantes para apoderarse de muchos
caudales, en perjuicio de parientes pobres ó de familias
honradas, que verosímilmente habrían hecho mejor uso
de aquellas riqueza» que los aduladores y parásitos; y
es divertido y útil conocer esla parte de las costumbres
de un pueblo, célebre hasta en sus vicios y estravagancias.
Pero hacer que Tiresias aconseje a Ulises, rey de
una isleta del mar jonio, poblada toda ella de pescado
res zafios, y menos en número que los habitantes de
un arrabal de Roma, que para mejorar su fortuna adulase
á viejos, los sirviese, los mimase, y hasta les llevase
su propia muger, aun antes que ellos diesen muestras
de desearla, es tan incongruente, tan inverosímil, y
por decirlo de una vez, tan ridículo, que no se sabe
cómo esplicar el entusiasmo con que los intérpretes de
Horacio mostraron mirar tanestraña aprehensión. Es posible
sin embargo, que hubiesen ciertas circunstancias dado
á esta invención un motivo mas ó menos calificado , y
en tal caso, sin insistir mas sobre ella, yo diría que en
la enunciación de las artes de los aspirantes a herederos,
hay verdad y exactitud, y sobre todo mucha
gracia.
V. 1. Jfoc quoque, Tiresia... Importa poco
averiguar
si el teatro de esta conferencia entre Tiresias y Ulises
es el infierno, donde según se cuenta en el libro once
de la Odisea, tuvieron ya una ambos personages; ó si
fue en Itaca, donde el hijo de Laertes evocó la sombra
Que pague di, lo que le dé la gana,
Y a tu favor asi su ánimo inclina.
Hasta otra vez , que llama Proserpina.
del adivino : lo que no tiene duda es que Ulises empezando
á hablar , parece como querer concluir una conversación
empezada antes. Por lo demás, Tiresias, natural
de Tebas en Reocia, perdió la vista, de resultas, según
unos, de haber visto casualmente a Palas bañándose, y
según otros, de haber decidido en contra de Juno una
disputa entre esta diosa, y su esposo y hermano Júpiter.
Por indemnización de aquella desgracia , parece que se le
concedió el talento de adivinar lo futuro. Estrabon dice
que despues de su muerte le hicieron los tebanos honores
divinos.
V. 4. ¡thacam... Es una de las siete islas jónicas,
poblada apenas hoy por seis ó siete mil habitantes.
V. 9. Quando paitperiem... El antiguo escoliador
hizo muy bien cuando interpretó este quando por quia;
pero se equivocó cuando supuso que el mis sis ambagibus
se lo aplicaba Tiresias a sí mismo. La frase del poeta
equivale a esta otra: candidé loqueris,
et missis ambagibus
, confiteris tepaupertatem horrere.
V. II. Privum... Según el mismo escoliador, Horacio
opuso privus a communis, publieus.FA tordo y las
demás
aves de los campos son cosas sobre que todos tienen
d e r e c h o e s t aliquid commune et juris publici: las
aves
domésticas pertenecen en propiedad a los particulares:
sunt
aliquid proprium, privum.
V. 14. Ante Larem... He dicho en otra ocasion
que a los Lares se ofrecían las primicias de los frutos.
V. i». Sine gente... Desconocido, de humilde origen.
V. 17. Comes exterior... Se llamaba lado exterior
el
mas espuesto ó el menos cómodo. Cuando no habia
riesgo ni incomodidad, el lado exterior era el izquierdo.
V. 1S. Ut'ne tegam... lalus... Tegere latus alicui equivalia
á acompañar a uno, haciéudole honras y distinciones.
Dama he dicho en otra ocasion que era un nombre
de esclavo.
V. 20. Fortem hoc animum... Ulises se resigna a sufrir
la pobreza antes que humillarse a tan indignas raferías
; y el decir despues a Tiresias que le indique uu
medio de juntar dinero, prueba que rehusa el que se le
había propuesto. A pesar de esto, muchos comentadores
ereyeron que Ulises se conformaba aqui a lo que le proponía
Tiresias. Sea de una manera ó de otra, el pobre
Ulises hace aqui un papel tristísimo, pero ya ha dicho
él antes, que
Et genus et virtus, nisi cum r e , vilior alga est.
V. 25. Prxroso hamo... Despues de roer el cebo que
cubre el anzuelo.
V. 32 y 33. Gaudent prxnomine molles auricular....
Solo las gentes de cierta clase tenian prenombres, esto
es, nombres que se ponían antes del propio de cada uno,
como Marco, Quinto etc. La vanidad se lisonjeaba en
Boma con estos aditamentos, como entre nosotros con los
de señor, don etc.
V. 34. Jus anceps... Derecho vario, ambiguo, dudoso.
V. 36. Cassá nuce pauperet... Adagium , dice Cruquio,
pro re nihili.
V. 38. Fi cognitor... Otros leen sis. Cognitor era
el
procurador.
V. 40. Infantes statuas... Sin duda algún mal poeta
como el Furio de quien se habla en el verso siguiente,
(lió a las estatuas el estraño epíteto de infantes, ora
portille
siendo nuevas, ó estando recien hechas, creyese poder
llamarlas niñas, ora porque no tuviesen habla,
pues
esto significa también infans en latín. En cualquiera de
los dos casos el epíteto era ridículo, siendo cierto que
ni las estatuas podían llamarse niñas, ni la
circunstancia
de que no hablasen era a propósito para calificarlas
, puesto que no podia haber estatuas dotadss de la
facultad de hablar.
V. 41. Furius... El poeta no hizo mas que parodiar
este verso del hinchado y estravagante Furio Bibáculo,
sustituyendo Furius a Júpiter.
Júpiter escupiendo nieve
sobre los Alpes invernizos, forma nna
imagen tan ridicula
, como la Canícula hendiendo las infantes estatuas.
Esta crítica tiene gracia; y es posible que encontráramos
la misma en otros pasages que hoy leemos sin interés,
si el tiempo no nos hubiese privado de la clave con que
podríamos descifrar muchas alusiones.
V. 44. Plures annabunt thijnni... Espresion metafórica
para significar que conquistaría muchos viejos por aquel
medio. Cetaria se llamaban los estanques donde se
guardaban los pescados. Crescent significa aqui se
llenarán.
V. 46. Sublatus... Es decir,
reservatus in familix
propaganda spem, pues ya se sabe que
los antiguos
ponían en el suelo a los niños recien nacidos, y no levantaban
sino a los que se proponían criar.
V. 53. Limis rapios.... Por
limis oculis raptim legas.
Quid prima secundo... El testador
ponia su nombre
en la primera línea del testamento, y en la segunda el
del heredero ó herederos. Prima cera significa la primera
página. Secundo versu es la segunda línea.
V. 55. Recoctus scriba... Recoctus se aplica en latin
á una cosa teñida varias veces, y que había tomado bien
el color; y de aqui vino dar el mismo epíteto a uno
á quien el uso y la práctica habian hecho muy hábil y
diestro en su profesion.
V. 56. Ex quinqueviro... Ea las colonias y en algunas
ciudades habia unos empleados medio municipales y
medio judiciales, encargados de varias atribuciones subalternas
de la policía y de la justicia, a los cuales se les
llamaba quinqueviri, por ser cinco. Era común nombrar
también comisiones temporales de cinco individuos para
presentar informes a las autoridades superiores sobre negocios
locales. Del seno de las primeras comisiones de
que he hablado salian a veces los escribanos.
Corvum deludet hiantem... Alude a la tan sabida fábula
del cuervo y la zorra.
V. 57. Nasica Corono... No se sabe quiénes eran estos
dos individuos, ni por qué se habla aqui de esta aventura.
Sin duda se habían divertido con ella los ociosos de Roma
en el tiempo en que se compuso esta sátira.
V. 59. Quidquid dicam... Esto es,
aut erit, si dixero
Jore, aut non erit, si dixero non /ore.
Si esto no se
entendiese asi, Tiresias habría dicho una cosa que
desacreditaría
su arte, y que haría un contraste ridículo
con lo que dice despues, de que debió a Apolo el don
de anunciar lo futuro.
V. 65. Soldura... Es decir, debitum solidum, integrum.
V. 71. Senem delirurn temperet... Literalmente
gobierne
a un viejo chocho.
V. 76. Penelopen... El cousejo es tan infame, que pasa
los límites de la chanza. ¡Toda una reina de Itaca, toda
una Penelope, que ocupó siempre las trompas de la fama,
y cuyo nombre es hoy sinónimo de recato y honradez,
ser entregada a discreción de un vejete hediondo, para
que éste nombrase su heredero a Ulises! Repitámoslo; es
difícil que a nadie pueda ocurrírsele una aprehensión mas
singular. Para completar su singularidad, U'ises no solo
no desecha cou indignación la proposicion del adivino,
sino que presentando como único iuconveniente para acceder
á ella, el carácter recatado de Penelope, parece casi
consentir por su parte en la indignidad que se le propone.
Y ¿ el Inter erit multúm Davusne
loquatur an
heros?
V. 79. Venit enini magaurn... Aunque este pasage presenta
un sentido natural, hubo comentadores que pretendieron
embrollarlo, proponiendo lecciones diferentes, y dándoles
también diferentes interpretaciones. El adivino responde
á Ulises: «Está bien: a tu muger no la pudieron vencer
esos mozalbetes que iban a su casa, pero fué porque todos
ellos daban ú ofrecían poco, venit
juvenlus parca donandi
magnum ; pero si tuviera un vejete que
diera bastante,
y ella partiera contigo sus propinas, no sucedería lo
mismo, etc.» Esto será tan infame y abominable como
se quiera, en cuanto a la idea; pero la espresion es clara
é intergiversable, y no había por qué sustituir magno á
magnum, ni por qué suponer que venit es del verbo
veneo,
y no de venio.
V. 80. Quantum studiosa culiax... En efecto Homero
los representa siempre ocupados en francachelas.
V. 83. A corlo uncto... De hecho, las zaleas chorreando
sangre gustan mucho a los perros.
V. 85. Anus improba... Esta aventura es divertida.
Un heredero presuntivo no dejaba vivir a una vieja a quien
debia heredar: la pobre muger no podia libertarse de la
impaciente importunidad de aquel hombre, y le mandó
llevar su cadáver acuestas, untándose muy bien primero
las espaldas con aceite, a fin de que se le resbalase la
carga. La aprehensión es original ciertamente.
V. 90. Of/endet... Otros con mejor sentido, pero sin
autoridad, offendes.
V. 91. Davus sis comicus... Este pasage indica
verosímilmente
la postura que tenían los criados en el teatro,
es decir, el cuello sacado, tieso é inmóvil, como se ponen
los que prestan atención.
V. 93. Obsequio grassare... Literalmente
ataca con
obsequios. La espresion es feliz.
V. 95. Substringe... Por prxbe. El substringere
aurem
significaba propiamente quitar de sobre el oído lo que
podia diücultar que se oyese bien.
V. 100. Quartx sit... Otros esto. Esto era en
efecto
la fórmula que usaba el testador.
V. 103 y 104. Est gaudia prodentem vultum celare...
Esto es, como dijo muy bien el antiguo escoliador:
licet
non indicare vultu animi gaudium: vultus autem dicitur
animi proditor, quód ejus sit index.
Bartio asegura haber
encontrado en un códice antiquísimo prudentúm vultu,
en lugar de prodentem vultum. Admitiendo aquella
lección, la interpretación seria
prudentúm est celare gaudia
vultu: a mí sin embargo me parece
mejor el celare
vultum prodentem gaudia.
V. 109. Nutnmo te addicere... Para que un contrato
de venta fuese válido, era menester que pasase de una
mano a otra algún dinero contante; y asi, cuando se ha-
TOMO m . 24
cian veutas simuladas, iban a casa de un einpleado llamado
libripens, el vendedor y el comprador, y este
echaba en la balanza un numo, es decir, un cuarto, que
oWfWU oyç'it ..,T,jûni'.> i»uivate M .V
SATYRA VI.
Rbii-ròib-.w. *toV.. . -.': • . s„.
Hoc erat in votis: modus agri non ita magnus,
Hortus ubi, et tecto viciuus jugis aquae fons,
Et paulum silvae super his foret. Auctiùs atque
Di meliùs fecere. Bene est. Nihil amplius oro,
Maiâ nata , nisi ut propria hoec mihi munera faxis. 5
Si neque majorem feci ratione malA rem;
Nec sum facturus vitio culpàve minorem :
Si veneror stultus nihil horura; ò si angulus ille
Proximus accedat, qui nunc denormat agebum!
0 si urnam argenti fors quae mihi monstret! ut
üb, 10
Thesauro invento, qui mercenarius agrum
Ilium ipsum mercatus aravit, dives amico
Hercule : si quod adest, gratum juvat, hac prece
te oro,
Pingue pecus domino facias, et caetera, praeter
Ingenium; utque soles, custos mihi maximus adsis. 15
Ergo ubi me in montes et in arcem ex Urbe removi.
Quid priùs illustrem Satyris Musâque pedestri?
Nec mala me ambitio perdit, nec plumbeus Auster,
. -IM OMOT
tomaba el vendedor, con lo cual se juzgaba consumada
la venta. Asi pues, nú/rimo addicere, equivale a
dar por
nada, a regalar.
SATIRA VI. • >(xlI'''/;..! ¿>í i11Ull'IKHf Jí|y i }flOl;
Limitaba yo un dia mi deseo
A una hacendita de estension mediana,
Pequeño bosque, huerto de recreo,
Y un manantial perenne de agua sana:
Y pues mas que yo ansiaba dióme el cielo,
Ya solo pido en cualesquiera trances,
Que estos bienes, Mercurio, me afiances.
Si yo por mala via
No be hecho jamás que mi caudal se aumente;
Si no a menos vendrá por culpa mia;
Si no con ambición busco mezquina
Que mi heredad se agrande y redondée
Con un rincón déla heredad vecina;
Ni que el cielo un tesoro me franquee,
Cual deparólo Alcides al labriego,
Que el campo que labraba compró luego: '
Si con lo que poseo estoy contento,
Y si mi gratitud, cual debo, ostento,
Hatos y cuanto tengo tú me engorda,
(Bien que el ingenio entiéndase escluido)
Y tu oreja a mis ruegos nunca sorda,
Mi protector sé siempre, cual lo has sido.
Cuando de Roma huyendo el horizonte,
Voy a esconderme en solitario monte,
¿ Qué puedo hacer mejor en mi castillo
Que sátiras de estilo muy sencillo ?
Alli ni la ambición mi vida amarga,
Ni fatal austro ni enfermizo Otoño,
cian veutas simuladas, iban a casa de un einpleado llainado
libripens, el vendedor y el comprador, y este
ecbaba en la balanza un numo, es decir, un cuarto, que
owropU Oiajìi». u3 ..,T,jûni.> i»uivate tv«l<-Mil> M .V
SATYR A VI.
Hoc erat in votis: modus agri non ita mag nus,
Hortus ubi, et tecto vicinus jugis aquae fons,
Et paulum silvae super his foret. Auctiùs atque
Di meliùs fecere. Bene est. Nihil amplius oro,
Maiâ nata , nisi ut propria hoec mihi munera faxis. 5
Si neque majorem feci ratione malft rem;
Nec sum facturus vitio culpâve minorem :
Si veneror stultus nihil horura; ò si angulus ille
Proximus accedat, qui nunc denormat agelium!
0 si urnam argenti fors quae mihi monstret! ut
illi, ,o
Thesauro invento, qui mercenarius agrum
Ilium ipsum mercatus aravit, dives amico
Hercule : si quod adest, gratum juvàt, bac prece
te oro,
Pingue pecus domino facias, et caetera, praeter
Ingenium; utque soles, custos mihi maximus adsis. 15
Ergo ubi me in montes et in arcem ex Urbe removi.
Quid priùs illustrem Satyris Musâque pedestri?
Nec mala me ambitio perdit, nec plumbeus Auster,
. -IM OMOT
tomaba el vendedor, cou lo cual se juzgaba consumada
la venta. Asi pues, nú/rimo addicere, equivale a
dar por
nada, a regalar.
SATIRA VI. • >(xlI'''/;..! ¿>í i11ull,)»;[(J Jí|U i J0Ul;
Limitaba yo un dia mi deseo
A una hacendita de estension mediana,
Pequeño bosque, huerto de recreo,
Y un manantial perenne de agua sana:
Y pues mas que yo ansiaba dióme el cielo,
Ya solo pido en cualesquiera trances,
Que estos bienes, Mercurio, me afiances.
Si yo por mala via
No be hecho jamás que mi caudal se aumente;
Si no a menos vendrá por culpa mia;
Si no con ambición busco mezquina
Que mi heredad se agrande y redondée
Con un rincón déla heredad vecina;
Ni que el cielo un tesoro me franquee,
Cual deparólo Alcides al labriego,
Que el campo que labraba compró luego: '
Si con lo que poseo estoy contento,
Y si mi gratitud, cual debo, ostento,
Hatos y cuanto tengo tú me engorda,
(Bien que el ingenio entiéndase escluido)
Y tu oreja a mis ruegos nunca sorda,
Mi protector sé siempre, cual lo has sido.
Cuando de Roma huyendo el horizonte,
Voy a esconderme en solitario monte,
¿ Qué puedo hacer mejor en mi castillo
Que sátiras de estilo muy sencillo ?
Alli ni la ambición mi vida amarga,
Ni fatal austro ni enfermizo Otoño,
â - ,
«; -
ü
• ' " I -I
• ' K>
!i! i " i' ••
S ¡ I -M
j[! J r a m
i .i
372 LIBER II.
Autuuinusque gravis, Libitinae quaestus acerbas;
Matutine pater, scu Jane libentius audis, 20
Unde homines operum primos vitaeque labores
Instituunt ( sic Dis placitum ) tu carminis esto
Principium. Romae sponsorem me rapis : a eia ;
Ne prior officio quisquam respondeat, urge : »
Sive Aquilo radit terras, seu bruma nivalem 25
. o b i s i o 9 i i : ( i n i ' ''.>•. ft •'h<q i
Interiore diem gyro trahit, ire necesse est.
Postmodo, quod mi obsit, clarè certùmque loquto,
Luctandum in turbâ , et facienda injuria tardis.
—Quid tibi vis ? quas res agis, insane ? improbus
urget
Iratis precibus. Tu pulses omne quod obstat, 30
Ad Meecenatem memori si mente recurras.
Hoc j u v a t , et melli est, non mentiar. At simul
atras
Ventum est Esquilias, aliéna negotia centum
Per caput et circa sabunt latus. — Ante secundam
Roscius orabat sibi adesses adPuteal eras. 35
- D e re communi scribae magnâ atque novâ te
Orabant hodie meminisses, Quinte, reverti.
—Imprimât his, cura, Moecenas signa tabelbs »
Que da a la atroz Libitina mies larga.
O dios de la mañana,
O bien Jano, si asi mejor te suena,
Tu a quien la especie humana,
Del liado dócil al decreto santo,
Invoca al principiar toda faena,
Por tí también empezará mi canto.
Si en Roma estoy, me sacas de mi puesto
Para que fiador de alguno sea:
«Despacha, dices, ea;
Otro te ganará si no vas presto; »
Y ó describir un círculo pequeño
Haga al día el invierno rigoroso,
O del bóreas al suelo yerme el ceño,
Partir al tribunal esme forzoso:
Y despues de haber hecho francamente
Lo que acaso un pesar despues me guarde,
Hay que salir por medio de la gente,
Y empujar bien al que llegó algo tarde.
«Donde vas, loco? a qué esos empellones?
Dice uno vomitando maldiciones;
Porque ir piensas a casa de Mecenas,
¿ Todo juzgas poder atropellarlo ? »
Esto me sabe a miel, ¿ a qué es negarlo?
Pero llegado apenas
A las negras Esquilias, por cien modos
Cércanme asuntos mil, ágenos todos.
— A una comparecencia
Roscio te ruega que antes de las ocho,
Mañana le acompañes a la Audiencia.
—Nuestros oficinistas,
Te recomiendan que a su junta asistas
Para tratar de asuntos importantes.
—Horacio, haz que me selle lo mas antes
Mecenas este pliego.
Dixeris, «experiar :» «si vis, potes , » uddit,et instai.
Septimus octavo propior jam fugerit annus, 40
Ex quo Maecenas me ccepit habere suorum
In numero : dumtaxat ad hoc, quem toilere rhedà
Vellet, iter faciens; et cui concredere nugas
Hoc genus : - h o r a quota est?— Threx est Gallina
Syro par?
—Matutina pa rum cautos jam frigora mordent : 4a
Et qua rimosa bene deponuntur in aure.
Per totuin hoc tempus subjectior in diem et horam
Invidiae. « Noster ludos spectaverat unà ;
Luserat in campo; Fortunae filius, » omnes.
Frigidus à Rostris manat per compita rumor, 50
Quicumque obvius est me consulit. —0 bone (nam te
Scire, Deos quoniam propius contingis, oportet)
Numquid de Dacis audisti ?—Nil equidem.—Ut tu
Semper eris derisori—At omnes Di exagitent me,
Si quidquam— Quid ? militibus promissa Triquetrà 55
Pr»dia Csesar, an est Italà tellure daturas?
V-K-.r. ; ••!• r i
Jurantem me scire nihil, mirantur, ut unum
Scilicet egregii mortalem altique silenti.
Perditur hfec inter misero lux, non sine votis :
«0 ras, quando ego te aspiciam? quandoque licebit
60
Si le digo; a v e r é , » responde luego ,
« Vamos, si quieres tú, la cosa es hecha;»
Y su encargo al partir, de nuevo estrecha.
Ocho años luego hará desque pluguiera
A Mecenas su aprecio dispensarme;
Mas su favor redúcese a llevarme
En su carroza, cuando sale fuera,
Hablando siempre lo que nada vale.
—¿ Qué hora es ? - ¿ Crees tú que a Siró iguale
El gladiador Galina ?
V ir
— r a empieza la frescura matutina
A escarmentar los poco precavidos;
Y cosas de esta clase, que sin riesgo
Pueden fiarse a cualesquiera oidos.
Por dias y horas desde entonces lidia,
Siempre creciendo, contra mí la envidia:
« Hijo es de la fortuna, dicen todos,
Hoy con Mecenas en el circo estaba,
Y en el campo de Marte ayer jugaba, a
En la ciudad apenas se barrunta
Un mal rumor que se inventó en la plaza,
Todo aquel que me encuentra me pregunta:
a Pues de saberlo todo tienes traza,
Y te hallas con los dioses tan unido,
Di, Quinto, ¿de los dacios qué has oido?»
—Nada—Vamos, burlón de faz taimada.
—Pues confúndame el cielo si sé nada.
—Pero en cuanto a las tierras prometidas
A la tropa, ¿ serán distribuidas
En Sicilia ó acá en el continente?
Y A J"
Y cuando digo y juro verazmente
Que nada sé, a reserva impenetrable
Todos imputan el que yo no hable.
Pierdo asi el dia, y clamo de esta suerte:
«¿Cuando, quinta feliz, tornaré a verte,
376 LIBER II.
Nunc veterum libris, nunc sonino et inertibus horis.
Ducere sollicite jucunda oblivia vite ?
O quando faba Pythagor« cognata, simulque
üncta satis pingui ponentur oluscula lardo?
O noctes, coenseque Deum, quibus ipse meique 65
Ante Larem proprium vescor, vernasque procaces
Pasco libatis dapibus! Prout cuique libido est,
Siccat inaequales calices conviva, solutus
Legibus insanis ; seu quis capit acria fortis
Pocula, seumodicis uvescit laetiùs. Ergo 70
Sermo oritur, non de villis domibusve alienis,
Nec malè necne Lepos saltet : sed quod magis ad
nos
Pertinet, et nescire malum e s t , agitamus : utrùmne
Divitiis homines, an sint virtute beati;
Quidve ad amicitias, usus rectumve, trahat nos; 75
Et quae sit natura boni, summumque quid ejus.
Cervius haec inter vicinus garrit aniles
Ex re fabellas : nam si quis laudat Arelli
Sollicitas ignarus opes, sic incipit: Olim
Rusticus urbanum murem mus paupere fertur 80
Accepisse cavo, veterem vetus hospes amicum;
Asper, et attentus quaesitis ; ut (amen arctum
Y de la antigüedad en la lectura,
O en el sueño ó el ocio adormecido,
De aquesta vida fatigante y dura
Podré gustar el delicioso olvido ?
¿ Cuándo las habas comeré carnales,
Parientas de Pitágoras divino,
O berzas rehogadas con tocino ?
¡O noches, ó banquetes celestiales!
Con mis amigos al fogon sentado
Ceno, y con mis esclavos decidores.
De trabas Ubre cada convidado,
Uno el tazón enorme vacia aprisa,
Otro la copa apura lentamente;
Cada cual humedécese a su guisa.
Dulce conversación sigue a la cena,
No de la casa ó la heredad agena,
Ni de si Lepos para el baile es listo,
Mas de aquello que a cada cual le toca,
E ignorar es mal visto:
Si en la riqueza ó la virtud consiste
Del hombre la ventura;
Si es honradez ó conveniencia triste
Lo que amistades forma y asegura;
Donde el bien se hallará siempre anhelado,
Cual es su esencia y su supremo grado.
Sazona con apólogo oportuno
Las pláticas tal vez Cervio el vecino,
Y si de Arebo alguno
El cuitoso caudal loa ó pondera,
Cervio se esplica al fin de esta manera.
A un ratón de ciudad un campesino,
Su antiguo camarada,
Recibió un dia en su infeliz morada.
Frugal era y guardoso ;
Mas si un huesped venia,
378 LIBER II.
Solverei hospitiis animum. Quid multa? neque ille
Sepositi ciceris , nec longae invidit avena; :
Aridum et ore ferens acinura, semesaque lardi 85
Frusta dedit, cupiens varià fastidia ccenà
Vincere tangentis malè singula dente superbo;
Cum pater ipse domus, paleà porrectus in hornà,
Esset ador loliumque, dapis meliora relinquens.
Tandem urbanus ad hunc : «quid te juvat, inquit,
amice, 90
Praerupti nemoris patientem vivere dorso?
Vis tu homines urbemque feris praponere sii vis?
Carpe viam (mihi crede) comes : terrestria quando
Mortales animas vivunt sortita, neque ulla est
Aut magno aut parvo leti fuga. Quo, bone , circa, 95
Dum licet, in rebus jucundis vive beatus:
Vive memor quàm sis aevi brevis. «Haec ubi dieta
Agrestem pepulere, domo levis exibt : inde
Ambo propositum peragunt iter, urbis aventes
Moenia nocturni subrepere. Jaraque tenebat 100
Nox medium cceli spatiuin, cum ponit uterque
In locuplete domo vestigia, rubro ubi cocco
Tincta super lectos canderet vestis eburnos;
Multaque de magnà superessent fercula coenil,
Quae procul extructis inerant hesterna canistris. 105
Sus dispensas abrir no le dolia:
Garbanzos le franquea pues y avena,
De que tenia provisión muy buena,
Pasas engurruñidas,
Y lonjas de jamón medio roídas,
Lanzar con manjar tanto ansiando en suma
El bastió que al buesped triste abruma.
Mas mientras lo mejor deja él al rico,
Y él duerme en paja, y se harta de vallico,
Frió muéstrase aquel é indiferente,
Y en nada clava el ciudadano diente.
Un dia en fin al campesino dijo.
«¿ Posible es que te apañas
A vivir en tan ásperas montañas,
Y no prefieres hombres y ciudades
A estas tan espantosas soledades?
Créeme, vente pues, vente conmigo,
La muerte a todos su segur estiende;
Grandes y chicos esta ley comprende;
Dichoso sé, querido,
Mientras que ser dichoso es permitido;
Gozar cumple é importa
Cuando se piensa que la vida es corta. »
Este discurso al campesino exalta,
Que del zaquizamí de un brinco salta,
Y al pueblo entrambos marchan convenido ,
Para llegar despues de oscurecido.
En medio estaba ya del firmamento
La noche, cuando el par de camaradas
Entróse en un alcázar opulento,
Donde colchas en Tiro fabricadas
Soberbias camas de marfil cubrían,
Y aquí y allí se vian
Mucha bandeja y mucha fuente llena
De los residuos de esquisita cena.
Ergo ubi purpurei porrectum in veste locavit
Agrestem, veluti succintus cursitat hospes ,
Continuatque dapes; necnon vernaliter ipsis
Fungitur officiis, praelambens orane quod affert.
Ille cubans gaudet mutata sorte ; bonisque 11 <>
Rebus agit laetura convivalo, cura subito ingens
Valvarum strepitus lectis excussit utrumque.
Currere per totura pavidi conclave ; magisque
Exanimes trepidare, simul domus alta Molossis
Personuit canibus. Tura rusticus: «band raihi vitâ 115
Est opus hâc, ait, et valeas : me silva cavusque
Tutus ab insidiis tenui solabitur ervo.»
NOTAS.
Esta es una sátira muy agradable. La descripción que
en ella hace el poeta de muchas de las incomodidades á
que tenia que sujetarse en las temporadas que vivia en la
ciudad, sobre ser divertida y curiosa en sí misma, contribuye
á realzar el cuadro de la vida campestre, que aunque
tantas veces bosquejado por mano de Horacio, presenta
aqui sin embargo originalidad , ademas de venlad
é ínteres. Los que conocen el campo, los que saben de
qué modo se pasan en él las horas, con qué apetito se
come, con qué franqueza se vive, y el inagotable incentivo
que ofrecen las conversaciones propias de aquella clase
de vida, no estrañarán que uno de los hombres mas
delicados de la primera corte del mundo llamase a su ensalada
de lombarda, su plato de habas y sas puches, un
banquete celestial, y que pretiriese comer aquellos manja-
Sobre tapiz purpúreo al campesino
El ratón de ciudad coloca lino;
Por do quier diligente corretea,
Y de todo a su huesped acarrea;
Y como fueros de criado lleva.
De cuanto al otro sirve, él también prueba.
De mudanza tan próspera gozaba,
Y por ella su júbilo mostraba
El rústico ratón; mas de repente
De gente y puertas tráfago se siente:
Echanse de las camas los ratones,
Y atravesando en fuga los salones,
Van con doble razón despavoridos,
Pues oyen de los perros los ladridos.
El campesino al otro entonces dice:
« No esta vida acomódame infelice:
A Dios; quieto y seguro yo prefiero
Lentejas en mi rústico agujero. »
res, sentado cerca del fogou de su quinta, y rodeado de
sus mozos de labor, a las cenas opíparas de Roma , que
destruían los caudales de los que las costeaban, y los
estómagos de los que a ellas asistian. El antiguo apólogo
con que se termina la pieza, es sumamente moral, y está
escrito con facilidad y maestría.
V. I. Modus agri... Se decia modas agri, modas ruris
etc.,
por ager, ras etc. Esto en cuanto a la espresion: en
cuanto
al pensamiento ¿no es hermosísimo ver a un amigo íntimo
del primer ministro del emperador del universo,
contentarse con una bacendita pequeña, y hallar mas
agradable el vivir en ella que en la opulenta Roma, donde
todos erau testigos del gran favor de que gozaba?
Si algún cortesano llegase a leer esta composicion , ¿ no
debería avergonzarse de la preferencia que dan los hombres
de su clase a las ilusiones del orgullo y de la amLición,
sobre los placeres suaves y los inocentes desahogos
de la vida rústica?
V. 4. DI meliüs fecere... Porque en vez de un bosquecillo
y de una fuentecita, tenia un buen parque y un
gran nacimiento de agua.
V. 5. Maiá nate... Se dirige a Mercurio, ya porque
este dios era el protector de los poetas, ya porque era
uno de los que presidian a la fortuna, y distribuían las
riquezas.
Propria... Duraderas, estables.
V. 8. Veneror... Pido, demando, solicito.
V. 9. Denormat... Hace irregular.
V. 11. Amico Hercule... Hércules era el asociado de
Mercurio para la distribución de las riquezas. El primero
cuidaba del ramo de ganancias imprevistas, y el segundo
de los productos del trabajo.
V. 15. El cxtera, prxter ingenium... Es decir: haz
que engorde mi ganado, que engorden también, ó
me
dren todas mis cosas; pero que no
engorde ó se embote
mi ingenio. Hay pues aquí un equívoco, formado por la
palabra pingüe {gordo) común a los ganados, a los
negocios
y al ingenio , objetos, cuya gordura es de diferente
especie, y que por consiguiente exigiría ser calificada con
diferentes adjetivos.
V. 16. In arcem... En mi castillo , lie traducido yo,
pues Horacio consideraba su casa de campo como una
ciudadela, adonde se iba huyendo de los cuidados de Roma.
Esta observación la hago particularmente por evitar
que se crea que, cual lo hacen algunos traductores de novelas
y comedias francesas, uso yo la palabra castellana
castillo, como equivalente de la francesa chateau,
que
significa generalmente casa de campo.
V. 17. Musáque pedestri... Porque fuera de la medida
de los versos, el estilo de la sátira se diferencia poco del
lenguage común.
V. 18. Plumbeus Auster... Es decir, gravis. El
viento
del medio dia hacia mucho daño en Roma durante ej
otoño, y particularmente en el mes de setiembre; y Suetonio
habla de un otoño en que fallecieron treinta mil
personas. En los parages ventilados, como la casa de
campo de Horacio, era menos perniciosa la influencia de
aquella estación.
V. 19. Libitinas quxstus acerbx... En el templo de
Libitina, diosa de quien hablé en las notas a la oda
treinta del libro tercero. se llevaba un asiento de todos
los individuos que fallecían , y se cobraba una moneda
por cada nombre que se sentaba. Asi, las rentas de dicho
templo crecían cuando moría mucha gente.
V. 20. Matutine pater... Dacier observa que aquí es
donde empieza la sátira , y que lo que precede no es
sino un prologo de ella. El tu carminis esto principium,
que se lee en seguida, ofrece una prueba irrecusable. Por
lo demás, yo he hablado en otras partes de Jano, y de
la superstición que hacia a los antiguos invocar a sus
dioses con todos los nombres con que se les designaba.
Horacio llama a Jano el dios de la mañana, porque
presidia
al tiempo, el cual parece comenzar al amanecer de
cada dia. En todas sus oraciones empezaban los antiguos
dirigiéndose a aquella divinidad.
V. 23. Romx... Cuando estoy en Roma, como he
traducido.
V. 24. Urge .. Súplase officium. Hasta aqui
continúa
hablando Jauo.
V. 26. Interiore diem gyro trahit... Es uua metáfora
tomada de las carreras de carros. Cuando estos se acercaban
al término de la carrera, dice el P. Sanadon, el
que se volvia mas cerca de la meta, hacía un círculo mas
pequeño , y a este se daba el nombre de quadriga interior,
asi como el de equus interior al que quedaba mas
cerca de la meta al volver. De aqui resultó que los
latinos
dijesen interior por brevior. Horacio dice pues
sol
brumx tempore trahit diem gyro breviore,
lo cual es
al mismo tiempo exacto y poético.
V. 29. Quidtibi vis etc... En casi todos los manuscritos
se lee: Quid tibi vis, insane, et quas res agis?
Pero advirtiendo que el verso no constaba, tomaron varios
editores diferentes partidos para remediar este inconveniente
, y entre ellos los de suprimir a su arbitrio el
tibi ó el agis de los manuscritos. Torrencio cita
tres en
que se lee quid tibi vis ? quas res agis, insane ? Esta
lección correcta y elegante está pues autorizada; asi yo
la he preferido a la de las ediciones, en las cuales, aunque
por una razón justa, se ha alterado, ya mas, ya
menos, el texto de los códices.
V. 31 y 32. Atrás Esquilias... Es decir, tristes,
por
los sepulcros que habia en aquel parage.
V. 35. Puteal... Este era el nombre que se daba
generalmente
á los pozos cubiertos, que era costumbre hacer
en todo sitio en que habia caido un rayo. De estos
pozos habia uno en la plaza mayor de Roma, que se
llamaba Puteal Libonis, y Scribonium puteal,
porque lo
mandó hacer Escribonio Libón. Cerca de este sitio esta,
ban los escritorios de los banqueros , y el tribunal del pretor
que conocía de los negocios mercantiles.
V. 36. Scribx... Este es el pasage que hizo creer á
algunos comentadores de Horacio que él habia servido
una plaza de oGcial d é l a tesorería; y ya se vé en cuan
débil fundamento apoyaron su suposición. «Pudo, (dice
muy bien Torrencio en la vida de nuestro poeta) pudo
haber algún negocio que interesase a los empleados en
aquella oficina , y para cuyo despacho necesitasen ellos del
favor que Horacio tenia con Mecenas, con Agripa, y aun
con Augusto ; pero no se iufiere de aqui que en el tal ne.
gocio tuviese también interés el poeta. . Crea el que quiera
que el que rehusó ser secretario de Augusto pudo ser
escribiente de otra dependencia.» Véase lo que sobre esta
suposición de algunos biógrafos dije en la vida de
Horacio.
V. 38. Imprimat his... A Mecenas le habia Augusto
confiado su sello, igualmente que a Agripa.
V. 42. Duntaxat ad hoc. . Mecenas fiaba a Horacio
muchos de sus mas importantes secretos, y jamás tuvo
que arrepentirse de su confianza; pero para merecerla era
menester recatarla.
V. 44. Trex est Gallina .. No son conocidos los dos
gladiadores aqui nombrados. Sin duda estaban divididas
las opiniones en orden a su mérito respectivo.
V. 46. Rimosd... Significa propiamente llena de
agugeros,
ó de hendiduras; y por eso la oreja a quien se
da este epíteto se supone incapaz de poder retener un
secreto, que es la cosa mas evaporable del mundo.
V. 47. Noster ludos etc... Verba sunt
invidorum de
Horatio, dice el antiguo escoliador;
sic enirn solent dicere
liberti aut clientes; y asi lo lie
hecho sentir en la
traducción. La construcción es: Omnes
continuó exclamante
noster, id est, iste unus de nobis, spectaverat
ludos una cum Mxcenate; cum Mxcenate luserat in
campo: fortunx filius est.
V. 49. Luserat... A la pelota probablemente, que era
el ejercicio favorito de Mecenas.
V. 50. Rostris... Los Rostros eran propiamente un
pedestal
, formado de los espolones de los buques cogidos
por los romanos a los habitantes de Ancio en una batalla
naval. Encima de este pedestal habia una tribuna, en
que se reunían a veces los magistrados , y desde la cual
se hablaba al pueblo. Al rededor de este monumento,
que estaba casi en medio de la plaza mayor, andaba
siempre un enjambre de ociosos y de noticieros.
V. 53. De Dacis audisti? En aquel tiempo, es decir,
en el año de 723 de Roma, en que como resulta del
verso cuarenta se compuso esta pieza, habían los dados
abrazado ó se preparaban a abrazar el partido de
Antonio.
V. 55. Militibus promissa Triquetrá... Los latinos
llamaban Triquetrá a la Sicilia, y los griegos
Trinacria,
porque aquella isla tiene una figura triangular. Por lo
demás, en el tiempo en que se hizo esta sátira se hablaba
mucho sobre si las tierras prometidas por Octaviano á
las tropas que le ayudaron a enterrar la república en los
campos de Filipos, se dariau en Sicilia ó en el continente.
Apenas habia individuo a quien no interesase esta noticia,
que iba a hacer, é hizo en efecto una gran revolución
en las fortunas.
V. 60. O rus etc... Varios comentadores observaron
que el trozo que empieza en este verso tiene una suavidad
y una dulzura inesplicables.
TOMO III. 25
V. 63. Faba Pithagorx cognata... Jamás, dijo uu
docto intérprete de Horacio, hubo una parentela mas
larga que la de Pitágoras. Como a ella pertenecían todos
los séres animados, y entre estos y las habas hallaba el
tilósofo cierta semejanza, creia que en ellas existia también
un alma, sujeta como las otras, a las vicisitudes de
la trasmigración : y que por consiguiente alguno de sus
infinitos parientes podia estar convertido en haba. Por
esta razón se prohibía a los pitagóricos el comer de esta
semilla, y por la misma la llama Horacio parienta de
Pitágoras. La espresion es picante y graciosa.
V. 65. Meique... Aqui creyeron muchos comentadores
que designaba Horacio a sus criados; pero es un error
ciertamente, pues no puede suponerse que a estos se les
dejase beber a su antojo y a su espacio. El mei designa
sin duda a los dueños de las heredades vecinas, que,
como el Cervio de quien se habla luego, iban a cenar
muchas noches con Horacio.
V. 67. Libatis dapibus... Es decir,
con los platos de
que ya se ha comido, y que como era
natural, pasaban
de la mesa del amo a la de los criados.
V. G8. Legibus insanis... Horacio dá a las leyes de los
banquetes el epíteto que rigorosamente les conviene, pues
en efecto nada se puede imaginar mas cruel, que tener
á un hombre sentado cuatro ó cinco horas, haciéndole
comer y beber hasta ponerse como una cuba, ó reduciéndole
á presenciar las borracheras de los demás. Como
la estravagancia y el desorden son frutos que se aclimatan
fácilmente en todos los paises, aquella costumbre va
cundiendo también entre nosotros, y podrá líegar el dia
en que todo hombre moderado huya como de un asesino,
de cualquiera que le convide a una de esas reuniones, á
que se dá el nombre de banquetes.
V. 70. Ergo... Por deinde, postea.
V. 72. Lepos... Nombre de un danzarín desconocido.
V. 73. Utrum ne... ¡Cuánto mas útiles no son estas
conversaciones que las que ordinariamente se sostienen á
costa de los conocidos, y aun de aquellos a quienes se
prodiga el nombre de amigos! Es tan fácil dar a las primeras
interés y amenidad , y pueden todos ganar tanto
en ellas, que es vergonzoso que no se generalicen.
V. 75. Quidce ad amicitias... Esta cuestión, que agitaron
un dia con calor los estoicos y epicúreos, está ya
resuelta definitivamente. A la naturaleza plugo que el
interés fuese el móvil de todas las acciones humanas, y
le plugo por consiguiente que lo fuese de la amistad. Sin
duda este interés es susceptible de mil modificaciones, y
puede correr todos los grados de la escala inmensa , que
empezando en la avaricia sórdida, acaba en el anhelo
Ilustrado de la gloria; pero toda acción en rigor será dictada
siempre por el interés, ora tenga por objeto esconder
en el seno de la tierra ó en las gabelas de un escritorio
cierta cantidad de metal, ora preservar a la patria
del furor de sus enemigos. El interés puede pues ser
vicioso,
virtuoso ó indiferente, y merecer por ello castigos ó
recompensas, reconvenciones ó alabanzas; pero siempre será
interés, y por consiguiente la cuestión que dividió tanto
tiempo a dos escuelas célebres de la antigüedad, no lo es ya
hoy. Yo he añadido por eso un epíteto al interés, para
determinar su naturaleza.
V. 77. Añiles fabellas... Esto es,
ab avorum memoriá
repetitas.
V. 78. Arelll... Este personage es desconocido.
V. 79. Olim rusticus... Esta fábula era de Esopo, auuque
no está hoy entre las suyas, Horacio la cuenta de
una manera agradable.
V. 83. Ñeque ille... Esta es la lección de las primeras
ediciones y de los mejores códices. Lambino fué el primero
que leyó illi, y le siguieron varios editores.
V. 84. Sepositi ciceris... longx acense... Por
avena
el cicer in longum tempus seposita,
como dijo muy bien
el padre Sanadon.
V. 87. Tangentis malé singula dente superbo... Felicísima
espresion para denotar los repulgos y melindres
del ratón de ciudad.
V. 92. Vis tu... Asi se lee en casi todos los manuscritos
y en las primeras ediciones. Lambino sustituyó
Vin'
tu, y muchos editores le han seguido.
V. 100. Jamque tenebat nox... listos versos magnífieos,
sembrados eD la relación de una aventura ridicula,
liacen un efecto soberbio.
V. 107. Velut succintus... Como arremangado. Yo he
dicho en otras ocasiones que esta era la actitud de todos
los que tenian que desempeñar faenas, ó hacer diligencias
que pidiesen grande actividad.
V. 108. yernaliter... Otros verniliter.
V. loa. Przelambens... Se ha pretendido atacar la
exactitud de esta palabra, suponiendo que seria digno de
uu gran castigo el criado que se hubiera atrevido a andar
catando guisados, antes de que los comiesen sus
SATYRA VIL
Jamdudum ausculto, et cupiens tibi dicere servus
Pauca, reformido.—Davusne ?—Ita, Davus, amicum
Mancipium domino , et frugi, quod sit satis, hoc est,
Ut vitale p u t e s - A g e , libertate Decembri
(Quando ita majores voluerunt) utere: narra. 5
—Pars hominum vitiis gaudet constanter, et urget
Propositum : pars multa natat, modo recta capessens,
Interdum pravis obnoxia. Saepe notatus
Cum tribus annellis, modo laevâ Priscus inani,
amos. Pero porque fuera una porquería, y aun una porquería
digna de castigo, ¿dejará de ser cierto que la hacían
muchos criados golosos, y que por consiguiente podia
hacerla el ratón, que fungebatur o/ficüs vernaliter?
También podria el vernaliter unirse con prxlambens,
esplicando siempre esta palabra como equivalente de
przegustans.
V. 114. Molossis... Yo be hablado en otra parte de
los perros de Epiro.
V. l i ó . Tum rusticas... Esta moralidad es juiciosísima,
y no sin razón recomendaba Marco Aurelio que se meditase
sobre ella.
SATIRA VIL
D a v o . Largo tiempo ha que os escucho,
Y quisiera responderos
Cuatro palabras; mas soy
Un esclavo, y no me atrevo.
H o r a c i o . ¿Eres Davo?
Dav. El mismo; esclavo
Siempre apegado a su dueño,
Y buen chico, aunque no tanto
Que tema morirme de eso.
Hor. Habla, y de la libertad
Usa que permite el tiempo,
Puesto que asi lo dejaron
Mandado nuestros abuelos.
Dav. Hay hombres que aman los vicios,
Y persisten siempre en ellos.
Otros inciertos üuctuan
Entre lo malo y lo bueno.
Veíase a Prisco ora
Sin un anillo en sus dedos.
V. 100. Jamque tenebat nox... listos versos magnffieos,
sembrados eD ia relación de una aventura ridicula,
hacen un efecto soberbio.
V. 107. relut succintus... Como arremangado. Yo he
dicho en otras ocasiones que esta era la actitud de todos
los que tenian que desempeñar faenas, ó hacer diligencias
que pidiesen grande actividad.
V. 108. yernaliter... Otros verniliter.
V. loa. Prxlambens... Se ha pretendido atacar la
exactitud de esta palabra, suponiendo que seria digno de
un gran castigo el criado que se hubiera atrevido a andar
catando guisados, antes de que los comiesen sus
SATYRA VII.
Jamdudum ausculta, et cupiens tibi dicere servus
Pauca, reformido.—Davusne ?—Ita, Davus, amicum
Mancipium domino , et frugi, quod sit satis, hoc est,
Ut vitale p u t e s - A g e , libertate Decembri
(Quando ita majores voluerunt) utere: narra. 5
—Pars hominum vitiis gaudet constanter, et urget
Propositum : pars multa natat, modo recta capessens,
Interdum pravis obnoxia. Sae.pe notatus
Cum tribus annelbs, modo laevâ Priscus inani,
amos. Pero porque fuera una porquería, y aun una porquería
digna de castigo, ¿dejará de ser cierto que la hacían
muchos criados golosos, y que por consiguiente podía
hacerla el ratón, que fungebatur o/ficüs vernaliter?
También podria el vernaliter unirse con prxlambens,
esplicando siempre esta palabra como equivalente de
przegustans.
V. 114. Molossis... Yo he hablado en otra parte de
los perros de Epiro.
V. l i ó . Tum rusticus... Esta moralidad es juiciosísima,
y no sin razón recomendaba Marco Aurelio que se meditase
sobre ella.
SATIRA VIL
D a v o . Largo tiempo ha que os escucho,
Y quisiera responderos
Cuatro palabras; mas soy
Un esclavo, y no me atrevo.
H o r a c i o . ¿Eres Davo?
Dav. El mismo; esclavo
Siempre apegado a su dueño,
Y buen chico, aunque no tanto
Que tema morirme de eso.
Hor. Habla, y de la libertad
Usa que permite el tiempo,
Puesto que asi lo dejaron
Mandado nuestros abuelos.
Dav. Hay hombres que aman los vicios,
Y persisten siempre en ellos.
Otros inciertos üuctuan
Entre lo malo y lo bueno.
Veíase a Prisco ora
Sin un anillo en sus dedos.
3 9 0 LIBER II.
Visit in®qualis, clavum ut rautaret in boras: 10
>Edibus ex magnis subito se conderet, unde
Mundior exiret vix libertinus honestè :
Jam mcecbus Rom® ; jam mallet doctus Athenis
• I • I
Vivere; Vertumnis, quotquot sunt, natus iniquis.
Scurra Volanerius, postquam illi justa cbiragra 15
Contudit articulos, qui pro se tolleret ,atque
11? A/IITfi.fi • •
Mitteret in phimum talos, mercede diurni
Conductum pavit: quanto constantior idem
In vitiis, tantò leviùs miser, ac prior ilio,
Qui jam contento, jam laxo fune laborat. 20
- N o n d i c e s hodie, quorsumh® e t a n i putida tendant,
Furcifer ? — Ad te, inquara.—Quo pacto, pessime?
—Laudas
• V
' W J . 0Je*13*I
Fortunam et mores antiqu® plebis ; et idem,
Si quis ad ilia Deus subito te agat, usque recuses:
Aut quia non sentis, quod clamas , rectius esse ; 25
Aut quia non firmus rectum defendis, et h®res,
Y ora con tres; de vestido
Mudaba a cada momento;
Ya su palacio dejaba,
Y trasladaba sus huesos
Donde apenas osaría
Ir un honrado liberto.
Ya en Roma vivir quería
En fiestas y galanteos,
Ya en Atenas con las Musas;
En fin, a su nacimiento
Los dioses de las mudanzas
Parece que presidieron.
Afligido de la gota,
Bien merecida por cierto,
Mantiene un hombre en su casa
El truhán de Volanerio,
Para que dados y fichas
Le alce al acabarse el juego;
Y aun es menos desgraciado
E s t e , en sus vicios mas terco,
Que el que ya en la cuerda floja
Ya hace en la tirante esfuerzos.
Hor. Dí, bribón, y ¿dónde vá
A parar todo ese cuento?
Dav. A vos, señor.
Hor. ¿A mí, infame?
Dav. Siempre encarecer os veo
Vida y costumbres de antaño;
Mas no aceptárais el trueco,
Si quisiera trasladaros
Algún dios a aquellos tiempos.
O no estáis bien convencido
De ser lo que decís cierto,
O la debida firmeza
Fáltaos para sostenerlo,
í u t ' ¡ h t l ow
b« «ílfóT
nfgnfloa li A
r.s «ntaofV
u n hooO
'fcneoaliñ
úumvaoO
¡o flViibüA
Jo *uí'/liM
Jírob'>oñi(T
Jfloy b«<3
.^iiiibódrui
niuo f i i f
«tìvfo'dO
'-¡tffV^iínO
ifJÍDV
392 UBER II.
Nequicquam coeno cupiens «veliere piantarci.
Romae rus optas ; absentem rusticus Urbem
Tollis ad astra levis. Si nusquam es fortè vocatus
Ad ccenam, laudas securum olus; ac velut usquam 30
Vinctus eas, ita te felicem dicis amasque,
Quod nusquam tibi sit potandum. Jusserit ad se
Mascenas serum sub lumina prima venire
Convivam ; « nemon' oleum feret ociùs ? eequis
Audit?» cum magno blateras clamore, fugisque. 35
# *
Milvius et scurrae , tibi non referenda precati,
Discedunt. Etenim fateor me, dixerit ille,
Duci ventre levem : nasum nidore supinor,
Imbecillus, iners, si quid vis, adde, popino.
Tu, cum sis quod ego, et fortassis nequior, u l t r o 40
Insectere, velut mebor, verbisque decoris
Obvolvas V i t i um ? Quid, si me stultior ipso
Quingentis empto drachmis deprénderis ? Aufer
Me vultu ten ere : manum stomachumque teneto ,
Y no podéis, mal que os pese,
Salir del atolladero.
Deseáis en Roma el campo;
E inconsecuente y ligero,
Cuando en el campo os hallais,
Ponéis a Roma en el cielo.
Cuando a cenar no os convidan,
Loáis los tranquilos puerros;
Y cual si fueseis atado
Cuando vais a algún festejo,
Miráis el que no os conviden
Como un ventaron tremendo.
Mas si entre dos luces manda
Mecenas un mensagero,
Porque a cenar vais con él,
Gritáis como un loco, a luego
Aguas de olor, oís chicos?»
Y os vais, y detras, diciendo,
Se van Milvio y los bufones
Cosas que contar no quiero.
Dígaseme enhorabuena
Que yo soy un glotonzuelo,
Que al olor de un plato rico
También la nariz elevo ;
Que soy holgazan, y acaso
Que las tabernas frecuento.
Mas con brillantes palabras
Vuestras faltas encubriendo,
¿Vos, señor, a mí reñirme,
Como si fuérades bueno,
Siendo asi que sois tan malo
Como yo, y mas? Y ¿si os pruebo
Que sois mas loco que yo,
Que quinientas dracmas cuesto ?
Y no con esas miradas
25*
• iuinoo '\1
II Ti;.
juii -f< a ü
319)íá
»1« bi»y
to*
39* LIBER II.
Dam, quae Crispini docuit me janitor, edo. 45
Te conjux aliena capit, meretricula Davum :
Peccat uter nostrum cruce dignius ? Acris ubi me
Natura incendit, sub claró nuda lucerna
Quaecumque excepit turgentis verbera caudae,
Clunibus aut agitavit equum lasciva supinum, 50
Dimittit ñeque famosurn , neque sollicitum, ne
Ditior aut formae melioris meiat eodem.
Tu, cum projectis insignibus, annulo equestri,
Romanoque habitu , prodis ex judice Dama
Turpis, odoratum caput obscurante lacerna, 55
Non es quod simulas? metuens induceris, atque
Altercante libidinibus tremis ossa pavore.
Quid refert uri virgis, ferroque necari
Auctoratus eas, an turpi clausus in arcà,
Pretendáis meterme miedo.
Reprimid cólera y manos,
Reprimid, mientras yo os cuento
Lo que de vos cierto dia
De Crispin dijo el portero.
Vos a mugeres agenas,
Yo a las públicas me atengo.
¿Cuál de los dos es mas digno
De ir al palo? Cuando siento
Los impulsos del amor,
En un lupanar me cuelo;
De una lámpara a la luz
Con una moza me encierro;
Cuando despacho, desfilo,
Sin temer que mi concepto
Tal aventura mancille,
Ni que otro mas opulento
O mas galan, a la chica
Luego haga iguales obsequios.
Mas vos, cuando abandonando
Anillo de caballero,
Y toga de ciudadano,
Y de juez trage y respeto,
Envolvéis vuestra cabeza
En un capuchón de siervo,
¿No venís, cual pareceis,
A ser un siervo en efecto?
Al cuarto entráis de la dama,
Pero temblándoos los huesos,
Pues dentro de vos combaten
Juntos temor y deseo.
¿Qué mas da que os sujeteis
Al torpe é infame empeño
De que os azoten las varas,
O que os martirice el hierro;
396 LIBER II.
Quo te demisit peccati conscia heriiis, 60
Contractum genibus tangas caput ? est ne marito
Matronae peccantis in ambos justa potestas ?
In corruptorem vel justior : illa tamen se
Non habitu mutatve loco, peccatve supernè,
Cum te formidet mulier, neque credat amanti, 65
: ' ' " '. s!i; , . : FnT
Ibis sub furcam prudens ; dominoque furenti
Committes rem ornnem et vitam et cum corpore
ojrjojiio:» ifu sup itinal' aio
famam.
Evasti? credo, metues, doctusque cavebis :
Quaeres quando iterum paveas, iterumque perire
Possis. O toties servus ! quae bellua ruptis, 70
Cum semel effugit, reddit se prava catenis ?
Non sum moschus, ais. Neque ego, Hercule, fur,
• ! • ubi vasa
Preetereo sapiens argentea. lolle periclum;
c a o MB );b | | | | èfei
Jam vaga prosiliet frenis natura remotis.
Tune mihi dominus, rerum imperiis hominumque 75
£
Que el que .embutido en un arca,
Donde os zambulla de miedo
La confidenta , juntéis
Las rodillas con el cuello ?
Sobre vos tiene el marido
Igual y aun mayor derecho
Que en su muger, pues que sois
Vos su corruptor perverso;
Y ella al fin ni se disfraza,
Ni sale de su aposento,
Y si a un esceso se presta,
Mas bien es temor que obsequio.
Asi pues, arrastrareis
Como esclavo la horca al cuello,
O a discreción del marido
Tendreis honra, hacienda y cuerpo.
—Pero si escapais ¿sereis
En adelante mas cuerdo?
—Nada, en la ocasion primera
Iréis a temblar de nuevo,
Y os espondreis a que os maten.
¡Qué recaer tan eterno!
¿Qué fiera volvió a l a j a u l a,
Si una vez rompió los hierros?
No adúltero soy, decís:
Ni yo ladrón soy por cierto,
Cuando la rica bajilla
t^ 1 j 1 •
En el aparador dejo;
Mas si se quita el peligro,
Romperá natura el freno,
Y desbocaráse pronto.
Y ¡qué! ¿vos sereis mi dueño,
Cuando asi de hombres y cosa»
Os someteis al imperio;
Y a lanzar no bastaría
moin» ut
3 9 8 LIBER I I.
Tot tantisque minor, quem ter vindicta quaterque
Imposita haud unquam miseri formidine privet?
Adde supradictis, quod non leviùs valeat: nam
Sive vicarius est, qui servo paret, uti mos
Vester ait, seu conservus, tibi quid sum ego?
Nempe 80
Tu mihi qui imperitas, aliis servis miser , atque
Duceris, ut nervis alienis mobile lignum.
—Quisnam igitur liber ? - S a p i e n s ; sibi qui imperiosus
;
Quem neque pauperies, neque mors , nec vincula
terrent;
Responsare cupidinibus, contemnere honores 85
Fortis, et in seipso totus; teres atque rotundus,
Externi ne quid valeat per leve morari;
In quem manca ruit semper Fortuna. Potesne
Ex his ut proprium quid noscere ? Quinque talenta
. .. .wWlw^f^W fOe 80v£ IdDpj -<
Poscit te m u l i e r , vexat, foribusque repulsum 00
Perfundit gelidi : rursus vocat. Eripe turpi
De vos los tristes recelos
La varilla del pretor
Movida en derredor vuestro ?
Una reflexión ahora
Haré que no valdrá menos.
Cuando un siervo a otro obedece,
Le llamais su subalterno
Vos, y otros su camarada.
Y ¿ qué soy yo con respecto
A vos? Vos en mí mandais,
Pero en vos mandan doscientos,
Que os mueven cual sus figuras
Mueven los titiriteros.
HOR. Con que ¿ quién es libre?
Dav. El sábio;
Aquel que sus movimientos
Enseñorea, y no teme
Pobreza, muerte ni hierros:
Quien desprecia los honores,
Quien resiste a sus deseos
Desordenados; quien sabe
Estarse tan en su puesto,
Que hacerle mella no puedan
Jamás estraños objetos,
Y en quien de la suerte en fin
Se embote el favor ó el ceño.
¿De estas prendas por ventura
Alguna en vos conocemos ?
Os exige una querida
Y os saca cinco talentos,
Y despues rabiar os hace,
Os cierra la puerta al veros,
Echa agua por las ventanas,
Y luego os llama de nuevo.
La infame coyunda entonces
WO UBER II.
Colla jugo: liber, über sum, die, age. Non quis:
Urget enira dominus mentem non lenis, et acres
Subjectat lasso stimulos, versatque negantem.
. ^opbado oiJö " ov'r'J!"- im ohnr.uD
Vel cum Pausiacà torpes, insane, tabellà, 95
Qui peccas minùs atque ego, cum Fulvi Rutub
«que,
PK ,i;"f! füin iü rnnin hbO •
Aut Placideiani contento popbte miror
Praelia, rubricà pietà aut carbone, velut si
Revera pugnent, feriant vitentque moventes
. ¿ o r n i t i ia y] l a i un , e x a i d o l
Arma viri? Nequam et cessator Davus : at ipse 100
Subtilis veterum judex, et callidus audis.
Nìl ego si ducor libo fumante : tibi ingens
, riQtejdo OUB'jJrft J.UIfcL
Virtus atque animus coenis responsat opimis.
Obsequium ventris mihi perniciosius est cur?
Tergo plector enim: qui tu impunitior illa 105
Quae parvo sumi nequeunt, obsonia captas?
Nempe inamarescunt epul» sine fine petita»,
o v a » 'ib imcS $ mnót.-fj
Illusique pedes vitiosum ferie recusant
>n
»I
Sacuda el robusto cuello:
«Libre soy, decid, soy libre.«
Mas no haréis t a l , porque fiero
Vuestra alma un tirano oprime,
Y al veros flojo ó incierto,
Con el punzante acicate
Aguijará el paso vuestro.
¿Sereis vos mas escusable,
Cuando arrobado ó suspenso
Miráis un cuadro de Pausias,
Que yo cuando me divierto,
En ver con carbón y almagra
Tan bien pintados los duelos
De Fulvio, Placideyano
Y Rutuba, que ver creo
En sus golpes y sus quites
Combatientes verdaderos ?
Pero Davo es un bribón,
ün holgazan, y su dueño
De cosa de antigüedades
Entiende que es un portento.
Si de un pastel calentito
Con el olor me consuelo,
Yo soy un gloton, y vos
Sois de virtud un ejemplo,
Cuando con harta frecuencia
Vais a banquetes soberbios.
En mí las espaldas pagan
El comerme un plato bueno;
Mas tampoco impunemente
Vos los manjares selectos
Coméis de las ricas mesas:
De los continuos escesos
Castigo es la indigestión,
Y los pies endebles luego
t o m o n i . 26
401
.üMqiOÜ
rn G< « ii'i
im
d 110«
; l;i
olii/ Otti
titilli.
BMlU
!
' " I
ñ :
402 LIBER II.
Corpus. An hie peccat sub noctem qui puer uvam
Furtiva mutat strigili? qui praedia vendit, 110
Nil servile, guise parens, habet? Adde, quód idem
Non lioram tecum esse potes; non otia recté
Ponere; teque ipsum vitas fugitivus et erro.
Jam vino quaerens, jam somno fallere curam:
Frustra; nam comes atra petit, sequiturque fugacem.
ii5
—Unde mihi lapidem ?—Quorsum est opus?—Unde
sagittas ?
—Aut insanit homo, aut versus facit. —Ociús hinc
te
N! r a p i s , accedes opera agro nona Sabino.
NOTAS.
Los poetas satíricos que censuran ó ridiculizan sus
propios defectos , no deben
ser tachados de malignos, envidiosos
ó díscolos, cuando censuren ó ridiculicen los
ágenos. Su imparcialidad pone a cubierto la pureza de
sus intenciones, y de quien se reconviene a sí mismo en
iguales términos que a los demás, puede decirse que su
Rehusan llevar la carga
Del mal humorado cuerpo.
Delinque quien da por frutas
Algún chismecillo viejo
Que robó; pero el que vende
Sus haciendas a ruin precio.
Por satisfacer su gula,
¿Delinquirá mucho menos?
Añadiré que los ocios
Aprovechar no sabiendo,
¡Ni una hora con vos a solas
Podéis nunca manteneros;
Y sin cesar, de vos mismo
Como un dessrtor huyendo,
Solo tratais de anegar
La zozobra en vino ó sueño;
En vano, pues siempre os sigue
Tan terrible compañero.
Hor. ¿No habrá quien me dé una piedra?
Dav. Y ¿ para qué quereis eso ?
Hor. ¿O una flecha?
Dav. Vaya, el hombre
O está loco ó hace versos.
Hor. Si no te vas, a la quinta
Irás a ser el noveno.
desinteresada aversión a los vicios es quien le pone la
pluma en la mano para escarnecerlos ó combatirlos. No
fue una vez sola la que Horacio se trató a sí mismo con
tanta dureza como pudiera emplear con el mas desconocido;
pues prescindiendo de este ó aquel de sus defectos
que descubrió ó reveló en varias de sus composiciones,
introdujo a Damasipo en la sátira Sic raró ser ibis, para
que sacase a plaza todas sus faltas, y en la sátira presente
introduce a su esclavo, para que en uso de la libertad
que era propia del tiempo de las Saturnales, dé a su
amo, ó mas bien, dé a los que oigan ó repasen sus filosóficas
producciones, una lección propia de todos los
tiempos, aplicable a todas las situaciones, y tan útil á
los progresos de la razón, como a la mejora de las costumbres.
El poeta , que en una carta supo redactar todas
las leyes del gusto, y en el código de estas levantar un
monumento que será mirado con respeto hasta el fin de
los siglos, no podia , poniendo en boca de un esclavo
suyo los preceptos que pretendía generalizar, dejar de
acomodarlos a la capacidad del órgano que los comunicaba;
y de aqui la naturalidad de la elocucion , la sencillez
de Jos raciocinios, la perentoriedad de los ejemplos;
circunstancias que llevan consigo la seguridad del
convencimiento.
Para desenvolver todas las bellezas de esta sátira
, seria menester un largo comentario; pero obligado
á reducirme a límites estrechos, habré de coutentarme con
simples indicaciones.
V. l. Jamdudum ausculto... Es decir, todo el año,
según la inteligencia que varios intérpretes dieron a este
pasage, en cuya esplicacion hubo sin embargo mucha variedad
de opiniones. Entre eilas merece citarse la de Beutl
e i , que pretende que el ausculto del esclavo se refiere
a la sátira anterior, con la cual en muchos manuscritos
aparece unida la presente. El docto crítico ingles enlaza
esta sátira con aquella en esta forma: «Ya os he estado
oyendo, dice Davo, recitarla composicion anterior, en
que decíais que vuestro anhelo era vivir lejos del bullicio
de la ciudad y en el seno de los placeres rústicos. Yo
lo aprobaría ciertamente, si os viera con un poco mas de
constancia y de firmeza; pero vos variais de plan cada
día: cuando estáis en la ciudad, suspiráis por el campo,
y al contrario: si no os convidan a cenar, decis que es
mejor cenar en casa; y si Mecenas os envía un recado,
quereis tirarlo todo por la ventana para ir presto etc.»
V. 2 y 3. Amicum mancipium domino... Obsérvese
como el redomado del esclavo empieza captando la benevolencia
de su amo por medio de una lisonja dulcísima.
V. 4. Ut vítale putes... Se temia antes, y se suele
temer auu , que se desgracie ó malogre an niño que muestra
temprauo esceleates disposiciones, ó que promete mucho.
Davo, alabándose de honrado, añade con sorna picaresca:
«pero cuidado que no lo soy tanto que merezca malograrme
;»esto es , « sov de una honradez que no raya en
prodigiosa.» Por mas que esta interpretación sea natural, hubo
sin embargo muchos interpretes que adoptaron otra. Según
ellos Iloracio hizo decir a Davo, «soy bastante honrado
para uo poneros en precisiou de quitarme la vida.»
El de mis lectores que prefiriese esta esplicacion, podría
en lugar de
Y buen chico, aunque no tanto
Que tema morirme de eso ,
leer en la traducción
Y honrado, cuanto es preciso
Para guardar mi pellejo.
Libertóte Decembri... Yo be hablado de las fiestas
Saturnales en las notas a la sátira Sic raro scribis.
Como
el objeto principal de aquellas fiestas era recordar los
beneficios del reinado de Saturno, entre los cuales se
contaba la igualdad absoluta de bienes y de derechos, se
suspendía durante su celebración el poder de los amos
sobre los criados, y estos comían con aquellos, tenían
libertad para decirles cuanto queriau , se ponían sus vestidos
, y hacían otras demostraciones de la misma especie.
Aun no hace mucho tiempo que en algunos de nuestros
colegios se hacia otro tanto en la fiesta de los Inocentes
, que, como todos saben, se celebra en el mismo mes
en que se celebraban las Saturnales.
V. 6 Pars hominum... Este trozo de moral que el
poeta pone en boca de Davo, es sensato y sencillo. A la
regla suceden inmediatamente los ejemplos, y por consiguiente.
la aplicación.
V. 9. Lxva Priscus inani .. Prisco era un senador,
de quien nada se sabe mas que lo que dice aqui Horacio.
Ueva inani es la mano izquierda s>íu anillos. Dícese que
estos se llevaban en la mano izquierda, porque cuando
se empezaron a gastar, los hombres tenían vergüenza de
que se los vieran , considerándolos como una señal de
afeminación, y asi los llevaban en la mano en que debían
verse menos.
V. 13. Jam moechus Homx... En este verso se da
una dentellada a las costumbres de Roma, y se trata á
Atenas con una benevolencia especial, representando a esta
ciudad como la morada de las Musas, y a aquella como
el centro de los desórdenes.
V. 14. Fertumnis , quotquot sunt... Fertumno era un
dios encargado de las variaciones ó mudanzas del mundo
tísico; y como estas son metódicas, y están sujetas á
reglas uniformes, el poeta supone que Prisco, desordenada
y caprichosamente mudable, nació a despecho de
aquel dios. Asi pora traducir rigorosamente el pasage, yo
habría debido decir:
En su triste nacimiento
Todos los Vertumnos juntos
Ostentaron su despecho.
Pero como esto necesitase aclaraciones, he preferido decir
que presidieron a su nacimiento los dioses de las mudanzas
, que es lo mas a que atendida la índole de nuestra
lengua , podíamos estenderuos, para ponderar la inconstancia
ó versatilidad de un individuo. En el mismo
sentido, ó empleando la misma frase, dijo uno de nuestros
mas célebres draináticosdel siglo XVII,
Que todos siete planetas
Turbados y descompuestos
Asistieron desiguales
A mi infeliz nacimiento.
La luna me dio inconstancia
En la condicion, etc.
Por lo demás, Horacio multiplica los Fertumnos , ó hace
de uno muchos dioses, sin duda porque se le representaba
bajo diferentes formas.
V. 15. Justa chiragra... Obsérvese lo pintorescamente
maligno del epíteto. Nosotros necesitamos un verso para
desenvolver el concepto que él espresa.
V. 17. In phimum talos... No se puede dar una idea
mas completa de la disipación de un hombre, que suponiendo
que mantenía a otro, solo para que le recogiera
los dados cuando acababa de jugar, lo que sin duda equivale
á decir que estaba jugando la mayor parte del dia.
Phimum era el cubilete eu que se alzaban los dados.
Otros leen pyrgum, en lugar de phimum.
V. 19. Tanto leoiüs miser... El que sigue constantemente
un mal camino lo hace por lo común sin embates
ó sin contradicciones consigo mismo; pero el que a cada
acción titubea, y no sabe qué rumbo tomar, sufre agonías
que jamás se acaban, v que hacen de la vida un tormento
mas bien que un placer.
V. 20. Qui jam contento... Eu Jugar de
Que el que ya en la cuerda floja
Ya hace en la tirante esfuerzos,
había yo dicho en mi primera traducción
Que Prisco, ya a sus pasiones
Mandando, ya obedeciendo;
, I . Mn,
y tal es en efecto el sentido de la metáfora del original.
No sé en verdad si hago mejor eu restablecerla, que hice
en suprimirla, aunque en la nueva variante vierto el
significativo
laborat que dejé antes sin traducir.
V. 25. Aut quia non sentis... ¡Con qué verdad están
aqui señalados los motivos de la inconstancia! «Siempre
estás alabando las costumbres antiguas, dice Davo, y si
te brindára un dios con trasladarle al tiempo en que se
usaban, lo rehusarías. ¿Por qué es esto? O porque no
dices lo que sientes, ó porque no tienes firmeza para
defender lo que sientes y dices, y no te atreves a sacar
el pie del lodazal en que te hallas.» ¿Qué hay que responder
á esto? El que se hacia a sí mismo reconvención
tan perentoria, podia tratar duramente a otro cualquiera.
El trozo que sigue, y en que se presentan las contradicciones
diarias entre los deseos y la conducta de Horacio,
es precioso. Ideas, frases, palabras, todo es sencillo,
oportuno y clásico.
V. 33. Sub lumina prima .. Ad facem primam, al
encenderse las luces, al anochecer. Los romanos cenaban
antes de esta hora •, pero los hombres muy ocupados como
Mecenas no se ponían a la mesa hasta el oscurecer.
V. 35. Fugisque... Otros furisque; pero despues de
blaterare cum magno clamore, ¿no era mas natural
fugere que furere ?
V. 36. Milvius... Algunos leen
Mulvius.
Tibi non referenda precali... Sin duda
Milvio y los
parásitos que le acompañaban, iban a veces a cenar en
casa de Horacio, y cuando se les decia que el amo no
cenaba allí, se iban amostazados, gruñendo y murmurando
contra él.
V. 37. lile... Por quispiam , como he traducido.
V. 43. Quingentis drachmis... La dracma valia sobre
real y medio de nuestra moneda.
V. 44. Me vultu terrere... ¡Gracioso modo de aplacar
á su amo, contándole los chismorreos del portero de
Crispin! Y i gracioso modo de criticarse a sí mismo, suponiendo
que saben sus defectos hasta los porteros de las
casas!
V. 46. Te conjux aliena capit... No parece que el tal
defecto era habitual en Horacio; pero sin duda había él
tenido alguna vez esta intención ó este propósito.
V. 48. Sub ciará lucerná... Los burdeles en Roma
estaban en subterráneos, y de aqui la necesidad de tener
siempre luz artificial. Este verso y los cuatro siguientes
adolecen de una licencia y un cinismo, que ofende y repHgna
á las buenas costumbres. Sin descender a particularidades
indecentes, habria dicho Horacio lo mismo, como
yo lo he hecho en la traducción.
V. 53. Tu, cum projectis... A Horacio le habia hecho
conferir Mecenas la dignidad de caballero, ó a lo menos
el privilegio de llevar sus insignias.
V. 54. Prodis ex judice Dama... Esto es,
ex magistratu
factus turpe mancipium, et alter Dama.
Los caballeros
ejercían alguna vez funciones judiciales.
V. 57. Altercante tibidinibus .. Hermosísimo verso
porla idea, por la espresion y por la contestura métrica.
V. 59. Auctoratus... Dióse en lo antiguo esta
calificación
á aquellos que contraían el empeño de combatir
en el circo, con las condiciones de uso, de sufrir hierro,
fuego etc. Mas tarde, la palabra, que al principio no
designó sino estos contratos infames, se aplicó a otros
que no lo eran.
V. 61. Estne marito... Esto parece como réplica a una
respuesta, que se supone que podría darse por el poeta,
y según la cual la muger tendria mas que temer que el
galan. «No, replica Davo; el marido tiene mas derecho
sobre vos que sobre ella.» En efecto, antes de la ley Julia
de adulteriis, el marido podia matar al adúltero cogido
in fraganti, y no a la muger, a menos de sorprenderla
con un esclavo, un liberto ó uo cómico- Según otros
intérpretes, Davo saca, del mayor riesgo que corría el
galan, un argumento contra su amo, cuyo ardor opone
á la frialdad de la dama, que no da pasos er. favor de
su pasión, sin embargo de que es menor su peligro. Yo
repetiré con este motivo que Horacio no habria debido
dejar que nadie adivinase su intención, cuando escribía
para que todo el mundo la conociese.
L. 64. Pecatve superné... Digo de esta espresion lo
que arriba dije de los versos desde el cuarenta y ocho
al cincuenta y dos.
V. 66. Ibis sub furcam... A los esclavos que cometían
cierta clase de faltas, se les ponían al cuello por castigo
dos palos en forma de horca.
Prudens... Vos tan sabio, tan perspicaz.
V. 70. Quse bellua ruptis... Esta comparación es enérgica
y perentoria.
V. 72. Non sum mcechus... Horacio responde al esclavo,
manifestando que le ha hecho una reconvención injusta.
El esclavo da a entender en su réplica que no adolecer
de aquel defecto no es por falta de voluntad ó de
inclinación , sino por temor del castigo.
V. 76. Minar... Sometido, sujeto.
Vindicta... Llamábase asi la vara con que el pretor
tocaba en la cabeza al esclavo a quien se daba libertad.
V. 79. Ficarius... En cada casa había un esclavo que
hacia cabeza entre todos los de su clase, y que se llamaba
atriensis; el simple esclavo que estaba a las o'rdenes de
aquel, se llamaba vicarius; pero todos obedecían y
servían
al dueño. La comparación que hace Davo entre estas dos
clases de esclavos, y su amo que mandando a los sujos,
era mandado por otras muchas cosas y personas, es muy
sensata y oportuna.
V. 82. Nervis alienis mobile lignum... Son los muñecos
de los titiriteros movidos por cuerdas. Esta idea es
antiquísima, pues que ya se halla en un libro de Platón.
En nuestros dias la ha puesto en el teatro un poeta dramático
francés.
V. 83. Sapiens... Los comentadores de Horacio alabaron
esta respuesta en boca de Davo, y casi la ridiculizaron
en boca de Damasipo en la sátira Sic raro scribis.
V. 86. Teres atque rolundus... La metáfora es justísima
: en los cuerpos redondos y lisos nada resalta con
que pueda chocar otro cuerpo estraño. Nuestros defectos
son las desigualdades ó protuberancias que pueden ofrecer
tropiezos ó choques; es menester pues corregirlas, y
ser cada cual en este sentido teres y rotundus.
Esta
metáfora era imposible conservarla en castellano.
V. 87. Leve... Liso.
V. 89. Quinqué talenta... Sobre 100,000 reales.
V. 95. Vel cum Pausiaca... Pausias, pintor de Sicione,
contemporáneo de Apeles y discípulo de Panfilo, sobresalió
en pintar flores. De este pintor hahia en Roma
varios cuadros.
V. 96. Futví etc... Fuloio, Placideyano y liutuba
eran tres gladiadores célebres.
V. 97. Prxlia rubricá picta... Algunos comentadores
han observado que esto alude a los cuadros que se ponían
a ias puertas de los sitios en que se teuian los combates
de los gladiadores. Estos cuadros, que erau como unas
muestras de tienda , estaban malísimamente pintados.
V. 102. Tibi ingens virtus... Irónicamente.
V. 108. Vitiosum corpus... F.l cuerpo debilitado por
los escesos de la mesa.
V. 109. An hic peccat... Exactísima comparación.
V. 115. iXam comes atra premit... Como en la oda diez
y seis del libro segundo.
V. 117. Aut versus facit... ¿Porqué se ha reputado
siempre una especie de locura el hacer versos? ¿Es
por la especie de enagenacion en que se ponen los poetas
para componer?¿Es porque desgraciadamente hombres
que hacen buenos versos, suelen ser menos útiles para
objetos de mas importancia que otros que no poseen el
mismo talento? ¿Es por que las personas que no son capaces
de hacer grandes esfuerzos de imaginación, procuran
vengarse de la predilección con que la naturaleza ha
tratado a los poetas, y se consuelan de su humillación
escarneciendo
á los que los aventajan ?
V. 118. Opera... Nona... Horacio tenia ocho esclavos
trabajando en su casa de campo. La condicion de los
esclavos que servían en el campo era mas dura que la
de los que estaban en la ciudad, pues regularmente andaban
con cadena. Asi, la amenaza que hace a Davo
de enviarle a la quinta a ser el noveno, es terrible.
i«J<* '•(Ili,1)
.4 'Jftjflb} «M
Ut Nasidieni juvit te ccena beati?
Nam mihi convivam quaerenti, dictus beri illic
De medio potare die. — S i c , ut mibi nunquam
In vità fuerit meliùs. — Die ( si grave non est )
Quae prima iratum ventrem placaverit esca. 5
—In primis Lucanus aper : leni fuit Austro
Captus, ut aiebat co»n« pater : acria circùm
i • r:i>!')!,br"ii oi ; :,an u? a» ftb;j6;c:Lii wi
Rapula, lactucae, radices, qualia lassum
Pervellunt storaachum, siser, allec, fecula Coa.
His ubi sublatis, puer altè cinctus acernara 10
Gausape purpureo mensam p e r t e r s i t , et alter
Sublegit quodeumque jaceret inutile, quodque
Posset coenantes offendere. Ut Attica virgo
Cum sacris Cereris, procedit fuscus Hydaspes,
C recuba vina ferens; Alcon, Chium inaris expers. 15
L I B E R li.
S A T Y R A V i l i.
U 'I/i, rCll'lVl'If Itili
SATYRA Vili.
H o r a c i o . ¿Cómo te fué en el banquete,
Di, de Nasidieno el rico ?
Pues yendo ayer a buscarte
A que cenaras conmigo,
Supe que desde las doce
Estabas, Fundanio mió,
En la mesa.
F u n d a n i o . Pues me fué
Como en mi vida me lia ido.
Hor. Y ¿cuál fué el plato primero
Que a aplacar el bambre vino?
F u n d . Un jabalí de Lucania,
Con brisa de sur cogido,
Según el dueño de casa
Oportunamente dijo.
Rábanos, ápio y lechuga,
Que escitan el apetito,
Veíanse en torno, y anchoas
En madres de griego vino.
Levantados estos platos,
Limpia un pagecillo listo
Con un pedazo de grana
La mesa de arce bruñido,
Mientras del suelo otro coge
Migajas y desperdicios,
Para que nada causase
A los huéspedes hastío.
Cual llevando ática virgen
De Céres los sacros signos,
Marcha el atezado Hidaspes
Llevando el cécubo vino;
¿u
Te raagis appositis delectat, habemus utrumque ;
%
Divitias miseras. — Sed queis ca3nantibus una,
Fundani, pulchrè fuerit tibi, nosse laboro.
—Suramus ego, et prope me Viscus Thurinus, et
infra 20
(Si memini) Varius: cum Servilio Balatrone
Vibidius, quos Mascenas adduxerat umbras.
Nomentanus erat super ipsum; Porcius infra,
Ridiculus totas simul absorbere placentas.
Nomentanus ad hoc, qui si quid fortò lateret, :25
Indice monstraret digito ; nani caetera turba,
Nos, inquam, ccenamus aves, conchylia, pisces,
Longè dissimilem noto celantia succum :
Ut vei continuò patuit, cum passeris, atque
Ingustata mihi porrexerit ilia rhombi. 30
Post hoc me docuit melimela rubere, minorem
Puro y sin agua de mar
Presenta Alcon el de Cilio.
A Mecenas el patrón
Entonces le dice fino:
«Si el falernio ó el albano
Os agradan nías, decidlo,
Que no falta en mi bodega
De ese ordinario surtido.»
Hor. Saber deseára ahora
Quiénes gozaron contigo
Del placer de ese banquete.
F u h d . Cerca de Visco Turino
Estaba yo en cabecera,
Y Vario, si no me olvido,
Por debajo de él. Mecenas
Se encontraba entre Vibidio
Y Balatron, dos personas
Que habia él llevado consigo.
Cabe el dueño, Nomentano ;
Porcio después, que nos hizo
Reir, de cada bocado
Tragándose un pastelillo.
En aquella función era
De ¡Nomentano el oficio
Señalarnos lo que habia
Allí mas sabroso y rico,
Pues engullíamos todos
Aves, peces y mariscos.
Sin notar cuánto escedian
A los que siempre comimos:
Como lo eché de ver luego,
Cuando hígados esquisitos
De platija y rodaballo
Probar una vez me hizo.
De las manzanas cogidas
Ad lunaiii delecta. Quid hoc intersit, ah ipso
Audieris melius. Turn Vibidius Balatroni ;
Nosnisi damnosè bibimus, raoriemur inulti:
Et calices poscit majores. Vertere pallor 35
Turn parochi faciem, nil sic metuentis ut acres
Potores: vel quòd maledicunt Iiberiùs, vel
Fervida quòd subtile exurdant vina palatum.
Invertunt Allifanis vinaria tota
Vibidius Balatroque, sequtis omnibus : imi 40
Conviv® lecti nibilum nocuere lagenis.
Affertur squillas inter muraena natantes
In patini porrecta. Sub hoc herus, « h®c gravida
inquit,
Capta est; deterior post partum carne futura.
His mixtum jus est oleo, quod prima Venafri 45
Pressit cella ; garo de succis piscis Iberi:
Vino quinquenni, verùm ci tra mare nato,
Dum coquitur : cocto Chium sic convenit, ut non
Hoc magis ullum aliud; pipere albo, non sine aceto,
Quod Methymn«am vitio mutaverit uvam. 50
En menguante, despues dijo
Que encarnadas se ponían,
Y nos esplicó el motivo.
La plática interrumpiendo
Dijo a Balatron Vibidio:
«Bebamos hasta arruinarle;
O sin vengarnos morimos.»
Pide pues vasos mayores,
Y el patrón tiembla al oirlo.
Porque nada teme tanto
Como a un hombre bien bebido
Ya porque en tal situación
Se murmura sin sentirlo.
Ya porque los paladares
Embota el picor del vino.
Vacian ambos campeones
Cubas en vasos alifos,
Y escepto en el lecho bajo,
Todos hacemos lo mismo.
Tendida en una gran fuente
Luego una lamprea vino,
Rodeada de cangrejos
Nadando, y el amo dijo:
«Esta se cogió preñada;
Pues si ya hubiera parido,
Nada valdría: la salsa
Es de aceite superfino
De Venafro, con entrañas
De anchoas ó de bonito.
Vino rancio del pais
Se añadió al hervir, y hervido.
Vino que suplir no es dable
Con otro, y es el de Chio;
Pimienta blanca, y vinagre
Hecho de uva de Metinrao.
t o m o m . 27
M8 LIBER H.
Erucas virides, inulus ego priions amaras
Monstravi incoquere: illotos Curtillus echinos,
Ut melius muriâ, quam testa marina remittit. »
• ' . ' i
Interea suspensa graves auloea ruinas
In patinam fecere, trahentia pulveris atri
Quantum non Aquilo Campanis excitât agris.
Nos majus veriti, postquam nihil esse perieli
Sensimus, erigimur. Rufus posito capite, ut si
Filius iramaturus obìsset, fiere. Quis esset
Finis, ni sapiens sic Nomentanus amicum
Tolleret? « Heu Fortuna ! quis est crudelior in
Te Deus! ut semper gaudes illudere rebus
Humanis! Varius mappâ compescere risum
Vix poterai. Balatro suspendens omnia naso ;
« H sec est conditio vivendi, aiebat: eòque
Responsura tuo nunquam est par fama labori.
Tene, ut ego accipiar lautè, torquerier omni
Solbcitudine districturn , ne panis adustus ;
Ne malè conditura jus apponatur; ut omnes
LIBRO II. 419
Yo el primero fui que puse
En salmuera de marisco
Inolas y jaramagos,
Y luego inventó Curtilo
Echar en igual salmuera
Sin lavarlos los erizos.»
Mientras asi hablaba el hombre ,
Un gran dosel, suspendido
Del techo, se nos desploma
En la mesa de improviso,
Armando tal polvareda.
Como un recio torbellino.
No viendo riesgo, muy luego
Del susto nos repusimos.
Cabizbajo Nasidieno
Lloraba como si un hijo
Perdido hubiese, y Dios sabe
Cuál fuera el fin del conflicto ,
Si asi no le consolara
Nomentan su sábio amigo.
«¿Cuál Dios mas cruel que tú,
Fortuna? A tí en tus caprichos
Agrádate trastornar
De los hombres los designios.»
Para contener la risa
Se tapa Vario el hocico.
En tanto que Balatron,
Clama, burlón y ladino,
«¡Triste condicion humana!
Nunca corresponde el brillo
Al afan; se hacen esfuerzos
Porque estemos bien servidos,
Porque halla esquisitas salsas,
Porque esté el pan bien cocido,
Y se muestren los criados
l>
4 2 0 LIBER II.
Proecincti rectè pueri complique ministrent? 70
Adde hos praeterea casus, aul®a ruant si,
Ut modò; si patinam pede lapsus franga t agaso.
Sed convivatoris, uti ducis ingenium res
GíflOlfi?'.!' VOíf v .il) ('.«{I*
Advers® nudare soient, celare secund®. »
Nasidienus ad h®c: «tibi Di, qu®cumque preceris, 75
Commoda dent; ita vir bonus es convivaque comisis>
Et soleas poscit. Tum in lecto quoque videres
Stridere secreti divisos aure susurros.
—Nullos bis mallem ludos spedasse : sed illa
Redde, age, qu® deinceps risisti.—Vibidius dum 80
Qu®rit de pueris, num sit quoque fracta lagena,
Quòd sibi poscenti non dentur pocula; dumque
Ridetur Actis rerum, Balatrone secundo:
Nasidiene, redis mutât® frontis, ut arte
)
Muy puntuales y limpios,
Y malogra un accidente
Despues tantos sacrificios.
Ya se desploma un dosel,
Como ahora aqui ha sucedido,
Ya tropieza un siervo zafio,
Y quiebra el plato mas lindo.
Pero a aquel que da banquetes
Debe suceder lo mismo
Que a un general en la guerra,
Pues siendo adverso el destino,
Lucir su habilidad suele
Mas que si fuera propicio. »
Nasidieno asi responde:
« Pues convidado tan fino
Te muestras, cuanto les pidas
Dénte los dioses benignos.»
Sus chinelas toma y vase,
Y al instante un rumorcillo
Se oye, cada cual hablando
En secreto a su vecino.
HOR. Nunca espectáculo alguno
Tal me habría divertido.
Mas ¿110 hubo alguna otra escena
De risa?
FÜND. Mientras Vibidio
Preguntaba a los criados
Si en el desmán perecido
Habían todos los vasos,
Pues nadie le daba vino,
Sin embargo de que a todos
Lo estaba pidiendo a gritos;
Y mientras para reir
Nos inventaba Servilio
Mil especiosos pretextos.
« 2 LIBER II.
Eruendaturus fortunara. Deinde sequti 85
Mazouomo pueri magno discerpta ferentes
Membra gruis, sparsi sale multo, non sine farre,
Pinguibus et fiéis pastum jécur anseris albi.
Et leporum avulsos, ut multò suavius, armos ,
Quàm si cum lumbis quis edit: tum pectore adusto 90
Vidimus et merulas poni, et sine clune palumbes;
Suaves r e s , si non causas narraret earum , et
Naturas doininus : quem nos sic fugimus ulti,
Ut nihil omnino gustaremus; velut illis
Canidia afflüset, pejor serpentibus Afris.
NOTAS.
r & l * ! ^ 1 • »
Casi todos ios comentadores y traductores de Horacio
desconocieron el carácter de esta sátira, y yo mismo me
engañé como ellos, dando a la primera traducción que
hice, un colorido conforme a la iutencion que se suponía
al poeta, de haber querido ridiculizar abiertamente el
banquete de Nasidieno, y desacreditar «o solo los manjand
95
Hé aqui que vuelve tranquilo
Nasidieno, como un hombre
A reparar prevenido
Contratiempos casuales
Con esfuerzos peregrinos.
Trás él en enorme fuente
Llegar al momento vimos
Rociados de sal y harina
De grulla muchos trocitos;
Hígado de ganso blanco
Relleno de grandes higos;
Limpias de lomos, espaldas
De liebre, plato muy fino;
Mirlos algo requemados,
Y a la postre palominos
Sin rabadilla, manjares
A la verdad esquisitos,
Si no ponderara el dueño
Su índole,especie y motivos.
Pero nos vengamos de él,
Pues sin probarlos nos fuimos,
Cual si los inficionase
De Canidia el corrompido
Aliento, mas peligroso
Que los áspides de Egipto
res, los vinos y el orden del servicio, sino hasta su persona
misma. Si joven participé de este error general, no
tardé sin embargo en reconocerlo, y hoy es de mi obligación
combatirlo.
Que Nasidieno era un personage de importancia, aparece
del hecho de aceptar Mecenas un convite eh su casa
, y del de asistir a él sugetos de tanta Hombradía como
Fundauio, Visco y Vario. Estos ilustres poetas habían
sido convidados por Nasidieno mismo, pues aunque la
1 ¿«f» CJM1¡'
O Sírcv^tli
•¡i na
"mol miclcít
imtt ^ettaibin
¡•i) íjdiéu;,
I»b
costumbre era que uo asistiesen a los banquetes de etiqueta
mas que las personas que el convidado principal
llevase consigo, consta por la relación de Fundanio que
Mecenas no habia llevado mas que a Vibidio y Servilio
Balatron. Fundanio, Visco y Vario, convidados por Nasidieno,
eran pues sus amigos ó protegidos, y no parece
posible que estos hombres fuesen a desacreditar al amigo
ó protector que les hacia un obsequio convidándolos, y
un honor sentándolos al lado del primer ministro del imperio.
Este por otra parte se respetaba bastante a sí mismo,
para no consentir que anduviese en manos de todos una
composicion, en que se pusiese en ridículo la persona
notable, de quien acababa de recibir un agasajo.
Si para disminuir la fuerza de estas consideraciones se
alegase que hubo en el festín de que se t r a t a , una aventura
verdaderamente ridicula , cual fué el hundimiento
del dosel que cubría la mesa, yo replicaría, que esta
aventura, de que sin duda se habló en toda la ciudad,
pudo muy bien dar márgen a una composicion festiva; pero
nunca servir de pretexto para condenar al escarnio de
la posteridad a un sujeto de importancia, que ostentaba
en su banquete una generosa y acaso escesiva profusion,
y obsequiaba a sus convidados con toda la delicadeza que
exigía su clase propia y la de cada uno de ellos. Yo repito
que todos se habrían deshonrado contribuyendo a la
befa del que los habia colmado de obsequios.
No quiero decir por esto que no entrase en la intención
del poeta dar tal ó cual picotazo al rico y espléndido
Anfitrión, ni yo estrañaria este proceder de parte de
un poeta satírico. Lo que sostengo es, que no fué el
propósito de Horacio presentar a Nasidieno como un
avaro ridículo, pues en tal caso no habría hecho una
descripción magnífica de la comida, ni en la enumeración
de los platos que en ella se sirvieron, habría pasado revista
á los mas delicados y costosos que entonces se conocían.
La caida del dosel, y el modo con que se reparó
el desmán que ella ocasionó, se refiere de un modo gracioso
y festivo, pero comedido y urbano. El mismo tono
se emplea en la relación de las demás ocurrencias del
festin, donde hasta la caida del dosel, todo había sido
broma v buen humor. Ni aun los consuelos que despues
de aquella aventura dirigieron al dueño de la casa
Nomeotano y Balatron, desdicen de lo que convenia á
una reunión circunspecta, ni hav cosa en ellos que no
sea rigorosa y oportunamente aplicable a la circunstancia.
Fundanio recuerda a la verdad que Balatron hacia burla
de cuanto veia ; pero el discurso que pone en su boca es
justo y apropiado a la situación, y no puede suponerse
que Mecenas que habia llevado consigo a aquel convidado,
que le tenia al lado suyo, y que por esto y aquello
era hasta cierto punto, responsable de su conducta , le
permitiese mofarse de la persona que los agasajaba a todos
, ni mucho menos que dejase despues correr por la
ciudad sus invectivas, bajo la protección del nombre ya
célebre de Horacio. Las notas siguientes acabarán de demostrar
la justicia de estas observaciones.
Por lo demás, la composiciones agradable y divertida.
El poeta pone la relación de la fiesta, que por la circunstancia
de asistir Mecenas, y por la ocurrencia del
dosel, debió dar que hablar durante algunos dias a la
ciudad toda, en boca del ilustre poeta cómico Fundanio,
que por razón del ramo de poesía que cultivaba, parecía
deber ser preferido a los demás convidados para el desempeño
de esta comision.
V. i Nasidieni... beati.. No se sabe quien era este
Nasidieno. Aqui beaíus significa rico.
V. 3. De medio potare die... Lo común era sentarse
á la mesa a las cuatro de la tarde, aunque, como he
dicho en otra ocasion, la gente muy ocupada lo verificaba
despues; pero Nasidieno habia sin duda adelantado la
hora, ya para dar mas importancia a su banquete, ya
para poder prolongarlo mas, sin que se concluyese muy
tarde; pues es verosímil que el tal Nasidieno gustaría,
como gustan hoy muchos que tienen convites, de que por
honor de sus salsas y sus vinos, estuviesen los convidados
largo tiempo en la mesa.
V. 4. Dic... Esta es la lección unánime de los
manuscritos
y de las primeras ediciones. Aldo Manucio parece
que fué el primero que leyó Da , y los mas de los
editores
posteriores le copiaron.
V. 6. Leni fuit Austro captus... Todos saben que por
lo común el viento del sur es caliente en la costa de
Italia; saben asimismo que el calor macera y ablanda
las carnes, y que ninguna gana mas en esto que la del
jabalí, que naturalmente es muy dura. Asi, decir que el
animal fué cosido cuando soplaba una
brisa ligera del
sur equivalía a decir , está tierno
; y esta escitacion era
un acto de benevolencia v de obsequio, impertinente quiza,
pero nunca ridículo, como dijeron los mas de los intérpretes.
Algunos hubo , que haciendo del Nasidieno que
presenta Horacio como un hombre escesivamente pródigo,
un avaro mezquino, supusieron que con la frase sobre
que discurro, quiso él escusarse de que estuviese un poco
pasado, ó echado a perder el jabalí; pero se engañaron
ciertamente, pues apenas cabe en lo posible que en un
banquete que un hombre opulento daba al personage mas
elegante y delicado del imperio, y en el cual se Servian
los manjares mas esquisiios, estuviese echado a perder el
plato mas importante de la mesa.
V. 9. Allec, fécula Coa... Este gusto es singularísimo,
pero es cierto que existia. ¡Salmuera de pescado
v heces de vino por gran regalo! Costaría trabajo creer
que los hombres fueron alguna vez tan estravagantes en
la mesa, si no supiésemos que habían sido igualmente
estravagantes
en casi todo lo demás. De Cos, (hoy Stan*
cho) célebre isla del archipiélago, patria de Hipócrates y
de otros grandes hombres de la antigüedad , he hablado
en otra ocasion.
V. II. Gausape purpureo.. Los que se empeñaron
en que Horacio no enumeraba circunstancia alguna deJ
banquete, si no con objeto de ridiculizarlo, hicieron oty
servar la incongruencia que creyeron ver entre la mesa di
arce, en que se servia la comida, y el pedazo de púrpura
con que la misma mesa se limpiaba , y vieron en
este contraste una nueva prueba de la avaricia del fttíw
trion. En esto se engañaron como en lo demás. Segmi el •
precio que tenia entonces la púrpura , el mas pequeño *
-W
retazo costaba mas que podía costar uua mesa hecha de
Id mas rica madera ; y es natural que el que llevaba el
lujo.y la protusion hasta gastar la púrpura eu rodillas
que debían servir pocas veces , no economizase el gasto
tlu;»uj|jioesa que debia servir siempre, sobre todo cuando
etedKfcdfe entonces uo se ponían manteles. Débese obser-
>M;flKinas que con la madera de arce se podían constfmtLwbenos
muebles, y mesas particularmente, en quu
fttttbpV de uua pieza, podia lucir el veteado particular
¿ J a q u e l árbol. Y aun cuando asi no fuera , nada tendría
estraño que la inoda, tau caprichosa entre los romabos
, autorizase el empleo de maderas ordinarias para
ciertos muebles de uso común. Los comentadores que dijeron
que los ricos gastaban en aquel tiempo mesas de
naranjo, no lo probaron, ni era fácil que lo hicieseu.
V. 12. Sublegit quodcumque... Este criado, andando
por debajo de la mesa recogiendo migajas, limpiando
escupidos, y haciendo otras operaciones análogas, debia
ser allí un mueble muy incómodo, y cuando menos
muy inútil.
V. 13. Ut Attica virgo... El pincel de Fundanio era
ciertamente festivo. Al esclavo que trae el vino cécubo
le hace marchar a compás, como la doncella que en una
procesion de Ceres llevaba la bandeja con ios símbolos del
culto de la diosa.
V. 14. Fuscus Hijdaspes... Siu duda era algún esclavo
oriental, v de aqui el epíteto fuscus, pues los
orientales
son siempre algo atezados.
V. ló. Chium maris expers... Los comentadores á
que he aludido en las notas sobre los versos seis y once,
creyeron que por las palabras maris expers , se designaba
un vino que no kabia pasado el mar; y esto aplicado
al viuo de Cilio, era un contrasentido palpable, pues
no se puede sin pasar el m a r , ir de una isla del Asia
menor a una ciudad del ccutinente de Europa. Para salvar
esta contradicción supusieron , constantes en el propósito
de hacer de Nasidieno un avaro , que este presentaba
como vino de Chio algún vino de Italia , y que pretendía
engañar a sus convidados, dándoles gato por lie«
LIBRO II.
bre. Esto es absurdo , pues por una parte los vinos griegos
eran muy comunes v conocidos en Roma, y a nadie
se podia engañar, suponiendo procedente'de aquel archipiélago
vino alguno de la península italiana;; y por
otra parte no es creible que en un convite para el cual
no se perdonaba gasto, se tratase de dar un vino malo
en lugar de otro bueno. Maris expers uo significa pues,
que no había pasado el mar, sino que
no estaba mezclado
con agua del mar, pues debe saberse
que a todos
los vinos griegos echaban algunos gastrónomos un poco
de esta agua, pretendiendo corregir ási lo que tenian de
seco y de fuerte. Otros alegaban que la mezcla de agua
salada era fatal para el estómago y los nervios, y asi
debía ser en efecto. Por esto sin duda, y para que se
tranquilizaseu los convidados que fuesen de esta opinion,
se anunció que el vino se hallaba puro, ó que no estaba
mezclado con agua de mar.
V. 18. Dioitias miseras.. Yo pongo en boca de Nasidieno
estas dos palabras, y creo que su inteligencia es
la que les doy en mi traducción. Las personas acostumbradas
á buenas mesas saben que en ellas se sirven
hoy, como se servían en tiempo de Horacio, vinos de varias
clases, y que estos constituyen el mayor gasto de
los banquetes. Saben igualmente que en ellos se atufan
los couvidados que quieren probar todos los vinos,
y que las personas circunspectas no beben durante la
mayor parte de la comida , mas que vinos comunes ó
de pasto, reservándose para tomar a su tiempo una
copa del vino superior a que sou mas aficionados. Vinos
de pasto eran en Roma los de Falerno y de Alba, y
aunque de menos estima, porque siempre el lujo prefiere
como mas caros los estrangeros a los del pais , eran ma6
sanos que los del Archipiélago, adobados con una porcion
de drogas, y dañinos por consiguiente No es estraño
pues, si no muy natural, que el dueño de la casa, lia
ciendo servir los vinos de mas precio, dijese, «caballeros,
cuidado qué aquel a quieu no le sienten bien, tiene
buen vino de pasto, que es el surtido
ordinario; divitias
miseras.» Esta esplicacion me parece
tan natural,
LIBRO II.
como forzada la que habría que dar a las mismas palabras
poniéndolas en boca de Horacio, cual lo hicieron
los mas de los intérpretes
V. 20 Summus ego... Para comprender bien este pasage,
es menester formarse una idea clara de la situación
de las canias que rodeaban la mesa. La cama de enmedio
era el sitio preferente ó distinguido: en seguida el de
la estremidad superior de la mesa , que era el de la
derecha del de enmedio, y por último el de la estremidad
inferior. El lado de la mesa que cogia en frente al
lecho de enmedio , quedaba desocupado para que entrasen
v saliesen los criados, con sus grandes fuentes, máquinas
etc. Eu la extremidad superior estaban Fundanio,
Visco Turino y Vario, por el orden con que van nombrados:
en la cama de enmedio estaba Mecenas, y a sus
dos lados Servilio Ralatrou y Yibidio , y en la estremidad
inferior se hallaba el dueño de la casa Nasidieno, entre
sus dos amigos ó parásitos, Nomentano y Porcio.
V. 22. Fibidius... No se sabe quiénes eran
Vibidio ni
Balatron. De Fundanio, de Vario y de Visco hablé ya
en otra parte. Nomentano (ú Nomeutan , como yo le he
llamado alguna vez por hacer el nombre mas corto) era
uizá el célebre disipador de quien tantas veces habló
Horacio. Porcio era verosímilmente el parásito de Memmio,
de quien habló una vez Catulo.
Umbras .. Parásitos, dice el antiguo escoliador:
Convivas
á convivatore non invitatos, dice otro
intérprete.
V. 25. Si quid Jorté lateret... Esto es, si habia alguna
cosa que no se sabia lo que era. El oficio de Nomentano
era ir diciendo: «Señores, este es un bocado
esquisito; aqui tienen ustedes tal cosa, etc.» Esto, añade
Fundanio, era indispensable, pues nosotros Íbamos, según
decia Nomentano , embutiendo de todo, sin reparar
en que muchas de aquellas cosas tenian un sabor diferente
del que siempre habíamos hallado en otras de la
misma clase.
V. 29. Cuín passeris, atque .. Esta es la lección
general. En algunas ediciones se lee assi, y
porrexerat,
en lugar de porrexerit en el verso siguiente.
V. 31. Post hoc me docuit melimela... El que se hable
aqui del color de las manzanas, podrá parecer estraño
á los que no sepan que estas servían , como ahora
las patatas, para guarnecer asados. Los mesimaniacos,
que pretenden establecer una escala ridicula de sabores, y
que a circunstancias completamente insignificantes dan una
importancia de ilusión, que se desvanece a medida que
se generaliza, quieren estender el mismo prestigio a cuanto
tiene relación con su gula , y de ahí proviene que Nomentano
se pusiese a hablar del arrebol de las manzanas,
y que asegurase que con el tiempo se hacia mas subido
el de las cogidas en menguante.
V. 34. Nisi damnosé bibimus... Ita
multúm, ut damnum
sentiat qui conoivium prxbet, dice el
antiguo
escoliador.
Moriemur inulti... Esto es, «si no bebemos hasta
arruinarle, moriremos sin vengarnos de que se nos asesine
á fuerza de tanto comer.»
V. 36. Parochi... Prxbitoris, del que costea el
banquete.
V. 38. Exurdant vina palatum...
Exurdare palatum,
(iensordecer el paladar) formaba
antiguamente una figura
elegante, porque trasladaba a un sentido la calificación
propia de otro. Pero desde que la fiiosofia ha perfeccionado
el lenguage, no es permitido usar deesas frases, que
á medida que son mas ó menos inexactas , deben calificarse
de mas ó menos disparatadas.
V. 39. Invertunt Allifanis vinaria... Es decir, como
interpretó muy bien el padre Sanadon,
repetitis pateris
amphoras integras exhauriunt. Vinaria
se refiere a vasa
, y Allifanis a poculis, que es necesario suplir.
Por
lo _demas, Allifana se llamabau uuos jarros de loza, que
se fabricaban en Alija, ciudad de los samnitas, cerca
del Vulturno.
V. 46. Garó de succis piscis Iberi... Garum era
propiamente
la salmuera de un pescado llamado garas, ó
mas bien de las entrañas de él; también se hacia esta
salmuera con las tripas del bonito, calificado aqui de
pez
de España, porque se crian muchos en
sus costas.
V. 50. Quod Metymnxam vitio mutaverit uvam...
Dacier mismo no pudo dejar de confesar que este modo
de espresarse es estrañísimo. Acetum
quod mutavit vitio
uvam Metkymnxam, quiere decir
vinagre que mudó por
su corrupción la uva de Metimno, en
lugar de vinagre
hecho con uvas podridas de Metimno.
Felicitémonos de
que hoy no se empleen frases tan singularmente ordenadas.
Por lo demás, Metimno ó Metimna era una ciudad
de la parte occidental de la isla de Lesbos, en cuyo territorio
habia afamados viñedos
V. 51. Erucas virides... Yo creo que la mejor esplicacion
de este pasage es la de Dacier. Según él, dice
Nasidieno, Ego primus monstravi
incoquere erucas virides
et ínulas amaras, murid quam remittit testa marina.
Curtillus monstravit incoquere eádem murid echi.
nos etc. Los yerba jos de que habla
aquí Nasidieno se
echaban en salmuera para quitarles lo amargo.
V. 54. Interea suspensa... Aqui hay tres buenos versos,
que sacuden la imaginación del lector, y le hacen
detenerse a pensar en el desorden que se movería con la
caida del dosel.
V. 58. Erigimur... Apparet híc convivas
se projecisse
in terram, dice Acron; in lectis
discubuisse, dice
el antiguo escoliador; y la misma idea espresa Cruquio,
cuando dice: Súbito casu percuhi, inque léelos collapsi.
V. 60. Sapiens Nomentanus... El epíteto es picante:
¡ Prudente el modelo de la disipación!
V. 64. Suspendens omnia naso... Burlándose de todo.
Véase la nota sobre el verso quinto de la sátira sesís del
libro primero.
V. 72. Pede frangat agaso... Acaso habia sucedido
también este contratiempo, por tener algún criado torpe,
y poco acostumbrado a servir.
V. 75. Uti ducis... Es antiguo y natural comparar á
uno que da una gran función, con un general de ejército:
depende de tantas menudencias, de tantas casualidades
el que tenga buen ó mal éxito una batalla, ó el
que salga una comida deslucida ó brillante, que no deberían
estrañarse estos resultados, sino cuando fuesen efecto
de la impericia del general del ejército ó del director
de la función. Por eso dice el truhán de Balatron que
una desgracia sirve para demostrar un talento que la
prosperidad habría tenido como sin ejercicio.
V. 76. Et soleas poscit... Las chinelas con que a la
hora de comer trocaban sus zapatos los convidados, se las
quitaban al tiempo de tenderse, y las dejaban debajo de la
cama sobre que comian.
V. 83. Fictis rerum... Por rebusficlit, esto es con
pretextos
que se buscaban, a fin de que noestrañase Nasidieno
la risa que ocasionaban los contratiempos de su mesa. Balatron
era el que suministraba estos pretextos.
v 86. Mazonomo... Dióse primero este nombre a una
especie de redondel de madera, donde se ponia cierta clase
de pasta llamada maza. Despues se dio el mismo nombre
á cualquiera fuente ó bandeja grande, en que se ponían
diferentes manjares.
V. 89. Leporum avulsos... armos... Intérpretes hubo
que por armos entendieron el lomo, porque el lomo
es
la parte mas regalada de la liebre. Pero Horacio cuidó de
fijar el sentido de la palabra , declarando mas delicados los
armi que los lumbi. Se ve pues que por armi
debe entenderse
la espaldilla, aunque nosotros reputemos menos
delicada esta parte del animal. El capricho de preferir
á la que hoy juzgamos mejor, otra que en realidad
es menos buena, no es mas singular ni reparable, que
los demás que alternativa ó sucesivamente reinaron en las
mesas de Roma, y de que ya he hablado en otras
ocasiones.
V. 91. Sine clune palumbes... El capricho había llegado
hasta el punto de quitar a las aves lo que tienen de
mas delicado.
V. 95. Conidia afjlasset... Es decir,
vetuti Conidia
afflassel rebus illis pestilentem halitum.
FIN DEL TOMO TKBCKRO.
INDICE DE LAS SATIRAS
COXTfcMItAt
EN ESTE TOMO,
LIBRO I.
SATIRA I. Qui fit Maecenas, ^ t
II. Ambubaiarum collegia, 42
III. Omnibus hoc vitium , 08
IV. Eupolis alque Cratinus, 92
V. Egressum magna,
VI. Non quia, Maecenas, ,3S
VII. Proscripti Regis, 1(j2
VIII. Olirn truncus eram, 1GS
IX. Ibam fortè via sacra, ,8u
X. Nempe iucomposito, Jl)8
LIBRO II.
SATIRA 1. Sunt quibus in satvray ¡>20
II. Quae virtus et quanta, 24G
HI. Sic raro scribis, 2G8
IV. Unde, et quo, Catius, 332
V. Hoc quoque, Tiresia, 352
VI. Hoc erat in votis , 370
VII. Jamdudum ausculto, sss
Vili. Ut Nasidieni, 412
to de la impericia del general del ejército ó del director
de la función. Por eso dice el truhán de Balatron que
una desgracia sirve para demostrar un talento que la
prosperidad habría tenido como sin ejercicio.
V. 76. Et soleas poscit... Las chinelas con que a la
hora de comer trocaban sus zapatos los convidados, se las
quitaban al tiempo de tenderse, y las dejaban debajo de la
cama sobre que comían.
V. 83. Fictis rerum... Por rebusficlit, esto es con
pretextos
que se buscaban, a fin de que noestrañase Nasidieno
la risa que ocasionaban los contratiempos de su mesa. Balatron
era el que suministraba estos pretextos.
v 86. Mazonomo... Dióse primero este nombre a una
especie de redondel de madera, donde se ponía cierta clase
de pasta llamada maza. Después se dio el mismo nombre
á cualquiera fuente ó bandeja grande, en que se ponían
diferentes manjares.
V. 89. Leporum avulsos... armos... Intérpretes hubo
que por armos entendieron el lomo, porque el lomo
es
la parte mas regalada de la liebre. Pero Horacio cuidó de
fijar el sentido de la palabra , declarando mas delicados los
armi que los lumbi. Se ve pues que por armi
debe entenderse
la espaldilla, aunque nosotros reputemos menos
delicada esta parte del animal. El capricho de preferir
á la que hoy juzgamos mejor, otra que en realidad
es menos buena, no es mas singular ni reparable, que
los demás que alternativa ó sucesivamente reinaron en las
mesas de Roma, y de que ya he hablado en otras
ocasiones.
V. 91. Sine clune palumbes... El capricho había llegado
hasta el punto de quitar a las aves lo que tienen de
mas delicado.
V. 95. Conidia afjlasset... Es decir,
vetuti Conidia
afflassel rebus illis pestilentem halitum.
¡ W , a, j t ^ H F ^ ^ V .
FIN DEL TOMO TERCERO.
INDICE DE LAS SATIRAS
COXTfcMItAt
EN ESTE TOMO,
LIBRO I.
SATIRA I. Qui fit Maecenas, pàg t
IL Ambubaiarum collegia, 42
III. Omnibus hoc vitium , 08
IV. Eupolis alque Cratinus, 92
V. Egressum magna,
VI. Non quia, Maecenas, ,3S
VII. Proscripti Regis, 1(j2
VIII. Olirn truncus eram, 1GS
IX. Ibam fortè via sacra, ,8u
X. Nempe iucomposito, Jl)8
LIBRO II.
SATIRA 1. Sunt quibus in satvray ¡>20
II. Quae virtus et quanta, 24G
HI. Sic raro scribis, «¡08
IV. Uude, et quo, Catius, 332
V. Hoc quoque, Tiresia, 352
VI. Hoc erat in votis , 370
VII. Jamdudum ausculto, sss
Vili. Ut Nosidieni, 412
P a g i n a . L i m a .
F É DE E R R A T A S .
p l c e .
10 atiguedad
- contentabun
l .*v2.» o la oda
3 Si a otro
U al
23 /raes
1 Duait
5 votet
29 Crisippt
ai fia de la linea 4 falta
4 tenuit
33 halla
" comisis
23 uizá
D b b k d b c i r
antigüedad
contentaban
al verso
A otro
el
frase
Ducit
volet
Crisipo
á
tenui
baya
COillis
quizá
I
1